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Solo tómalo. por DelPacifico

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Notas del fanfic:

Pues bien. Hace unos dos días mas o menos he dicho en mi cuenta de fanfiction que retomaría este fic, y así es. 

Notas del capitulo:

PACIFISTA ON. 

Aprovecho la oportunidad para agradecerles un montón por los reviews que me han dejado. Es impresionante para mi ver como las personas desean que continúe esto. Si les soy honesta, no deseaba continuarlo. Si continúo con el fanfic no lo hago por obligación, lo hago porque leer sus reviews me ha inspirado honestamente. 

Simplemente se los debo, y planeo darle un final a esto. 

Agradecimientos a Ciel, Asamicchi, Yuuchan, Aycchi, Karysuke, criss chan, Nyaaruko, Quesito (Ri Schezar), Shiruko, Itsuko tsu, Alex, Hikari, Hikari, Karin Vongola, Dako_ra, y los anónimos que me han dejado con la curiosidad de saber sus nombres.

Gracias por darme la motivación para continuar escribiendo este fanfic, espero no decepcionarlas.  

Autor/a: DelPacifico.

Disclaimer: Diamond no Ace no me pertenece, esta grandiosa obra pertenece a Yuji Terajima. 

 

 

Solo tómalo.


All/Sawamura. Or Not?

 

 

 

 

 

 

 

– Me gustas.

Era egoísta, lo sabía. En base a su comportamiento no obtendría una respuesta decente, o favorable. Comprendía que el corazón del pitcher actualmente era habitado únicamente por Eijun. Él lo veía perderse en los ojos caramelo de Sawamura, entendía que aquel sentimiento era fuerte, pues él mismo se extraviaba en los profundos océanos de Satoru. Sin embargo, sería egoísta. Requería un punto de quiebre, algún incentivo que lo hiciera desistir de ese amor no correspondido.

Oía su corazón estrujarse pesaroso.

Incluso en ese momento sentía un atisbo de felicidad, porque ese ínfimo momento les pertenecía. Las miradas ahora no iban sobre Eijun, eran dirigidas exclusivamente a él, con estupefacción. La expresión del pitcher hablaba por él, casi, solo casi, rogaba que aquello fuese una broma.

Haruichi deseaba lo mismo. Deseaba reír.

– ¿Haruichi? – la voz de Sawamura se alza imponente, matando el silencio sepulcral. Las rodillas dejan de temblarle con cobardía, ahora puede permitirse gozar del alivio, aunque este sea fingido por el bien del castaño. Se deshace de las lágrimas, limpiándolas con la manga de su playera. – ¡Haruichi! – afirma al reconocerlo. La simpatía natural del pitcher de postura irregular lo hace correr a sus brazos. Eijun quizá no lo sabría nunca, pero en ese momento apreció su contacto tan cálido. Permite que Sawamura lo abrace a gusto. – Gracias a Rei-san logré librarme del boss. – informa ajeno al ambiente. Ciertamente el pitcher es asombroso en varios aspectos, incluso en la ignorancia.

– ¡Ugh! – expresa disconforme al caer en la presencia de Satoru. Esconde la mitad de su cuerpo tras el Kominato, rodeando los hombros del más pequeño con sus brazos a modo escondite. – Furuya. – susurra irritado. Haruichi siente un ligero pinchazo, incluso en esa situación puede  sentirse mal por Satoru, él comprende los sentimientos de rechazo.

 

.

 

Ryosuke acaricia con parsimonia los cabellos de su hermano. Ha oído la historia en silencio, por respeto a los heridos sentimientos del menor. Haruichi ha afirmado ser rechazado, sin embargo en ningún punto del relato ha oído una respuesta del pitcher de primero. Naturalmente el resentimiento nace en su interior, amenazando con la integridad de aquel amante del montículo. Evita los comentarios ácidos que le nacen con aterradora espontaneidad desde lo más profundo de su ser, y reparte caricias suaves sobre aquel cabello similar al suyo.

– Con respecto a Sawamura. – toma la palabra. Haruichi desde su posición lo observa, sus ojos son visibles gracias a que él ha apartado el fleco, y ahora con pesar nota los ojos rojos e hinchados, muestra de que ha llorado desde los sucesos previamente relatados. – Si me lo preguntas, pienso que se trata de un capricho del equipo. – dice. La confusión nace en los orbes del menor, es natural. – No creo que nadie realmente esté enamorado de Sawamura. – habla con soltura, no existe ni un atisbo que lo delate como un mentiroso en su tono de voz, es honesto.

– Pero… Satoru-kun.

El mayor suspira. – Es solo mi opinión. – recalca. No desea darle falsas esperanzas a su hermano. Haruichi quien no es ingenuo comprende a que se refiere. Las palabras de Ryosuke son solo una forma de verlo. Su aniki no ha prestado palabras de aliento, sin embargo puede sentir como el peso de sus hombros ha disminuido considerablemente.

Las palabras resultan ser innecesarias después. 

 

.

 

Harada exhala exasperado. Es la quinta bola consecutiva que lanza Mei. Como cátcher es su deber mantener en alto la moral de su pitcher para asegurar un óptimo funcionamiento de la batería. Como capitán, permitirse una falla no está permitido. Las expectativas tanto del equipo, como los fanáticos, e incluso los reclutadores tras su habilidad, están puestas en él. Es asfixiante, sí, pero no es excusa para faltar a su tarea.

– Ve a descansar, Mei. – dictamina serio. Debido a la convivencia de un año sabe que sus palabras serán ignoradas, por ello reafirma con su mirada la seriedad del asunto. Un segundo suspiro abandona sus labios cuando se encuentra en soledad. Últimamente el humor de Narumiya ha ido en picada, mentiría si dijese que no comenzaba a afectarlo a él también. El estrés es casi insoportable, aún más considerando que las pruebas hacen su aparición.

No se trata solo de estudiar, entrenar, y hacer de niñera para cierto pitcher con los humos altos. Debe asegurarse de que todo el equipo titular consiga el mínimo aceptable para participar del torneo de verano. Masajea sus cienes con cierta brutalidad, en un intento de aminorar el creciente enojo que nace en él.

– ¡Vamos, quiero lanzar! – exige el pitcher titular. Masatoshi gruñe entre dientes disgustado. Contener a Mei es una tarea difícil, después de todo los pitchers son personas egoístas, y Narumiya lo es aún más. – ¿No me escuchaste?

Oye sus pasos en su dirección. Ojalá fuera un problema auditivo como cree, es solo malhumor en su máxima expresión. Por otro lado no le agrada para nada el tono que carga al hablarle a él. Siempre ha pensado que es un irrespetuoso, pero ahora con la presión sobre sus hombros su comportamiento es particularmente inaceptable.

– Oi, Hara-

– ¡Vete a descansar! – explota finalmente. Tanto los reporteros como aquellos que aún están en el bullpen voltean curiosos hasta ellos. No es de extrañar que Narumiya esté gritando y presumiendo, más si es peculiar que sea él quien eleve la voz. Las miradas ajenas, tanto como la sorprendida de Mei le hacen recaer en que se ha pasado. – Solo hazlo, Mei. – insistió moderando ahora su tono. No planea disculparse con Narumiya bajo ninguna circunstancia, incluso si no ha sido necesario gritarle, no planea ofrecerle en bandeja de plata dicho poder sobre él.

Lo oye refunfuñar para finalmente marcharse de malas, azotando incluso la puerta de metal, provocándole una fuerte migraña. Ahora sin la molesta presencia del rubio se dispone a quitarse los protectores. Da un paso en dirección a la banca donde se encuentra su bolso, perdiendo el equilibrio a medio camino.

– ¡Senpai! – debe lucir verdaderamente patético como para ser llamado tan respetuosamente por Mei. Por otro lado juraba haberlo visto marcharse. Era de esperarse de una persona tan egoísta como el pitcher.  – ¿Estás bien? – pregunta. Sus compañeros de equipo no tardan en rodearlo, buscando una explicación del repentino colapso.

– Te dije que descansaras, maldición. – replica con molestia. Ahora, desde su posición puede notar a la perfección la marca morada que ha quedado como resultado del golpe que Mei recibió la semana anterior. Su estómago se contrae dolorosamente recordando el motivo.

No se ha sentido tan abrumado desde el día que descubrió la atracción de Narumiya hacia Sawamura, y es que su pitcher era tan patéticamente obvio con sus intenciones. Quizá no se trate solo del peso de comandar a uno de los equipos favoritos de la prefectura, o los exámenes. Puede atribuir bastante de su malestar al hecho de tener ese amor no correspondido. 

Minutos después estaría en la enfermería, recostado, preguntándose en que está exactamente mal en su cabeza para sentirse de ese modo por una persona como Mei. 

 

Notas finales:

Se que no me lo merezco, pero si quisieran dejarme un review yo muy encantada les iré respondiendo con todo mi amors. 

PACIFISTA OFF. 


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