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Mis decisiones por Yuiko Nozomi

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Notas del fanfic:

Hola, les presento este fic para el mes MuraAka, espero que les guste.

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, son de exclusiva propiedad de Fujimaki -drogas locas- Tadatoshi

13 de Diciembre. Ese día acompañé a una amiga a la boda de uno de sus familiares. Podía proyectar mi vida con esa chica, es de buena familia, excelentes modales y es fiel a las tradiciones. Guapa y sencilla, yo no la amaba, nunca la amé, pero sentía que mi destino era estar con ella por el simple hecho de que era la mejor opción para el heredero de los Akashi.

Durante la boda de su familiar estuvimos juntos, charlamos, bailamos y en un momento nos separamos, ella fue al baño y yo recorrí el lugar, era sencillo pero bien decorado, probablemente mi padre decidiera que así debía ser mi boda con ella. Recuerdo que suspiré con desgano, ese era mi futuro, estaba escrito en el destino desde que nací en el seno de la familia Akashi.

Mientras caminaba por el lugar llegué a parar a la cocina, me iba a retirar inmediatamente cuando vi como un hombre demasiado alto para ser japonés era regañado por una mujer de cabello negro.

— ¡Murasakibara! ¡Te he dicho mil veces que no comas las mezclas mientras cocinamos!

—Alguien debe fiscalizar el sabor— dijo inflando sus mejillas y mirando fijamente sus zapatos.

—No des excusas, y mucho menos una tan mala, Fukui tráeme algo para golpearlo

—A la orden señora— respondió el tal Fukui.

El sujeto de enorme estatura al que llamaban Murasakibara salió de la cocina con pasos fuertes y el ceño fruncido, como para darle a entender a todo el mundo que se encontraba molesto, al llegar a la puerta me vio y pronunció con algo de desprecio "muévete, estorbas".

— ¿Disculpa?

—No te hagas el sordo, hazte a un lado, estorbo.

Intenté calmarme, responder de forma adecuada, olvidar mi orgullo, pero no pude. Nadie, pero absolutamente nadie le decía a Akashi Seijuurou que era un estorbo. Bien que lo iba a lamentar ese sujeto, era obvio que no sabía con quien se metía.

—Te crees lo suficiente como para tratar mal al resto siendo que ni tus propios compañeros de trabajo te apoyan.

—Cállate, te aplastaré— dijo con tono amenazante mientras me veía de forma desafiante, le devolví la misma mirada, no me iba a intimidar por su altura.

La mujer que antes lo estaba regañando apareció en escena y golpeó al gigante con una shinai*.

—Lamento que haya tenido que lidiar con este niño, ¿Usted es hijo de Akashi-san, no? Por favor no tome medidas contra este sujeto, no es malo, solo caprichoso y egoísta, hace lo que quiere sin pensar en el resto.

—Lo comprendo, hay personas que no saben mantenerse en su lugar.

—Agh, no te soporto enano-chin— al decir eso recibió otro golpe de esa mujer de cabellos azabaches.

—Discúlpelo.

—Masa-chin no te disculpes por mí, no me arrepiento, ¿Sabes algo, enano-chin? Apuesto que eres un bebito que solo hace lo que su papá le ordena, al menos yo tomo mis decisiones.

—Decisiones muy malas vale la pena aclarar, ahora sí, Atsushi, vamos o te pateo— dijo otro tipo que no sé de dónde salió, tenía el pelo negro e intentaba arrastrar al gigante a la cocina.

—Muro-chin déjame seguir peleando.

—Vamos a la cocina, si trabajas bien te daré algunos dulces.

El enorme sujeto entró a la cocina sin decir nada más, la mujer se disculpó nuevamente conmigo y se fue con ellos.

Aquella discusión, en caso de que se le pueda llamar así, fue algo que me dejó con mal sabor de boca. Estaba molesto, demasiado, me quedé con tantas cosas que decirle, ni si quiera valía la pena hablarle porque era un niño encerrado en un cuerpo absurdamente grande, pero debía enseñarle su lugar, que mis órdenes son absolutas, mis decisiones propias y que nadie estaba por encima mío, nadie.

Esa noche di vueltas en la cama, no podía dormir por la frustración de no haber comentado algo que dejara a ese sujeto sin palabras, debía decirle tantas cosas, pero ya lo iba a hacer, al final de la fiesta le hablé en secreto a uno de los empleados de la cocina y me dio información sobre como contactarme con él: su dirección, número telefónico, correo electrónico y su lugar de trabajo. Cancelé los planes que tenía para el día siguiente y fui directamente a Akita.

Esperé en una banca frente a la repostería en la que me dijeron que trabajaba, esperé dos horas, estaba corriendo viento, lo normal era que tuviese frío, pero en mi mente solo estaba la satisfacción que recibiría cuando dijese las palabras atrapadas en mi boca.

Salió del local y se dio cuenta de mi presencia inmediatamente.

— ¿Enano-chin? ¿Qué haces aquí? —dijo sentándose a mi lado y mirándome fijamente, ¿a dónde había ido su mal carácter?

—Ayer no pude decirte todo lo que quería, en primer lugar, no soy un estorbo, soy heredero de una gran compañía tanto a nivel nacional como internacional, además soy un gran estudiante de ingeniería, tengo dotes musicales, artísticos, deportivos ¿y tú? No me hace falta una gran altura para tener presencia. Segundo, me parece vulgar que trates a la gente de la forma en la que tú lo hiciste conmigo, si quieres que alguien se mueva debes pedir permiso, aprende algo de modales. Yo era un invitado y tú el empleado, debes conocer tu lugar, podía ser amigo de tu jefe y pedir que te diera de baja, eso no sería bueno para ti ¿o me equivoco?

Murasakibara bostezó y paseo una de sus manos por su cabello.

— ¿Ah? ¿Eso es todo?

—Sí, además no me gusta que me llames enano, mi nombre es Akashi Seijuurou.

—De acuerdo, Aka-chin, te invito a comer, estas muy delgado y pequeño, te invito por la molestia de ayer, estaba enojado y todo fue mi culpa.

Acepté sin pensarlo, sus disculpas eran honestas y yo tenía hambre. Pasé todo el día junto a Murasakibara Atsushi, no era una mala persona como lo había juzgado, era solo que era como un niño, y en eso sí realicé un juicio correcto. Le di mi número de teléfono y fingí que anotaba el suyo siendo que ya lo tenía.

Desde ese día comenzamos a enviarnos mensaje por lo menos dos veces a la semana, luego pasó a ser la semana completa. Hablábamos de cosas triviales, de nuestras amistades, de la carrera que estudiaba cada uno, nunca hablábamos de nuestros planes a futuro, eso me alegraba, no quería que Atsushi se enterara que la realidad era que posiblemente me casara con una chica a la que no amaba, no sé por qué quería ocultárselo, así fue por 3 meses.

"Aka-chin~ ¿puedes venir a verme este sábado?"

En mi mente la respuesta era clara: No. Nunca hay un día libre para un Akashi, el itinerario era completo de domingo a domingo. Pero en el mensaje que le envié decía lo contrario "no tengo ningún problema, estaré allá a las 10". De alguna forma pude cumplir la promesa y fui, aunque por dentro me preguntaba porque hacía tantas cosas por Atsushi.

Fuimos a un acuario, Atsushi fue realmente como un niño, miraba de mala gana los peces comunes pero se emocionaba con los que brillaban o tenían colores vivos.

Cuando demostró su verdadero ser infantil fue cuando vimos un acto de delfines, parecía muy concentrado en los mamíferos dentro del estanque, por eso me impresionó cuando entrelazó su mano con la mía, me apena decir que me sonrojé ante esa acción pero no rechacé su contacto.

Nos vimos cada semana después de eso, siempre era yo quien iba a Akita, no quería que viniese a Kioto y encontrarme con algún conocido que tratase mal a Atsushi. Fuimos a un festival de dulces, a un ciclo de cine, a un parque y a patinaje sobre hielo. Probablemente esos lugares eran clásicos para todo el mundo, incluso a mí se me hacían cliché las ideas de Atsushi pero lo que me importaba. No era donde si no con quien estaba, sonaré como un romántico empedernido, pero realmente me sentía completo junto a su compañía ¿Por qué? Supuse que era por la comodidad que me brindaba, con Atsushi nunca hubo mentiras, con él podía comportarme de forma quisquillosa y aunque no comprendiera mis manías las respetaba, él también era caprichoso y muy llevado a sus ideas, alguno de sus antojos se los concedía, en otros trataba de persuadirlo para que se alejase de pésimas ocurrencias que tenía. Podía decirlo con honestidad, en esos 3 meses de charla electrónica y esas 5 semanas de salidas semanales me había enamorado de Murasakibara Atsushi.

A la sexta semana no fuimos a ningún lugar, nos quedamos en su casa, estábamos solos, Atsushi se disculpaba por no haber planeado algo pero parecía nervioso, me estaba ocultando algo.

—Atsushi, puedes confiar en mí, di lo que tengas que decir.

Miró al techo como en busca de alguna respuesta, respiró profundo y contestó con mucha honestidad.

—La verdad es que Muro-chin fue quien logró sacar a mi familia de la casa para que pudiésemos estar a solas— estaba rojo y mirando a un punto en el horizonte.

— ¿Y por qué querías que estuviésemos solos?

— ¡Aka-chin! —exclamó como regañándome, yo solo lo interrogué con la mirada realmente no entendía... oh, dulce inocencia—eres muy puro y yo soy un puerco como Muro-chin, no debí hacerle caso, mejor hablemos de otra cosa.

Tomé su mano y negué, quería que me contara lo que le ocurría, realmente debía saberlo.

—Atsushi, cuéntame, es una orden- no me gustaba usar palabras como esas frente a él, pero era el único recurso que me quedaba.

—Aka-chin... tú eres tan lindo, tan pequeñito, tan dulce, eres como una fresa. La verdad es que me gustas, no, la verdad es que te adoro Aka-chin, quiero que salgas conmigo y...

— ¿Y?

—Y quería que estuviésemos solos para tener sexo- dijo en un susurro que escuché claramente.

No sabía que decirle, realmente no me lo esperaba, de seguro mis mejillas estaban rojas porque yo las sentía arder, Atsushi se rascaba la mejilla y miraba hacia otro lado, sabía que ya no podía borrar lo que dijo, pero al parecer mi silencio le hacía replantearse sus palabras.

—Vaya, me dejas sin palabras, jamás creí que alguien lo haría después de todo soy yo el que logra ese efecto en la gente... de acuerdo, hagamos el amor aunque te pediré que vayamos despacio, no tengo experiencia en esto.

Recuerdo la torpeza de nuestros movimientos, las nuevas sensaciones que descubrí en ese momento, los besos apasionados, las caricias descaradas, las palabras que nos susurrábamos entre jadeos.

¿Por qué recuerdo todo ahora? Oh, cierto. Estamos frente a mi padre quien solo nos ve expectante, esperando la respuesta a una pregunta que no ha realizado pero que se encuentra en el aire. El ambiente es tenso, Atsushi muerde su labio inferior y yo tomo su mano entre las mías para que se tranquilice.

— ¿Qué debes decirme, Seijuurou?­ —preguntó finalmente mi padre.

—Papá, te presento a Murasakibara Atsushi, es mi novio y quiero que lo aceptes como tal— mi tono de voz era el correcto, mis movimientos parsimoniosos. Evitaba a toda costa que el nerviosismo se demostrara a través de mis acciones.

— ¿Qué? ¿Y qué harás con la señorita Aoyama?

—Es mi amiga, ella lo entenderá, después de todo nunca fuimos pareja.

— ¡Pero todos te veían como su pareja! — exclamó mi padre levantándose de la silla y golpeando su escritorio —Todo el mundo la aceptaba como tu futura esposa, incluso teníamos en mente cuantos hijos tendrían. No puedes venir y destruir todo lo que planificamos para ti.

— ¡Pero no es lo que yo elegí! — exclamé levantándome de mi asiento del mismo modo que lo había hecho mi padre.

— ¡No me levantes la voz! — al decir eso, levantó su brazo para abofetearme, pero Atsushi reaccionó más rápido y lo detuvo.

—No se atreva a golpear a Aka-chin. No me importa que sea su papá, lo aplastaré si llega a hacerle daño— En los ojos de mi pareja vi una ira que jamás había presenciado en él, parecía realmente dispuesto a aplastarlo.

Se quedaron viendo fijamente, cuando iba a interferir Atsushi soltó el brazo de mi padre quien bufó y me miró fijamente.

— ¿Realmente quieres salir con este sujeto?

—Sí, él me ama y yo a él. Deja que yo decida mi futuro, después de todo no vine pidiendo tu permiso, quería que reconocieras mi noviazgo porque eres mi padre y te admiro, además no permitiré que nadie se mueva de esta habitación hasta que aceptes a Atsushi.

Su respuesta fue un suspiro largo y pronunciado, se sentó durante varios minutos mientras meditaba sus palabras, Atsushi estaba sentado de brazos cruzados con el ceño fruncido mostrando su impaciencia. Yo los miraba alternativamente esperando que alguien por fin retomara el habla.

— ¡Ahh! Aka-chin tu papá es un amargado. ¿Por qué no quiere que seas feliz?

— ¡Claro que deseo que sea feliz! Es solo que toda su vida la ha vivido llena de lujos y con una comodidad asegurada. Si sale contigo no podemos asegurar eso, es una decisión muy arriesgada, no todos ven con buenos ojos la clase de relación que mantienen ¿Cómo no pueden comprender eso?

—Pero señor, ¿no cree que eso lo debe decidir Aka-chin? Si es la elección incorrecta, Aka-chin aprenderá de su error y usted como su papi debe estar ahí para apoyarlo. Aunque no creo que sea así, después de todo Aka-chin es absoluto y nunca se equivoca, además yo lo amo y nunca voy a dejarlo.

Los dos que escuchamos las palabras de Atsushi quedamos impresionados al ver una respuesta tan madura de su parte, mi papá suspiró resignado y contestó con honestidad.

—Bien, sean felices. Aunque debo decir que te estaré observando Murasakibara Atsushi, no permitiré que le hagas daño a mi hijo.

—A la orden— dijo Atsushi con una sonrisa para luego robarme un beso. Me alejé de él rápidamente para no incomodar al jefe de hogar quien nos observaba arqueando una ceja.

—Gracias papá—

—De seguro es lo que tu madre hubiese hecho.

No fui capaz de responder a eso, solo lo vi con una sonrisa genuina en el rostro, era una sensación de dicha inexplicable el que las dos personas más importantes en mi vida se aceptaran mutuamente. Estoy seguro de que decidí por la opción correcta. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, la verdad estoy muy insegura porque no fue drama, no fue comedia, no sé que rayos fue(?) XD 

Eso, adios~ 


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