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What do you know of love? por PanquequeS

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Notas del fanfic:

Disclaimer:

 
Ninguno 
de los hechos acaecidos en este relato ha ocurrido en la realidad; todo es puro y completamente ficticio.
La autora de este relato no posee ninguna clase de derecho ni propiedad sobre los artistas citados en él, ni está vinculada en modo alguno con ellos, sino que utiliza sus nombres sin su consentimiento explícito. Con su trabajo, no pretendeofenderlos o causarles perjuicio alguno, sino, simplemente, crear una forma de entretenimiento para ella y quien quiera disfrutarla, sin obtener beneficio económico de ninguna clase.

Notas del capitulo:

Comenzaré diciendo que esta la primera vez, en años, que vuelvo a escribir de esta couple. Escribí un 2min hace unos años//mis años de inicio// pero de ahí jamás volví a escribir yaoi. En realidad ese fue mi primer escrito yaoi //que recuerdos//. En fin, este 2min que traigo ahora conmigo es un pedido especial para mi mejor amiga //de otro país// Astrid aka shinbani //más vale que cuelgues mi chanbaek bruja//. Espero que te guste aunque lleva tantisímo drama y grandes cantidades de angustia(? //¿Dondé está el fluff? Si entrecierras los ojos puedes leerlo//. Te dije que todo esto salió por este prompt que terminé eligiendo para que surgiera el oneshot, por lo tanto no me culpes de nada. Hice lo mejor que pude para traer este 2min. Amalo porque esto será el 2min que veras en años //sabrá Dios que me costo horrores escribirlo//. Di no al Taekai, herman@s // I don't like this pairing//. Enjoy!!
Pd: Texto beteado pero por alguna razón //estoy ciega// estoy segura que se han ido un montón de errores. 

Advertencia: Final abierto.

 

 

What do you know of love?

 

 


La lluvia que caía traía consigo un insoportable frío que calaba hasta lo más profundo de la cálida piel del muchacho de cabellos rubios. La solitaria noche era su fiel compañía mientras esperaba el metro que lo llevaría prontamente a su hogar. La pequeña chaqueta que traía consigo no era una gran ayuda para el aterrador frío que hacía y comenzaba hacer factura en el delgado cuerpo del muchacho que frotaba sus manos entre sí para entrar en calor. 

A la lejos podía escuchar el ruido de algún tren acercándose y el andar de las personas a su alrededor. Taemin se abrigo tanto como se lo permitió su chaqueta y miró al frente, moviendo inquietamente su pie en un ritmo constante.

El pasado que rodeaba a Taemin comenzaba a su corta edad de dieciséis años y dos años continuos de abusos físicos y verbales, drogas y prostitución. Fueron dos años que vivió en un agujero lleno de mierda tras mierda, donde él mismo se revolcaba noche tras noche por un poco de amor. Sólo un poquito de amor que suplicaba que le diera su, en ese entonces, novio. 

Entonces llegó al punto del colapso. Intento de suicidio y un año de terapia fueron lo que le dieron y, claro está, el erradicar por completo a su, ahora, ex-novio de su vida por completo. Ahora a sus veintitrés años de edad llevaba una vida completamente monótona, alejada de las cosas que una vez lo ensuciaron y una rutina diaria. 

Cuando escuchó el anuncio del tren que tomaría para que lo llevase a su hogar, se despegó de la pared donde se había acurrucado a la espera del transporte. Caminó hasta detenerse en la línea amarilla, moviendo, una vez más, su pie impacientemente. Tomó alrededor de tres minutos para que los transeúntes bajaran y así dándole paso a los que recién tomaría esa línea del tren.

Taemin se sentó lo más lejos posibles de las pocas personas que habían subido, colocándose sus audífonos para escuchar una de sus canciones favoritas. If it wasn’t for you se reproducía mientras el tren comenzaba a moverse y él giró su mirada en la dirección del ventanal, decidido a sumergirse en el mar sin fondo que eran sus pensamientos. Taemin había cambiado tanto a lo largo de los años, las experiencias vividas habían hecho que cambiara–no sabe si fue para mal, pero de lo que estaba seguro es que nada volvió hacer igual antes de que él tomara la decisión de entregar su corazón a una persona que sólo vivía del dolor de los demás.

Después de todo él era un niño cuando decidió tirar todo por amor. Un amor toxico, dañino y oscuro que lentamente comenzó a hundirlo a las penumbras llevándolo hasta el fondo, haciendo que tomara decisiones que arruinarían más su vida. Las decisiones que había tomado había sido, según, la mejor. Para ese entonces Taemin creía ciegamente en eso. 

Habían sido muchas malas decisiones a lo largo de su adolescencia pero ahora todo era muy diferente. El inocente Lee Taemin no existía más, se había ido junto con todas sus malas decisiones, los dolores y tristezas, para así abrirle camino a un Lee Taemin más maduro, más callado y más pensativo, más perceptivo con los sentimientos, menos incrédulo. No sabía en realidad si el cambio fue para bien o para mal, pero él ya no lo tomaba en cuenta. Él sólo quería seguir adelante y olvidar el pasado. 

Cuando bajó del tren para ir hasta su edificio departamental, se acomodó, una vez más, su chaqueta. La temperatura había decaído considerablemente, vaho saliendo de su boca y manos heladas como la nieve. Taemin comenzó a caminar un poco más rápido, haciendo prioridad su llegada. Necesitaba calentarse pronto antes de que cogiera alguna gripe por la temperatura.

Una vez en el edificio departamental esperaba llegar, tomar una ducha caliente, leer un poco y dormir hasta el otro día. Realmente hoy quería eso, pero lo único que recibió al pisar el pasillo de su piso fueron gritos por parte de su vecino Kibum. Esto no solía ser así, no, ni por asomo. Todo comenzó a caer en picada en el momento en el que Kibum encontró a alguien más teniendo a su, según Taemin, enorme novio. 

Taemin es un vecino silencioso pero bastante observador. Había conocido a Kibum desde el momento que él se mudó a ese edificio departamental. Kibum es un bueno vecino y amigo, pero es un pésimo novio. De eso está seguro Taemin quien ya había visto como novio tras novio iban largándose de la vida de la diva del edificio. Taemin está casi seguro que el nombre de ese novio de Kibum es Minho; lo había visto varias veces, se habían encontrado en numerosas ocasiones y habían hablado de vez en vez, platicas relativamente cortas y sin salirse del protocolo de vecino del novio–novio.

Entonces es cuando, dos meses antes, apareció Jonghyun. Hasta donde logró entender del ebrio de Kibum, –una de las noches en donde la diva aporreaba su puerta–ese tal Jonghyun era uno de sus compañeros del trabajo que a la segunda semana de haberlo conocido se había convertido en algo más que un simple compañero. Fue cuando Kibum comenzó atraerlo al edificio y él los miró de casualidad. Kibum, siendo el descarado que era, se lo había presentado como su novio y Taemin había saludado cordialmente. No era su vida, ni su asunto. Sólo se podría decir que le interesaba cuando su tranquilidad se iba a la borda por los gritos de Kibum y Minho al discutir en el pasillo.

Llevaba mucho tiempo soportando las continuas discusiones de la pronta ex-pareja que no le resultaba extraño verlos discutir. A veces le molestaba un poco los gritos pero prefería colocarse los audífonos y dormir. Encogiéndose de hombros caminó hasta la puerta de su departamento, ignorando olímpicamente a la pareja. Él no saludó ni alzó la mirada, prefirió guardar el silencio y dejar que ambos chicos continuaran con su plática a voces altas.

Dentro de su departamento hizo lo que planeó hacer desde antes que llegara para luego tomar una siesta. El ruido de la lluvia lo arrulló como si de una dulce canción de cuna se tratase para llevarlo a los brazos de Morfeo. Cuando abrió los ojos no tenía la menor idea de cuánto tiempo durmió, pero tampoco le importó. Su estomago le exigía comida, así que lavó sus dientes y cara para luego ir a la cocina pero cuando abrió la puerta del refrigerador encontró botellas de aguas y bebidas energéticas, más no comida. 

Taemin olvidaba muchas veces hacer las compras. Hoy era uno de esos días donde él olvidaba lo que en realidad planeaba hacer. Gruño y giró su mirada en dirección de la ventana. La lluvia en algún momento, mientras él dormía, se había detenido, así que aprovechando eso, cogió una chaqueta más gruesa por si aún hacía frio y salió de su departamento.

Cuando llegó al lobby se detuvo en el momento que miró a Minho sentado en la entrada del edificio. Cabeza gacha, temblaba ligeramente y Taemin estaba casi seguro que tendría ojos hinchado y rojos. El rubio suspiró y caminó hasta detenerse al lado del deprimente chico. 

—Vas a coger un resfriado.-Murmuró.

—Me importa muy poco.-Contestó el más alto. Taemin bufó.

—Bueno, deberías ir simplemente a morir a algún otro lado.-Soltó sin miramientos —No quisiera ver tu cuerpo sin vida en la entrada del edificio donde vivo.

—Eres pésimo para reconfortar a las personas, ¿sabías?-El menor lo miró y negó con lentitud.

—No vengo a reconfortarte Minho.-Contestó —Voy al supermercado. Olvide hacer las compras.-el mayor alzó la mirada llena de incredulidad y desconcierto a partes iguales.

—Eres muy frío.-Soltó.

—Estas cosas no son para lamentar toda la vida.-Explicó —Vas a superarlo. Y más pronto de lo que puedes imaginar, ya lo veras.-el rubio se encogió de hombros y se sentó al lado del castaño. Minho, quien no había despegado la mirada del más joven, suspiró.

— ¿Y tú que sabes de amor?

—Nada, yo sólo sé de corazones rotos.

Taemin giró su cabeza para poder mirar al más alto quien ya se encontraba mirándolo. El de cabellos rubios sonrió. Una sonrisa llena de sinceridad y verdad. Entonces Minho recordó que el dolor es anestesiarlo, aguantarlo, ignorarlo. Para algunos la mejor manera de enfrentarse a él es seguir.


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