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Amor inesperado (Super Junior) por Sorodi

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Notas del capitulo:

Luego de mil años regresamos 

— ¡Por Chronos! Ja ese par de bastardos se merecían ser consuegros. Diles que tienen mi bendición. — contestó alegre la diosa.

 

— ¡Madre! ¿No se supone que no aprobabas esas prácticas? — la voz del menor sonaba con indignación.

 

— Querido, si hubieses sido tú sería otra historia, sin embargo, con ellos será un placer para mí bendecirlos.

 

La mente del más joven comenzó a divagar acerca de lo dicho por su madre, no podía creerlo o mejor dicho no quería hacerlo. Dio un largo suspiró para luego subir a su habitación a descansar.

 

Por otro lado Henry estaba bastante molesto por lo ocurrido.Apolo entraba a su casa preocupado por la amenaza del dios del amor, cuando vió a su hijo en ese estado se acercó para preguntarle.

 

— ¿Qué sucede, hijo mío? — preguntó el dios temiendo lo peor.

 

— Nada, sólo me encontré con Yewon — contestó el menor evadiendo la pregunta contando una verdad a medias — A todo esto ¿Puedo ir a comer con su familia mañana?

 

— Claro…¿Seguro no te ocurre nada?

 

El hamster dudaba platicarle a su padre sobre el cómo se sentía en aquellos momentos, la molestia de ver a Zhoumi y a su amiga llevandose tan bien.

 

— Bueno… — dijo dudoso —¿Ves que hoy Leeteuk organizó una comida en lo que ustedes estaban en la mediación?, pues ocurrió algo extraño…

 

—¿Extraño en qué sentido?

 

— Pues… de repente todos actuaban muy extraño, más de lo normal he de decir, y aparecieron Eros junto a Hestia también actuando raro…

 

— Espera,¿Hestia y Eros? — preguntó intrigado el dios del sol a lo cual Henry sólo asintió —¿Hicieron algo en particular que te llamara la atención?

 

— Actuaban muy nerviosos como si hubiesen hecho algo e instantes antes de que aparecieran fue cuando  todos comenzaron a actuar raro. Incluso Zhoumi me defendió, lo que nunca, y debo admitir que me sentí feliz con ello. Luego nos siguió a Bummie y a mi a casa, vimos a Yewon y… —Se detuvo cuando aquel enojo regresó, se sentía tan mal que no quería preocupar a su padre.

 

— Henry, me estás preocupado.

 

—  No te preocupes papá, simplemente estoy algo confundido, pero nada que un buen descanso no solucione.

 

Después de hablar con su hijo, Apolo, fue rumbo a casa se Eros, sabía que él tenía algo que ver con el comportamiento de su hijo, sin embargo, lo que más temía era que terminase como él.

 

— ¡Eros! ¡Eros! ¡Maldito, ábreme!— gritaba el dios del sol.

 

— ¿Qué es lo que quieres?— respondió cansado.

 

— ¡¿No te podías quedar con las manos cruzadas?! ¡No! ¡Tenias que involucrar a unos críos en en esto!

 

— No sé de lo que me hablas. En segunda, no son críos, ya tienen edad suficiente como para defenderse solos.

 

— No te hagas el inocente — el dios mayor tomó al menor por el cuello.— Sé muy bien lo que hiciste y en donde estuviste luego de irte, así que te advierto que si mi hijo sale lastimado de alguna manera te mataré.

 

Eros se comenzaba a sentir nervioso, mas no permitiría que Apolo supiese que su plan había comenzado, así que  respiro profundo y continuó negándose.

 

— Insisto, no tengo idea de lo que hablas. Si te refieres a lo de la venganza, te informo que solo fue el coraje del momento, no me tomes muy enserio. No soy tan idiota como para provocar otra guerra.

 

—No confío en ti. Sé que eres capaz de cualquier cosa. Te crees muy poderoso por tu arco y flechas, haciendo lo que quieras con ello. No permitiré que Henry lo mismo.

 

Tras haber dicho eso, Apolo, regresó a su hogar. Simplemente no se podía confiar de Eros, él ya había sufrido por sus fechorías y no quería que su amado hijo tuviese el mismo destino.

 

A la mañana siguiente, Heechul aún se sentía ofendido por el rechazo de Hangeng. Bajó a desayunar, pero no esperaba encontrarse  a su madre junto con el dios de la guerra en una de sus acostumbradas andadas.

 

—¡Madre! — Gritó el semidios completamente consternado por lo que observaba.

 

— Hijo mío, no esperaba que bajases tan temprano — se justificó la diosa.

 

— Bueno, creo que los dejo en familia — intervino Ares besando a Afrodita.— Te veo luego — guiñó un ojo y se retiró.

 

— De todos tus amantes, ¿tenías que traerlo a él hoy?

 

— Hee, cariño ¿Qué ocurre?, normalmente estás feliz de ver a Ares.

 

Heechul se sorprendió por sus palabras, era cierto, siempre estaba contento de verlo por ser el padre de su crush, pero luego de lo del día anterior no quería saber nada de ellos por un rato. Aclaró su garganta, peinó un poco su rojiza cabellera y respondió.

 

— Nada, nada. Sólo que ayer pasaron cosas muy raras.

 

— Déjame adivinar… Todo mundo comenzó a actuar muy apegados con quienes no lo eran. Por cierto tíñete ese cabello.

 

— ¿Cómo adivinaste?

 

— Primero, soy tu madre y sé lo que sucede. Segundo, tú hermano puede ser un poco obvio a veces.

 

— ¿Te refieres a Eros?

 

— ¿Quién más sería?

 

— Fobos, Deimos, Harmonía, Eneas… No sé, tengo muchos hermanos.

 

— Pero el único que es capaz de afectar el comportamiento de las personas es Eros. Bueno, bueno ya sabes ni una palabra de lo que viste a mi marido o a su hijo.

 

En ese momento Heechul planeaba contestar cuando llegó Hefesto a aquel hogar.

 

— ¡¿Me haces el favor de explicarme que hacía Ares saliendo de la casa de MI esposa?! —preguntó fúrico el herrero.

 

— ¡Hefesto! No puedo creer que otra vez estés con esos celos enfermizos — trató de mentir la diosa — Ares sólo vino a avisar que…

 

— Avisar qué… — interrumpió el dios.

 

— Que Hangeng quiere verse con mi Hee. Eso es. Hangeng estaba muy ocupado y por eso le pidió a su padre que le avisara — terminó la diosa. El menor de los tres simplemente miraba a su madre de manera reprobatoria por aquella mentira. Si no también  porque no estaba de humor para ver a nadie.

 

— No te creo nada — dijo molesto Hefesto —Además, Hangeng, se encuentra practicando esgrima junto con Siwon con la espada que le hizo.

 

— Quizá sería más alrato — se justificó la diosa.

 

Tras escuchar eso, Heechul, salió corriendo al salón donde acostumbraban practicar ese par, mas no sabía bien el porqué (o por quien) de su repentino impulso. Además Hangeng lo rechazó la noche anterior y debería estar molesto con él, pero no le importó mucho.

 

Llegó al lugar azotando la puerta. El estruendo provocó que el mayor de los chicos que entrenaban se lastimara levemente el brazo con la espada y al mismo tiempo hiriese a su acompañante.

 

-¡Ay Dios! - gritó Heechul espantado - ¡Lo siento!

 

-Hee, no te preocupes. - Contestó Hangeng tomando su herida de manera calmada para tranquilizarlo.

 

A diferencia de Han, Siwon, se había lastimado la pierna con mayor gravedad y durante ese tiempo intentaba aguantar su dolor, pero no pudo y lanzó un grito sordo.

 

-¡ Ah! ¡Rápido un doctor! - gritó el menor de los tres captando la atención del mayor.

 

-¡Resiste, Siwon! ¡Han, corre,ve por Asclepio! - Chul se alteraba cada vez más gracias a la sangre- ¡Corre que se nos muere!

 

Hangeng, sólo asintió y salió corriendo por el dios médico. Estaba preocupado por su amigo e iba lo más rápido que sus pies le permitían hasta que de la nada sintió como colisionaba con algo, o mejor dicho alguien.

 

- Auch, eso dolió ¿Estás bien?-  preguntó el desconocido, pero al notar su voz Han supo quien era.

 

-Leeteuk, lo siento. Hablamos luego, tengo un poco de prisa - contestó angustiado.

 

- ¿Qué sucede?

 

- Necesito a Asclepio, Siwon… Luego te cuento.

 

Leeteuk, preocupado, corrió al lugar donde acostumbraban practicar y dejó a Hangeng dirigirse rumbo con el dios médico. Al llegar ahí, observó como Hee trataba de contener la hemorragia con un trozo de su playera. No supo de qué otra manera reaccionar si no ir a un lado del hijo de Hermes.

 

-¡Vamos,Siwi, resiste! - gritaba Heechul desesperado.

 

-¡¿Qué sucedió?!- preguntó el mayor.

 

-Fue… mi… culpa- contestó el pelirrojo con culpa- Entré corriendo y… y…

 

-Hee...argggg… no tienes la culpa- Siwon trataba de tranquilizarlo un poco, fingiendo que no sentía dolor.

 

- Peor que eso, no tuve por qué entrar de esa forma - contestó casi llorando.

 

Leeteuk no entendía lo que pasaba, sólo sabía que si Han no se apuraba tendría que decirle a Yesung, que le dijese a su padre que recibiera glorioso a su amigo.

 

Han, llegó tan rápido como pudo con el dios doctor, un dios anciano que era capaz de curar cualquier enfermedad, y le explicó la situación. Asclepio le explicó que al ser herido por una espada sagrada, Siwon, debía ser llevado al templo de Zeus para poder sanarlo.

 

El hijo de Ares mandó el comunicado por medio de una paloma mensajera, para que llevasen al herido al templo del dios de dioses, porsteriormente él y Asclepio fueron al lugar.

 

Leeteuk fue quien leyó el mensaje,automáticamente tomaron el carruaje de Hangeng (que por los nervios había olvidado) y llegaron al templo o más rápido que podían.

 

-Siwon, por favor, resiste- decía Heechul al borde del llanto- Pronto Asclepio te curará.

 

-Hee… - apenas podía pronunciar Siwon para posteriormente quedar dormido en los brazos del pelirrojo.

 

-Muy bien chicos, déjenlo descansar que pronto estará bien- recetó el dios médico.- Más tarde llegará mi asistente para que lo cuide.

 

Al escuchar aquello Heechul automáticamente argumentó.

 

-No es necesario, puedo quedarme yo a hacerlo.

 

-Hee, debes regresar a casa con tu bella madre- contestó Asclepio- Ella se preocupa mucho cuando estás fuera.

 

Poco después el médico se retiró, y Hangeng junto con el pelirrojo se quedaron con su amigo hasta que una hermosa joven de cabello dorado y ojos esmeralda entró a la habitación; por su apariencia fácilmente se deducía que era una ninfa, pero no una cualquiera si no, una dríade.

 

-Mucho gusto, me llamo Nari y el señor Asclepio me mandó para el cuidado de un paciente- se presentó la señorita.

 

-Un gusto. Yo soy Hangeng, él mi amigo Heechul y al que tienes que cuidar es nuestro amigo Siwon. Te lo encargamos mucho.- Luego de eso se llevó al mayor para que el menor de  los tres pudiese descansar.

 

Los días pasaron y todos se enteraron del accidente, por lo que Siwon tenía constantes visitas, entre ellas Heechul que iba a diario a verlo. El único que no había tenido la oportunidad de visitar a su amigo era Shindong, su madre lo tenía demasiado ocupado como para ir.

 

Luego de una semana Shindong fue a visitar a su amigo, pero lo primero que vió al entrar lo dejó completamente cautivado por su belleza.

 

- Disculpe, ¿viene a visitar al joven Siwon? - preguntó la chica.

- Este… S-sí, me llamo Shindong- contestó nervioso el hijo de Demeter.



- Mi nombre es Nari - la dríade le dedicó una sonrisa- lo llevaré con su amigo.

 

Continuará….

 


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