—¡KyungSoo! —Gritó un chico de rasgos delicados, formando un puchero con sus labios y tratando de no dejar caer las lágrimas de sus acaramelados ojos. — Estoy nervioso…
—LuHan, ya cálmate…no te vayas a desmayar en estos momentos, SeHun me mataría. —Respondió el más bajito mientras arreglaba suavemente el desordenado cabello rubio del chino. — Deberías estar muy feliz…hoy es tu día.
—Tú no te veías así cuando te casaste con JongIn…—El muchacho de grandes ojos alzó una ceja y miró a su amigo por el espejo. — Bueno…estabas mil veces peor.
—Estuve a punto de salir corriendo cuando el padre me preguntó su aceptaba a JongIn…así que tú trata de que no te pase lo mismo. —Ambos soltaron una corta risa y KyungSoo siguió haciéndole un peinado elegante a LuHan antes de entregarle su traje color nieve.
En el otro lado del salón de bodas se encontraba un pelinegro bastante alto para la estatura promedio, caminando de lado a lado en la habitación que se le había designado.
—Amigo…vas a hacer un agujero en el suelo, quédate quieto.
—JongIn tiene razón, ¿Quieres un bubble tea para calmarte? —Preguntó esta vez un chico, igual de alto, pero con unas orejas algo grandes.
—Estoy nervioso, joder, nunca pensé que este día llegaría tan luego. —Respondió SeHun mientras revolvía cabello perfectamente liso. — Siento que fue ayer cuando le pedí que se casara conmigo…
—Gay. —Dijeron JongIn y ChanYeol al mismo tiempo a lo que SeHun les fulminó con la mirada.
—Estúpidos insensibles…—Murmuró el menor, sentándose en uno de los mullidos sillones.
—Te recuerdo que yo pasé por esto mismo hace dos años y tú te burlabas de mí. —Comentó JongIn mientras tomaba un chocolate que el salón de eventos le había obsequiado a la pareja.
—No te comas eso, eso es mío. —Dijo SeHun con un puchero y cuando la alarma de su celular sonó, avisando que ya era hora. — Joder, creo que me desmayaré…
—Ni se te ocurra. —ChanYeol le dio unas palmaditas en el hombro y SeHun se permitió sonreír. Este será el día que marcaría el resto de su vida.
Ni en sus mejores sueños se imaginó estar en el altar, viendo la figura más hermosa que sus ojos hayan visto jamás, acercarse con un traje totalmente blanco, una radiante sonrisa y su aniñado rostro sonrojado.
A diferencia de su prometido, SeHun se encontraba con un traje negro azabache con una camisa blanca, eran la perfecta pareja a la vista de todos. Pero no siempre fue así…
Cuando comenzaron a ser novios, los padres del menor se opusieron a tal punto de contratar unos matones para hacerle daño a LuHan, pero las cosas se salieron de control y terminaron hiriendo a ambos chicos. Los padres de SeHun terminaron muy arrepentidos y, a regañadientes, aceptaron a LuHan como su yerno.
Pero eso fue cuando SeHun iba en la secundaria, de eso ya han pasado cinco largos años. También hubo un corto periodo de tiempo donde habían terminado por una supuesta infidelidad por parte de LuHan con un chico llamado MinSeok, cosa que nunca fue cierta.
MinSeok y LuHan sólo eran amigos, y LuHan quiso ayudar a MinSeok a conseguir la atención de un camarero de nombre JongDae.
SeHun, luego de un par de semanas separados, se dio cuenta de su error y volvieron a iniciar una relación donde ambos confiaban más en el otro. Se podría decir que incluso se hicieron más unidos.
En su cuarto aniversario, SeHun se había arrodillado en medio de una hermosa plaza, cerca del lugar donde vivían y abrió una pequeña caja de terciopelo, la cual LuHan reconoció de inmediato.
“¿Te quieres casar conmigo?”, LuHan jamás olvidaría esa pregunta, que, aunque era una pregunta muy cliché, claramente la respuesta fue afirmativa.
SeHun recuerda cuán nervioso se encontraba cuando LuHan se quedó mirando el anillo que había dentro de la cajita, pero cuando escuchó el apenas audible “Si” de LuHan, se acordó de cómo respirar. Ese día, LuHan lloró de emoción y las personas que habían alrededor aplaudieron ante la bella escena que dos chicos protagonizaban.
En la actualidad…
—Oh SeHun, ¿Aceptas a Xiao LuHan como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe? —SeHun tomó la mano de LuHan y puso cuidadosamente el anillo antes de dejar un corto beso en el dorso de esta.
—Xiao LuHan, ¿Aceptas a Oh SeHun como tu…
—Maldición, ¡Sí! —Interrumpió el chico chino, sacando más de una risa de todos los testigos, incluyendo del padre. El joven puso de manera temblorosa el anillo en la mano del pelinegro mientras sonreía apenado.
—Muy bien, con el poder que se me ha concebido, los declaro oficialmente, esposos. —Terminó de decir el padre. — Señor Oh, puede besar a su marido.
SeHun sonrió como nunca y tomó la cintura de LuHan, quien estaba más que sonrojado ya que su emoción le había ganado momentos atrás, los brazos de LuHan rodearon el cuello de SeHun y ambos se susurraron un “Te amo” antes de unir sus labios.
En la fiesta de recepción todos se estaban divirtiendo, los padres de SeHun se acercaron a LuHan felicitarlo y LuHan no pudo reprimir unas cuantas lágrimas…él deseaba que sus padres también estuviesen ahí.
—Bebé, no llores…sabes que ellos siempre estarán contigo…—Le susurró SeHun cuando sus padres se fueron a hablar con la tía de LuHan. La madre de LuHan murió cuando dio a luz, y su padre murió en un accidente de automóvil dos años atrás, la única familia que tenía era la hermana de su madre.
—Vayamos a ver a los chicos. —Le sonrió el chino, poniéndose en puntitas para besar de manera fugaz los labios de su esposo.
—¡SeHunnie!¡LuHanie! Felicidades. —Dijo un chico con los ojos perfectamente delineados.
—Me alegra que hayas podido venir, Baek. —Le dijo SeHun a su primo y luego JongIn, KyungSoo y ChanYeol se acercaron a saludar. — Por cierto, él es mi primo Byun BaekHyun.
—Es un verdadero placer. —Dijo ChanYeol con una boba sonrisa en los labios luego ver al pequeño chico. Todos los presentes se miraron sorprendidos entre sí y luego sonrieron.
Una lenta canción comenzó a sonar en el salón y SeHun tomó la mano de LuHan para llevarle hasta el centro de la pista de baile, comenzando a moverse al lento ritmo de la balada que sonaba.
—SeHun…—Susurró LuHan mientras abrazaba por los hombros a SeHun, mientras que este último aferraba sus dos manos a la estrecha cintura de su esposo. El menor le respondió un “mh” bajito. — Te amo…
—Te amo, LuHan…—SeHun guió una de sus manos hasta la mejilla de LuHan y unió sus labios suavemente.
Ese sería uno de los besos más memorables que se hayan dado, porque ahora estaba casados, porque ahora eran uno tanto en cuerpo como alma, porque ahora su vida…sería más dulce que el azúcar.