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Demente. por Loto_Clow

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Notas del fanfic:

Bueno, escribí esto antes de irme a dormir, relamente espero que tengan paciencia a leer este fic, lo estaba planeando como un One-shot, sin embargo la historia se desglosó un poco más de lo esperado y espero que lo continuen hasta el fin, la trama va un poco lenta porque es nuevo lo que quiero escribir aquí y aún así creo que quedará algo corto, yo estimo que a lo mejor serán tres capitulos y es probable que el primer capitulo no atrape por completo al lector, pero espero que me entiendan, porque trato de ser más versatil y este fic es un nuevo reto para mí ya que no suelo escribir temas oscuros sino más sentimentales y comicos.

—Ariel… volvamos a casa — Estiró su mano hacia los arbustos, la lluvia caía sobre ese pequeño parque, las ambulancias y patrullas se escuchaban a la distancia —Vamos Ariel, aun podemos irnos y olvidar todo esto…—

 

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El día estuvo completamente nublado, Laru había tenido su primer día de trabajo desde que se graduó de la universidad y exactamente las nubes esperaron ese momento en el que él salía para verter sus frías lagrimas sobre la tierra; que suerte que había llevado una sombrilla, pero la lluvia era tan intensa que no podría caminar bajo ella sin empaparse.

El resto de sus compañeros de trabajo se repartieron en automiviles de las mismas personas que trabajan en el edificio, sin embargo para la mala suerte de Laru no cupo en ninguno de ellos, así entonces, se encontraba en la puerta del edificio, la humedad había esponjado su ondulado cabello negro quebrándolo más y causando un desastre alborotado en su cabeza.

Vaya día había tenido, se propuso pegarse a la pared y fumar un cigarrillo.

—A mi me apetece fumar también ¿No tendrá un cigarrillo de más? — Una voz joven de una persona que no había notado le hizo girar la cabeza a su derecha, allí estaba un chico al parecer mucho más joven que él que estaba empapado, así que no pudo distinguir de que si su cabello era castaño claro u oscuro o igual de negro intenso como el de él, pero tenía la piel clara y unos ojos oscuros como los que Laru tenía, tan oscuros que no parecían cafés, tampoco eran grises.

—Los menores de edad no deberían de tener este tipo de vicios — Laru se volvió a pegar a la pared, el chico temblaba de frío —¿Cuánto tiempo llevas allí parado? — Laru solo se dedicaba a ver la fuerte lluvia que podía salpicar sus negros zapatos bien lustrados.

—Llegué desde que te recargaste en la pared — el chico tenía un rostro muy juvenil y ahora hablaba de manera informal, algo que molestó un poco a Laru.

—Supongo que ibas de camino a casa y te atrapó la lluvia — a pesar de la molesta presencia del chico le incomodaba más que estuvieran en silencio.

—Bueno… algo así- le sonrió.

—¿Cómo que algo así? — Laru estaba aun más molesto por la contestación del menor.

—No iba rumbo a casa… —

—¿Ibas de camino a ver a tu novia? —inquirió el mayor.

—No se trata de eso —Logró molestar al pequeño invasor de su guarida contra la lluvia.

—Vaya, veo que al menos es fácil hacerte enojar… —

—Hui de casa — soltó el chico que no dejaba de temblar.

—¿Qué tu que? —Laru no podía creer que un chico tan joven estuviera lejos de su hogar, sin nada con él más que una sudadera y unos jeans ahora empapados y unos converse completamente negros, no llevaba mochila, al parecer tampoco  dinero, ni un modo para comunicarse.

—Hui ¿Estás sordo o no te deja escuchar la lluvia? — Dijo el chico con tono grosero.

Laru buscó su portafolio de trabajo con la mirada y dio con él rápidamente, en el estaba la gabardina que llevaba en la mañana por el leve frío que hacía.

—Toma — Le arrojó la gabardina al chico —Por lo menos cúbrete del frío sino te resfriarás — El muchacho la alcanzó en el aire —Lo más seguro es que estés lejos de casa —Tomó el paraguas y lo abrió — mi casa está un poco lejos de aquí pero se puede llegar caminando… —El joven se le quedó viendo —Si ya sé que suena algo extraño, pero es mejor que quedarnos aquí parados esperando que este diluvio termine, además hace frío y tengo hambre, te aseguro que tu también, así que… ¿Vamos? — El chico se puso rápidamente la gabardina y corrió hacia Laru inmediatamente —Y a todo esto ¿Cuál es tu nombre? —

—Me llamo Ariel y tengo 19 años —

—!¿19 años?! Te ves mucho más joven — Laru estaba sorprendido de que ese niño… no fuera tan niño en realidad.

Llegaron a casa al cabo de pasar 15 minutos caminando bajo la fuerte lluvia, aun así llegaron empapados.

—Puedes bañarte, buscaré ropa para ti, así que entra primero — Laru corrió a la única habitación que había en el lugar, era un departamento demasiado pequeño, solo un cuarto, el baño y una habitación más que cumplía la función de sala, cocina y comedor, en el baño estaba la ropa que allí mismo se lavaba, pero por lo menos había 3 ventanas, una cerca de la estufa, otra en la recamara y la última en la sala detrás del viejo y mullido sillón, un banco para sentarse sostenía la pequeña tele vieja con antena de conejo. —Yo prepararé la cena  de mientras, así que tomate tu tiempo —Regresó el pelinegro a la sala —La ropa está sobre el tanque de la taza de baño — Y comenzó a cocinar algo.

Ariel se tomó un poco de tiempo para bañarse y regresarle un poco de calor a su cuerpo, el olor a comida llegaba hasta donde el estaba, pero luego se desvaneció por el champú de aroma frutal.

Al salir de la ducha se puso la ropa, una playera blanca y un short azul marino, le quedaban grandes, el pelinegro no parecía tener un cuerpo tan grande… no le había preguntado su nombre.

—¿Qué tal tu baño? —Laru lo miró, estaba lleno de energía y ya casi terminaba de hacer la comida.

—Bien, gracias —

—Siéntate, la comida casi está lista —

—¿Cómo te llamas? —preguntó de golpe el más joven.

—Oh, es verdad te pregunté el tuyo, pero no me había presentado, mi nombre es LaruTzaph… —

—¿Laru? No lo había escuchado antes. — Vaya que era un nombre extraño.

—Y eso que no me dejaste decirte el segundo — Sonrió con incomodidad.

—Con Laru me basta y sobra — Ariel se sentó en la silla para recargarse en la mesa.

—OK, la comida está lista, me meteré a bañar luego, estoy muerto de hambre —

—Te enfermarás — Ariel miró el plato que el mayor colocó sobre la mesa con una sopa de verduras que olía exquisitamente haciéndole agua la boca.

—Pero soy resistente, es más probable que muera de hambre que de enfermedad — Comenzaron a comer, Laru tenía más malos modales que Ariel y eso que el castaño no había comido nada desde que se había marchado del último lugar en el que estuvo.

Comieron en silencio, pero no se incomodaron en ningún momento, estaban tan concentrados en llenarse que no se prestaron atención el uno al otro. —Mañana te llevaré a tu casa — El pelinegro soltó al recoger su plato, ya había acabado de comer.

—Espera… — Ariel quiso hablar pero el mayor no lo dejó.

—No podrías sobrevivir un día fuera de tu casa, mírate, podrías ser presa fácil de ladrones y pervertidos, aparentas ser más joven de lo que eres, no parece que tengas fuerza alguna y siéndote sincero, cualquiera te querría dar por atrás sin piedad —

—Oye, no continúes por favor — Ariel se había sonrojado sobremanera por el ultimo comentario haciendo del ambiente algo muy incomodo.

—Lo siento —Laru se tapó el rostro con ambas manos.

—Laru… no puedo regresar a casa —

—¿Por qué? — el mayor volvió a ser serio.

—Simplemente no puedo —.

—Pero tienes que regresar, tus padres deben de estar preocupados por ti, además de a donde irías, donde te quedarías, no es tan fácil pensar en esas cosas. —

—Me puedo quedar aquí —Dijo tímidamente.

—A no, no te puedes quedar aquí, no cabemos, el espacio es muy reducido y eres un completo extraño —

—Invitaste a un completo extraño a tu casa, lo bañaste y le diste ropa, además de que lo alimentaste — Laru recogió también el plato del chico.

—No te quedarás —Negó el mayor.

—Te pagaré la renta —

—No creo que tengas algo para pagar niño… — Ariel se levantó y caminó hasta Laru y se pegó al cuerpo del mayor.

—¿Qué… qué estas haciendo? — El pelinegro se mostraba nervioso.

—Pagando por lo menos esta noche — Jaló a Laru hacia la mesa y comenzó a besarlo en la boca, al mayor se le nubló la mente por la acción, no sabía que hacer, ni siquiera un empujón o golpe se le ocurrió, además Ariel era muy bueno con su lengua, poco a poco el más joven se fue recostando en la mesa con el mayor encima de él; ambas respiraciones se aceleraron y Laru comenzó a acariciar el cuerpo de Ariel sobre la playera blanca, de antemano sabía que el chico no tenía ropa interior porque no le podía prestar unos de él, eso era antihigiénico, aunque el hecho de pensar en que abajo no llevaba nada… se puso duro —Veo que he logrado que reacciones — Ariel miró abajo a la entrepierna del pelinegro y deslizó una de sus manos en el miembro de Laru —Veo también que es de buen tamaño, creo que dolerá un poco, pero puedo soportarlo si aplico un poco de crema… —

—¡Basta! ¡Detente! — Laru al fin pudo reaccionar de manera natural —Ya sé como has sobrevivido fuera de tu casa, no es necesario que hagas algo como eso,  dormirás aquí, pero te irás por la mañana —Habló en modo despreciativo y se marchó a bañar, Ariel se quedó estupefacto pero agitado, sintió remordimiento, pero no hiso nada más hasta que cayó la noche; El mayo le dio una cobija y le indicó que dormiría en el sofá sin verle a los ojos se marchó a dormir.

Ariel no se sentía a gusto, había insultado a su anfitrión y quería disculparse, se levantó pero escuchó que Laru hablaba por teléfono y la platica se intensificó hasta transformarse en una discusión acalorada entre el pelinegro y la otra persona a lado del teléfono, al parecer estaba discutiendo con su novia y las cosas no iban muy bien que digamos, al final se escuchó un se acabó y que el mayor se dejó caer sobre su cama.

—Laru¿Todo está bien? — Tocó suavemente la puerta, pero no recibió respuesta. —Voy… voy a entrar — y así lo hizo.

La imagen de Laru tumbado sobre la cama mientras apretaba su brazo sobre sus ojos para cubrirse la cara incomodó más a Ariel, de verdad que no fue un buen momento.

—Sabes, no me importa si te quedas o te vas mañana por la mañana, realmente no me importa nada — Laru sonaba muy molesto.

—¿Puedo hacer algo por ti? —

—Nada, quiero estar solo —

—Pero no puedo dejarte así, no te encuentras bien… —

—¡Estoy bien! ¿¡Estoy magnifico no lo ves!? — se levantó para encontrar sus ojos con los de Ariel.

—Gracias… — soltó de golpe —por dejarme quedar aquí a pesar de lo que hace un momento hice y por la comida y el baño… y también la ropa… y… gracias… —comenzó a llorar —hace tiempo que nadie me había tratado tan bien… que sentía que a cada cosa que hacían por mí debía de contestar de esa manera —

—Es… espera no llores… —Laru se alteró con nerviosismo por culpa de las lagrimas del chico.

—Es que fuiste tan amable y yo tan descortés — se sentó en la cama — lo siento, estás pasando por un momento difícil y yo molestándote, me iré mañana por la mañana, no te preocupes por mí —Laru lo jaló y lo recostó con él en la cama duerme aquí, no quiero estar solo, lo abrazó y Ariel también lo reconfortó con un brazo acariciándole ese cabello desastroso.

—Muy bien, me quedaré contigo — y ambos quedaron en silenció hasta que llegó el día.

 

 

Notas finales:

Ojalá sigan aquí en el siguiente capitulo, espero sus comentarios para mejorar en esto nwn

nos vemos y gracias por leer.


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