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Veinte citas. por IGOTEXO

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Notas del fanfic:

Como mi vida está rodeada del MarkJin, creo que esta es la historia justa que he querido escribir por más de una semana xd La idea es algo loca, y hoy me encanta informar que no hay ninguna aclaración para este fanfic.

Notas del capitulo:

Dedicado a todas mis criaturitas MarkJin^^

Cita uno.


 


 


 


Como cualquier otro día, Jinyoung espera frente a la parada de autobuses, revisando por enésima vez su reloj corroborando lo lento que es el conductor por las tardes.


 


El sol le reflecta como si fuera el único sufriendo por el atraso que tiene en su cita. En su primera cita. No sabe cómo pasó, tan sólo fue así, un día estaba usando su pijama de perritos y al otro ya estaba bien vestido para salir con Mark.


 


O algo así le había prometido Jaebum.


 


Mark es diferente, ahora su cabello es castaño y creció un poco, no le supera en altura, pero creció; su voz se volvió más gruesa, sus ojos siguen siendo de ese castaño obscuro que se aclaran cuando el sol toca sus pupilas, Mark sigue siendo Mark, después de no verlo por un año completo.


 


Suspira desesperado, sosteniendo su cabeza con sus manos deseando que la tarde pase más lenta, porque le gustaría que el ritmo de la vida no fuese tan rápido y menos que Mark está esperando por él en el centro de la ciudad, en ese parque dueño de todos los veranos en los que se dedicó a observar al mayor reír.


 


Apenas y puede recordar cómo es que se conocieron, aunque realmente nunca lo han hecho formalmente. Porque Mark tiene millones de amigos y no se fijaría en el pequeño azabache de nacionalidad coreana, el cual es muy extrovertido y sobreprotector con BamBam, su adoración; no, porque Mark es americano e inteligente y va un curso por arriba de él.


 


—Arreglé una cita para ti, es con Mark.


 


Y quiso negarse en ese instante, pero si no era ahora, no iba a ser nunca. Tan literal como la palabra misma.


 


Al fin llega el autobús y sube tranquilo, con la respiración entrecortada por lo tarde que se ha hecho, esperando que el conductor suba la velocidad en cualquier momento para así llegar a su destino. Sin embargo, las cosas no son así y por eso es que llega media hora después de lo señalado.


 


Baja y enfrente hay una cantidad considerable de personas, ir y venir, unas parejas, otros amigos, y por más que salta de ellas siente no llegar al centro de la plaza, donde le dijo Jaebum que estaría Mark.


 


Entonces, su celular vibra avisándole de la llamada entrante, sólo que no quiere distraerse. El vaho sale de su boca escarbando mas entre la gente hasta que por fin llega al centro, justo donde está el castaño está esperando casi inadvertido por la llegada de su cita.


 


Jinyoung siente el corazón ir más deprisa, casi teniéndolo en la garganta listo para salir corriendo. Y le importa poco que el invierno sea frío, porque justo ahora siente quemarse en cuanto Mark se percata de que está ahí y le sonríe con amabilidad; le devuelve gesto al instante, pero no se mueve de ese espacio en blanco que su cerebro acaba de crear.


 


Espera a que Mark se acerque, lo considera un mero acto egoísta pero necesario porque sabe que si da un paso más, podría caer al suelo de tanto nerviosismo y no está en sus planes quedar en ridículo.


 


—¿Jinyoung? —el castaño le pregunta con la misma sonrisa. Jinyoung asiente cansado por la búsqueda. —¿Estás bien? —nota la irregularidad en su respiración, con preocupación cuestiona, pero da igual, justo ahora el pelinegro puede morir feliz y completo.


 


—Sí, es sólo que he corrido y empujar gente es algo exhausto—toma su pecho tratando de regularizar todo lo que hay dentro de su cuerpo, logrando que su corazón vuelva a ese ritmo pacífico.


 


—Soy Mark. Supongo que Jaebum te habló sobre esto.


 


No hay necesidad de que se presente, Jinyoung sabe perfectamente quien es.


 


—Jaebum es el peor Cupido, créeme—comenta. Empiezan a caminar alrededor mientras el sol comienza a esconderse, no es algo romántico, al contrario, después de la risa profunda de Mark todo se vuelve silencio incómodo.


 


Para ser su primera cita, Jinyoung lo esperaba algo diferente.


 


Pero qué más se le puede hacer, si es Jaebum quien los juntó a los dos en esa tarde. Quiere creer que por azares de la vida es que está ahí disfrutando de la puesta del sol, pero no es así, porque nota que Mark también está ahí caminando incómodo.


 


—¿Y bien? —le pregunta Mark una vez que recorrieron el parque por tercera vez consecutiva.


 


Vuelve su vista a los alrededores y recuerda un edificio al que solía ir sólo para ir hasta el techo y acostarse ahí para mirar las estrellas.


 


Sólo que duda tomar la mano del mayor y salir corriendo, porque es posible que Mark no esté esperando esa clase de cita donde un loco sale corriendo como si lo secuestrara. Al final, eso le da igual.


 


Así que agarrándose de su propia conciencia y razón, se aferra a la muñeca del castaño y de improviso sale corriendo a ese edificio que le permite la entrada a cualquiera que no parezca un desquiciado. Y juzgar por la sonrisa que porta Jinyoung, es posible que al final no los dejen subir.


 


El corazón acelerado y ese calorcito en su estómago son todo lo que necesita esa noche, las estrellas salen de repente junto con el suspiro que suelta Mark por la carrera espontánea que le ha obligado Jinyoung a ser participe.


 


—Pensé que ibas a secuestrarme—Mark sigue ahí tratando de recuperar el aire, Jinyoung ríe.


 


—No suena mala idea—le sigue la conversación, al menos ahora es menos denso el ambiente.


 


Mark observa a Jinyoung tumbarse en el suelo sin importarle que el frío se está haciendo más calador, pero si Jinyoung está observando el cielo iluminado por la luna, qué más da ese hecho. Se echa de igual manera, acercándose un poco al cuerpo contrario.


 


—Creo que debemos de empezar por lo primordial—el ruido de la ciudad no afecta en su tono de voz alto y grave, Jinyoung voltea a verle con los ojos iluminados. —¿Color favorito? —vuelve su vista al cielo al igual que el pelinegro.


 


—Todos—la respuesta es tan simple—¿El tuyo?


 


—No sabría decirlo con facilidad, a veces es el rojo, otras el negro… a veces también son todos.


 


El silencio se esparce como dueño, pero ya no es incómodo, disfrutan así de una noche tranquila, agradable.


 


Jinyoung se acomoda de lado, para observar totalmente a la mejor estrella que tiene a su lado. Mark sigue ahí con la vista en el cielo, tan embelesado sin creer que nunca se había tomado el tiempo de observar algo tan puro y magnífico acto que sólo ocurre por las noches.


 


Es una cita un tanto extraña, porque las palabras sobran, tal vez porque no quiere conocer un poco más a Jinyoung, siente que ya sabe demasiado con sólo observar sus mejillas rosas, posiblemente por el frío.


 


—¿Mark? —centra toda su atención al menor, a pesar de que Jinyoung lleva guantes, éste sopla sobre sus manos para conservar el calor. El rostro del pelinegro está muy cerca del suyo, y no le importa, porque esos ojos son profundos y puede sentir cómo se pierde lentamente.


 


—Dime.


 


—¿Te importaría si hago esto?


 


No separa su vista de la contraria, conectándose un poco más con ese palpitar justo encima de su pecho, cuando cree que Jinyoung está lo suficientemente cerca, cierra los ojos. Siente unos labios en su mejilla.


 


Ambos bajan hipnotizados por la acción de momentos atrás. Jinyoung sigue con las mejillas sonrojadas y el nudo en medio de la garganta, no sabe cómo es que ahora lo ve Mark. Pero no ha salido corriendo, eso debe de ser buena señal, ¿no?


 


Tratando de convencerse de eso, sigue caminando lento, ya no le importa si el mayor huye en cualquier momento, él ha tenido suficiente que es lo mejor en sus dieciocho años de vida.


 


—Jinyoung, creo que…


 


—Lo siento, en realidad no soy muy bueno en esto… No soy alguien divertido o interesante siquiera, perdón por hacerte perder el tiempo—lo dice tan rápido como le es posible, siendo un manojo de nervios que únicamente pudo jugar con sus dedos y mantener la vista en el suelo.


 


Mark ríe leve.


 


—No, no es eso. En realidad pensaba en tener otra cita contigo—esa sonrisa que deja salir el mayor, es la que le encanta a Jinyoung. —Entonces, ¿es una cita?


 


Busca entre esos ojos cafés, en esa sonrisa tímida pero alegre, quiere llegar al mensaje que se encuentra debajo de todo su rostro, pero no hay nada, absolutamente nada que no le guste de Mark. Se sonroja pensando en lo último, porque ha sido mucho tiempo el que ha pasado desde que se enamoró de Mark.


 


El latido sigue ahí, constante, rítmico igual que la noche.


 


Le agradecerá a Jaebum más tarde.


 


—Sí, es una cita.


 


 

Notas finales:

Agradecería mucho sus comentarios^^ Sé que no es algo prometedor, pero puede serlo en un futuro:3

Faltas de ortografía y/o cosas sin sentido, van por mi cuenta^^

Linda madrugada acá en mi país:)


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