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Cartas a Sasuke por Amok Scarlet

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Notas del capitulo:

Como algunos notaron cambie los nombres de capitulos. Ahora son "cartas"

Pero bueno eso no importa.

A todos los que me dieron su opinión gracias. Les quería decir que la C... chan chan chan chan... No diré nada.

Haganse ideas solos o solas. Me gusta decir solos en pliral ustedes saben. Tampoco importa.

No hagan caso a mis desvarias y a todo lo que escribo en esta parte. son la 1:35 de la mañana aquí en México y cuando tengo sueño me da una especie de locura. De la buena, soy toda buena vibra y hablo de más. Ya lo notaron.

Mmm... que más... no pues nada

Disfruten, si les gusta claro. Si no ya me diran

Guardo la carta y bajo a mi casillero, ese chico se roba mi corazón y ni siquiera lo conozco. Y como Naruto no parece tener interés en mí… Aun así ese dobe me gusta, pero… también me gusta el chico de la carta.


Como todavía hay tiempo iré al invernadero. La semana pasada ya no vi las flores que tenemos.


Pero primero llevaré mis cosas al salón. Ya hay algunos y a Ino le gusta llegar a punto, mejor. Necesito un poco de tiempo a solas.


Él chico de las cartas dice que también estuvo triste, su amiga, debió de quererla mucho. Ojala y hagan las paces, por lo que dice diría que a ella le gustaba, más él solo la quiere como una amiga… que triste.


Más ella debe entenderlo, no hay opción en el amor, puedes elegir quien te gusta más no a quien amas.


Ya aquí en el invernadero me fijo en el pizarrón. Hoy le toca a una chica Kamiko, Juugo, Fuyu. Solo conozco a Juugo. A lo que vine.


Hay tomates, mmm… me pregunto si puedo tener uno en casa. Me gustan los tomates…


— ¡Hey! — Volteo a ver a la persona que me ha impedido tomar ese lindo tomate rojo que quiere ser comido por mí — No puedes, todavía no está… ¿Sasuke?


— Dobe — tenía que venir


— ¿Te gustan los tomates? — ¿Qué hace aquí? — ¿Quieres uno?


— Mn — tomate, tomate, tomate…


— Espera — veo que se pierde de mi vista y regreso la mirada a ese suculento tomate que quiere ser comido por mí… glup… se me hace agua la boca — Toma, estos ya están


— Ah… gracias — tomates, tomates, tomates…


— Deberías lavarlos primero — ya que estaba a unos centímetros de mi boca — vamos


Lo sigo, y me pregunto… ¿Por qué me enamore de este rubio?


Su mano sostiene mi mano, es… cálida, fuerte… ahh me he puesto triste otra vez. ¿Él… él podría sostener mi mano para toda la vida?


— Dame — sin esperar a que le de los tomates me los quita y se inclina en las llaves de agua que hay en el patio. Extiende el pañuelo de color naranja en el que me los dio y los coloca ahí — ahora sí, ya los puedes comer


Me los extiende, miro los tomates, lo miro a él, repito la misma acción por unos momentos


— No están envenenados — tomó uno con su mano y lo mordió, el jugo del tomate escurriendo por sus labios. Ver como mueve la boca mientras mastica el tomate… glup… da ganas de lamerlos — ¿Ves?


—… — ahora se lame los labios


— No me gustan mucho los tomates — se queja — toma


—... — es difícil estar cerca de él


— ¿Sasuke? — se ha acercado a mí, demasiado cerca


— Ah… eh sí — pero sigo sin moverme


— Toma — toma mis manos, y se me sube el calor de súbito. Coloca el pañuelo naranja en mis manos con los dos tomates que quedaron, eran tres — ¿Tienes fiebre?


Ha… ha colocado su mano en mi frente — estás caliente


— No… no… no es nada — me desmayo


— ¿Seguro? — Doy un paso atrás y tropiezo, él me toma por la cintura — Cuidado. Mejor te llevó a la enfermería


— Estoy bien — trato que me suelte más no me deja. Sus manos en mi cintura queman y me da cosquillas


— No — sentencia — te voy a llevar y ya. Se acabó la discusión


Me alza en volandas con todo y tomates que se sostienen en mis manos


— Es… dobe — me abrazó a su cuello por inercia. Y olfateo su cuello, se tensa y hasta escucho como traga saliva. Camina conmigo en sus brazos. Yo me recargo en su pecho y respiro de su aroma, huele a flores… flores… eso me recuerda al chico de las cartas.


No creo que sea Naruto, pero si… la amiga, que no quiere ser amiga, fuera la peli-rosa… aun así. El dobe huele a flores por el invernadero.


El invernadero, tengo que comprobar esta idea locamente descabellada que tengo, si están las flores… entonces… el… Naruto, sería… sería…


No, no te ilusiones, puede ser… pero no hasta que demostremos lo contrario.



— Mmm… — alguien me está agitando


— Por fin despiertas — Karin está enfrente de mí


— Ah — bostezo — ¿me dormí?


Miro a todos lados buscándolo, pero no esta


— Tenía clases con Kurenai-sensei, me fue a avisar


— Ah, ya veo — los tomates están a un lado — ese dobe


— Jajá — se ríe Karin


— ¿Qué?


— Estas todo despeinado — me toco la cabeza, necesito un espejo. Salgo de la cama y ahí está un espejo redondo en el escritorio. Estoy hecho un desastre. Me peino con los dedos


— Toma — Karin me da un peinecito


— Gracias —me peino lo más rápido que puedo, no queda igual, pero vale, por ahora — ¿Qué hora es?


— Solo han pasado veinte minutos de la entrada — dice Karin


Yo nunca llego tarde, solo a veces. Muy pocas.


— Oh no — me arreglo el uniforme


— Tranquilo — me toca el hombro. Corro por los tomates y salgo de la enfermería cuando la enfermera entra


— Tengo clase con Ibiki-sensei — Karin apresura el paso


— Le dije a Ino que le avisara


— Tengo que entregar un proyecto — refuto


— Vale, vale. Igual Shizune-sensei ya le aviso


— ¿De veras? —relajo mi caminata


— Sí, por eso no estaba en la enfermería. Conociendo a Ibiki, era mejor que Shizune diera aviso.


— Ahf — suspiro — me hubieras dicho antes


— Eso trataba de decirte — caminamos más tranquilos, subiendo las escaleras


— ¿Y por qué te aviso a ti Naruto? ¿Él sabe que somos amigos?


— Sí, me ve contigo, con Ino, Hinata y Kiba. Sería raro que no lo supiera


— Ah, sí. Supongo — llegamos al primer piso — Nos vemos


— Nos vemos — pido permiso para entrar al salón y me deja entrar el maestro. Con cara de pocos amigos.


Me pide el proyecto y se lo entrego. Los demás ya se lo han dado. Es cuando todos me miran. No me gusta que me vean


Tomo mi lugar y la clase sigue con normalidad.



El receso llega y sigo con mi tomate. Solo queda uno, el otro me lo comí cuando termino la clase de Ibiki-sensei. Pero ahora libre me lo como ante la mirada de Ino.


— Te encantan los tomates — me comenta — ¿debería regalarte una canasta de tomates?


— No, mejor una mata de tomates — le dije y mordí una vez más el jugoso tomate


— ¿Una mata? — Delicioso tomate — No te conformas, eh


— Hm — llegan Hinata, Karin y Kiba


— El monstruo de los tomates —ríe Karin. Mientras mi tomate se va a acabar


— ¿Bajamos? — Me levantó y guardo el pañuelo naranja en mi bolsillo


— ¿Agradeciste? — me susurra Karin


— ¿Quién eres? ¿Mi madre? — bajamos por las escaleras


— Solo decía


Pero ahora que lo dice, no me acuerdo. Creo que sí o no… cuando lo vea le digo. Cuando lo vea… mejor evitarlo.



El final de clases llego, estoy en mi casa. Cambiándome de ropa, me quito mi pantalón y lo doblo, de él cae algo. Lo recojo y es el pañuelo naranja. Lo estiro y veo que tiene una N bordada de color amarillo.


N de Naruto, me dio su pañuelo. ¿Se lo regreso o me lo quedo? Eh, ahí la cuestión.


Tendré que regresárselo, o mejor mañana lo dejo en el club y así no tendré que verlo. Mejor, sí, mejor.



Miércoles, estoy en el club, ayer se me olvido traerlo y ya lo he dejado en la mesita que hay en el club con una notita. Como ayer termine tarde y corrí a clases, y que el lunes no termine de ver que teníamos en el invernadero ando viendo qué tipo de plantas tenemos.


El dobe debe de oler a flores por pasar mucho tiempo aquí. Recuerdo que el entrenador dijo algo de un torneo. ¿Contra qué escuela tendrán el partido? ¿Cuándo será?


Esta flor es la que me dieron en la primera carta. ¿Será común? No, no creo. Hace unos días le pregunte a Ino, como su familia tiene una floristería ella sabe. Me dijo que las orquídeas negras solo se dan en ciertos lugares, como la India, Centroamérica y otros que no recuerdo.


Ahí está la otra, Camelia. Y allá la otra, Dalia. El que escribe las cartas debe de ser del club. ¿Pero quién?


Debo de pensar como atraparlo.



— No eres nadie, eres horrible. ¿Ya te viste a un espejo?


Eso… eso no…


+++


— ¿Ya te viste a un espejo? Eres horrible, solo te dicen que eres lindo para hacerte sentir mejor, solo eres basura. ¿Ya estás llorando? ¡Qué poca cosa!


Yo no… yo no…


— Yo no… no soy feo… — le decía a la chica de cabellos castaños frente a mí


— ¿No? ¿Seguro? Tus cabellos están horribles algún día se te caerán. Tu piel parece la de un muerto esta tan blanca, y tus ojos son lo peor. Son tan oscuros que dan miedo


— ¡Cállate!


— Sabes que es verdad — me decía la niña


— ¡Cállate!


+++


—  ¿Quién va a querer a alguien como tú? Eres un sucio perro. Shino solo te habla por compasión, que es para lo único que sirves — me meto a la discusión que es de un solo lado, esos recuerdos… los hacía olvidados. Pero a Kiba no lo van a tratar así, no lo permitiré


— ¡¿Quién te crees tú, bruja?! — le grito, interponiéndome entre Kiba y la chica


— ¡Nadie te invito! — me grita


— Me importa poco, a mi amigo no le gritas. Y no sabes porque le habla a Kiba ¿Por qué no vas y le preguntas?


— Tú tampoco te salvas, a ti solo te quieren para echar un buen polvo, ¡a saber con cuantos te has acostado!


Escuche un claro ¡pum! Después de que la chica se dirigiera a mí de esa forma.


— ¿Quién te crees tú? — la chica se agarra la mejilla. Una chica rubia esta parada enfrente de mí, y no es Ino — si tanto valor tienes ahí está Shino, ve y pregúntale.


La chica mira donde señala la rubia. Y Shino está caminando donde Kiba, lo abraza. Kiba está llorando.


— ¿Estás bien? — le acaricia los cabellos. Kiba no contesta solo se aferra a Shino — Vete — dice bajo


— Yo…


— Vete — repite con más fuerza sin soltar a Kiba, la chica sale corriendo — Gracias Temari


— Se lo merecía — declara orgullosa — ¿Estás bien Sasuke?


— ¿Cómo sabes…?


— Secreto, además de que eres muy famoso ¿lo sabias? — me sonríe


— ¿Kiba? — miro donde están Kiba y Shino, olvidándome de lo que venía pensando


— ¿Puedo? — Me preguntó Shino


— Sí, claro. Ella dijo cosas muy crueles — le digo


— Gracias — y se van. Me quedo con Temari


— Vamos o nos cerraran las puertas — asiento — Eres muy hermoso. Siempre te veo con Karin


— ¿Conoces a Karin? — la miro


— Sí, es prima de Naruto — me dice sonriendo. Entonces ella y Naruto son amigos — sabes… recuerdo que cuando era niña, me pelaba mucho con las otras niñas porque siempre estaba con los chicos corriendo de aquí para allá. Me decían marimacha. Siempre las aventaba o aventaba tierra, las asustaba y correteaba detrás de ellas. No sabían lo que era divertirse — me dice con una sonrisa llena de satisfacción — los chicos también se metían, Sakura y Tenten. Ellas siempre se juntaban con nosotros. Teníamos nuestro propio club y hasta una casa del árbol. Algún día te la enseñaré, aún debe de estar ahí…


Estamos caminando a las puertas de la escuela. Ella alza la mano cuando estamos cerca y grita


— ¡Shikamaru! — El chico que me miró la otra vez en el club de básquet, esta recargado en el muro y alza la mano — Creí que te ibas con los chicos


— Nah, mejor te acompaño a casa — se sonríen


— ¿Son novios? — pregunto


— Algo así — responde la chica


— Muy problemático — dice el chico ya caminando con nosotros


— ¿Por dónde vas Sasuke? — pregunta la chica


— Por allá — señalo la calle de enfrente


— Nosotros también, vamos juntos — asiento con aprobación


— Vi a Shino y a Kiba — comenta Shikamaru


— Una de sus seguidoras lo estaba molestando


— Hum — camina con las manos en los bolsillos — ¿Por qué te metiste?


¿Cómo lo sabe?


— Insulto a mis cuñados — ¿eh?


— Ja — ahora sonríe el chico. Se ve divertido por lo que hizo y dijo la chica — De seguro quería meterse


— Ya lo creo, miraba desde la oficina de la anciana — ¿de que hablaran? — Si no me hubiera metido, terminaría saltando desde la ventana


— No lo dudo — se han olvidado de mí


— Perdón Sasuke, ¿quieres comer con nosotros? — se dirige a mí con una sonrisita, esta chica me cae bien


— No, gracias. Tengo que ver a mi hermano


— Bueno, será para la otra


— Me voy por aquí. Gracias Temari-san


— No fue nada, nos vemos Sasuke — se despide con la mano. Le da un codazo a su no novio


— Nos vemos — hace un gesto con la mano y me dirijo camino a mi casa. Separándome de ellos al dar la vuelta a la izquierda.


Espero que Shino haga sentir mejor a Kiba. Si no me hubiera quedado más tiempo de lo normal en la escuela… más tiempo… más tiempo. Ya sé… el lunes llegare más temprano y veré quien deja la carta. Soy un genio. Más inteligente que el promedio según los test.


Pero soy un asco en estas cosas.



Hogar dulce hogar. Entró y veo los zapatos de mi padre. Papá ha llegado, tiro mis cosas y me quito los zapatos de la escuela, sin ponerme las pantuflas. Corro por la casa, la sala que es lo primero que se ve, nada. Comedor, nada. Cocina, nada. El cuarto de Itachi, nada. Mi cuarto, nada. El cuarto de mis padres, nada.


¿Dónde?


¡El estudio!


Corro al estudio y ahí está. Mi mamá, Itachi y el recién llegado. ¡Mi papá!


— ¡Papá! — Corro con todas mis ganas a los brazos extendidos de mi papá que me recibe con una sonrisa y me da vueltas en el aire cuando me coge


— Te extrañe nene — me abraza


— Yo también — mi mamá e Itachi sonríen. Lo que faltaba en casa, la presencia de mi padre — ¿Cuánto? — pregunto impaciente


— Hasta nuevo aviso — me responde. Más quiero una respuesta más específica — ¿Dos meses? Tal vez más… no lo sé


Mamá, Itachi y yo lo miramos sorprendidos


— ¿De verdad? — decimos los tres


— Claro, necesitaba unas vacaciones. Los he dejado por el trabajo, por ahora las cosas van bien, he encargado las cosas a uno de mis mejores empleados. Sarutobi


— ¡Ah! — Expreso con sorpresa — El abuelo


— No está tan viejo — defiende mi padre y madre


— Para mí sí — respondo


— Jajaja — se ríen


— Vamos a comer — incita mi mami a salir del estudio y andar al comedor



Viernes, mi hermano me ha traído a un bonito lugar llamado “L’élégance”. Un salón de belleza. “Según” su plan es hacerme un cambio de look, pero como “según” no me decido invito al doncel más hermoso, guapo, atractivo… bla, bla, bla, para que me ayudara a escoger que estilo me va más.


El doncel que me mostró en la foto, todavía no llega. Aparte de que solo estoy aquí porque Itachi me va a dar una cuantiosa cantidad de dinero. No me quiero hacer un cabio de look, pero ver a mi hermano atado a un solo doncel es un plus para mí. Así mi mami, papá y yo, podremos respirar tranquilos una vez que Itachi deje a un lado su vida libertinosa.


— ¿Vendrá? — pregunto por enésima vez al idiota de mi hermano


— Eso espero — responde por quincuagésima vez de la misma forma, angustiado. Mordiéndose el dedo pulgar


Y por milésima vez suspiro pesado recargándome en el sillón de cuero rojo en este lugar. Ya mire las cosas una y otra vez, repase cada cosa y artilugio que ocupan en este lugar. Los sillones de rojo y negro, el piso tipo ajedrez, los productos de belleza, las secadoras, planchas y demás en color blanco. El techo blanco al igual que las paredes, los espejos enormes enfrente de las sillas. El olor ya hasta sé de qué producto es cada uno. Y las personas del lugar que nos miran de vez en vez.


Hay un tipo de cabellos cortos, piel blanca, delgado. Un doncel que me parece me mira con una sonrisita falsa todo el tiempo. Espero no volverlo a ver otra vez. Da escalofríos.


— ¡Lo siento! — grita entre jadeos. Se derrumba en el sillón de enfrente de color negro, toma aire y ese chico de sonrisa falsa se acerca — estaba terminando mi maqueta cuando…


— Por fin llegas Deidara, ya me canse de esperar, si tardabas cinco minutos más los echaba — Itachi y yo, miramos molestos a ese tipo de sonrisita falsa


— Los siento Sai, sabes cómo es Sasori-sensei — se excusa


— Por eso te dije que tenías que ir adelantando — se cruza de brazos y los clientes y empleados nos miran curiosos. Odio que me miren


— Vale, ya entendí — el chico le da un vaso de agua — gracias. Tú debes ser Sasuke. Itachi y tú se parecen — se para y camina a mí


— Sí — es mi única contestación. Me cayó bien por haber vuelto loco a mi hermano. Pero no me gusta esperar


— ¡Y con el mismo humor! — Itachi se ríe por lo bajo y lo miro feo — tenían que ser hermanos. Retiro lo dicho me caes mejor — sonrío satisfecho al ver la cara de gruñón de mi hermano — Itachi me ha dicho que quieres hacerte un cambio de imagen. Pero así te ves perfecto


— Perfecto como una cacatúa — dice ese moreno pálido con su sonrisa falsa


— No le hagas caso, así es con todos — me comenta — veamos…


Me toma de la barbilla y me gira el rostro. Luego lo levanta y me hace levantarme, me voltea de espaldas. Y me vuelve a dar la vuelta.


— Dame eso Sai — le pide a su amigo y con un ligero apretón en el hombro me indica que me siente. Extraño…


Sai se va y regresa con una laptop y una mini cámara. Deidara se sienta en el sillón


— Mira — me llama y alzo la vista me toma la foto — veamos


No veo nada de lo que hace, Sai se le une a un lado, mirándome unas veces y regresando la mirada a la laptop. Solo veo que mueven los dedos. Y hablan entre ellos entre susurros. Negando y afirmando. Al final los dos afirman, Sai parece estudiar lo que sea que este viendo y luego sonríe satisfecho, cierran la laptop y se la lleva Sai.


— Te verás bien — sonríe. Se levanta y me lleva a una silla. Donde Sai me pone una capa de color negro. Deidara se regresa dónde Itachi.


Ese Deidara debe de estar interesado en mi hermano aunque se lo niegue. Lo sé por como lo mira de reojo cuando mi hermano le intenta hablar y él hace como si nada.



— ¿Quieres ir a comer? — me invitan ya una vez salimos de esa estética a la cual no pienso volver en mi vida. No es que me hayan dejado mal, la verdad creo que quedo bien. Extrañare mis lindos piquitos en mi cabeza. Tendré el cabello caído por un tiempo. Solo para complacer a mi hermano y la sustanciosa cantidad que recibiré por ello.


El problema, ese chico Sai, se la paso todo el tiempo molestando con idioteces sacadas de quien sabe qué libro idiota apto para idiotas como él. Ni loco vuelvo a hablar con ese.


— ¿Qué quieres? — me pregunta Itachi, complaciente


— Sushi — pido


— ¿Te molesta? —se dirige a Deidara


— No, a mí también me gusta el sushi — si me preguntan voy caminando entre estos dos. Deidara es solo un poco más alto que yo. Cuando crezca espero ser más alto que él.


— Pues sushi — lo que logré ver en lo que me cortaban el cabello y me daban no sé cuántos tratamientos y que el idiota de Sai se burlaba de mí. Deidara e Itachi se estaban llevando mejor de lo que pensé.


Hasta una que otra risa se escuchaba en el lugar



Lunes, Benditos sean los lunes. Estoy aquí más temprano de lo normal, esperando a que llegue el dichoso autor de las hermosas cartas que he recibido en estas tres semanas.


Vamos por la cuarta carta.


Más espero… y sigo esperando. No me levante a las cinco de la mañana para prepararme y llegar aquí a las seis, para que no venga nadie y… sí muy temprano, sabiendo que las clases empiezan a las ocho. Pero los entrenamientos son a las siete. Tal vez exagere, no importa, valdrá la pena cuando vea venir al chico.


Ahí viene uno… no me gusta, sus cabellos andrajosos tipo negrito Bimbo, no me gustan. Uff… no era. Tal vez ese… ese sí me gusta, cabellos rojos, ojos verdes, no está mal. Más no es mi tipo. Me gustan rubios de ojos… otra vez pensando en ese dobe.


Y ya paso otra bonita hora en el reloj… y no viene nadie y ya son las ocho. Dos horas esperando y nada. Sigo esperando hasta que me desespero. No tengo tanta paciencia.


Me acerco a mi casillero y lo abro. Y… ¡oh sorpresa!


La carta ya está aquí… ¡¿Pero cómo?!


Estuve vigilando por dos horas sin descanso, apenas y parpadee. Nadie más que el negrito Bimbo y el pájaro loco pasaron por aquí. Los demás a los lados, nadie a mi casillero. ¿Cómo lo hizo?


¿Será mago? Sí, claro Sasuke. Es mago y la apareció en tu casillero… como si creyera en eso.


Tomó la carta y me la guardo cuando llegue a casa la leeré. Ya perdí mucho tiempo esperando. Hubiera valido la pena si el autor del crimen apareciera.



Casita… saludo a mis padres que están en la sala. Hacía tiempo que papá no estaba en casa. Más por ahora la carta se me hace más importante. Me encierro en mi cuarto. Abro el sobre blanco despegando el sello azul. Sacando la flor de color purpura, seis pétalos en forma de rombo más ancho en la parte superior, otra hermosa flor. Saco la hoja y la desdoblo


 


Para: S


Hola, han pasado muchas cosas en esta semana. Soy como un acosador o un hombre con demasiada suerte porque puedo verte.


Aunque no todo lo que veo es felicidad.


Te vi comer unos tomates rojos y jugosos. Tus labios al masticar eran hipnotizantes, no sabes las ganas que tuve de ser ese tomate y sentirme entre tus labios, tus dientes y tu lengua cuando te relamías el jugo que escapaba de tu dulce boca.


Lo que no me gusto de la semana fue esa horrible discusión con una chica y tu amigo. Eres grande… defendiste a tu amigo por esa chica… esa chica no sabe lo que es amar. Cuando amas a alguien lo que más deseas en el mundo es verla feliz aunque no sea contigo.


Esa es la verdad, al menos para mí es así.


Mi flor, la flor que escogí para ti esta vez es una Clematis, una flor que significa belleza del alma.


No importa lo que digan de ti, tú eres hermoso. Por dentro y por fuera. Yo… aunque suene algo rudo, descortés y demás. Nunca me enamoraría de una persona que no valora a las otras personas como debe de ser. Te mereces mi respeto, y aun aunque no fueras hermoso en cuerpo, te amaría por tener un alma tan pura como la tuya. Eres noble.


Tal vez me equivoque al juzgarte, pero para mí y ante mis ojos, tú, tú mi hermoso ángel, mi bello durmiente eres el ser más magnifico en esta tierra. Te lo he dicho en mis otras cartas. Te he preguntado cómo obtenerte, te he dicho lo que siento por ti en cada una de ellas.


Tú mi dulce hada, mi encantador elfo, mi hermoso sireno, mi dios, mi amo… tú eres el ser más asombroso en mi mundo, no me importa el resto si tú y solo tú eres feliz. Aun si pierdo esta batalla, aun sí no soy para ti, aun si te alejas de mí, para mí solo eres tú. Solo tú y nadie más.


Y que me llamen loco, mi cuerpo por más viejo que sea siempre te anhelara, mi alma siempre nueva te buscará y mi corazón será eterno para ti.


Te amo, Sasuke. Te amo


Me he vuelto fiel a ti


¿Qué puedo hacer para volverme parte de ti?


 


Es la primera vez que me dice “Te amo”


Lágrimas de felicidad salen de mi rostro y manchan mis manos y la carta entre ellas. Dice lo que necesito oír en sus cartas. Acosador o lo que sea, sus sentimientos los siento en mi pecho. Unas cosquillitas en mi vientre y mi pecho salen. ¿Qué es esto?

Notas finales:

Y...??? que tal??

Como vieron la opción C se fue volando. Luego explico el porque y como paso esto.

Nos quedan la A, B y D. Para los que quieran opinar antes de subir el otro capitulo que sigue en blanco. Por ahora, claro.

Y... Gracias chicas hermosas. Me encantaría conocerlas. Son muy divertidas... de verdad.

OH!!! Si alguien le esto... estoy buscando alguien o muchos alguien que me quieran ayudar con uchas historias que tengo escritas más no he terminado ninguna por... porque tengo muchas ideas en la cabeza y con trabajos me concentro en solo una. Por algo hago más one-shot que terminan siendo mini-fic

Si a alguien le interesa. Si no... pues nada, trataré de arreglarme sola. Aun así espero que alguien quiera ayudarme con su opinión.

Bueno. Nos vemos en una semanita. Como vuela el tiempo...

Bye bye


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