Estás ahí y únicamente puedo seguir tu figura. Te escucho reír y a momentos me sorprendes cuando nuestras miradas se cruzan; deberías detenerme, es agotador ser tan evidente.
— Torashi ¿Tienes un momento?
Sé que lo desconcierto en ocasiones, también sé que hoy no es la excepción.
— ¿Qué necesitas, Saga?
Responde con tranquilidad aunque su atención continua afinando aquella guitarra.
— Verás… Es sobre el tema nuevo…
No soy bueno al mentir, pero de ello está enterado desde hace tanto.
— ¿Y en qué puedo ayudarte?
Mantiene aquel tono al hablar y sus dedos no se detienen sobre aquellas cuerdas. Odio que me ignore así.
— … No puedo seguir el ritmo.
¿Es mi imaginación o mi voz se va apagando?
— ¿Quieres darme unos minutos? Ya estaré contigo.
Debería haberse esforzado en su respuesta, al menos un poco.
— Déjalo, no te preocupes. Le pediré ayuda a Nao.
Lo dejo en aquella sala. Mi bajo me acompaña mientras pretendo alejarme con seguridad. Internamente estoy temblando, no solamente de ira, sino también, por el dolor que se apodera de mi pecho; está ardiendo, está doliendo como si le clavasen mil veces la misma daga.
— Síguelo, Shinji.
Sugiere la voz de aquél que ocasionó aquella hiriente distancia.
— ¡Y tú deberías arreglar las cosas!
Tora está siendo severo por primera vez con él, a quien considera su hermano. De igual manera se ha cansado, pero no de los desplantes de Saga, sino de las inseguridad con respecto a sus sentimientos ¿Acaso no ha sido lo suficientemente claro con al bajista?
— … Lo lamento, lo sabes, Shinji.
Pero una simple disculpa no basta para que el ojiverde, eso no ayudará a cerrar la brecha en su relación con Takashi. Inclusive teme que todo llegue a su fin y solamente por unas estúpidas fotos que el vocalista publicó como si le pagasen por ello.
Antes de que el pelinegro responda con un rotundo y seco “No me interesa” interviene el menor de los integrantes. ¿Acaso las cosas no pueden mantenerse en privado al menos por una vez?
— Continua así, sigue perdiendo el tiempo y cuando decidas ir por él alguien más ya lo estará consolando.
Palabras fuertes que se dirigieron a los ahí presentes. La sinceridad duele, y las inseguridades aterran, más cuando la mente es su aliada para hacerte creer cosas que quizá nunca llegaran a pasar.
Show no mencionó nada más, simplemente bajó la mirada ¿Culpable? Sí, se sentía de dicha manera, también como un cobarde por haber dejad ir a la persona que años atrás lo amaba, Hiroto, quien ahora salía con el bajista de the GazettE.
— También pudiste haber esperado otro poco. – Reprochó el castaño quién miraba con ira al rubio.
El blondo no respondió en primer momento, por su parte, Tora no deseaba ver una escena más aquella tarde, mucho menos de aquel par, motivo por el cual no tardó en salir de la sala a paso veliz y firme para encontrar a su amado.
— ¡Casi un año! — Exclamó con rabia. — Ese tiempo fue el que te esperé, y puedo estar seguro que aún no sabes si de verdad me amabas, Kohara.
Ogata rió grácilmente por la decepción, por lo incómodo del momento y porque el castaño frente suyo no hiló palabras para desmentirlo, o al menos para defenderse.