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Kim Minseok había metido la pata, la había metido en grande, y lo sabía muy bien. ¿Cómo si quiera se le había escapado decir semejantes palabras? Encima delante de Dios y medio mundo ¡Absoluta y completa vergüenza! ¡Horror de los horrores! ¡Calamidad! ¡Desastre! Aunque, cabe aclarar, que ese medio mundo eran solo los demás integrantes de EXO, pero, para Xiumin, era como haber tenido en frente a la mismísima Reina Isabel II y todo el Parlamento.
Minseok aún podía sentir sus mejillas calientes y aún podía escuchar las risas mal disimuladas de sus compañeros. Pero, por sobre todo, aún podía recordar con nitidez la cara de sorpresa de Kim Jongdae cuando las palabras salieron, inconscientemente, de su boca. Esperaba que después de meterse a la cama, esta se lo tragara y lo llevara alguna especie de otra dimensión donde su error no hubiese pasado, o ¿retroceder en el tiempo era pedir demasiado?
Quizás, haber huido como un total cobarde de la sala no fue su idea más brillante, pero estaba abochornado, avergonzado, desesperado, horrorizado y demás palabras terminadas en ado.
Ahora estaba acostado boca arriba en su cama protectora, rememorando lo ocurrido e intentando comprender, sin éxito alguno, que lo llevo a soltar esas palabras más que escandalosas.
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Flash Back
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Había sido un día agotador y el grupo recién regresaba a casa. Todos charlaban animadamente, a excepción de Minseok que tenía su mente en otro lado, específicamente, en el sueño que había tenido en la noche. Aún no entendía que había sido todo eso, pero no se preocuparía demasiado, lo analizaría más tarde. Ahora se dedicaría a pasarla bien con sus amigos mientras comían.
Todos se sentaron en el comedor a hablar de diversos temas y, en un momento, salió a la luz el tema de las fans, de lo lindas y divertidas que eran algunas, y de lo aterradoras y acosadoras que eran otras.
— Ya se los dije— habló Kris— Algunas fans están dementes.
— Aún recuerdo cuando una me toco el trasero— comentó un traumatizado Kyungsoo.
— ¿Y cuándo nos lanzaron ropa interior?— recordó Chanyeol— Esa quedó para la historia.
— Oh, vamos, no se hagan— dijo un sonriente Chen— Ninguno de ustedes es santo.
— Nadie pidió tu opinión, Chen.
— Sehun, Sehun, Sehun, estoy seguro de que si te encuentras en la calle a Miranda, no dudarías en tocarle el trasero.
— Jongdae— lo regañó Suho.
— Esperen ¡aún hay más!— dijo emocionado—Estoy seguro de que Chanyeol fingiría tropezarse para caer sobre Dara ¡y todos sabemos en qué parte!
— ¡¡¡Jongdae!!!— gritó Chanyeol molesto al ver el odio reflejado en los ojos de Baekhyun.
— Perdón, perdón— habló con voz falsamente dulce— Había olvidado que la diva es la que ahora está un tu mira— sonrió como el gato de Cheshire— Si fuera tu, Baekhyun, dormiría con mi culo pegado a la pared.
— Chen, es suficiente— Luhan intentaba evitar un trágico final para su amigo de sonrisa gatuna.
— Aunque pensándolo bien— siguió hablando, ignorando por completo a Luhan— Estoy seguro de que en vez de esconder tu trasero, se lo vas a ofrecer en bandeja de plata.
Baekhyun y Chanyeol se sonrojaron con violencia.
Kris bufó exasperado.
Kai se alejó de D.O. lentamente para no ser la siguiente víctima.
Kyungsoo empezó a leer una revista que tenía cerca, evitando hacer contacto visual.
Suho se resignó a lo inevitable, sabía que hacer callar a Chen, cuando empezaba a joder, era imposible.
Tao se sentía avergonzado por sus amigos y no sabía en dónde meterse para no caer él tampoco.
Luhan y Sehun intercambiaron miradas inquietas. Esperaban que el gato hiperactivo y bromista no se las agarrara con ellos.
Lay y Xiumin miraban a Baekhyun y Chanyeol apenados. Lo sentían, pero era mejor que les tocara a esos dos que a ellos.
— Tantas cosas para decir de todos ¿de quién puedo hablar ahora?— preguntó, más para sí mismo, mientras miraba a todos sus compañeros— ¿Qué hay de ti, Soo?
— Rayos— murmuró Kyungsoo, intentando hacerse pequeñito en su lugar.
— Basta, Jongdae— habló calmadamente Xiumin.
— ¡Hay muchas cosas que decir sobre él, Baozi!— dijo en voz alta mientras señalaba a D.O.— ¿No sientes curiosidad?
— No, Chen, no siento curiosidad.
— ¡Vamos, di que si!— se acercó a Xiumin y empezó a jalarle la remera insistentemente. Los demás solo miraban en silencio la escena.
— No y deja de molestar— golpeó, suavemente, la mano de su amigo para que dejara de joderlo. Pero, obviamente, eso no iba a detener al gran Kim Jongdae.
— Minnie, Minnie, Minnie…— empezó a pronunciar una y otra y otra vez en un tono chillón.
— Chen…— advirtió.
— Seokie, Seokie, Seokie, Seokie…
— Jongdae…— pronunció su nombre en un tono más que irritado.
— Dame una X, dame una I, dame una U, dame una M…
— ¡¡¡Kim Jongdae!!! ¡¡¡Me haces el amor y te callas!!!— gritó Xiumin de golpe.
Cuando Xiumin se dio cuenta de su error, se llevó las manos a la boca, tapándosela, mientras se ponía más rojo que una manzana madura.
Jongdae se calló de repente, mirando a su hyung con la sorpresa escrita en la cara.
Kyungsoo, Kai, Sehun y Luhan ahogaron una exclamación de sorpresa.
Lay se golpeó la frente con la palma de su mano, murmurando un “qué idiota”.
Baekhyun miraba a su amigo pensando “¡en tu cara, Chen!”.
Chanyeol sonreía como el gato que se había comido el canario.
Kris suspiró, diciendo en voz baja “tremendo acto fallido, Minseok”.
Tao miró a Xiumin sin poder creer lo que había oído.
Suho posó su mano en el hombro de su hyung, brindándole apoyo moral. Sabía lo que al pobre se le venía encima.
Antes de que alguien pudiera decir algo, Minseok se levantó de golpe y subió corriendo las escaleras para hundirse en un pozo de vergüenza y depresión que él solito había cavado.
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Fin Flash Back
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Xiumin empezó a dar vueltas en la cama, no podía olvidar lo que había dicho. Lo que en realidad había querido decir era “me haces el favor y te callas” pero, lamentablemente, su inconsciente tenía pensado otra cosa.
Estaba seguro, ahora, que se había equivocado por culpa del maldito sueño que había tenido. ¿Quién lo mandaba a soñar con Chen? Primero, ambos jugando y divirtiéndose bajo la luz solar para luego, de golpe, que el paisaje cambiara a unas cuatro paredes, una cama y gemidos de más. Recordaba claramente que había dicho algo como “hazme el amor, Chen, como nunca lo has hecho” para luego despertar sobresaltado y con ganas de que se hiciera realidad.
No iba a engañarse a sí mismo, le gustaba Jongdae y se lo admitía interiormente ¿pero de ahí a, prácticamente, gritarle, de un modo algo sutil, qué le haga ver las estrellas? ¿Qué lo haga quedarse afónico? Algunas cosas solo debían quedarse encerrados en el baúl del cerebro y no abrirse nunca más.
Minseok se tensó cuando escuchó la puerta de la habitación abrirse. Para su suerte y desgracia, compartía el cuarto con Chen. Y sabía que el que había abierto la puerta era él.
— ¿Hyung?— habló Jongdae, en voz baja y dudosa, desde la puerta.
— Entra, Chen— suspiró— Este lugar es tuyo también.
— Gracias— murmuró, entrando y cerrando la puerta.
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To be continued
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