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La última vez. por HaruhiKitamura

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Notas del fanfic:

Este one-shot fue escrito principalmente para participar del mes MuraAka, evento organizado por MuraAka fans, sin más que decir, que lo disfruten :3

“La última vez”

 

El final de La Generación Milagrosa estaba a la vuelta de la esquina, como si los últimos años hubieran sido solo un juego de niños en el que se ganaba en equipo; sin embargo, aquella hermosa mentira terminaba y la verdad comenzaba. Pero no vamos a hablar de estos chicos que lograron cosas asombrosas, sino de aquel par que mantenía cierta pasión en “secreto” durante los días que traen nostalgia.

 

Akashi Seijurou, capitán del equipo de basketball estaba “despidiéndose” de sus antiguos compañeros, pero en realidad estaba declarando a guerra a cada uno de ellos; y eso fue entendido claramente por su compañero Murasakibara Atsushi. Bueno, no diríamos compañeros ni siquiera estaríamos en derecho de decir que eran amigos; no, ellos ya habían sobrepasado la barrera de la amistad hace tiempo. Su relación no era normal y no porque haya sido una de dos chicos, más bien, su “relación” se basaba más en la pasión que en el amor.

 

Sin embargo, a pesar de los problemas de no poder decir lo que pensaban del otro, Murasakibara se sentía correspondido a Akashi; él lo amaba, de tal manera que lo hacía pensar que nunca podría amar tanto a otro ser humano.

 

Luego de la supuesta despedida y declaración de guerra de Akashi, la cancha en donde se habían juntado quedo completamente vacía; sin embargo, se podían escuchar pequeños ruidos de unas suelas de zapatillas contra el piso.

 

—Akashi… – Dice de repente Murasakibara, llamando a su pareja y haciendo que esta parara de practicar.

 

—Ah, Murasaki…bara – Al momento en el que Akashi se gira para poder hablarle seriamente al de cabello morado, nota que este se encuentra cabizbajo.

 

—¿Por qué no me dices Atsushi… como siempre?

 

—Porque nosotros no estamos saliendo.

 

—¡¿Por qué?!

 

—Porque desde hoy nosotros somos rivales.

 

 

Las frías palabras de Akashi parecían que hacían eco en toda la cancha, logrando que el repentino silencio luego de ellas se diera presente; para finalmente escuchar las grandes pisadas del pelirrojo dirigiéndose hacia la gran puerta de metal.

 

—Atsushi.

 

—¿Eh? – El repentino llamado del pelirrojo deja un poco perplejo a Murasakibara, haciendo que este le mirara rápidamente.

 

—Una vez más. – Las palabras confusas de Akashi sonaron en todo el lugar, haciendo que por alguna razón Murasakibara sintiera un repentino frio que parecía recorrerle todo el cuerpo. Obviamente, el más alto comprendió que sería su última noche, en la cual el único deseo de Akashi era tener sexo.

 

 

 

Las manecillas del reloj parecían estar llevando a ambos chicos a una perdición, o eso creía el pelimorado; quien no dejaba de sentir una extraña inquietud en todo su cuerpo. El haberse enamorado de la persona que solo quería utilizar su parte baja le parecía tan injusto y tan raro, haciéndole pensar que cosas podrían haber hecho que ese sentimiento apareciera.

 

Finalmente llega la hora en la que los estudiantes son “liberados” de las clases y pueden dirigirse a sus hogares, pero Murasakibara estaba esperando en la entrada; pensando en que cosas podría estar haciendo Akashi al tardar tanto. Espero cinco minutos, luego diez y por fin al cumplir los veinte minutos; el chico pelirrojo por fin aparecía.

 

—Lo siento, tenía que arreglar algunas últimas cosas con el club.

 

—No hay problema… – Comenzaba a decir Murasakibara, mientras ambos caminaban y él no podía quitar la vista del más bajo.

 

—De todas formas, lo único que vamos a hacer es follar, ¿verdad? – Aquella pregunta al final de tal oración parecía ser un sorpresivo golpe para el pelimorado, ya que no esperaba tal actitud del ex capitán de su equipo.

 

Silencio. Akashi se quedó esperando una respuesta mientras le seguía el paso a Murasakibara, pero aquel silencio que hacia el ambiente más pesado; ponía un toque extra de incomodidad al asunto. Ambos chicos -un tanto ofendidos, obviamente por la actitud del otro- no dijeron una sola palabra en el transcurso de la caminata, que para Akashi, no tenía ningún destino en particular.

 

 

—Murasakibara, ¿puedes decirme que diablos hacemos aquí? – Pregunta Akashi un tanto desorientado al notar que solo habían caminado unas pocas cuadras hasta llegar a un pequeño parque.

 

—Aka-chin, juguemos basketball~

 

—¿Por qué?

 

—Por favor~

 

La mente de Akashi estaba totalmente confundida, pero al ser un pequeño capricho, no podía evitar decirle que sí. ¿Qué pensaba hacer, actuar como Aomine y Kise? La mente del pelirrojo se ponía en acción para molestarlo con estúpidas preguntas, tanto, que no parecía darse cuenta de que el tiempo estaba pasando. Su mente y cuerpo no parecían estar coordinados, aun si este estaba ganando, parecía que iba perdiendo el control; de tal manera que un simple error lo hizo tropezarse y comenzar a caer.

 

Akashi cerro los ojos esperando aquel golpe contra el piso, pero solamente logro sentir un brazo gentil que lo agarraba por la cintura; haciendo que este no solo se sintiera avergonzado por su torpeza; sino también por el tacto tan suave de Murasakibara.

 

—Aka-chin, ¿estás bien? Eso fue sorpresiv-. – Y antes de que terminara su oración, el acto de Akashi alejándose de él y su mirada que se dirigía al piso, hizo que este se callara. —Aka-.

 

—¿¡Por qué me tocas tan gentilmente!? ¡No debe ser así! – Los repentinos gritos de Akashi hicieron que Murasakibara sintiera un gran escalofrió que parecía haberle recorrido por toda la espalda. —¿¡Por qué haces que me enam-!?

 

—¡Bien, entonces vamos Aka-chin! – En un rápido movimiento, Murasakibara agarra finalmente la muñeca de Akashi, comenzando a caminar rápidamente.

 

 

Durante el camino, la mirada confundida de Akashi miraba de forma extraña a Murasakibara; aún si este no lo miraba podía notar claramente que estaba enojado con él. Sin duda el pelirrojo sabia la razón, pero de todas formas le parecía raro la manera de actuar del chico, después de todo, siempre lo veía tranquilo; o al menos con él. Luego de varios minutos, ambos llegaran a la casa del pelimorado, el cual abrió rápidamente la puerta de esta y entro; subiendo directamente a su habitación con Akashi, quien fue empujado sobre la cama.

 

—¿Murasaki-?

 

—Tú querías esto, ¿verdad? Y – Rápidamente, Murasakibara fue sacando el pantalón y la ropa de interior de Akashi, comenzando a lamer casi al instante la parte baja del pelirrojo.

 

—¿¡Qu-!? – La voz de Akashi se ve obligada a parar, luego del repentino gemido que sale de esta; haciendo que ambos chicos se miraran a los ojos y se sonrojara. —… ¿Por qué lloras?

 

—¡Lo siento Aka-chin, no puedo hacerlo!

 

—¿De qué hablas?

 

—¿P-Por qué no te gusto?

 

—… Yo nunca dije eso. – Akashi al momento de querer girarse para evitar la mirada de Atsushi, este le agarro entre sus brazos; haciendo que este se sorprendiera.

 

—¡Entonces Aka-chin me ama!

 

—Cállate Atsush-. – Las palabras de Akashi no pudieron terminar de salir, ya que Murasakibara se le adelanto; acaparando completamente sus labios.

 

—Nee, Aka-chin, hagámoslo~ – Murasakibara no espero respuesta alguna, pero jura que antes de volver a atacar la boca de Akashi habría escuchado un “idiota”.

 

 

¿Realmente será su última vez?

Notas finales:

Espero que les haya gustado~


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