Cerca de un mes de haber estado metido en aquella habitación, prefería estar en aquella habitación blanca - que antes por nada del mundo quería estar ni atado - que salir ahora de ahí, al aire libre, donde los demás verían lo ridículo y feo que soy…
Camine por el jardín del hospital, dirigiendo la mirada aquí y allá sin centrarme en nada. En una que cuantas bancas también habían mas personas, como yo, vestidos como yo, de blanco, mirando el vacío, hablando solos, caminaban desorientados y la gran mayoría de ellos estaban con alguien que los cuidaba como las enfermeras o doctores. Ya que en realidad era un centro de rehabilitación.
Como para enfermos, como yo. Claro, porque era un “desequilibrado” que había tratado más de una estúpida ves quitarse la vida. Es así, como me tildaban unas cuantas enfermeras, mientras que otras decían que “desperdicio” tan guapo y era un orate… Si claro.
La brisa suave acaricio mi rostro, esparciendo los ridículos pensamientos en mi mente… esa sensación me encantaba tanto. Lástima que hace tiempo había perdido aquella libertad de sentirla plenamente. Suspire, y mil y un veces preferí el pasto frío y húmedo, antes que una banca.
Entre los demás enfermos y yo había una abismal diferencia: ya que a pesar de haber intentado suicidarme, no tenia nada crónico ni de gravedad, solo una depresión enfermiza, miedos, sufría de angustias, llantos… bueno algo típico en los humanos, solo que en mi se había juntado y acumulado todo eso. Y ellos bueno, padecían de enfermedades mentales, causados por muchos motivos, su genética, accidentes y temas que no vienen al caso.
Aterrice, una vez más a mi realidad. Desde acá podía ver el rosal. Tétrico. Tétrico igual que mi vida.
¿Cómo llegue a esta situación?
Mi vida o el resto que quedaba de ella: daba asco… Es que… ósea, siempre fue así, nunca destaque en nada, era feo, y fui traicionado por el que creía que era el amor de mi vida…asco es mi ahora, llamada vida.
¿Amor?
Amor, es de lo que menos deseaba hablar, estaba completamente decepcionado del Amor. Pues mi padre se largo y me dejo, ¿donde estuvo su amor? Y ¿mi madre? Al final se murió junto a mi padre, dejándome solo, luchando contra todos…
Y por ultimo ni amor propio sentía, porque alguien que arremete contra su VIDA, no se ama. Y el que no se ama no ama a nadie…
Tenía tantas ganas de llorar y gritarle al primero que se me cruzara que la vida era un asco, sin embargo me prometí a mi mismo, y a SeungRi que ya no lloraría más. Que tenía que superar todo. TODO y en ello incluía mi pasado… mi pasado oscuro, y quizás señalado por la sociedad.
Hay tanto que contar, pero en realidad es como si las palabras pesaran y no brotaran. Vi a lo lejos a SeungRi, me saludo con la mano, yo por mi lado simplemente sonreí.
SeungRi había sido un gran apoyo para mi, quizás si jamás nos hubiésemos conocido, hoy yo no estaría aquí… Porque, aunque no lo quisiera aceptar, él fue quien me salvo; aquella tarde cuando decidí ponerle fin a todo. Dijo que sería mi luz que me cuidaría.
Y esta cumpliendo su promesa.
Suspire resignado.
Ahora todo es diferente.
Hoy, hoy solo son simples recuerdos sin importancia, pero, ¿y antes?
¡Antes lo eran todo! ¡TODO!
Recuerdo que cuando era pequeño amaba ir a su casa y jugar con él. A penas nos conocimos nos volvimos inseparables… él me daba esa confianza que yo necesitaba y creo que, aunque suene algo raro, cuando mis padres se separaron completamente; nos volvimos mas unidos casi como “hermanos” “casi”… pero había algo que había nacido ya desde muy pequeño…
Mi vena suicida…
Suspire por milésima vez. Tratando de calmar a mi pobre corazón, que aun sufría de la separación de mis queridos padres.
Tanto tiempo juntos, y ahora verlos separados, seria complicado para mi… pero ahora, la veía mucho mas feliz, sonreía mas, inclusive reía mas. Se veía radiante. Y eso me reconfortaba. Es que ver a mi madre así, después de tiempo, me ponía feliz.
Habían pasado exactamente 8 meses desde que papa se fue, y lo extrañaba como el primer día…
Mi madre estaciono el coche, junto a la acera.
- Ya llegamos cariño.- Con una sonrisa y un beso me dijo.
Baje feliz y emocionado. Nos paramos junto a la puerta.
Y toque muy emocionado… tres… dos… uno. Y la puerta se abrió. Muy emocionado lo abrace. Ahora lo visitaba más constante.
Es que me sentía así, solo. Y con él, me sentía mejor.
Pasamos a la casa. Conocía perfectamente el camino, fuimos a la sala, entre risas y bromas. Y me puse algo serio al llegar a la sala, y verlo sentado ahí… a mi tío. La verdad, no me agradaba del todo. Me daba esa mala vibra.
Pero era mi familia… es que a veces se comportaba de una manera rara conmigo… no se como explicarlo, pero el hacia que me sintiera incomodo… quizás solo sean cosas mías…
Voltee a verlo, al escuchar su voz, sonreí ante su propuesta y fuimos al jardín a jugar. Me hacia feliz, estar cerca a alguien que me hacia compañía y no me hacía sentir tan solo, y sobretodo , de una manera indirecta impedía que siguiera haciendo aquella idiotez, a pesar de saber que estaba mal, yo continuaba haciéndolo… por eso, simplemente ocultaba mis muñecas de la vista de los demás.
Al rato, escuche como mi madre nos llamaba ha ambos. Fuimos entre risas hasta el comedor. El almuerzo estaba listo ya. Nos sentamos junto con ellos.
- Bueno, tenemos algo que decirles.- dijo mi mama muy feliz. Ahora era costumbre verla así…
- Si tía, ¿Qué pasa? – dijo mi primo, YoungBae. A mi también me daba curiosidad saber que es lo que ocurría…
- Está bien, quiero que ambos lo sepan ya. Por que los quiero por igual.-
¿A que iba todo esto?
- John y yo, hemos decidido…- hizo una pausa, en ese momento la idea que paso por mi cabeza, era la que menos quería que sea…- hemos decidido… que lo mejor para todos, para nosotros cuatro sea… estar juntos. – dijo muy sonriente.
¿Juntos?
Juntos, ¿cómo qué? ¿Cómo hermanos? ¿Amigos? ¿Confidentes? O… ¿c-como pareja?
Me hubiese encantado haber acertado con las primeras.
Pero no.
- Papa, ¿Qué es lo que pasa? ¿A que se refiere mi tía, con eso… con eso de estar juntos? – Hasta Bae, se notaba algo confuso y nervioso…
- Lo que trata de decir ella, es que no será simplemente tu tía… ahora deberás llamarla mama.
- ¿Que? Dime mama ¿qué es lo que pasa? – comenzaba alterarme, bajo la mesa sobaba con saña mi muñeca…
¡Es que no quería entender! Por favor no. Que no sea lo que pienso. Todo menos eso…
- Cariño, cálmate. Ahora estaremos todos juntos… pues nos casaremos…
Y mi pequeño mundo nuevamente se vino abajo.
- ¡Pero papá! ¡Eso imposible! ¡E-es abominable! Ustedes dos son hermanos. – Bae estaba muy alterado, se había puesto de pie, y estaba con el seño fruncido.
- Bae, amor tranquilízate.- mi madre hablo, también poniéndose de pie y acercándose a el- no es así, como crees. En realidad, a tu padre y a mi, no nos une ningún lazo de sangre… – ella se mantuvo serena, como si nuestras reacciones no le afectara.
- Entonces… eso significa que no son hermanos…- susurre.
- Así es, Ji Yong.-hablo mi tío, que en un futuro que ya es presente, seria mi padre. – Nosotros nos criamos juntos desde pequeños, al unirse nuestras familias, pero no compartimos lazo alguno. Por eso no hay abominación. – y miro a Bae, el aún estaba así, bajo un estado de shock.
Era tan difícil de comprender lo que estaba sucediendo justo en esos momentos… no puedo creerlo… ella, mi madre… ¿Cómo era posible que haya decidido tomar esa decisión?
¿Por qué no lo consulto conmigo?
En ese momento me encontraba de la misma manera que Young Bae… me desespere, me rasque con saña las muñecas, mire a todos lados.
Pero… ¿Qué podía hacer yo?
¡Nada! ¡Absolutamente nada!
Pues la decisión de ella ya estaba tomada, ¿Cómo no me di cuenta antes?
Es que nunca lo había visto. Es que jamás en la vida, ¡jamás! Me hubiese imaginado que ella decidía venir a visitar a mi tío mas constante solo por eso… siempre creía que era por mí…por mí… para que no me sintiera solo, pues era cierto que necesitaba la compañía de alguien…
- Y Ji Yong, ¿Qué dirás al respecto? ¿Qué te pasa? ¡Estas pálido!- él trato de acercarse a mi, pero retrocedí.
- No… no tengo nada. Absolutamente nada.- y como era costumbre en mí ya, jale más las mangas de mi polera, cubriendo mis manos…
- Ji, amor, ¿Qué sucede?
Que ¡¿que sucede?!
Y ¡ella tenia el descaro de preguntarlo! Sucede que la persona que más amo en este maldito mundo, mi madre, ha decidido unir lo que queda de su maldita vida a un hombre, que bueno, yo creía que era su hermano, sangre de su sangre, pero no. ¡No! ¡Pues no es así!
Viví engañado, creyendo que él, YoungBae, era mi primo, pero no. Otra vez estaba solo en este mundo cruel. ¿Por que justamente, elegiste a él mama? Una idea loca paso por mi mente… y si ella… decidió terminar todo con papa por él…no.
Con tan solo pensar en ello, me ponía mal.
Sentí como mis ojos se llenaban de lagrima, trate de evitarlo a toda costa, pero me fue imposible, sentí otra vez aquella horrible molestia en la garganta, era un dolor muy fastidioso… la respiración me comenzó a faltar, comencé a respirar con mayor ansias, pero de todos modos sentía esa asfixia. Lleve mi mano al pecho. Nunca antes había sentido algo así. Trataba de aspirar todo el aire posible, pero de todos modos faltaba el aire, sentía como mi corazón latía tan fuerte…
- Ji Yong! Amor, ¿Qué te sucede? Estas muy pálido. –Sentí su mano sobre mi cabello.- estas… estas sudando. ¡Ji di algo!
- Mhmm no p-puedo… re-respi...rar… - y toque mi pecho, involuntariamente me arquee. No se pero me sentía fatal.
- Ji Yong siéntate aquí.- Young Bae, jalo de mi mano hasta el mueble.- te, te traeré agua.- simplemente asentí
- Vamos, Ji mírame - la mire – tranquilízate, respira despacio…- tenia miedo asfixiarme…- Ji respira despacio, haber dame el agua.- me extendió el vaso.- toma un poco de agua.- asentí
Me tome toda el agua. Y suspire. Aun sentía mi corazón muy acelerado, pero mi respiración estaba algo controlada, ¿Qué había sido eso?
- Has tenido un ataque de ansiedad. – dijo John, mirando la escena algo alejado, como si no le importase lo que sucedía en ese momento. – no pensé que esto te afectaría de esta manera.
- Cariño, perdón...
Fue lo último que escuche, esa tarde. No deseaba ver ni escuchar más. Ese día para mí había muerto todo rastro de deseos por seguir luchando.
Curiosamente desde pequeño mas de una vez trate de lastimarme, pero claro era cobarde y al final terminaba sin hacerlo.
Mire al cielo, estaba atardeciendo, corría algo de aire. Mi cuerpo estaba frío. La brisa me acaricio, y sentí la mano de alguien sobre mi hombro, me gire algo sobresaltado, apretando una de mis muñecas vendadas.
Luego me relaje, era SeungRi. Me ayudo a ponerme de pie.
- ¿Por qué lloras? – me pregunto, pasando su mano delicadamente por mi mejilla, para quitar el rastro de lagrimas.
No me percate en que momento había empezado a llorar.
- Por nada… – dije apartando su mano de mi rostro.
- Uno no llora por que sí, eso lo sabes. – dijo mirándome, atento a cualquiera de mis acciones.
- Pues si, lo sé. No es necesario que siempre me lo repitas… - suspire y me tome mi tiempo para hablar – pues recordaba el “pasado”.
- ¿Tu infancia? – asentí. Le había contado, gran parte de mi infancia, mejor dicho la gran mayoría de cosas que pase, mis reacciones, lo que pensaba y lo que sentía en ese entonces… Y la verdad, era como un peso menos. Sin embargo no le había contado un par de cosas…
- Pues ya no te atormentes con el pasado…
- Es que… no entiendes. Necesito, debo recordar algo.- dije alterado.
- ¿Algo? O ¿Alguien? – dijo algo enfadado. Mirándome fijo.
No dije mas, me había pillado.
Pues si, por todos los medios he estado tratando de recordar algo referente a ese hombre. Claro, a Ri no le he comentado lo que he presenciado y lo que había dicho. Sin embargo se había dado cuenta de mis verdaderas razones, por cooperar en todas las sesiones.
Y la verdad, no planeaba decirle nada referente al tema, aunque… pensándolo bien, podría ayudarme ¿no es así?