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Mi Miserable Vida. por ale-aleju

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Notas del capitulo:

Bonjour! ♥ 

Y heme nuevamente renaciendo entre las cenizas del olvido! Lo se he tardo una eternidad para actualizar. Lo siento, me pasare mas seguido por aqui...

Sin mas que decir:

 

A leer!

-   El ser humano no solo es vulnerable físicamente… algunos trastornos afectan también su alma o su cerebro, ¿y sabes?… solo pueden ser curados con la psicología o psiquiatría.

-   Estas tratando de decir, ¿que soy un enfermo mental? Que estoy loco, ¡¿solo por haber intentado mas de una jodida vez quitarme la vida?! – dije alterado más de la cuenta.

-   No Ji. No lo tomes de esa manera.

-   Entonces, ¿Cómo diablos quieres que lo tome? Si en pocas palabras me estas diciendo ¡enfermo mental!

 

Note como se formaba una sonrisa entre sus labios. Yo rodé los ojos, no me causaba gracia.

 

Claro que no es divertido, que te tilden de un desquiciado loco. Suspiré y me recosté en la pared fría. Y miré mi habitación, esta no era amplia. Había una cama, un pequeño mueble y una ventana, con rejas. ¡Como si quisiera escapar! ¡Que estupidez!

Las paredes, pintadas de blanco habano, al igual que las sabanas y mi ropa, según los médicos para que transmitan “paz”. Una paz que me enloquecía… Lo que más me enfermaba es estar aquí  encerrado, me aburría. Aunque tres veces a la semana salía a dar un paseo por el jardín del hospital, pero de todos modos no me sentía cómodo…

 

Todos los días, venia SeungRi. Ha darme ¿charlas? ¿Sesiones? Pues si, he mejorado un poco… ya no pienso mucho en esas… tonterías, aunque ni muerto mostraría a nadie mis brazos, parecían rejilla con tantos cortes. Sobre todo por esas dos líneas gruesas de color rojizo... Las que se atrevieron a debatir mi vida en la balanza de la muerte. Aunque seguían cubiertas, porque había sanado ahora si del todo, pero la vergüenza me tragaba y las ocultaba siempre.

 

Suspire con nostalgia.

 

 

-   Una persona en depresión no solo no se llevará bien consigo misma sino que tendrá dificultades en sus relaciones de pareja y en su interrelación con el mundo. Sin embargo, tendrá una gran necesidad de sentirse amada.

-   Lo sé, tengo problemas… Son serios… Necesito sentirme amado… Pero para eso estas aquí, para matar mis demonios que habitan en mi fuero interno.

-   En parte sí, pero no podré lograrlo, si tú como paciente no planeas colaborar. – cerró el libro y me miró.

 

Aun no me desidia si  debía o no contarle… han pasado ya dos semanas desde ese día. Las pesadillas aun me persiguen, me levanto a media noche llorando, otras gritando. Algunas veces vienen enfermeras y me dan tranquilizantes…

 

Frote mis manos, algo nervioso, ¿que debía hacer?  “deja que te ayude”. Volvieron a mi mente las palabras que me dijo aquella vez. Mi mirada se paseo por mi aburrida habitación y se centraron en él.

Me miraba, con cierta curiosidad, esperando alguna respuesta mía. Siempre era igual, a veces cuando no quería hablar, él no decía más, me daba el tiempo para pensar y responderle. Aunque no siempre resultaba, ya que a veces me daba un ataque de histeria y deseaba golpearle, o le gritaba, y en más de una ocasión rompía en llanto, pero no se impacientaba. Gajes del oficio.

 

Si le decía… ¿Qué debía decirle? Debía empezar por aquellas cosas que omití, que me cerraba yo mismo a recordar… ya que era doloroso…

 

Me eche en la cama y me cubrí los ojos.

 

-   Está bien. Tú ganas. Te contaré lo que desees… –  dije haciendo presión sobre mi cabeza, manteniendo los ojos cerrados.

-    Bien… Seria bueno si empezarás desde el inicio – refunfuñé – está bien… entonces desde donde desees…

Suspire y presione las manos en mis ojos; y trate de recordar…

 

Recuerdo haber despertado por haber sentido el sol que daba en toda mi cara, los ojos me escocían cuando trate de abrirlos, al hacerlo lentamente, las imágenes eran algo borrosas… las voces algo distorsionadas  y lo que pensé que era el sol, había sido la bombilla de luz amarilla que estaba sobre mi. Luego me percaté que estaba en la sala de un hospital, la cabeza me daba vueltas… a lo lejos recordé… una fiesta… las luces de colores… luego yo en un auto con… ¿Quién era la otra persona? No lograba distinguir su rostro… era, era un chico quizá de mi edad. Luego ocurrió algo que hizo que el carro se estremeciera haciendo que mi cuerpo se valla de atrás para delante. El chirrido de las llantas… luego el carro se volcó… no recuerdo más luego un dolor a muerte que sentía por todo mi cuerpo… a mis cortos 14 años ya tenia un accidente de auto… y lo más extraño era que había salido ileso, sin embargo sentía que una parte de mi se había quedado en el auto. Algo dentro de mi se había roto, no físicamente, pero emocionalmente… sí…

 

Aquel accidente había sido tan raro… recuerdo haber sentido un dolor tan intenso por todo mi cuerpo, pero había estado ileso… solo una pequeña amnesia en mi memoria y una confusión… es lo que habían aclarado los doctores… Es más no me habían encontrado dentro del auto… dijeron que solo había estado el chofer, que había fallecido… y yo… el auto no había habido nadie más… extrañamente mi corazón fue presa de una inmensa pena que se alojo ahí…

 

 

Cuando retire las manos de mis ojos me percate que SeungRi me miraba atento, su mandíbula se había tensado y desvío la mirada. Quizá estaba analizando la locura que le narraba… pero cuando iba a preguntar algo susurro que le siguiera contando, asentí y esta vez cambie a un recuerdo… mas triste y trágico…

 

 

Me aferre al ataúd color  caoba, destrozado en llanto. Algunos me tomaron para quitarme de ahí, pero había gritado y pataleado para que me soltarán. Y ahí estaba yo. Llorando abrazando el ataúd de… mi madre. Con 15 años tenia que soportar una pena tan grande de perder a mi madre. Esta vez me aleje por mi cuenta y salí corriendo de la casa. Oí gritos de mi nombre pero no me voltee. Me detuve sin aliento en un parque que estaba algo lejos de mi casa… era una tarde nublada, quizá en cualquier momento llovería es como si el clima mostrara mi estado de animo…

 

Me apreté el pecho ¿por qué? ¿Por qué me pasaba esto a mí?

 

 

Había llegado de la escuela, estresado por aquellos exámenes y cansado de la burla de todos, pero cuando llegue no había nadie en casa… solo una simple nota sobre la mesa. La cogí y leí en ella que todos estaban en el hospital, pues mi mamá otra vez estaba… mal.

 

Deje mi mochila y fui corriendo al hospital, en los últimos seis meses mi mama ha estado enferma y con el pasar de los días ha ido empeorando… no se que tendrá, no quieren decirme nada. Llegue al hospital, pregunte por mi mama y fui hasta su habitación, pero antes de llegar vi que YoungBae estaba sentado en el suelo, apoyado contra la pared y con el rostro oculto entre sus piernas.

 

-   ¿Todo… esta bien? – pregunte temeroso cuando me había acercado a él. Este alzo el rostro, y todo rastro de tranquilidad desapareció en mí. Sus ojos estaban rojos y su rostro húmedo por las lágrimas… Negó con la cabeza  ¿Qué, que sucede? ¿Le paso algo… a mamá?

-   Ji… tranquilízate – no se en que momento mis manos empezaron a temblar y se paro rápido para calmarme – debes… ser fuerte…  y una lagrima se escapo y su voz se quebró.

 

No, no, no, no, no, no, no puede ser posible… Por favor, por favor que sea una simple crisis no mas. Rogué en mi fuero interno.

 

-   ¡Dime de una vez que sucede! – me exalte y comencé a llorar.

-   Todo va estar bien, pero prométeme que… que no harás nada estúpido – asentí – ¿cálmate si? – Acaricio mis brazos en forma de consuelo, pasaron unos cuantos minutos y poco a poco me calme – le… le dio otra crisis a tu mama – suspire, solo, solo había sido una… crisis – se puso mal, la trajimos al hospital… Pero – su voz se le quebró, pero de todos modos continuo – algo… algo sucedió mal… y... su… su corazón se… detuvo… no resistió… – negué con la cabeza y mi rostro se lleno de horror.

 

Esto no era posible…

 

-   Pero… pero lograron…  no pude terminar la frase, y esta quedo en el aire sin terminar.

 

Su mirada se cruzo con la mía, esta era triste, sus ojos estaban húmedos y rojos. Y negó con la cabeza y susurro un leve “no”.

Y mi mundo una vez mas se vino abajo, la vista se me nublo y el rostro de mi primo se distorsionó hasta quedar todo completamente negro… oía gritos de mi nombre a lo lejos, pero ya no era consiente de la realidad. Me había desmayado…

 

 

Como había dicho, llovía y de una manera muy intensa. Las gotas bañaban todo lo que estaba expuesto, inclusive mi piel, y al roce de esta sentía que quemaba, aunque estas fueran frías. Me encantaría que la lluvia lavara mis heridas, y se las llevara. Mis lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia. Estaba sentado entre los arbustos, escondidos de todo y todos. Me sujetaba el pecho, porque si no lo hacia de este modo quizá me fuera a desarmar, tenia que sujetarme para que nada de mi cayera… respire varias veces. Me sentía tan patético… Y otra vez rompí en llanto… realmente esta situación era muy complicada… ahora mi madre ya no estaría conmigo… al final había terminado aceptado su matrimonio, porque eso le hacia feliz, habría hecho cualquier cosa para que mi madre no se preocupara por mi… pero, ¿eso de que servía ahora? Si ya no estaba aquí conmigo… ¿Acaso cambiaba algo? Claro que no… pues ella no volverá más…

Respire difícilmente ahogándome en mi propio llanto y la lluvia, mi ropa estaba empapada y embarrada de lodo. Alce débilmente la vista y me percate de que había una cuantas rosas, esto me lleno mas de nostalgia y el rostro se me descompuso. A mi madre le encantaba cultivar rosas, desde pequeño había visto el esmero que ponía para cuidarlas y crecieran fuertes y hermosas… fui hasta donde se encontraba, y destroce el pequeño rosal. Y por ironías de la vida estas eran rojas… las favoritas de ella. Mis manos terminaron sangrando una que otra espina se había enterrado en mi mano haciendo que sangrara... Realmente este dolor físico no se comparaba con el dolor que sentía por la partida de ella. La lluvia se mezclo con mi sangre. Sabia que ha estas alturas, su cuerpo yacería en el cementerio… no quería ver eso, seria muy doloroso ver su ataúd descender en aquella fosa… por eso huí y vine aquí… generalmente cuando me sentía tan… mal… como ahora recurría a este lugar…

No se como pero llegue a mi casa mas muerto que vivo, no dije nada y me metí en mi habitación. No fui a la escuela por cerca de una semana, no salí de mi habitación en un par de días. Me había enfermado quizá por la intensa lluvia me había dado un resfriado, es por eso que estuve en cama… O simplemente por el intenso dolor que me llenaba…

Pasaron los días y extrañaba a mi madre, las semanas no se hicieron esperar y cada recuerdo lo guardaba con añoranza, mientras que poco a poco volvía a rehacer mí… vida. A las semanas siguieron los impacientes meses, y había guardado muchos recuerdos al igual que todas las fotos que tenia de ella ¿El dolor? Bueno era soportable, podía vivir con él. Iba a la escuela, comía y ahora tenia mayor comunicación con mi padre, eso me hacia feliz… en parte. Aunque una pena muy aparte de la partida de mi madre, seguía ahí alojado… Había aparecido desde hace un año atrás y no desaparecía, a veces era agobiante y asfixiante como haciendo acto de presencia, como gritando en mi fuero interno… como diciendo que aun estaba ahí y lo había olvidado…

 

Me detuve a recordar ese dolor de haber perdido a mi madre, ahora era un sin sabor amargo, me daba tristeza pero era soportable. Pero trate de recordar ese dolor… Esa extraña pena que me había invadido inclusive mucho mas antes. El corazón se me encogió y mi cuerpo se estremeció. Seungri me tomo del brazo y me pregunto si deseaba continuar. Yo solo asentí e ignore en lo que había hallado….

 

Hasta que pasó lo que tenía que pasar…

 

Se cumplieron seis meses desde el día en que partió mi madre. Estaba en la sala leyendo un libro. Sonó el teléfono y como siempre lo ignore, no sé pero no me gustaba contestarlo, hace una semana que ya no hablaba con mi padre. Entonces por la puerta apareció mi tío, me tendió el teléfono, y me pareció que se regocijaba con lo que me iba a enterar…

 

Cogí el teléfono algo temeroso “¿si?” dije algo indiferente. Y mientras que la voz al otro lado de la línea me narraba los sucesos trágicos de lo que había ocurrido, el libro cayo de mi mano y se cerro, note la sonrisa burlona de mi tío, pero cuando voltee a verlo este se había marchado por la puerta. Las lágrimas descendían por mi mejilla. Luego escuche el pitido por el teléfono de que habían colgado. El teléfono se cayó de mi mano.

 

No lo podía creer… ¿Por qué a mí? La persona que llamó “había” sido una amiga de mi padre… y… me llamo para contarme lo que sucedió. Él, mi padre, se había suicidado.

Esta ves no grite, ni rompí nada, no patalee ni llore en voz alta… esta vez sentía una inmensa pena que consumió mi paz que había ganado a lo largo de estos seis meses. Solo a mí me sucedían estas cosas, estaba tan triste…

 

Y lo que había sucedido meses atrás se repitió, las clases pasaban desapercibidas. Lloraba por la noches reclamando mi soledad en el mundo… pasaron unos cuantos meses, el dolor ya era soportable, pero aun me sentía derrumbado. Estaba sentado en el suelo de mi habitación, el sol me daba en la cara. Y si… ¿me cortaba? Eso me tranquilizaba, iba a buscar la cuchilla que estaba debajo de mi colchón pero tocaron la puerta. No dije nada, pero volví a mi posición anterior. La puerta se abrió y entro YoungBae. Este me sonrío.

Ahora pasaba más tiempo con él. Y hacia que mi soledad no sea tan perceptible. Hacia que mi dolor sea algo con que podía vivir. Había pasado un año desde que mi madre falleció… y desde que eso sucedió mi padrastro  me… maltrata, mas de la cuenta. A veces me grita sin razón, más de una vez me ha golpeado. Y si no fuera por YoungBae que siempre me defiende de su padre, para que no me golpee. Pero, a veces coge la bronca con él…

 

-   ¿Qué sucede Ji? – me pregunto sentado frente a mi.

-   Nada… lo de siempre. – Dije amargamente – me siento más solo cada vez… -- y fue inevitable bajar la mirada.

-   Pues no deberías… -- se acerco más a mí. Al alzar la vista note que algo dentro de él le perturbaba – no deberías sentirte así… ¿Sabes por que?

 

No respondí.

 

-   porque aquí estoy yo Ji Yong. – dijo tomando mi rostro entre sus manos. Me sobresalte un poco. ¿Qué quería decir con eso? – aquí estoy para todo lo que necesites… Hace mucho Ji… que siento esto, pero temía decírtelo, pero no más…

-   ¿Qué? – pregunte algo tímido

-   Que… que te quiero. – me quede sin habla. Yo también lo quería… -- pero no como mi primo… -- quise decir algo pero no sabia que…

 

Se separo un poco de mi y me quedo mirando… ¿Me… me quería? Aunque no hay ningún lazo de sangre entre nosotros, pero yo no lo veía de esa forma…

Se inclino un poco a mí, esperando que me separara o lo empujara lleno de horror. Pero no lo hice, es mas, cerré los ojos cuando sentí sus labios sobre los míos. Pensé en un inicio negarme y decirle que yo no le quería de esa manera, pero, ¿si lo hacia y dejaba de quererme? ¿Y si se alejaba de mi lado?

Estaba demasiado solo como para que también el se aleje de mi. Por eso permitiere esto…

 

Sentí sus manos acariciar mi rostro. Luego se separó y suspiro contra mis labios, yo solo sonreí débilmente, beso mi frete y me abrazó…

Después de eso, me apegue mucho a él, nos volvimos mas unidos… y extrañamente también empecé a sentir eso por él y me olvide de aquel extraño dolor…

 

Alce la vista para ver el rostro horrorizado de SeungRi, quizá estaría lleno de asco al haber escuchado lo que le había confesado: que me bese y quería a mi primo… pero cuando vi su rostro… miraba por la ventana. Y luego cuando me miro, su rostro era inescrutable…

Las sabanas estabas desechas y enredadas a mis pies, quizá lo hice cuando iba contándole…

 

-   Y… – dije esperando una respuesta.

-   ¿Y qué?

-   Pues te, te he contado esto…

-   Cuando recién llegaste aquí, recuerdo haberte preguntado si tenias algún familiar a quien te gustaría informar que estabas aquí… pero no quisiste decirme nada… solo me dijiste, como ahora, acerca de tus padres… Realmente lo lamento fue una perdida muy trágica… Pero, ¿qué sucede con YoungBae?

 

Me quede callado.

Un nudo se formo en mi garganta, y desvíe la mirada a la ventana, ya estaba oscureciendo, y por la ventana entraban los primeros rayos de la noche, aunque aun no podía ver la luna…

 

-   El… él no está acá… – la voz se me quebró.  SeungRi quiso hablar pero lo interrumpí – me abandono, se fue lejos, me dejó. ¡Me dejó con este dolor! – me cubrí el rostro.

 

La habitación se lleno de mi llanto, era algo que estaba dejando de lado, que sabia que sí recordaba pero, realmente trataba de no pensarlo, porque taladraba mi corazón. YoungBae se fue, me dejó solo, si él no se hubiese ido… porque él siempre estaba para protegerme… pero cuando se fue, me sentí tan débil… no hubiese pasado lo que pasó,  y no hubiese querido suicidarme.

 

Sentí su fría mano, y me estremecí, quise retroceder pero estaba ya pegado a la pared. Seungri me pregunto muchas veces, porque no me gusta que me toquen… es que realmente, me produce asco que quieran tocarme…cuando estoy así.

 

-   Cálmate, soy yo. – Dijo acercándose mas a mi, mi respiración era entrecortada – Vamos Ji tranquilízate…

-   ¡No me toques! – como pude me escabullí de él, y me baje de la cama. Como siempre estaba descalzo, corrí a la puerta. Pero esta estaba cerrada. Llore e inútilmente golpee la puerta.

 

Sentí sus brazos rodearme y que me separaban de la puerta, le clave las uñas en la mano, pero fue inútil, me tenia capturado en sus brazos…

 

-   Suéltame. – dije entre lagrimas, mis piernas estaban flácidas, y si no fuera porque me sujetaba ahora estaría en el suelo.

-   No, quiero que te calmes – dijo algo agitado por el esfuerzo que hacia. Sus brazos aun me rodeaban. Doble mis piernas – Ji… – y termine sentado en el suelo junto a él, SeungRi suavizó el agarre, pero ya no tenia fuerzas para huir de él. Abrace mis piernas y sus manos se mantuvieron ahí en mis hombros.

-   ¿Soy ridículo no? ¡Vamos  dímelo! – dije volteándome. Pero todo rastro de ira desapareció en mí. Me miraba con cierta tristeza.

 

-   No, no lo eres. Quiero que te tranquilices, ¿si? Porque no pienso usar algún sedante para que te calmes… – suspire y cerré los ojos, una ultimas lagrimas corrieron por mi mejilla. Su mano quito algún rastro de lágrima, me estremecí y con miedo abrí los ojos…

 

-   ¿No… no te doy asco? – pregunte con temor y él bufó.

-   ¡Claro que no!

-   ¿Por qué no? Si, si me bese con YoungBae, ¡que era como mi primo! ¡Y le amaba! – no pude decir nada mas porque si lo hacia empezaría a llorar otra vez.

-   Pero no lo era… quizá el nunca te vio como un primo, y el cariño que te tomó desde un inicio fue distinto… Al final tú también compartiste aquel mismo sentimiento, porque necesitabas sentirte amado…

 

Me estremecí ante sus palabras. Termine arrastrándome a la pared, aun así no era mucha la distancia entre él y yo.

 

-   Pero, ¿de qué sirvió eso? ¡Aún me sigo sintiendo solo! Con algo que me agobia… ¡Y no recuerdo casi nada de mi, eso es lo más frustrante! ¡Porque no sé que fue de mí! No sirvió de nada que le amara… que le ame – susurre. Porque era verdad, a pesar de que se haya marchado le quería aunque también le odiaba.

-   Déjame ayudarte. Déjame que sane tus heridas. Hare lo que pueda para que recuerdes… – ahora estaba más tranquilo y lo mire, estaba de pie mirándome, me abrace mas a mi – ¿puedo acercarme?

-   Soy un loco no un niño para que me hables así. – dije apretando mi cuerpo a mí.

-   Está bien – sonrió, se puso en cuclillas frente a mí, y acaricio mi mejilla. Cerré los ojos ante aquel acto – cuando me volví medico… mis tutores me habían dicho que siempre se debe mantener la relación entre medico y paciente.

 

Dijo con la mirada perdida, recordando eso. Su mano se apoyo en mi antebrazo haciendo pequeños círculos con su pulgar. Pero no respondí nada.

 

-   Yo había estado de acuerdo con ello, pues no entendía en que sentido podía cambiar. Pero ahora lo entiendo. – y me miro de una manera tan intensa que mi débil mirada se sintió intimidada y baje la mirada. – quiero ayudarte, se que puedes… Eres muy bueno y noble… Y sin querer te he cogido cariño. – Rió – no te podría odiar por eso, tampoco me produces asco. Entiende tienes que superar todo esto…

 

-   Pues – no sabia que decir, no sabia que  hacer. – intentaré superarlo…

El sonrío y se puso de pie, y me ayudo a mi, ir hasta la cama me senté en ella. Y lo mire.

-   ¿De verdad… no me… odias? – aunque sabia la respuesta temía que fuera a cambiar de opinión.

-   Claro que no Ji Yong, eres muy bueno, solo que la vida te ha jugado mal… es mas te guardo un cierto… cariño por así decirlo. Ya es tarde, es mejor que duermas…

-   Si… – me iba a meter en la cama, pero me tomo del brazo, lo mire y se inclino. Me dio un beso en la cabeza.

-   Ojala que duermas bien.

 

No me dio tiempo a decir algo pues se fue… apagué la luz. Y la habitación quedo débilmente iluminada por la luna. Suspire, era insólito saber que alguien te quería y que esto podía cambiar la manera en como te sentías… por lo menos ahora siento que le importo a alguien…

 

 

Notas finales:

Espero les haya intrigado. 

Gracias por sus lecturas, espero tambien ver sus reviews. Si tienen dudas, preguntas o quieren que les aclare algo, no duden en preguntarme y les aclarare lo necesaio n.n ♥ 

Gracias por leer!


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