Cuando mi madre aun vivía me decía:
No importa cuán lluvioso y tormentoso se ponga a tu alrededor,
Jamás dejes de sonreír pequeño.
Que la vida es un fenómeno único que no puede ser remplazado.
Katekyo Hitman Reborn
Capítulo 6
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Un domingo en Arcadia
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La mitad, de una verdad
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Los rayos solares se colaban gentilmente por las aberturas de las cortinas iluminando el cuarto donde se encontraba dormitando nuestro pequeño humano...
Tsuna en su despertar se dio cuenta de lo bien que había dormido, estirando su cuerpo para despertar las articulaciones rotas, debido al largo y profundo sueño en el cual se había sumergido. Se sentía tan cálido entre sabanas que casi le era imposible dejar de abrazar la suave y esponjosa almohada que apretujaba sin miramientos con sus brazos...
Espera... ¿Almohada?, ¿Sabanas?
Tsuna abrió los ojos de golpe y se sentó como un rayo.
¡¿Cuándo es que había llegado a una cama?!
Lo último que recordaba era que estaba mirando una película acompañado de Coronello, Fon y Reborn.... luego.... luego, todo había sido negro.
Tsuna se coloreo hasta las orejas.
¡Se había quedado dormido en el hombro de Coronello-san!
Se sentía abochornado y tremendamente avergonzado, ¿Cuántas veces ya, se había metido en esa situación?
El castaño apretó con sus manos la almohada en su cara recriminándose sus torpezas, bueno, hasta que cierta marca empezó a destellar en un naranjo luminoso que poco a poco empezó a cegarlo.
–... ¿He?.... ¡¿Hiiiiiiiiii?!...–
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Reborn, Fon y el rubio se encontraban pacíficamente tomando una buena taza de té en el comedor, disfrutando de la cálida mañana... eran apenas las 7:30am y hacia poco que se habían levantado, aun conservaban sus pijamas y cabellos revueltos.
Tan pacifico que nada malo podría pasar, o bueno eso era lo que pensaban en esos instantes, si no hasta que se escucho un ‘‘Hiiiiii’’ (Grito guapo del castaño), para luego escuchar pisadas pesadas, para al final escuchar un golpe en seco.
Los hombres se miraron en silencio durante unos instantes, para luego levantarse al unisonó y correr hacia donde había dormido el castaño a tropezones y empujones. Realmente en ese momento solo en su mente se centraba en llegar hasta el pequeño y asegurarse que estuviera bien.
Reborn al ser el primero en llegar, abrió rápidamente la puerta y se quedo quieto ante la escena que se presentaba ante sus ojos. Momentáneamente, no supieron que hacer… Y como no, no es como si vieran a un Femilian bebé (Demasiado grande), encima del castaño todos los días.
--..¡NATSU PESAS!...—Grito tratando de respirar y escapar de su bebé Femilian (Ahora grande), pero al León no pareciera importarle mucho el hecho que estaba asfixiando a su maestro, el león solo se concentraba en darle afecto a su adorable castaño.
--..¿Qué estás haciendo Tsuna?...—Finalmente cuestiono el de patillas rizadas con mirada incrédula. (El castaño luchaba por liberarse)
--..¡Reborn-san, Coronello-san, Fon-san!...—Exclamo con ojitos esperanzados, dándose apenas cuenta de la presencia de los 3 hombres--...Quiten a Natsu de encima de mí, esperen...¡ NO SE RIAN!...—Grito al ver que tenían una sonrisa de oreja a oreja como si fuera lo más gracioso del mundo, y trataban de ocultarlo, fallando lamentablemente.
Coronello se rio y apiadándose de la joven alma, se adentró para tomarlo de los brazos y sacarlo de una vez por todas. Al final de tanto tirar, el rubio tropezó y cayó con Tsuna en brazos en una posición demasiado comprometedora, provocando que los dos se sonrojaran y se separaran de inmediatamente…
Fon rio discretamente en la manga de su pijama.
Reborn sonrió divertido--..Oh, así que Natsu regreso, y yo que pensaba que lo habías regresado al bosque….—
--..Sucedieron unas cuantas cosas…--Respondió aun sonrojado he ido el pequeño castaño.
--..¿Natsu es tu Femilian?...—Pregunto Fon mirando al León con ojos curiosos y preguntándose por que Tsuna no lo había mencionado cuando se le pregunto.
--..No es mi Femilian….—Afirmo seguro levantándose y acercándose al a su bebe grande acariciando su pelaje rojizo naranjo con una suave sonrisa.
Natsu ronroneo satisfecho por las atenciones dadas.
--..¿Entonces?...—Pregunto Coronello confuso aun sentado en el suelo, el Femilian no podría haber entrado a la casa sin notarlo, si no tenía un contrato de por medio.
Reborn alzo una ceja inquiridoramente y en espera de una respuesta.
--..mmmmm….—Tsuna lo pensó un momentos sobando su nuca suavemente, ya después volteo a mirarlos con una sonrisa que sintieron que necesitaban urgentemente unos lentes de sol ante tanta intensidad--..¡Natsu es mi familia!...--
¡Natsu es mi familia!
¡Natsu es mi familia!
¡Natsu es mi familia!
Las palabras se repetían constantemente en las mentes de los asesinos.
Fon sonrió.
Coronello sonrió.
Reborn sonrió.
--..Entiendo…--Asintió en compresión el de patillas rizadas cruzándose de brazos y asintiendo de acuerdo.
En ese momento los 3 hombres sentían como algo cálido y caliente se dispersaba lentamente en sus fríos y olvidados corazones… Hacía mucho que no escuchaban palabras tan alentadores provenientes de un ser humano. Los provenientes de Arcadia se sintieron un poco celosos del amor que le profesaba el castaño al León, un pocos inseguros al respecto, pero al fin y al cabo en el fondo de sus corazones también deseaban que existiera una persona que les tuvieran el mismo amor que Tsuna le podía dar a Natsu, por el momento aquellos 3 seres consideraban prohibido…
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Tsunayoshi estaba aburrido, Natsu reposaba dormitando en su regazo. Después de un rico desayuno hecho por el mismo castaño, Reborn se había perdido por alguna habitación, al igual que Fon y Coronello, para cambiar sus prominentes pijamas. No estaba feliz de que lo dejaran atrás y en una casa que apenas conoció ayer, ahora mismo se encontraba en la sala donde se encontraba completamente solo, a excepción del pequeño Natsu.
Suspiro por decima vez en un minuto. A pesar de estar acostumbrado a la soledad, no se podía estar quieto por mucho tiempo… Se levanto con cuidado de no despertar a su bebe (Ahora encogido). Y salió de la casa, caminando sin algún rumbo fijo, mirando a Natsu.
Había sido una batalla campal cuando le pedio que regresara a su tamaño compacto y el león no parecía contento cuando fue Tsuna el ganador, al final termino haciendo la petición del castaño y se encogió. El castaño le sonrió en agradecimiento y lo tomo en brazos como compensación.
Siguió caminando por el camino que había agarrado distraídamente para salir de la casa, hasta que llego al jardín que anterior mente le había entrado curiosidad por conocer, pero por aquella gruesa cortina no había podido observar y que por vergüenza de pedir verlo no le conoció.
El jardín era magistral, había un caminito de escaleras que guiaban a un quiosco en lo alto de una colina y sus alrededores se extendían en una gama de miles de flores, desde pequeñas, hasta grandes, de distintos colores y variedad. El sol de a medio día le hacía ver un sitio de esos que de pequeño vio en los cuentos de hadas que su amable madre le contaba todas las noches antes de dormir.
Aun que claro, estaba un poco descuidado, el quiosco tenía unas cuantas grietas y se veía que era antiguo, con unas cuantas malezas por ahí y por allá. Las flores no eran la acepción, aun que nomas eran las más cercanas.
Situado detrás de la mansión, este era un jardín demasiado grande, y no estaba muy seguro que lo fuera, pero por mientras a si lo pensaría y con ese pensamiento sus manos ansiosas empezaron a quitar unas cuantas malezas y deslizarse con cariño por las bellas plantitas.
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Hermosa, fría, pero cálida, era la descripción perfecta de aquella mañana que Reborn le daba. El día de ayer no podría haber salido mejor de lo que imaginaba, a pesar que estaba en contra que el pequeño castaño conociera a sus extraños compañeros, en el fondo de su oscuro corazón tan solo deseaba que el humano consiguiera a personas que le pudieran proteger de cualquier situación, y claro, el también se contaba pero no es como si pudiera ir detrás de Tsuna día y noche sin siquiera quitarle el ojo de encima, sumándole el hecho que el tenia trabajo que cumplir.
Le agradaba el castaño, ya lo aceptaba, aun con los tremendos sustos que le metía. Un claro ejemplo fue el de esta mañana, que aun que fue una escena divertida ver al castaño con ese grande león encima, con Tsuna jamás se sabría las situaciones en las que se podría meter, mayoritariamente problemáticas probablemente.
Regresando a sus divagaciones pasadas, no sabía en qué momento tomo el papel de protector, sin realizar un contrato de Femilian – Portador, ¿Pero quién podría culparlo?... Tsuna era un pequeño animalito que simplemente le hacía querer protegerlo de todo mal, y por lo que podría decir, el castaño era un imán con gran potencial para atraer problemas inconscientemente.
‘‘Bueno, al menos ya se podría contar con el zorro astuto de Fon y el idiota de Coronello’’ se dijo el azabache para así mismo.
‘‘Solo faltaban los demás’’…Afirmo con convicción que el castaño entrara a los corazones de los 7.
Con paso decidido se dirigió a cambiar su pijama que por el momento dejo solo al pequeño castaño, aun que no le gustara mucho hacerlo. Se dio una rápida ducha y se coloco el mismo traje pulcro que siempre usaba, con camisa amarilla, corbata negra y su inseparable fedora. Claro, primero seco su cabello lo mas que pudo y lo hecho para atrás.
Ya entonces se dispuso a encontrar al castaño y al no estar seguro de donde estaría después de desayunar.
Primero busco en la habitación donde llevo a Tsuna cuando se quedo dormido, sin embargo no se encontraba y en cambio solo se podía ver la cama completamente hecha, como si nadie hubiera dormido ahí, Reborn frunció el ceño.
De un portazo cerró la puerta, y de pasos veloces se dirigió a bajar las escaleras, con el leve sentimiento de pánico que se hacía más grande al ver que no se encontraba ni en la sala ni en la cocina, por los pensamientos del azabache paso la vaga idea de que el castaña haya subido a la tercera planta, pero lo desecho tan rápido lo pensó.
Tsuna no era el tipo de persona que explorara una casa que no conociera. Por otro lado estuvo la idea de que le hayan raptado, que aun que suene sarcástico, para él no se le haría raro que algún Arcadiano lo hiciera para vengarse de su persona, pero igual también lo hecho, era imposible que alguien se metiera a su casa sin al menos se diera cuenta.
Sin otra opción y con pantuflas, salió de la casa con la esperanza de que si al castaño se le ocurrió salir a dar un paseo a los alrededores, no haya ido demasiado lejos.
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El azabache no tuvo que buscar mucho, no había recorrido ni un metro cuando la dulce voz de del menor le llego de golpe en una baja, pero cálida melodía que apenas era un tintineo con gracia.
Sus piernas mecánicamente le encaminaron a aquel jardín que hacía demasiado tiempo que no le cuidaban, pero no obstante este se mantenía bello y radiante, a pesar de las malezas que pudiera tener. Ahí mismo en medio de todas las plantas se encontraba el castaño con una sonrisa radiante, sentado en el suelo con sus rodillas flexionadas, mientras que sus pequeñas manos se deslizaban con cariño por las hermosas plantas.
Más bella escena a los ojos del mayor no podría haber.
Tsunayoshi se encontraba lleno de tierra, con el pijama de Coronello arremangada hasta sus rodillas, igualmente sucia y enlodada, sus manos igualmente con tierra y leves plantas de maleza que de seguro había estado arrancando.
Por lo que podía ver, Natsu había regresado a su hogar.
Un paso en falso del mayor y una ramita mal puesta, hizo que Tsuna diera un salto de susto y volteara al instante, en cambio Reborn se reprendía mentalmente por su descuido, lamentándose no poder seguir viendo aquel pequeño momento, que sin duda se guardo en lo más profundo de su ser recelosamente para sí mismo.
--..¡Me asustaste Reborn-san!...—Exclamo el castaño con el ceño fruncido, más parecido a un puchero sin embargo.
--..¿Qué haces aquí Tsuna?...—Cuestiono ignorando el reclamo y cruzándose de brazos.
Tsuna lo pensó un momento, como formulando lo que diría a continuación.
--..Me aburrí, y como no regresabas mis pierna me trajeron aquí …--Hablo simplemente mientras se encogía de hombros restándole importancia--..Pero cambiando de tema, ¿De quién fue este jardín?...—Pregunto curiosamente mientras se levantaba lentamente, el castaño sintió que sus piernas le cobraban factura por estar tanto tiempo en la misma posición.
--…¿Por qué supones que este jardín le pertenecía a alguien?...—Pregunto inquiridoramente sin dejar de mirarlo fijamente, levemente tenso y claro como el agua para el menor.
Tsuna conocía esa mirada, normalmente Reborn la ponía cada vez que quería guardar un secreto celosamente y no importa cuánto se esmerara en sacarle algo de la verdad o del pasado del mayor.
Jamás podría saber más de lo que tenía permitido, y desde el punto de vista del castaño, estas serian casi nulas. Así que con un suspiro leve pero resignado, se dispuso a volver de cambiar de tema, con la intención de no molestarlo.
--..Intuición…--Hablo con falsa inocencia, y era falsa porque desde que había entrado a esa casa tenia la sospecha que era demasiado sombría como para que 7 personas la habitaran por lo que había contado de los comentarios de Fon. El conocía ese ambiente, y este solo se puede formar si alguien querido se fue.
--..¿Pero que hacen ustedes dos?...—Interrumpió Coronello, al parecer ya había cambiado su pijama y al igual que Reborn había tomado un ducha y lucia su típico traje de entrenamiento, solamente que sin la chaqueta.
El rubio salió al patio al darse cuenta por la ventana de su cuarto, que aquellos dos estaban conversando y con toda la alegría para ir a molestarlos un poco, sin pararse a pensar por que estos dos estaban en el jardín de la propiedad. Se encamino pero al encontrarse con ese tipo de ambiente tenso entre ellos dos, mirándose fijamente y sin parpadear un segundo, le dejo un poco confuso.
Coronello por lo que había visto el anterior día, podría asegurar que esos dos se llevaban muy bien, y que por ello el azabache había tenido la confianza suficiente para haberlo llevado a la casa compartida, entonces ¿Qué era esa sensación de que ahí se estaba llevando una pelea campal?
--..¡ Coronello-san!...—Exclamo contento el castaño olvidándose de la pequeña charla que tuvo con el azabache e interrumpiendo los confusos pensamientos del rubio.
--…¡¿Eh?!...¿Qué pasa?...—Se sorprendió un poco del cambio de ánimo tan rápido del castaño, pero rápidamente se apresuro a contestar.
--..Nada, nada, tan solo estoy muy feliz de verte…--Interrumpió mientras caminaba dentro de la casa con una sonrisa.
Una vez el castaño desapareció por la puerta, el rubio miro inquiridoramente al azabache, el cual tenía una mano sobándose el entre cejo con una mirada ¿frustrada?, Coronello no lo sabría decir a ciencia cierta.
--..No es nada…--Sentencio mientras se iba por donde Tsuna.
Mas confundido no podrían haber dejado al rubio.
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Tsunayoshi se dirigió a la habitación donde se encontraba su uniforme, un poco enojado consigo mismo. En algún momento desde que había conocido al Femilian azabache se prometió no meterse mucho en su vida, ingenuamente había pensado que con tan solo contar con su amistad siempre le iba a ser llevadero, sin embargo, cuando Reborn le ocultaba las cosas (Lo que mayoritariamente hacia), le hacía sentir como si no confiara una pisca en él y en parte le frustraba por que le había contado muchas cosas de su vida.
Inhalo y exhalo lentamente, eso no era para nada bueno para su salud.
Suponiendo que para Reborn 2 meses y medios eran pocos, se obligo a olvidar el incidente. Se coloco su ropa en tiempo récor y en el camino se prometió a si mismo que ya no sería tan liberal en contar cosas de su vida y tampoco pedir que las contaran.
Hay que darle tiempo al tiempo.
Porque después cuando se diera cuenta de la realidad y tuviera que separarse de ellos, le seria más difícil y doloroso.
Por sobre todo de Reborn.
Por mientras disfrutaría de sus compañías sin interrumpir demasiado en sus vidas.
Después de todo aquello era algo efímero…
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A eso como de la 01:00 de la tarde Tsuna había pedido a Reborn que le llevara a los portales.
El castaño se despidió del rubio y de Fon con la promesa de que regresaría después, dejando un poco su timidez les dio un cálido y reconfortante abrazo acompañado de un apenas roce de sus labios en las mejillas de ambos, tratando de trasmitirles lo mucho que le gusto haberlos conocido, llegando el mensaje de inmediato, aun que claro, a final lucia rojo tan rojo como un foquito de navidad. Ellos tan solo le dijeron que esperarían encantados su visita, con un leve comentario de que a la otra tratarían que estuvieran todos los habitantes de la casa.
Ya entonces, Reborn ayudo a Tsuna a subirse en la nube de esponjosa oscuridad. Poco tiempo después, sumidos en un silencio durante su recorrido, el mayor suponía que debió ser por la pregunta que no quiso contestar en el jardín.
Y sintiéndose un poquitín culpable, suspirando un poco se dispuso a hablarle al menor, el cual tenía su vista perdida en el suelo como la última vez.
--..Tsuna…--Llamo, obteniendo tan solo la mirada del castaño--...¿Por qué hiciste un pacto con Natsu?...—Pregunto al no recibir contestación del menor pero si su atención.
Reborn se preguntaba desde la mañana el motivo por que Tsuna lo hizo.
El castaño se mostraba reacio a crear un pacto, y suponía que Coronello y Fon se quedaron con la duda, ya que el anterior día había afirmado que no tenía un contrato.
--..No tengo un contrato con él Reborn-san…--Respondió sin verlo, al fin y al cabo no sentía muchas ganas de contarle lo que había sucedido con Natsu y el misterioso hombre de cabellos plateados.
Y no mentía, él y Natsu jamás hicieron un contrato, tan solo le habían dejado a su cuidado. No pensaba usarlo, tan solo se encargaría que el león creciera hasta que el Femilian alcanzara la etapa de la adultez.
Eso no se consideraba como un contrato ¿Verdad?
--..Entonces, ¿Cómo explicas que haya entrado a la casa sin que nos diéramos cuenta?...—Cuestiono con una ceja alzada y ceño fruncido.
--..No frunzas el ceño, que te harás viejo…--Señalo con su dedo el entrecejo--..Natsu será parte de mi cuerpo hasta que se sepa cuidar solo…--
Reborn en su entendimiento afirmo.
Un Femilian pasaba sus etapas de crecimiento más rápido con la ayuda del aura de su contratista, y como se había mencionado anteriormente, se ganaban más poder con el lazo que unía a un portador y un ser de Arcadia. Y el pequeño Natsu al ser apenas un bebé Femilian, era obvio que no se podía defenderse solo, era algo que tenía mucho sentido.
Y que Tsuna no lo haya mencionado aun más.
El castaño simplemente no lo miraba como un contrato.
--..Ya veo…--
El humano contuvo un suspiro de alivio, al ver que Reborn no preguntaría nada al respecto y que su pequeño encuentro con aquella persona se quedara para sí mismo, porque seguramente si el hombre oscuro se llegase a enterar le interrogaría y le hiciera confesar algo que ni el mismo estaba seguro.
Por el momento lo guardaría para sí, y si llegase el momento que lo tuviera que decir, lo diría, siempre y cuando la situación lo ameritase. Lo cual su intuición le gritaba que ese momento no estaba muy lejos y que con todo su corazón, esperaba que se equivocase.
El leve movimiento en el hombro hizo salir al pequeño de sus cavilaciones y miedos futuros, con una mirada confusa miro a Reborn.
--..Tsuna, ya llegamos…--Informo al ver al castaño tan perdido.
--..Oh…--Miro a su alrededor y al ver los portales asintió, con un leve brinquito salió de la grumosa nube de oscuridad--..Supongo que nos vemos después…--Hablo mirando hacia arriba donde el mayor se encontraba en la nube.
El azabache asintió ocultando sus ojos en la sombra de la fedora en una muda respuesta, el castaño también asintió y dio media vuelta para regresar a los dormitorios.
En un distraído movimiento saco su celular de su morral para ver la hora, seguro que los dormitorios al ser domingo estarían casi desiertos y mas al ser apenas la 01:30, sin embargo sus ojos también captaron la fecha y paró en seco con sus ojos ligeramente abiertos y se giro al instante para ver si Reborn aun seguía ahí, como normalmente hacia y esperaba a que cruzara los portales, asegurándose de paso que de arcadia se fuera sin ningún problema.
--..Reborn-san…--Llamo regresando sus paso, al parecer su sorpresa de antes no fue visible para el Femilian.
Bien, punto a su favor.
--..¿Sí?...--
--..Prométeme que no iras a la tierra jamás o al menos trataras de no ir a mi escuela durante esta semana…--Pidió seriamente, aun que para los ojos de Reborn parecía más como le exigiera.
--..¿Por qué no?...—Cuestiono igual de serio, si se lo pedía por algo era, aunque no le entraba buena espina escucharlo.
--..Solo… no lo hagas ¿sí?, es lo único que te pediré...—Ignoro la pregunta y con una sonrisa derrotada, pidió al fin.
El hombre entrecerró los ojos y pero igual asintió, con eso Tsuna se dio por bien servido y se volvió a despedir reanudando su paso a los portales.
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En el camino el castaño se reprendió al pensar que Reborn aceptaría aquello, y con lo terco que era el hombre dudaba que cumpliera aquello, pero no estaba demás pedirlo. Quizá y con suerte lo cumpliría.
Finalmente suspiro nuevamente y se dirigió a su infierno.
¡Oh dulce infierno!….
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Continuara.