‘Ya que la demanda de matrículas para entrar al internado han sido muy altas en éstos años, mientras que se construye un segundo edificio de habitaciones, se dejarán entrar más estudiantes y los que ya están dentro deberán compartir habitación con ellos, no hay otra opción’.
Anunciaba el director por el alta voz de la escuela, Taemin suspiró, su cuerpo entero temblaba, las emociones eran demasiadas para su pequeño y frágil cuerpo, debía compartir habitación con alguien nuevo, alguien que no conocía, lo que hacía que su cuerpo cada vez temblara de forma más violenta aún, abrazó sus rodillas al momento en que sintió que sus ojos se cristalizaban y su vista se nublaba por las lágrimas, ocultó su rostro entre sus piernas y suspiró intentando calmarse, necesitaba a Key, era el único que lograba hacer que se calmara.
Su respiración cada vez era más fuerte y acelerada, su cuerpo no dejaba de temblar, no había manera de que sus ojos dejaran de llorar, no lograba calmarse y eso cada vez le asustaba más y más.
- ¡Tae! –Gritó Kibum mientras corría hacia su pequeño cuerpo descontrolado, se arrodilló junto a él y le abrazó rápidamente arrullándolo como si de un bebé se tratara- Todo estará bien, TaeMinnie, tranquilo… -Murmuraba una y otra vez intentando calmarlo, sabiendo cómo se sentía.- Nadie te hará daño, TaeMinnie, todo estará bien…
El pequeño cuerpo de Taemin lentamente fue calmándose, dejó de temblar y su llanto se fue deteniendo poco a poco, dio un último suspiro y levantó su cabeza mirando a Kibum a penas, sus ojos dolían por el reciente llanto, Kibum le sonrió, intentando transmitirle calma de una vez por todas a su pequeño y frágil corazón.
- ¿Estás mejor? -Preguntó en un pequeño murmuro, Taemin asintió y sorbió su nariz.- Todo estará bien, Minnie, nadie te hará daño… además no sabemos quién te toque de compañero ¿Si?... –Taemin asintió, Kibum le abrazó haciendo que el más pequeño soltara un pequeño suspiro.- ¿Taemin? –Se separó y le miró seriamente.- Levanta tus mangas –Dijo casi en un tono enojado. Taemin mordió su labios y lentamente levantó sus mangas dejando ver los multiples cortes en la piel de éstos, algunos tan viejos que con suerte podían divisarse y otros tan nuevos que aún se veían de un rojo tan vivo que hasta asustaba.- Por dios, Taemin –Murmuró Key pasando su mano derecha por su propio cabello, suspiró intentando calmarse y no comenzar a gritarle ahí mismo.- Volviste a hacerlo… -TaeMin se encogió de hombros, Kibum solo negó con la cabeza y arregló la mangas del pequeño para luego solo susurrar.- Por favor no lo vuelvas a hacer, Tae… -Taemin no asintió, ni negó, solo se volvió a encoger de hombros, sabía que si le decía que no lo volvería a hacer, en un momento u otro iba a romper su promesa.- Vamos…se hace tarde –Murmuró Kibum, Taemin a duras penas se levantó del lugar en el que antes estaba sentado y comenzó a caminar lentamente, no podía apresurar el paso, puesto que sus piernas ardían, éstas estaban peor que sus brazos.-
Nada era fácil para Taemin, no era fácil para él sociabilizar, ni hacer amigos, ni hablar con gente desconocida, tenía muy buenas calificaciones, pero nunca hablaba, era casi el niño fantasma del internado, todos le conocían pero nadie más que Kibum había logrado escuchar su voz, y este solo había escuchado pequeños monosílabos, TaeMin era tímido, asustadizo, tenía depresión y fuertes casos de bipolaridad, pero solo Kibum lo sabía y por eso solo él podía calmarle.
Al llegar a la habitación de TaeMin, Kibum abrió la puerta de ésta con la copia que tenía de la llave de la puerta, una vez TaeMin se había encerrado y él no podía entrar, por eso, ahora siempre llevaba una copia consigo, besó la frente ajena y le sonrió, murmuró un ‘Te quiero, Tae’ y se fue, dejándole solo, otra vez en ese gran cuarto… Amaba ese maldito cuarto estando él solo, no quería un compañero, le asustaba el simple hecho de dormir en el mismo espacio que un extraño.
Despertó al otro día porque el sol que se colaba por la ventana le molestaba de sobremanera y no podía seguir durmiendo, era sábado, no tenía clases, eso era bueno, suspiró y entró en el baño de su habitación para bañarse, miró su figura desnuda en el espejo, se causó asco a si mismo, por dios, se odiaba, suspiró y entró en la ducha, si seguía mirándose rompería en llanto, aseó su cuerpo sin poder evitar las arcadas que le producía tocar su propio cuerpo, al terminar envolvió éste en una toalla y secó su adolorida y enrojecida piel, salió del baño, se puso sus pantalones negros y su poleron favorito, se levantó de la cama cuando alguien abrió la puerta, sus ojos se abrieron de una manera impresionante, casi y no caían en su rostro, una cara desconocidamente bella se abrió paso en la habitación, Taemin parpadeó un par de veces, su rostro estaba tan rojo como un tomate, el chico le sonrió e hizo una respetuosa reverencia.
- Hola soy tu nuevo compañero de habitación, Minho. -Saludó el mas alto con educación, el mas pequeño solo hizo una pequeña reverencia con la cabeza, en su rostro se notaba la preocupación y el miedo que sentía por dentro y eso a Minho le desconcertaba, ¿Por qué sentir miedo? Sólo era una persona.
Taemin tomó el borde de las largas mangas de su polerón favorito, el cual era tres veces mas grande que su talla normal, y las estiró para que taparan sus manos, se volteó, abrió la puerta y se fue.
Minho creyó haber visto una pequeña marca roja en el brazo del pequeño, pero solo lo ignoró y como si nada de lo anterior hubiera pasado comenzó a desempacar sus cosas.