Llego tarde, lo sé, pero no fue totalmente mi culpa, había un tráfico de muerte y me comí todas las uñas esperando a que el maldito taxi se apresurara. Y para peor, hoy es mi primer día en el club.
Maldita sea. Maldita sea. Maldita sea.
Me bajo del taxi apenas pago la cuenta y corro hasta que llego al gran gimnasio donde, se supone, es el entrenamiento. Todos están reunidos en círculo en torno al entrenador y quiero que me trague la tierra porque soy la nueva, y no conozco a nadie más que a una sola persona, quien fue la que me convenció para estar aquí.
– ¡Tara, llegaste al fin! –exclama Liv cuando me ve llegando.
Bajo la cabeza para que no vean mi rostro de incomodidad. Todas las miradas se clavan en mi cuando escuchan mi nombre y quiero golpear a Liv por hacerme esto.
– Buenas tardes, entrenador yo… –comienzo a decir cuando llego al lado del señor.
– Alumna nueva, nombre y clase, rápido –gruñe con el lápiz sobre el papel.
– Tara Reaves, 3-C –digo nerviosa.
– ¿Has estado en un entrenamiento antes?
– No, señor.
– Bien –.
Lo quedo mirando sin saber qué hacer y él me ignora. Saca su silbato y lo hace sonar justo al lado de mi oído.
– Calentamiento habitual –exclama.
Todas comienzan a moverse a una rapidez sorprendente y yo solo las observo. Me quito el bolso y estoy a punto de cambiarme de ropa cuando el entrenador comienza la cuenta regresiva.
– ¡Tara, corre! –exclama Liv.
Comienzo a correr sin entender nada de lo que está pasando y todas me miran con una expresión de “novata”, entonces solo imito los movimientos de las otras y trato de seguir el ritmo lo mejor que puedo. El único pensamiento que tengo es: “En qué momento acepté venir”
***
Al término de la clase, estoy completamente sudada pero muy satisfecha con el entrenamiento.
Veo como todas las demás chicas hablan entre ellas y soy la única que no tiene nada que compartir porque no las conozco, de algún modo me siento excluida, pero poco voy reconociendo el rostro de algunas chicas del instituto, así que al menos no va a ser tan difícil entablar una conversación en el futuro.
– Mañana a la misma hora –exclama el entrenador antes de irse.
Me resigno a dejar la actividad social para otro día y me arreglo para irme luego.
– ¡Hey! ¿Cómo te llamas? –me pregunta una chica alta que habla con un grupo.
– ¿Eh? –la observo unos segundos hasta que caigo en lo que me dijo– Tara.
– Tara –repite ella con una sonrisa de lado– Nos vemos mañana.
– Sí… adiós –digo con un poco de duda ¿De verdad me estaba hablando a mí?
La chica se va con su grupo y comienzo a recordar que yo la conozco. Ella es Brooke, la chica que mi mejor amiga odia porque dice que es arrogante y presumida… bueno, en cierto modo yo también siento algo de vibra negativa hacia su persona, pero eso era solo para apoyar a mi amiga. En fin, al parecer ahora tendré que interactuar con ella todos los días.
Afuera ya es tarde y la noche se hace presente con más intensidad, al igual que el frío, así que comienzo a correr hacia mi casa y llego en media hora. Tomo una ducha y me acuesto inmediatamente porque estoy agotada. Pero antes de cerrar los ojos recuerdo la forma en que Brooke preguntó mi nombre y luego sonrió… sin duda ella no era hermosa a simple vista, pero si te dedicabas a mirar sus rasgos con detenimiento, descubrías la belleza oculta de su rostro.
Brooke tiene el rostro de forma que si la miras, piensas que es arrogante, pero si la observas con detención descubres que solo es una ilusión. Su piel es tersa y de un tono moreno, su cabello es corto hasta los hombros con una trenza oculta, tiene perforaciones en las orejas y es alta, más alta que yo, aparte de delgada y… hermosa. De algún modo ahora que la observé con tiempo, todas mis malas impresiones han desaparecido… pero aun así creo que la odio un poco… creo.
***
Al día siguiente logro llegar a la hora y entablo conversaciones con un par de chicas menores que yo hasta que llega Brooke y opaca toda la atención. Me quedo sola y sentada en las bancas mientras veo como todas hablan con ella. Suspiro en silencio y comienzo a estirar los músculos.
En todo momento mi vista se ve atraída por la figura de Brooke y no entiendo el motivo, es como si fuera un imán para mis ojos y de algún modo ansío que me vuelva a hablar.
***
Los siguientes tres días son iguales al primero, hablo un poco con las chicas menores, pero Brooke no vuelve a hablarme y de algún modo me afecta, siento que necesito escuchar su voz dirigiéndose hacia mi otra vez, pero cuando cruzo miradas con ella, es completamente indiferente a mi presencia, como si nunca hubiera preguntado mi nombre. Así que cansada de sentirme deprimida, decido enfocar toda mi atención a lo que estoy haciendo…
– Sigue así, muy bien –me felicita el entrenador cuando paso por el circuito.
Observo a las demás chicas realizar lo mismo y ahí es cuando la veo otra vez. A ella realizando el mismo ejercicio mundano que todas las demás realizan, pero que en ella se ve como el ejercicio más increíble y hermoso que he visto hasta ahora… y justo cuando termina de realizarlo, levanta la cabeza y me mira fijamente.
Levanto la mano con timidez y la saludo, Brooke me observa unos segundos sin responderme, y luego sonríe con petulancia ignorando completamente mi saludo ridículo.
“Eres demasiado ingenua” me regaño avergonzada.
Al menos he descubierto algo. En los pocos días que me he hecho consciente de Brooke, creo que posiblemente puedo estar enamorada de ella, o simplemente es una atracción pasajera. Sea lo que sea no me deja pensar con claridad cuando la tengo cerca.
– ¡Tara, balón! –grita en el entrenador tirándome una pelota que alcanzo a sujetar antes de que me pegue en el rostro– Buenos reflejos, ahora… van a hacer parejas. Tara y Brooke primero –.
No. Me. Jodas.
Observo a Brooke en la otra esquina del gimnasio y ella solo se encoge de hombros mirándome con diversión. Su mirada me dice “vamos a divertirnos” pero yo digo “vete al infierno, entrenador”