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Realidad Ilusoria por Reilaa_

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Notas del capitulo:

Bien, no fue facil para mi escribir esto porque basicamente estoy plasmando aqui mi propio transtorno de ansiedad... Dicen que escribir sobre tus problemas ayuda y realmente es cierto, pero es dificil tambien porque recuerdas todo lo que viviste y demonios, es terrible. Pero tambien te hace ver lo fuerte que en realidad eres. Espero que les guste, que no se asusten(?) y sobre todo, si tienen a alguien que esta pasando por esto ahora, puedan comprenderle un poco más.

 

Trastorno de ansiedad es un término general que abarca varias formas diferentes de un tipo de trastorno mental, caracterizado por miedo y ansiedad anormal y patológica.

10 de enero de 2017.

- Tienes que hacer dos semanas de reposo, un esguince no se cura solo teniendo el pie vendado y colocandote cremas antiinflamatorias. -

No pudo evitar bufar al escuchar las palabras del médico. Si, esta bien, se había torcido el pie practicando una pirueta en su clase de danza pero tampoco era para tanto... Bueno, pensandolo mejor si, su tobillo parecía una bola de tenis de lo inflamado que estaba, pero increiblemente no le dolía tanto como pensó que sería al escuchar aquel ''crack'' proveniente del final de su pierna cuando su tobillo se torció. Tampoco pensó que le darían 15 días de reposo. ¿Que demonios haría 15 días en cama?

Salió del consultorio con su mejor cara de molestia, esperando que su madre terminara de hablar sobre su diagnostico y pidiera turno para su propia revisacion medica, para luego salir de la clinica y soltar un suspiro, mirando su pie. Realmente era un tonto, tendría que haber tenido más cuidado.


17 de enero de 2017.

La sensación de angustia que le atacaba por las mañanas, pocos días después de su ''accidente'', se hacía cada vez más fuerte. Una mañana fue como si todos sus problemas, sus malos recuerdos, las malas experiencias, el abandono de su padre, todo le hubiese caido sobre la espalda y no le dejara vivir en paz. De hecho, aquella sensación de angustia comenzaba a permanecer durante gran parte del día, haciendole pensar en cosas negativas y llenandole de miedo, principalmente de perder a la única persona que tenía en el mundo: su madre.

Día tras día hacía cosas para ella, le dejaba regalos, le comparaba cosas, le escribía cartas... Intentando de aquel modo demostrarle el amor que sentía por ella, porque luego de eso se sentía bien, aunque el nudo que se formaba en su garganta le indicaba que ese ''me siento bien'' que se decía a si mismo no era verdadero, sino una forma momentánea de ocultar su malestar, sus miedos.

Las pesadillas eran cada vez más frecuentes, se refugiaba en lecturas depresivas y canciones que le provocaban tristeza, hasta que un día recordó lo que uno de los médicos le había dicho la última vez que le habían ingresado en urgencias con un cuadro de broncoespasmo. ''¿Alguna vez te han llevado al psicólogo? Presentas sintomas de una ansiedad muy leve, deberías tratarte antes de que sea peor.''

¿Ansiedad? ¿Acaso podría ser eso? Y en ese momento, el infierno se desató en su vida.



23 de enero de 2017.

Sus manos no dejaban de temblar en ningún momento. No importaba lo feliz que estaba porque al fin iban a darle el alta para que volviera a bailar, no importaba el hecho de que su madre estaba a su lado, nada importaba. Estaba sumido en un estado de nerviosismo constante, las palpitaciones eran casi exageradas, podía sentir su corazón latiendo como si estuviera pegado a su oído, no tenia hambre, vivía a base de agua. Demonios, estaba tan asustado. ¿Que rayos le estaba pasando? No lo entendía, se pasaba los días enteros llorando solo en su cuarto, aparentando estar bien. El miedo de que su vida se desmoronara como le había pasado a sus amigos, que habían perdido a sus padres o habían intentado suicidarse, incluso habían tenido problemas de anorexia o bulimia, le consumía. No quería terminar como ellos, no quería que le llevaran al psiquiatra y le metieran pastillas en su organismo, porque sabía que a partir de allí no había vuelta atrás. Le aterraba terminar como ellos, que se veían bien pero que cuando les faltaban sus pastillas caían en sus estados de depresión, ansiedad, pánico, nuevamente.

Se mantuvo todo el camino de ida y de vuelta callado, escuchando música sin realmente escucharla, ya que su mente estaba divagando lejos, imaginando cosas que probablemente no pasarían, pero que él sentía que si, en cualquier momento. La mínima felicidad que sentía de poder volver a bailar era la única ''luz'' en su interior que le hacía mantenerse ''en este plano''. Sin embargo, no podía dejar de pensar en que cada uno de los síntomas que tenía en su cuerpo, concordaban con un trastorno de ansiedad generalizada.


26 de enero de 2017.

Se había puesto a llorar de manera descontrolada luego de salir de su clase de danza. No encontraba otra forma de expresar su felicidad por volver, por lo que las lágrimas se le saltaron cuando vió a su madre esperarle fuera de la sala de ensayos. Ella le abrazó y le dijo que no tenía por qué llorar si se sentía feliz, pero era algo que simplemente no podía controlar, no pudo parar hasta que sintió que toda esa ''angustia'' disfrazada de felicidad había salido de su cuerpo.

Sin embago, algo peor vino después.

Estaba recostado en el sofá de la casa de su tía, cuando de repente todo comenzó a dar vueltas a su alrededor. Sus manos comenzaron a sudar y su corazón latía como si estuviera corriendo una maratón, sus músculos se habían puesto completamente rígidos y su respiración era entrecortada. Un miedo irracional e inexplicable le atacó en ese momento, sin embargo, no era miedo a morir, sino miedo a que pudiera suceder algo malo. Esa fue la primera vez que TaeMin experimentó lo que se llama ''crisis de ansiedad'', que no es lo mismo que una crisis de pánico, pudo diferenciar después.

Aquella noche, fue la primera que pasó en vela. No pudo dormir, recordando cada vez que cerraba los ojos cada cosa que había leído sobre los ataques de pánico, creyendo que era víctima de eso y que esta vez si, no había marcha atrás, que esta vez le llevarían al psiquiatra y su mayor miedo se haría realidad.

Esa fue la primera noche que el insomnio le atacó. La primera de muchas.



28 de enero de 2017.

La visita de su padre luego de que le llamara y básicamente le gritara todo lo que le estaba ocurriendo, realmente no le había servido de mucho, pero TaeMin quería convencerse a si mismo de que si. Después de todo, se sintió seguro en los brazos de su padre, aunque sea por un rato. Aquella noche tampoco durmió, sin embargo se sentía tranquilo, parecía que los tés de hierbas que estaba tomando le ayudaban un poco con sus estados de ansiedad. Porque si, ya había aceptado que era eso lo que tenía, todo concordaba y aunque era horrible, era parte de él.

3 de febrero de 2017.

Aquella mañana se levantó sintiendose como nuevo. Ninguno de los síntomas de la ansiedad estaba presente en su cuerpo y eso, demonios, era genial. Hacía semanas que no se sentía tan bien, por lo que fue capaz de disfrutar de muchas cosas junto a su madre, de disfrutar sus actividades (ya que a la danza se habían sumado otras tantas, más del tipo aerobico) e incluso se sintió más unido a su familia. La relación con su padre se hizo un poco más estrecha, de a poco sentía que podía manejar lo que le estaba pasando y que claro, la consulta psicológica le había ayudado. Sin embargo, a pesar de que se sentía bien, un pequeño miedo a volver a aquel estado de ansiedad, nervios, comenzaba a crecer más y más en su interior, hasta que semanas después, se transformó en una realidad.



20 de febrero de 2017.

Había caído nuevamente.

Hacía ya cuatro noches que no podía dormir, el estrés era increiblemente grande en su cuerpo y la ansiedad ni hablar. Sus piernas temblaban, sus manos igual, las palpitaciones habían vuelto y los miedos irracionales no le dejaban vivir, maldita sea. Ya ni siquiera bailar o hacer gimnasia le calmaban del todo. Se sentía dentro de una burbuja, de hecho su psicológo le había dicho literalmente ''estas dentro de una burbuja porque sufriste una decepción bastante fuerte y eso te llevó a intentar esconder tus sentimientos para que no te hagan más daño''. Si, su padre tenía la maldita culpa, ilusionandole con que iría a verle y diciendole más tarde ''No puedo, tengo cosas que hacer''.

Aquello le había derrumbado completamente, había disparado su ansiedad a niveles inimaginables y causado sintomas de esta que eran realmente espantosos como la sensación de irrealidad y de despersonalización. Dios, eran los peores. No sentirse uno mismo, desconocerse, no poder ubicarte en el espacio en el que estas, estar en tu casa y sentir que la desconoces... Era aterrador. Los aturdimientos también lo eran, sin embargo el aturdimiento era una respuesta normal a todo el miedo que tenía. Cuando estaba aturdido no sentía nada y eso le mantenía algo ''tranquilo'' de forma momentánea. De todos modos, le asustaba.

 

12 de marzo de 2017.

Habían sido días dificiles, pero poco a poco todo comenzaba a ''ordenarse''. Aquella era la noche antes de regresar a clases y su madre junto a su novio y algunos familiares le habían llevado a cenar. Hacía algunos días podía dormir normalmente, aunque los aturdimientos aún estaban presentes y los mareos también, especialmente cuando hacía actividad fisica, sin embargo esta le servia para calmarse un poco, para distenderse.

La semana transcurrió de forma tranquila, la ansiedad le atacaba por momentos pero no era nada comparado con las semanas anteriores. Estaba tranquilo, se sentia tranquilo, quizás no bien, ni en perfecto estado, pero si bastante tranquilo. Su psicologo le ayudaba en grandes cantidades y el haber vuelto a clases mantenía ocupada su cabeza en todo lo que debía estudiar y hacer.

Sentía que poco a poco todo volvía a la normalidad, o al menos un poco.

 

3 de abril de 2017.

''Al día de hoy, me encuentro escribiendo esto. Mi cama esta desarmada, mi cabello es un caos, tengo el secador de cabello encendido solo para que me de algo de calor en las piernas, es un mero capricho mio, si se quema mi madre me va a acribillar. El presidente de mi país dice más y más mentiras en una cadena nacional, mi mascota duerme a mi lado y mi habitación es un desastre, pero estoy tranquilo. Anoche estuve en la ciudad, disfruté de ese paseo. El sabado tuve una exhibición, bailé como nunca antes, lo disfruté tanto... Creo que comienzo a comprender un poco de que va todo esto. Comienzo a atesorar los buenos momentos, valoro más las risas, a veces se me saltan las lágrimas si me coloco muy nervioso o si me emociono de más, pero todo esta... Tranquilo. No perfecto, no como antes, pero me conformo con este equilibrio. Ya no le tengo miedo a la ansiedad. No le temo, porque se que no me va a matar, no me va a hacer ningun daño. Es solo una mala jugada de mi cabeza. Simplemente eso, nada más. No puedo manejarla, no puedo hacer que se vaya, debo dejar que este conmigo como si fuese otro yo que me acompaña a todos lados, a veces quejandose y molestandome y a veces, simplemente me observa en silencio, dejandome sentirme pleno.

No es facil para mi escribir esto, siento que estoy dejando al mundo ver mis debilidades, pero al mismo tiempo es algo que necesito hacer. No soy de piedra, no soy de hierro. Soy humano, sufro, rio, lloro, sonrio. Como, duermo, tengo mis dias buenos y mis dias malos. Pero todo pasa. Y esto seguramente, en algún punto de mi vida, va a pasar.

Gracias por leerlo. Quizás ahora puedan comprender un poquito más como se siente la gente con este transtorno.''

Soltó un suspiro y cerró la laptop con cuidado, limpiandose algunas lágrimas traicioneras que se le habían escapado. Se levantó de la cama y se estiró un poco, viendose en el espejo y sonriendo.

Hoy comenzaba un nuevo día. 


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