Capitulo extra
Hoy era la víspera de navidad. Había pasado unas semanas desde que Severus y Harry iniciaron una relación, con la bendición del anciano director. Aunque el pobre del moreno mayor tuvo que pasar unos días en cama cuando el padrino de su gatito se enteró de “que estaba corrompiendo a su cachorro”, claro que él no se quedó atrás y dejo peor al Black.
Ya habían empezado las vacaciones y había regresado a su casa para arreglarla para su gatito, que vendría a quedarse para las fiestas y el resto de las vacaciones. La estaba decorando e irónicamente los colores de sus casas combinaban de manera perfecta.
Le había pedido a Dobby que hiera una rica cena de navidad. El elfo estuvo muy feliz de hacer una cena de lujo a sus amos. Cuando vio que su casa estaba en perfectas condiciones de recibir a su pequeño, se dirigió hacia el baño para tomar una ducha relajante y arreglarse para su cita, porque eso era su primera cita como pareja y lo tenía algo nervioso, nunca había tenido necesidad de eso antes y ahora no quería cometer algún error y que el mismo le hiciera perder a su gryffindor no lo soportaría.
Quitándose esos pensamientos de la cabeza se apresuró a terminar su baño y alistarse. Según los consejos de su amigo y ahijado decidió por ponerse un pantalón de tela, corte recto en color negro, una camisa en color negro y un suéter de lana en color verde slytherin.
Se calzo con unos zapatos italianos que su amigo le regalo hace algunos años y que nunca encontró la ocasión de usarlos. Para su cabello decidió amarrarlo con una cinta en color verde, dejándolo colgado sobre su hombro derecho. Un poco de colonia y bajo a la sala de estar, para esperar a su importante invitado.
Y no tuvo que esperar mucho, porque exactamente a las 7 de la noche, hora que acordaron, su chimenea empezó a vibrar que alguien quería entrar. El dio un movimiento de su mano y al poco rato apareció su moreno que se tambaleo un poco, al parecer no se acostumbraba a este medio de trasporte. Este se estaba limpiando las cenizas provocadas por este medio de trasporte. Al levantar su vista se encontró con el mayor el cual le sonrió y le abrió los brazos. Este no dudo en lanzarse a sus brazos y el mayor más gustoso no pudo recibirle.
- Mas te vale Snape que no hagas nada raro a mi ahijado, porque si lo haces sabrás porque mi familia era una familia oscura – dijo con voz peligrosa el animago.
- No te preocupes Black, no are nada que él no quiera – dijo haciendo que el menor se sonrojara y el animago gruñera y estaba a punto de convertirse en canuto y morderlo, pero la mano de su pareja le detuvo.
- Ya basta los 2 es navidad deberían por lo menos comportase de una manera civilizada – dijo con un suspiro el rubio – nos veremos Harry mañana vendremos a almorzar y cuídate y cuídalo – termino de decir señalando al profesor, mientras se llevaba a rastras al animago.
- Bueno fue mejor de lo que esperaba – comentó el mayor – Dobby, lleva las maletas de Harry a la habitación principal – ordeno/pidió el mayor. Aunque no hicieran nada quería amanecer abrazando a su león – que dices si te instalas, debo ver algo en mi estudio antes de iniciar nuestra cita – dijo mientras depositaba un casto beso en los labios.
Comieron la sabrosa comida que hizo Dobby, sin duda el elfo se esforzó. Al terminar la cena, se dirigieron a la sala la cual tenía un gran pino adornado con los colores de sus casas. En el suelo había almohadones y en el sofá había una gran manta. Dobby volvió a aparecer con una bandeja la cual tenía una copa de Whisky de fuego, para el mayor, y una taza de chocolate caliente para el menor. Para acompañar las bebidas había galletas de jengibre y galletas de chispa de chocolate. Los magos se dirigieron al árbol y le entregaron cada uno un presente al elfo, el cual dejo escapar una lagrimas agradecido por sus amos. Le desearon feliz navidad y desapareció.
Se sentaron frente a la chimenea el cual estaba ardiendo un fuego cálido, que anterior mente el elfo había creado. Severus se sentó sobre la alfombra, recostándose a unos almohadones. Mientras que Harry se sentó entre sus piernas, mirando hacia el frente y recostándose en el fuerte pecho del mayor.
Y así se quedaron un tiempo hasta que el profesor rompió el silencio.
- Te gusto nuestra primera cita – pregunto algo nervioso.
- Claro que sí, no me he sentido tan bien – dijo el menor, haciendo que el mayor liberara el aliento que estaba conteniendo.
- Me alegra que te agradara. En realidad estaba algo preocupado de que no te gustara, ya que sería la primera vez que hiciera algo como esto, pero al parecer todo salió – confeso el mayor.
- A veces me sorprende que tú seas el mayor – dijo algo divertido el menor haciendo que el ceño del mayor se frunciera – veras con algo pequeño, pero significativo podrás complacerme amor – dijo besándole la barbilla.
Estuvieron abrazados un rato, cuando el menor se levantó del cómodo lugar y fue hacia el árbol, busco una caja envuelta en color verde con una cinta en negro. Al ver esta combinación de colores, el profesor alzo una ceja.
Tomo el regalo y lo abrió con cuidado, pues era el primer regalo que recibiría de Harry en navidad y esperaba que no fuera el ultimo, y eso se cumpliría con el regalo que le iba a entregar. Al abrir el regalo se mostró una caja de terciopelo en color negro. Abrió la caja y al ver lo que estaba dentro por poco se le cae la caja era un collar, de oro blanco con dos ciervos, un macho y una hembra, besándose. Pero que más impresiono al maestro era las joyas que tenían ambas criaturas la cierva tenía 2 ónix, mientras que el ciervo 2 esmeraldas. Sin duda era una representación de sus patronus y de ellos.
Una sonrisa apareció en los labios del profesor y le dijo al menor…
- Me la pones pequeño – dijo mientras le daba la espalda. El menor lo hizo muy gustoso – ahora quiero que tu abras mi regalo – le dijo mientras le entregaba una bolsa. Al abrirla vio una hermosa rosa roja con rayas blancas sin duda era perfecta – y dime te gusto – pregunto el mayor, pues sabía que el menor no había visto todavía el verdadero regalo.
- Si es hermosa Sev – dijo encantado.
- La rosa tiene un encantamiento que dudara para siempre, bueno o hasta que termine nuestro días – dijo mientras que le abrazaba – pero creo que no has visto el verdadero regalo – dijo viendo como el menor le veía confuso – la rosa no es mi verdadero presente, gatito – termino de decirle al oído.
El menor al escuchar lo dicho por el mayor, volvió a dirigir su mirada hacia la rosa y vio que algo sobresalía del tallo. Toco lo que sobresalía y vio que pudo deslizarlo. Al estar fuera del tallo se dio cuenta de que era un anillo de banda de oro blanco el cual tenía forma de un león, el cual estaba rodeado de una serpiente. Ambos tenían pequeñas piedras preciosas rodeando sus cuerpos. El león tenía rubíes, mientras que la serpiente tenía esmeraldas.
- Sé que todavía falta mucho para conocernos, pero me harías el honor de ser mi compañero para toda la vida, Harry – pregunto arrodillado frente al menor el cual estaba más que emocionado ya que de inmediato se arrojó a los brazos de su amor.
- Claro que si Severus, eres la persona que más amo, y estoy seguro que nunca encontrare a nadie como tú. Aunque tenga que hacerme la idea que nunca podre tener hijos – dijo algo triste.
- Y quien te dijo que no, que no haya tenido hijos no es por ser estéril, sino porque no quería – dijo asombrando y confundiendo al menor. Al ver el rosto del menor, suspiro, pues se acordó que el menor había vivido entre muggles – Harry lo magos pueden tener hijo o gestar, claro que es un poco más complicado que los embarazos femeninos, pero pueden – le informo al menor.
- Entonces podremos tener hijos – pregunto muy ilusionado.
- Si con tus bellos ojos, mi amor – dijo besándole. Se separaron cuando el aliento le falto – que te parece si empezamos a tratar de concebirlos – le dijo con una sonrisa lobuna, haciendo sonrojar al menor. Se levantó y tomo en brazos al menor y se dirigió hacia la habitación principal.
En otro lugar, un moreno le recorrió un escalofrió por la espalda, advirtiendo al rubio junto a él.
- Que te pasa amor, tienes frio – pregunto, mientras le abrazaba para que no tuviera frio.
- No es eso, creo que me volveré abuelo dentro de poco – dijo abatido, haciendo reír al rubio al catar el mensaje por lo dicho por su león