-MinHo, amor, yo quería saber si t-
-TaeMin, debo ir a una reunión importante, no me esperes despierto, si? Adiós.
-Qué...? Adiós...
Y es que ¿quién deja solo y de noche, en casa, a su esposo con 5 meses de embarazo por ir a una reunión?
TaeMin estaba con el instinto asesino a flor de piel, claro, las hormonas tenían algo que ver con eso, solo un poco.
-M-MinH-Ho... snif... eres un maldito.- decía entre sollozos un abatido Taemin.
¿Acaso existía un ser más desconsiderado e insensible que Choi MinHo?
-Pero esta... snif... me la pagas.
El pequeño embarazado se encaminó hacia la habitación matrimonial del departamento de la pareja, Sacó dos maletas del closet y llenó algo de ropa y otros artículos personales.
-Mamá, me pued-do quedar... snif... aquí?
-Dios, Taebaby! Qué pasó!? ¿Dónde está MinHo, vino contigo?
-N-No, mamá, él me eng-gaña...snif...
-Tae~ cuéntame qué ocurrió esta vez?
-Él... él se fue a snif una supuesta reunión pero yo snif no le creo, estoy seguro que me engaña, mamá.- Decía entre sollozos el pequeño.
TaeMin lloraba descontroladamente, su madre le echaba la culpa al embarazo y a las hormonas, pero el corazoncito de nuestro TaeMin de verdad estaba sufriendo, quizás el estar en estado afectaba en algo sus emociones, pero este mal rato que le hizo pasar su esposo revivió viejos temores, viejas heridas.
MinHo, ¿acaso ya no nos amas?
Pensaba el dulce TaeMin mientras gruesas lágrimas se deslizaban por sus rosadas mejillas.
-Hola, ¿MinHo?
- Señora Lee, sucede algo?
-Hijo, qué ocurrió con Tae?
-A qué se refiere? Él está bien? Le pasó algo malo? Señora por favor respóndame!
-Calma MinHo, no sé si él esté bien pues llegó a mi casa con una maleta y llorando, pidiéndome que le dejara quedarse conmigo. Ahora mismo está en su habitación llorando, lo puedo intuir. Por eso dime qué ocurrió?
-Yo... solo t-tuve que salir por un asunto de emergencia de la empres-sa y-y
-TaeMin piensa que le eres infiel.
- ¿¡Qué!? Pe-e
- Si te comportas de esa manera tan distante y fría con él y te atreves a dejarlo sólo, sabiendo que está esperando a tu hijo, dime por qué no pensaría que le engañas con alguien más?
-Señora Lee, le juró que no...
-A mí no me tienes que jurar nada, es a mi hijo a quien le debes una explicación. Él... de verdad la está pasando mal...
Y solo eso bastó para que MinHo deje lo que estaba viendo en esos momentos para manejar como alma que lleva el diablo con dirección a la casa se su suegra.
No hagas cosas buenas que parezcan malas...
-¡Demonios! Qué te hice mi amor...
-Hijo, cariño debes cenar algo, hazlo por el bebé, de acuerdo?
-Má, no tengo apetito... ahora no por favor- El menor sentía que ya no le quedaban más lágrimas por derramar, sentía que a cada minuto que pasaba perdía a su esposo.
Ya han pasado unas horas desde que me fui y ni siquiera has tratado de comunicarte conmigo... seguro ni te das cuenta aún de que ya no estoy más en casa, debes seguir co-con tu amante... ¿así terminará nuestra historia, MinHo?
-¡TaeMin!
¿MinHo?
-¡Mi amor!... bebé...
Con algo de dificultad el menor se incorporó un poco en su cama para poder tener mejor vista del moreno que se encontraba de pie en la puerta de su habitación.
-Mi-n qué ha-haces aquí? - Susurró el menor- Cómo supiste que estaba en este lugar?
-Cariño, eso es lo de menos, yo te debo una explicación, debemos hablar...
-¡NO! No, por favor MinHo, si me amaste aunque sea un poco, no lastimes más mi corazón y vete ya, yo ya sé lo que hiciste y-y no te odio pero tampoco puedo estar contig-go...
Y contener las lágrimas se hizo imposible. Al menor le dolía decir todo eso, pero era preferible a escuchar la verdad de los labios de su, aún, esposo. No soportaría semejante dolor y debía pensar en su pequeño, ahora no se trataba solo de él.
-Tae, qué estás diciendo? Yo jamás te dejaré y mucho menos te sería infiel. Los tengo a los dos y esto es lo que siempre quise, déjame hablar, cariño.
-Min-nHo...snif
El moreno se acercó hasta la cama del menor y alargó una mano para secar el rastro húmedo que las lágrimas dejaron en el rostro de su esposo. Taemin no opuso resistencia, MinHo era su debilidad.
-Bebé, si me fui de esa manera tan insolente del departamento fue porque tenía que verme con la mujer qu-
-Cállate! No quiero seguir escuchando! Me engañ-
-Con la mujer que está arreglando los papeles de la compra de la casa que viste hace unos meses y de la que te enamoraste, quise darte la sorpresa pero antes que eso, prefiero tu tranquilidad y la salud del bebé, por supuesto la tuya también, amor.
-¿Qué... qué?- el menor estaba en shock. Su esposo todo este tiempo solo trató de arreglarle esa sorpresa y él le agradecía dándole preocupaciones.
-Déjame, no te merezco... tú te esfuerzas por darme lo mejor y y-yo sólo te doy problemas...
-Shhh bebé, sabes que no es cierto, te amo y tu amor me basta como agradecimiento para todo lo que hago por tu comodidad y para que seas feliz.
-¡Min, te amo, te amo, te amoooo! - decía entre besos un efusivo castaño.
-Discúlpame por angustiarte, cariño. Esa no era mi intensión.
-Está todo olvidado, en todo caso, discúlpame tú por decirte todas esas palabras y por irme de casa.
-Solo si regresas conmigo a nuestro nuevo hogar.
- ¡Sí! Mil veces sí!
-Te amo cariño.
-Te amo Min.
-También te amamos a ti, pequeño o pequeña...
-Pequeño
-....
-Tendremos un niño, MinHo. Quería darte la noticia hace un rato pero paso todo esto y pues...
-Dios, Tae! Me haces el ser más feliz del mundo!
-Yo... había pensado en un nombre. YooGeun.
-Me encanta, mi amor. YooGeun, papá y mamá te esperan con muchas ansias.
YooGeun, bebé... Te amamos!
Dijeron al unísono. Y sellaron ese bello momento con un beso.
Al cabo de unas semanas se mudaron a su nuevo hogar, sí, a esa casa que fue motivo de esa gran discusión.
-MinHo, es hermosa. ¡Gracias!
-Para ti todo lo mejor, mi vida.
El resto del embarazo pasó sin mayores complicaciones.
Antojos por aquí y por allá. Cambios hormonales, llanto, rabietas, risas, euforia y mucho, mucho apetito sexual.
-Si me pagas de esta manera el ir por tus antojos a altas horas de la noche, YooGeun, mi bebé, se más caprichoso seguido. ¡Papá ama este tipo de pago¡
Decía un MinHo exhausto pues, tener varias rondas de sexo era agotador.
-¡Choi MinHo! Cuida tus palabras! ...Mi amor, papá es un bruto, no le hagas caso.- Replicaba un TaeMin risueño acariciando su vientre.
Cuando la hora del parto llegó, los nervios propios de padres primerizos, estaban presentes.
Fueron las 4 horas más largas de toda la vida de Choi MinHo, a quien no dejaron ingresar a la sala de operaciones.
-Familiares de Choi TaeMin
-Yo soy su esposo. Dígame cómo está?
-Bien, señor. Todo salió perfectamente. Quiere acompañarme para que conozca a su hijo y vea a su esposo?
- ¡Por supuesto!
-Min...
-Mi amor, lo hiciste muy bien. Gracias por darme esta alegría. Te amo
-También te amo, Min. Ya viste a nuestro bebé?
-Una enfermera nos lo traerá ahora mismo, cariño.
-Es hermoso, tiene tus ojos
-Es hermoso porque se parece a ti, Ranita.
-Con permiso, aquí les traigo al jovencito Choi.
-Gracias.- Decía un efusivo Minho, quien se aventuró a tomar en brazos a su pequeño hijo.
Pero hubo algo que molestó a TaeMin.
¡Maldita zorra! Deja de coquetearle a mi marido, te ves patética! Él solo tiene ojos para nosotros! Jum!
-Min, amor! Me dejas verlo, por favor.
-Claro, cariño. YooGeun, te presento a tu omma.-Dijo el moreno, depositando un tierno beso en los labios rosas del castaño.
-Dios, MinHo! Es hermoso.- Afirmaba con lágrimas en los ojos.
-Lo es, bebé. Es tan lindo como tú.
-Como dices eso, no es ci- señorita, nos puede dejar a solas? MI esposo y yo queremos privacidad!
-Cla-claro, con permiso.- respondió una nerviosa enfermera al verse atrapada por el menor.
-Que fue eso Choi TaeMin?
-Acaso no viste que te devoraba con la mirada! Te estaba coqueteando!
- Amor, después de todo este tiempo, aún crees que me fijaré en alguien más que no seas tú?
-Yo... Min, confio en ti pero, las inseguridades aún están ahí. Yo no soy lin-
-TaeMin, sabes que eso no es cierto. Eres el ser más hermoso sobre la tierra, al igual que nuestro hijo, y el afortunado aquí soy yo. Gracias por estar conmigo bebé.
-Te amo Min.
-Te amo Tae. Ahora, disfrutemos de este momento maravilloso con nuestro hijo.
- Si...- dijo el menor para luego dejar tiernos besos en los labios de su esposo y la frente de su bebé.
Amor para todos, por igual!
Y fue así la llegada del primer Choi.
La vida aún les tiene deparadas muchas nuevas experiencias que con paciencia, sabiduría y mucho amor los sabrán enfrentar.