Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Azota paredes. por Shawolx3

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡hello, hello <8>! XD

Al principio del fic son como pensamientos de ellos.

En el interior de un Range Rover negro de camino de regreso a Seúl …

Kibum : Está bien, puedo hacer esto… Son sólo unas pocas horas hasta la ciudad. Puedo ser la persona más madura aquí. Puedo actuar como si él no hubiera hecho un alto ante la idea de ver mi cuerpo anoche… ¿Y qué demonios? ¿Qué hombre dice que no ? Kibum, sólo cálmate… sólo sonríele y actúa como si todo estuviera bien. Espera, está mirando hacia mí. ¡Sonríe! Está bien, me devolvió la sonrisa. Estúpido rechazador… Quiero decir, ¿qué pasa con eso? ¡Y él se puso duro!

Jonghyun: Me está sonriendo… puedo devolverle la sonrisa, ¿verdad? Quiero decir, estamos actuando de forma natural, ¿cierto? Vale, hecho. Espero que pareciera más natural de lo que se sentía. Jesús, quién sabía que un suéter gigante puede verse tan bien en él… Pero todo se ve muy bien en Kibum—especialmente ese bañador verde. ¿De verdad lo rechacé anoche? Dios, hubiera sido tan fácil sólo… Pero entonces no pude. ¡¿Por qué no podía?! Jesús, Jonghyun. Bueno, estábamos borrachos… Corrección, él se emborrachó. ¿Se habría arrepentido de ello? Podría hacerlo. ¿Podía correr el riesgo? Podría haber sido un poco desastroso…Eh, no pensé en él ni una sola vez este fin de semana… porque no podía dejar de pensar en Kibum. Me está mirando otra vez… ¿De qué demonios vamos a hablar durante todo el camino de vuelta a la ciudad? Minho ni siquiera está prestando atención. Bastardo. Le dije que tenía que ayudarme… Está ayudándose a sí mismo con un puñado de Taemin. Casi lamento que Kibum y yo trabajáramos tan duro para juntarlos. Umm… Kibum y yo… Kibum y yo en un jacuzzi donde los bañadores están prohibidos… Jesús, espera un minuto —Sí, ahora tengo una semi…

Kibum: ¿Por qué está retorciéndose de esa manera? Jesús, ¿tiene que hacer pis? Tal vez yo tengo que hacer pis. Quizás sería un buen momento para sugerir hacer una parada para hacer pis… Luego puedo agarrar a Taemin y asegurarme de que sabe que la razón por la que están yendo con nosotros no es para que puedan chuparse la cara todo el camino, sino para actuar de interferencia por mí con el Señor Asustado de mi cuerpo por allí. Está bien, sólo pídele que se detenga en la siguiente gasolinera. Vaya, realmente tengo que hacer pis, supongo. Espero que esta gasolinera tenga Gardettor3;s.

Jonghyun: Gracias a Dios él quería parar. Ahora puedo ajustarme sin parecer un pervertido… Oh, ¿a quién estoy engañando? Soy un pervertido. Estoy montado en un coche con un hombre que se encontraba montado a horcajadas sobre mí anoche y sólo el pensamiento hace que me ponga duro. Pervertido, pervertido, pervertido. Espero que la gasolinera tenga Gardettor3;s.

Taemin: ¡Ooh! ¡Vamos a parar! ¡Espero que esta gasolinera tenga chicle!

Minho: Oh, hombre, ¿vamos a parar ya? No vamos a volver a la ciudad antes del anochecer. Taemin quiere que vea su casa, y estoy realmente esperando que eso signifique andar desnudos y permitirme ver… Espero que esta gasolinera tenga condones.

Kibum: Está bien, podrías haber manejado esto un poco mejor. Taemin sugiriendo que tú y Jonghyun dividieran una bolsa grande de Gardettor3;s no era la gran cosa. ¿Estoy un poco sensible hoy? Sí, supongo que lo estoy… Pero sé que es un hecho que Jonghyun miraba mi culo mientras me alejaba del coche. ¿Por qué diablos está mirándome el culo ahora? Anoche no quería ni echar un vistazo debajo de mi camiseta. ¿Es realmente tan complicado? ¿Por qué demonios está mirándome? Está extendiendo su mano. Quédate quieto, Kibum, quédate quieto… Oh, semillas de sésamo en mi barbilla. Bueno, si no estuvieras mirando mi boca, Sr. Mensajes Enrevesados, ni siquiera te habrías dado cuenta. Nunca conseguirás esta semilla de sésamo ahora, amigo. ¡Maldita sea! ¿Por qué este suéter tiene que oler tan bien? Espero que no se haya dado cuenta de que he estado olisqueando este suéter todo el camino.

Jonghyun: Está sorbiendo por las narices continuamente hoy. Espero que no haya cogido un resfriado. Pasamos demasiado tiempo fuera este fin de semana… No me gustaría que cayera con algo. Acaba de sorber por la nariz otra vez. ¿Debería ofrecerle un pañuelo de papel?

Taemin: Te atrapé, Kibum. Sé totalmente que olisqueabas el suéter.

Minho: Me pregunto si Minnie tiene algo más que goma de mascar. Espero que no me viera comprando esos condones. Quiero decir, no quiero ser presuntuoso. Pero definitivamente quiero estar debajo de él otra vez muy, muy pronto. Quién sabía que alguien tan pequeño podía ser tan fuerte… y ahora estoy duro.

Taemin: Choi Minho… Lee Choi Taemin … Choi Taemin… Taemin Choi-Lee…

Kibum: Vale, Kibum, momento de tener esa difícil coversación contigo mismo. ¿Por qué exactamente te arrojaste sobre Jonghyun anoche? ¿Fue el vino? ¿Fue la música? ¿El vudú? ¿Fue la combinación de todas esas cosas? Vale, vale, no más mierda. Lo hice porque… porque… Joder, necesito más Gardettor3;s.

 

Jonghyun: Es tan bonito. Quiero decir, hay bonito y luego bonito… Qué idiota soy. Que mierda hermoso —es hermoso… coño… y huele bien… coño… ¿Por qué algunas personas solamente huelen mejor? Algunas personas huelen como a mierda floral, afrutada. Quiero decir, ¿por qué alguien quiere oler como un mango? ¿Por qué debería alguien oler como un mango? Quizás si pienso en la palabra mango lo suficiente no pensaré más sobre orificios. Kibum… mango… Kibum… culo… ¡Dios! Y ahora estoy duro…

Kibum: Él parece como si necesitara mear otra vez… Está bebiendo demasiado café. Ha tomado como seis tazas ya de ese termo. Eso es divertido… Nunca toma una segunda taza en casa. ¿Por qué demonios sé cuántas tazas de café bebe? Asúmelo, Kibum, sabes tanto sobre él porque… porque…

Minho: Amigo, ¿vamos a parar de nuevo? Nunca vamos a llegar a casa. Mi chico Jonghyun está teniendo algunos problemas serios hoy… Probablemente debería ver si quiere tomar una cerveza o algo cuando regresemos —en caso de que quiera aclarar lo que realmente pasó anoche. ¿Debo ofrecerme? Guau, Taemin tiene un aspecto estupendo en esos pantalones… Me pregunto si está comprando más chicle.

Taemin: ¡Deja de olisquear tu suéter, Kibum! En serio, chico. Si pudiera agarrarlo a solas… Bueno, Jonghyun parece estar cojeando hacia el baño de hombres. Puedo tenerlo a solas para ir por carne seca.

Kibum: Ugh… no puedo creer que Taemin supiera que olisqueaba el suéter. Me pregunto si Jonghyun se dio cuenta.

Jonghyun: Él parece mejor… Ya no está sorbiendo por la nariz.

Taemin: Tengo que mandarle un mensaje a Woohyun. Tiene que saber que la situación Kibum/Jonghyun no está yendo para nada a mejor. ¿Qué demonios vamos a hacer con estos dos? Quiero decir, en serio… A veces la gente no puede ver lo que tiene justo enfrente de ellos. Aawww… Minho quiere que le rasque la espalda. Lo adoro… Y maldita sea, sus dedos son tan largos…

Minho: Mmmmm… otra vez… rasca… otra vez… rasca… Mmmm…

Kibum: Está bien, no más negación en tu propia cabeza, Kim. Y ahora lo digo en serio porque estoy usando mi apellido. Ahora escúchame, Kim… Jeejeejee… ¡Sueno como un auténtico idiota!

Jonghyun: Así que… ¿se está riendo? Una broma privada, parece. Así que tal vez está bien con cómo está yendo esto —ups, tomé la bolsa de Gardettor3;s equivocada. ¿Acaba de gruñirme? 

Kibum: ¿Rechaza mi cuerpo y luego intenta robarme mis Gardettor3;s? Creo que no, amigo. Vale, Kim, no más risitas. No puedes evitar esto para siempre, ni siquiera en tu propia mente. Aquí están las preguntas sobre la mesa: 1. ¿Por qué te lanzaste sobre Jonghyun anoche? Y no tienes permitido culpar de ello al alcohol ni a la música ni al ambiente de las vacaciones ni a los Nervios ni al Corazón ni a nada. 2. ¿Por qué te rechazó? Si no quería ir ahí, ¿por qué ha estado coqueteando contigo durante semanas, y no sólo del modo vecino? Tiene un harén, por el amor de Dios. No es ningún puritano. ¡Arg! 3. ¿Ser rechazado por Jonghyyn tiene algo que ver con la cita que acordaste con Hyeong Seop? 4. ¿Cómo demonios vamos a volver a ser sólo amigos cuando conocemos cómo sabe el interior de la boca del otro? Y su sabor es muy, muy, muy bueno. Está bien, sí. Puedes olisquear el suéter una vez más —sólo no permitas que nadie te vea.

Jonghyun: Tengo que resolver esta mierda con Kibum. Él es tan genial, y quiero decir tan genial… ¿Ha habido alguna vez alguien que poseyera cada una de las cualidades que he estado buscando? Excepto por Natalie Portman, por supuesto. ¿Pero Kibum? Tengo que dejar de ver tantos dramas televisivos —Me refiero a que, qué clase de tipo en su sano juicio piensa en frases como: “¿Ha habido alguna vez alguien que poseyera cada una de las cualidades que he estado buscando?” Espera, ¿He estado buscando a alguien? No, no lo he hecho. No tengo tiempo para eso, espacio para eso —y mis chicas no quieren sentar cabeza. Se mantienen alejadas de las cercas blancas. Kibum dice que no es unchico de cercas blancas… Katie encontró su cerca blanca y estoy contento por ella. ¿Cuándo fue la última vez siquiera que hablé con Nadia o Lizzie? Quizás ellas ya no son lo correcto para mí. No las quiero de la manera en que debería querer… podría querer a Kibum. Eres un maricón, Kim… Jesús, Kibum —es un jodido conservador… Espera un minuto. ¿Qué demonios? ¿De verdad estás planteándote la idea de una… tragar saliva… relación? ¿Y por qué mierda en verdad pensé en las palabras “tragar saliva”? Eso fue un poco dramático, Kim. Vamos, piensa en ello… Si recuerdo correctamente, ¡lo invitaste a España! No huyas de eso. Amigo, ¿en serio acaba de olisquear el suéter?

Minho: Mmmmm… a mi chico le gusta la carne seca —¿Podría ser más afortunado? Me rasca la espalda y come carne seca. Tengo que haber muerto e ido a algún lugar como el cielo.

Taemin: No puedo creer que él se comiera toda mi carne seca. Qué memo. Jeejee.

Kibum: La pregunta 1 es demasiado difícil. No puedo empezar con esa. Las responderé en orden inverso. 4. No sé si podemos ser amigos, pero en realidad quiero que lo seamos —y no de la forma falsa. Realmente me gusta Jonghyun, incluso aunque lo que sucedió anoche fue una auténtica mierda, creo que podemos resolver esto… Y me gustaría tener un poco de lo que sea que estoy fumando. 3. ¡POR SUPUESTO QUE ACEPTÉ SALIR CON SEOP POR LO QUE SUCEDIÓ CON JONGHYUN! Es curioso cómo se van sacando a la luz todas las tapas en mi cabeza. 2. Si supiera por qué me rechazó sería un jodido genio. ¿Mal aliento? No. ¿Porque estaba borracho? Posiblemente… pero si fue porque estábamos borrachosese fue el peor momento para caballerosidad en la historia del universo. Él siguió diciendo “No puedo” y “Esto es un error”. Ahora, error tal vez. Pero podría haber valido la pena… ¿Tal vez sólo le era fiel a su harén? Lo que, de un modo extraño, es bastante dulce. Sé que él realmente se preocupa por ellas. Maldita sea, ¡es incluso genial, se viene con ellas! Pero sé que “no puedo” no era exacto. “No puedo” implica algún tipo de disfunción eréctil. Y sentí esa cosa contra mi muslo. Suspiro. Suspiro por el muslo. Este suéter está haciéndole cosas a mi cabeza. 

Olfatear…

Jonghyun: Acaba de olisquear otra vez —¿Por qué sigue haciendo eso? Cuando me lo puse no noté que oliera a nada que no sea lana. Kibum es extraño… extrañamente maravilloso… Coño…culo Culo de Kibum… Y… estoy duro. ¿Por qué demonios estoy fingiendo todavía que no estoy total y completamente loco por este chico? Y no tiene nada que ver con su culo… y ahora estoy más duro.

Kibum: Deja de intentar evitar la respuesta a esta pregunta. ¡Afróntalo! ¿Por qué te lanzaste sobre Jonghyun, olvidándote de la amistad, el harén, la sequía de O y todas las buenas razones que tenías para mantenerte alejado de él y su vudú? Vamos, Kibum. Aspira y dilo. ¿Qué fue lo que dijo cuando le preguntaste por qué te había besado esa noche que se conocieron? “¡Porque tenía que hacerlo!” Jesús, incluso en mi cabeza suena increíble diciendo eso… Ahí tienes tu respuesta, Kibum: porque tenías que hacerlo. Y ahora tienes que descifrar esta mierda. Lo besé y me besó porque teníamos que hacerlo. Y las decisiones que tomamos eran nuestras y sólo nuestras… ¿Y el hecho de que se detuviera y dijera que no podía? ¿Incluso después de todas las semanas de ridículos coqueteos? ¿Después de invitarme a España? ¡España, joder! ¿Y quiero ir a la jodidamente maravillosa Espa…? Espera, ¿quiero ir a España con él? España duele. ¡Argh! De cualquier modo, más vale que tenga una maldita buena razón porque joder, soy atractivo —Con O o sin O— soy jodidamente atractivo. Sí, lo eres, Kim. Es extraña la forma en que vas y vuelves entre la primera y tercera persona durante tus monólogos internos, aunque… Gracias a Dios, ¡el puente de Seúl! Suficiente introspección…

Jonghyun: Mierda, el puente de Seúl. Estamos casi en casa y no tengo ni idea de cómo va esto con Kibum. Apenas hemos dicho nada en todo el camino —aunque estoy contento de estar casi en casa. Huelo a carne seca y necesito masturbarme como no creerías…

Taemin: ¡Vaya! ¡El Puente! ¡Me pregunto si a Minho le importará pasar la noche en mi casa!

Minho: Gracias, joder, el puente. Casi estamos en casa. Me pregunto si Tae sabe que voy a pasar la noche en su casa —y pensando en hacerlo llamar al trabajo mañana para decir que está enfermo. Chico, las cosas que planeo hacerte… Pero nunca voy a comer tanta carne seca otra vez. Este ha sido el viaje por carretera más silencioso jamás visto.

Dejamos a la nueva pareja en lo de Taemin—nada que ellos particularmente notaran, se hallaban en su propia burbuja— y continuamos a nuestros apartamentos. Aunque en su mayoría habíamos estado perdidos en nuestros pensamientos, la tensión había crecido durante el viaje, y era aún más notable ahora que nos encontrábamos solos en el coche. Jonghyun y yo siempre teníamos cosas de que hablar, pero ahora no teníamos mucho que discutir, estábamos callados. Yo no quería que las cosas fueran raras, y sabía que tenía que ser el que le asegurara que me encontraba bien. Él ya había hecho su parte en tener una conversación madura.

Una visión de mí anunciando en la cubierta, a todo volumen, lo que le había hecho pasar a Jonghyun cruzó por mi mente, y mientras mis mejillas definitivamente se calentaron en vergüenza, también tenía una risa mental en lo extraña que debí haberme visto, agitando los brazos, la boca colocada como si pudiera escupir clavos. Y luego ladrándole a un asustado Jonghyun que me siguiera a la playa. Él debió haberse preguntado si iba a despedazarlo y lanzar su cuerpo al lago.

Mirando sus manos en el volante, las mismas manos que estuvieron en mí en maneras muy pronunciadas anoche, me maravilló su capacidad de detenerse, porque yo sabía que lo que había hecho. O su cuerpo había sido, al menos, si no su cabeza.

La cosa es que, sin embargo, le hice pensar que estaba en eso, al menos hasta que pensó demasiado en ello. Lo miré una vez más, viendo que íbamos por nuestra calle. Mientras nos detuvimos en la acera, me miró, mordiéndose el mismo labio inferior que en menos de veinticuatro horas atrás yo había tenido la suerte de morder.

Saltó del coche y corrió a mi lado antes que tuviera mi cinturón de seguridad desabrochado.

—Um, yo sólo voy a… agarrar las bolsas —balbuceó, y lo estudié cuidadosamente. Pasó su mano izquierda a través de su cabello mientras su mano derecha tamborileaba contra el lado del coche. ¿Se puso nervioso?—. Entonces, sí —balbuceó de nuevo, desapareciendo por la parte trasera.

Sip, nervioso, tan nervioso como yo. Estaba inquieto por sacar mi bolso del carro, y nosotros caminamos trabajosamente los tres tramos de escaleras hacia nuestros apartamentos. Seguíamos sin hablar, así que el único sonido era el de nuestras llaves tintineando en las cerraduras. No podía dejar esto así. Tenía que cuadrar con él. Tomé una respiración profunda, y me giré. —Jonghyun, yo…

—Mira, Kibum…

Los dos nos reímos un poco.

—Tu turno.

—No, el tuyo —dijo.

—Nop. ¿Que ibas a decir?

—¿Que ibas tú a decir?

—Oye, escúpelo, amigo. Tengo un gatito que rescatar de dos reinas abajo —le enseñé, escuchando a Clive llamándome desde el apartamento de abajo.

Jonghyun soltó un bufido y se apoyó contra su puerta.

—Creo que sólo quería decir que realmente lo pasamos bien este fin de semana.

—Hasta anoche, ¿cierto? —Me apoyé contra mi propia puerta, mirándolo encogerse mientras sacaba el elefante del jacuzzi.

—Kibum —susurró, cerrando sus ojos y dejando caer su cabeza atrás.

Se veía como si estuviera realmente adolorido mientras su cara se retorcía. 

Tuve piedad, no debería haberlo hecho, pero lo hice.

—Oye, ¿podemos olvidar lo que pasó? —dije—. Quiero decir, sé que no podemos, ¿pero podemos fingir que lo olvidamos? Sé que la gente dice cosas y no se ponen raras todo el tiempo. ¿Cómo podemos asegurarnos que las cosas no se pongan raras?

Abrió sus ojos y me miró fijamente. —Supongo que simplemente no podemos permitirlo. Nos aseguraremos que no se torne raro. ¿Vale?

—Bien —asentí y fui recompensado con la primera sonrisa real desde que me quité el saco en Tahoe. Él recogió su maleta.

—Pon algo bueno esta noche, ¿si? —le pedí mientras entraba.

—Lo tienes —respondió, y cerramos nuestras puertas.

Pero no me colocó la gran banda esa noche.

Y tampoco hablamos de nuevo esa semana.

***

—¿Quién orinó en tu chile?

Levanté la vista de mi escritorio para ver a Heechul, tranquilo como siempre con su pantalón negro, y abrigo cruzado de cachemir color frambuesa. ¿Cómo supe que era de cachemir desde el otro lado de la habitación? Porque era Heechul.

Era miércoles, y esta semana volaba y arrasaba al mismo tiempo. Ni una palabra de Jonghyun. Ni un mensaje de Jonghyun. Ni canciones de Jonghyun.

Pero yo tampoco lo contacté.

Me consumí finalizando los últimos detalles de la casa de los Kang, ordenando costosas chucherías para el apartamento de Hyeong Seop, y comenzando los bocetos para un proyecto de diseño comercial que había anticipado para el próximo mes. Se veía como un caos, pero a veces era la única manera que podía terminar el trabajo. Había días que necesitaba todo limpio y ordenado, y días cuando necesito el desorden en mi escritorio para reflejar el desorden en mi cabeza. Este era uno de esos días.

—¿Qué pasa, Heechul? —ladré, golpeando mi taza de lápices de colores mientras tomaba mi café.

—¿Cuánto café ha tenido usted hoy, Señorito Kibum? —se rió, tomando el asiento frente a mí y pasándome los lápices que había regado en el suelo.

—Es difícil de decir… ¿cuantas tazas hay en una olla y media? —respondí, juntado algunos papeles para hacer un espacio para su taza de té. El hombre caminaba tomando té en una taza de porcelana china, pero funcionaba para él.

—Guau, ¿supondré que no estás viendo algún cliente hoy? —preguntó, inclinándose sobre el escritorio y casualmente removiendo mi taza de café. Le siseé, y sabiamente la puso de nuevo.

—Nop, no hay clientes —respondí, empujando los nuevos bocetos en carpetas coordinadas por color y rellenándolas en sus cajones correspondientes.

—Bien, hermano, ¿qué pasa?

—¿Qué quieres decir? Estoy trabajando, que es lo que me pagan por hacer, ¿recuerdas? —espeté, agarrando un anillo de muestras de tela y golpeando mi jarrón de flores. Yo había elegido púrpura oscuro, tulipanes casi negros para esta semana, y ahora se hallaban por todo el suelo. Suspiré profundamente y me obligué a ir más lento. Mis manos temblaban de la cafeína que corría por mi sistema, y mientras me sentaba y examinaba el estado de las cosas en mi oficina sentí dos gruesas lágrimas formándose en mis ojos.

—Maldita sea —murmuré y cubrí mi rostro con mis manos. Me senté por un minuto, escuchando el tic-tac del reloj en la pared, y esperé a que Heechul dijera algo. 

Cuando no lo hizo, le eché un vistazo a través de mis manos. Se encontraba de pie en la puerta con mi chaqueta y bolso en sus manos.

—¿Me estás echando? —susurré mientras las lágrimas caían por mi rostro. 

Agitó su brazo haciéndome señas hacia la puerta. De mala gana me levanté, puso mi suéter alrededor de mis hombros y me dio mi bolso.

—Vamos, querido. Me comprarás el almuerzo. —Guiñó un ojo y me llevó por el pasillo.

 

***

 

Veinte minutos después, me había resguardado en una adornada cabina roja parcialmente oculta detrás de dos cortinas doradas. Me había traído a su restaurante favorito en Chinatown, me ordenó té de manzanilla, y esperó en silencio para que explicara mi casi colapso nervioso. En realidad, no estaba totalmente en silencio, habíamos ordenado la provocativa sopa de arroz.

—Así que, debiste tener un magnifico fin de semana en Tahoe, ¿eh? —finalmente preguntó

Me reí en mi tensión.

—Se podría decir eso.

—¿Qué pasó?

—Bien, Minho y Taemin finalmente se juntaron y…

—Espera un minuto, ¿Minho y Taemin? ¿Pensé que Taemin le atraía Sunggyu?

—Sí, así es, pero a decir verdad siempre le gusto Minho, así que todo salió bien al final.

—Pobre Sunggyu y Woohyun. Eso debió haber sido extraño para ellos.

—¡Ja! Oh sí, pobre Woohyun y Sunggyu. Lo hicieron en la casa de la piscina, por el amor de Dios —resoplé.

Los ojos de Heechul se abrieron como platos. —En la casa de la piscina… guau —exhaló, y asentí.

Ardíamos.

—Así que, Jonghyun fue a Tahoe, ¿cierto? —preguntó unos minutos después, mirando a todas partes menos a mí. Hice una pequeña sonrisa a su sigilo imaginado. Heechul era muchas, pero muchas cosas, pero sutil no era una ellas.

—Sip, Jonghyun estuvo allí.

—¿Y cómo estuvo eso?

—Fue genial, y luego no lo fue, y ahora es raro —admití, dejando a un lado la sopa para tomar el té. Era relajante y descafeinado, en lo cual Heechul había insistido.

—Entonces, ¿ninguna casa de la piscina para ustedes dos? —preguntó, todavía mirando a su alrededor del restaurante como si no me estuviera preguntando nada importante.

—No, Heechul, ninguna casa de la piscina. Estuvimos en el jacuzzi, pero no lo hicimos en la casa de la piscina —lo dije enfáticamente, y luego derramé mis entrañas y le conté la ridícula historia entera.

Escuchó, hizo Mmmm, gimió, y se indignó en las partes correctas.

Para cuando terminé, había lágrimas de nuevo, lo cual realmente molestaba.

—Y todo esto apesta, no debería hacerlo, pero él es el que se detuvo, y realmente no creo que quisiera hacerlo —resoplé, limpiándome furiosamente las lágrimas con la servilleta.

—¿Entonces por qué crees que lo hizo?

—Es heterosexual?—ofrecí, y sonreí. Tomé una respiración profunda y tomé el control.

Heechul me miró pensativamente y entonces finalmente se inclinó.

—Te das cuenta que somos dos hombres inteligentes que no actúan muy inteligentemente en este momento —dijo.

—¿Eh?

—Tenemos más experiencia como para tratar de descubrir que está tramando el hombre. Lo superarás cuando tengas que hacerlo. ¿Y tus lágrimas? 

Esas son lágrimas de tensión, lágrimas de frustración, nada más. Sin embargo, te diré una cosa.

—¿Qué?

—En tanto que he conocido a Jonghyun, nunca lo he escuchado invitando a alguien a una sesión de fotos con él, nunca. Quiero decir, ¿te invitó a España? Ese es un Jonghyun muy diferente.

—Bueno, quien sabe si aún estoy invitado—suspiré dramáticamente. 

—Siguen siendo amigos, ¿cierto? —preguntó, levantándome una ceja—. ¿Por qué no sólo le preguntas? —Cuando no respondí ella añadió—: Ponlo en tu pipa y chúpatelo.

—Creo que es fúmatelo, Heechul. Ponlo en tu pipa y fúmatelo.

—Ah, fúmatelo, chúpatelo, lo que sea. Cómete tu galleta de la fortuna, cariño. —Sonrió, empujando la galleta a través de la mesa. La quebré para abrirla y removí la fortuna.

—¿Que dice la tuya? —pregunté.

—Despide a todos los empleados que tienen más de un lápiz en su escritorio—declaró seriamente. Nos reímos juntos, y pude sentir algo de la tensión finalmente dejando mi cuerpo.

—¿Que dice la tuya? —preguntó.

La abrí, leí las palabras, y rodé los ojos.

—Estúpida galleta de la fortuna —suspiré, y se la entregué.

La leyó y sus ojos se abrieron de nuevo.

—Oh, hombre, ¡no sabes dónde te has metido! Ven, vámonos de vuelta al trabajo.

Se rió, tirando mi mano y llevándome del restaurante. Me devolvió la galleta de nuevo, y empecé a tirarla, pero entonces la metí en mi bolso:

"Sea consciente de las paredes que construye y lo que podría estar al otro lado"

Confucio, mátame.

 

***

 

Mensajes entre Hyeong Seop y Kibum:

H: Hola.

K: Hola a ti.

H: ¿Todavía sigue en pie la noche del viernes?

K: Sip, estoy dentro. ¿Dónde vamos a cenar?

H: Hay un estupendo restaurante vietnamita nuevo que he estado queriendo probar.

K: ¿Has olvidado que no soy muy dada a la comida vietnamita?

H: Vamos, tú sabes que es mi favorita. ¡Puedes pedir sopa!

K: Bien, vietnamita será. Encontraré algo. Por cierto, tus últimos muebles los deberían entregar el lunes. Estaré allí para recibirlos y ubicarlos.

H: ¿Cuánto tiempo más hasta que el proyecto esté terminado?

K: A excepción de unas pocas piezas en el dormitorio, debería estar todo terminado el próximo fin de semana. Antes de la fecha límite, podría añadir…

H: Muy bien. ¿También estarás para terminar las cosas en el dormitorio?

K: Basta, Hyeongie.

H: Odio cuando me llamas Hyeongie.

K: Lo sé, Hyeongie. Nos vemos el viernes por la noche.

 

***

 

El día me dejó exhausto. Literalmente no me quedaba nada. Tenía planes para ir a yoga, realmente los tenía, pero mientras caía la tarde todo lo que quería era irme a casa. Quería a Clive, y no podía seguir fingiendo que no quería a Jonghyun también. ¿Quizás se encontraba en casa? Mientras subía las escaleras podía oír la televisión de Jonghyun a través de la puerta. Giraba mi llave en la cerradura cuando pensé en mi galleta de la fortuna. Podría golpear su puerta, ¿verdad? Podría decir hola, ¿verdad? Mientras debatía, escuché su teléfono sonar, seguido por su voz a través de la puerta.

—¿Nadia? Hola, ¿como estás? —dijo, y eso aclaró mi mente. Él tenía su harén, y yo no podía entrar en algo así. Si quería a Jonghyun, quería todo de Jonghyun.

Me prometí a mí mismo no dar más vueltas. Sentí las lágrimas picando en mis ojos por milésima vez ese día, entré para encontrar a Clive que me esperaba, y le sonreí a través de mis lágrimas. Lo recogí, abrazándolo mientras me cuenta sobre su día en lenguaje gatuno. Fui su intérprete, y parece que el día de Clive consistió en un aperitivo, una siesta, unos treinta minutos de aseo, otro bocadillo, otra siesta, y luego observó al vecindario por el resto de la tarde y noche. Sobras de comida para llevar en el sofá, una ducha rápida, y me acosté temprano. 

Simplemente no podía permitir que el día de hoy durara más tiempo.

Con Clive acurrucado entre mis piernas, me fui a dormir, otra vez sin música desde el otro lado de la pared.

 

***

La noche siguiente me paré frente al espejo, probándome diferentes zapatos para mi cita/no cita/por supuesto que era una cita con Hyeong Seop. Casi lo había llamado dos veces para cancelar, pero al final, lo superé y me vestí. A veces un chico sólo necesita arreglarse, y esta noche iba vestido para matar: una blusa negra ajustada, pantalon estrecho color rojo, y botas negras.

Había estado en conflicto acerca de este evento, lo que fuera que era, durante toda la semana. Pero quería ir. ¿Usaba un poco a Hyeong Seop? Tal vez. Pero había tenido un buen rato con él, y quizás no sería lo peor del mundo poder empezar de nuevo.

—Kim Kibum, eres un rompecorazones —susurré para mí mismo en el espejo. En realidad, solté una carcajada. Clive se avergonzó por los dos y escondió su nariz detrás de su pata. Todavía reía cuando escuché que llamaban a la puerta. Me dirigí hacia la puerta, Clive detrás mío.

Respiré hondo, y abrí.

—Hola, Seop…

—Kibum, te ves genial —murmuró, entrando y abrazándome.

Mientras sus brazos me rodeaban, lo supe inmediatamente. Esto era una cita.

Olía picante. No sé por qué las chicas siempre dicen que los hombres huelen picante, pero algunos lo hacen. Y es algo bueno, cálido y picante. Pero no como popurrí…

Le devolví el abrazo, disfrutando la manera en que mi cuerpo todavía encajaba con el suyo. Siempre fuimos buenos en los abrazos.

—¿Lista para irnos?

—Sip, déjame tomar mi bolso. —Me arrodillé para dale a Clive un beso rápido. Levantó su cola furiosamente en dirección a Hyeong Seop y no me dejó besarlo.

—¿Cuál es tu problema? —le pregunté a Clive, quien se dio vuelta y me mostró su extremo posterior.

—Sabe, Sr. Clive, eso está empezando a convertirse en un hábito muy 

grosero —le advertí mientras tomaba mi bolso de la mesa. Le saqué la lengua a Clive, tomé a Hyeong Seop, y cerré la puerta tras nosotros.

—Bien, ¿entonces cena? —pregunté mientras salíamos.

—Sip, cena —respondió, parándose muy cerca de mí. Nos miramos el uno al otro, por sólo unos segundos en realidad, pero se sintió como mucho más tiempo. 

Dio un paso mas cerca, y atrapando mi respiración. Por supuesto, justo entonces Jonghyun decidió abrir su puerta.

—¡Hola, Kibum! Estaba a punto de… oh, hola. Hyeong Seop, ¿verdad? —Su sonrisa se desvaneció ligeramente cuando vio a mi cita para cenar. Cita, cita, cita.

—Jungho, ¿verdad? —dijo Hyeong Seop, ofreciendo su mano.

—Jonghyun, en realidad. —Levantó sus manos cargadas con bolsas de basura, declinando el apretón de manos—. Después de ti. —Asintió hacia las escaleras, y los tres empezamos a bajar juntos.

—Así que, ¿dónde irán ustedes dos esta noche? —preguntó Jonghyun mientras caminábamos delante de él.

Pude sentir sus ojos en mi nuca, y mientras pisaba el rellano miré hacia atrás. Tenía una sonrisa falsa estampada en su rostro, y su voz era más fría de lo que nunca la había oído.

—Kibum y yo saldremos a cenar —respondió Hyeong Seop.

Sonreí sobre mi hombro.

—Sí, iremos a un hermoso restaurante vietnamita —susurré, fingiendo estar muy emocionado.

—A ti no te gusta la comida vietnamita —dijo, frunciendo el ceño.

Eso me hizo sonreír. —Voy a probar la sopa —respondí.

Hyeong Seop trabó su mirada con la de Jonghyun mientras sostenía la puerta para mí. 

La soltó justo cuando Jonghyun llegó con sus manos llenas de bolsas de basura, pero la agarré justo a tiempo.

—Bueno, ten una buena noche —le dije mientras Hyeong Seop me conducía a su coche con una mano en la parte baja de mi espalda.

—Buenas noches —respondió Jonghyun, con los labios apretados. Podía decir que estaba irritado.

Bien.

Hyeong Seop me ayudó a entrar en el auto, y nos fuimos.

***

La cena estuvo bien. Ordené arroz frito de la parte de cocina fusión del menú, y cuando llegó, por un momento todo en lo que podía pensar era en comer fideos en una casa flotante en el centro del Ha Long Bay con Jonghyun.

Pero como dije, la cena estuvo bien, la conversación estuvo bien, el hombre con el que me encontraba, bien. Él estaba bien —hombre apuesto con un gran futuro por delante, sus propias aventuras a tener, montañas que conquistar. Y esta noche, yo era la montaña. Y un poco quería dejarlo escalar.

Me acompañó hasta mi puerta, incluso cuando podría haberlo detenido de acompañarme hasta arriba. Mientras buscaba mis llaves, pude escuchar el teléfono de Jonghyun mientras el respondía.

—¿Nadia? Hola. Sí, listo cuando tú lo estés —se rió.

Mi corazón se encogió. Bien. Me giré para darle las buenas noches a Hyeong Seop, devastadoramente apuesto y justo ahí. Justo ahí frente a mí. O se había ido por un largo tiempo, él y Hyeong Seop habían sido cercanos antes. ¿Podría? ¿Lo haría? Lo averiguaría pronto. Lo invité a entrar.

Mientras sacaba una botella de vino del refrigerador, lo vi escanear la habitación, hacer un balance de todo: el sistema de sonido Bose, la silla Eames junto al escritorio. Incluso chequeó mi cristal mientras le entregaba su copa. Me dio las gracias, sus ojos ardían en los míos cuando nuestros dedos se rozaban.

La naturaleza tomó el control. Las manos conocían, la piel reconocía, los labios saborearon y se volvieron familiares. Era nuevo y viejo al mismo tiempo, y estaría mintiendo si dijera que no se sentía bien. Su camisa se salió. Mi pantalon se cayó, pateé las botas, y nuestros brazos se envolvieron y engancharon. Eventual e inevitablemente, nos dirigimos a la habitación.

Reboté ligeramente en la cama, mirando a través de ojos borrosos cuando se arrodillaba en el suelo frente a mí.

—Te extrañé.

—Lo sé. —Lo atraje sobre mí. Todo iba bien, todo era como debía ser, y mientras mecánicamente enganchaba mis piernas alrededor de sus caderas, la hebilla de su cinturón se sintió fría contra mi muslo, miró profundamente en mis ojos y sonrió.

—Estoy tan contento que necesitara un decorador. 

Y así de repente, bien no era suficiente.

—No, Seop —suspiré, empujando sus hombros.

—¿Qué, bebé?

Odiaba cuando me llamaba bebé.

—No, no, sólo no. Levántate —suspiré de nuevo mientras seguía besando mi cuello. Las lágrimas brotaron de mis ojos mientras me daba cuenta que lo que solía hacerme sentir algo, ahora no me hacía sentir nada en absoluto. 

—Estás bromeando, ¿verdad? —gimió en mi oído, y lo empujé otra vez.

—Dije que te levantes, Hyeong Seop —dije, un poco más fuerte esta vez.

Entendió el mensaje. No significaba que estuviera contento de escucharlo. Se levantó mientras alisaba mi camisa, la cual seguía mayormente abotonada todavía.

—Tienes que irte —me las arreglé para decir, lágrimas comenzando a caer por mis mejillas.

—Kibum, qué dem…

—Sólo vete, ¿de acuerdo? ¡Sólo vete! —grité. No era justo para él, pero tenía que ser justo conmigo mismo. No podía volver atrás, no ahora.

Puse mis manos sobre mi cara y lo oí suspirar, luego se alejó pisando fuerte, dando un portazo. No podía culparlo. Debe tener dolor por las bolas azules. Estaba triste, enojado, un poco borracho, y odiaba a mi O. Mis ojos se posaron en uno de mis zapatos Ven Jodeme en el suelo, y lo tiré tan fuerte como pude hacia la sala de estar.

—¡Ooof! —Escuché una voz profunda, y no era Hyeong Seop. Era el hombre que sí quería en mi cama, y con el que más me enojé en estos momentos. 

Sosteniendo el zapato como una especie de Príncipe Encantador de madrugada para mi Cenicienta zorra sin-O, Jonghyun apareció en mi puerta, descalzo y con pantalones de pijama. La vista de sus perfectos abdominales resaltados me causó pasar de cabreado a E.N.O.J.A.D.O.

—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —pregunté, secándome lágrimas de enojo de mi cara. Iba a verme llorar.

—Um, te escuché con Hyeong Seop… Bueno, te escuché a ti, y luego te escuché gritar, y quería asegurarme que te encontrabas bien —tartamudeó.

—No estás aquí para rescatarme, ¿verdad? —Mordí de nuevo, haciendo comillas en el aire con la palabra rescatarme.

Retrocedió mientras me arrastraba fuera de la cama, parecía asustado de mi explosión inminente. Incluso yo sabía que esto iba a ser feo. 

—¿Por qué todos los hombres parecen pensar que necesitan rescatar a alguien? ¿Acaso no soy capaz de rescatarme yo mismo? ¿Por qué necesito ser rescatado? No necesito un hombre para rescatarme, y ciertamente no necesito un golpeador de paredes, ¡follando a Purina y escuchando mi pared como un maldito psicópata y que vengas aquí para rescatarme! ¿Entiende eso, señor?

Lo señalaba y agitaba los brazos como si alguien me los fuera a quitar. Él tenía todo el derecho de verse asustado.

—Quiero decir, ¿qué diablos pasa con ustedes, los hombres? ¡Tengo uno que me quiere de vuelta, y uno que no quiere tener nada que ver conmigo! Uno que quiere ser mi novio, pero ni siquiera puede recordar que soy un diseñador de interiores. ¡Diseñador! ¡No un maldito decorador!

Me puse como loco. En ese punto ya despotricaba, así de simple. Acechaba en círculos alrededor de Jonghyun, gritando mientras él trataba de seguirme, finalmente sólo se quedó quieto y me miraba con ojos enormes.

—Quiero decir, no deberías obligar a alguien a comer comida vietnamita si no le gusta, ¿deberías? No debería comerla, ¿debería Jonghyun?

—No, Kibum, no creo que deberías… —empezó.

—No, por supuesto que no debería, ¡entonces pedí arroz frito! ¡Arroz frito, Jonghyun! No voy a comer comida vietnamita nunca más otra vez, ¡no por Hyeong Seop, no por ti, no por nadie! ¿Entiendes eso?

—Bueno, Kibum, creo que… 

—Y para tu información —continué—, ¡no necesitaba que me rescaten esta noche! Cuido de mí mismo. Él se fue. Y sé que piensas que Seop en una especie de psicópata, pero no lo es —dije, empezando a perder el impulso. Mi labio inferior tembló de nuevo, y luché contra él, pero finalmente lo dejé salir—. No es un mal tipo. Sólo… sólo… sólo no es el hombre correcto para mí —suspiré, hundiéndome en el piso frente a mi cama y sosteniéndo la cabeza entre mis manos.

Lloré por un momento, mientras Jonghyun permaneció congelado sobre mí. 

Finalmente levanté mi mirada hacia él.

—¿Hola? ¡Chico llorando aquí abajo! —escupí.

Se tragó una sonrisa y se sentó frente a mí. Me sacó del suelo y me puso entre sus brazos. Y lo permití totalmente. Me sentó en su regazo y me abrazó mientras lloraba en su pecho. Era cálido y gentil, aunque tenía experiencia —oh, cuánta experiencia— me acurruqué y lo dejé confortarme. Sus manos recorrían mi espalda mientras yo lloraba, sus dedos haciendo pequeños círculos en mis omóplatos mientras respiraba su aroma. Pasó tanto tiempo desde que me sostuvo alguien, sólo me sostuvo, un hombre que, entre los pequeños círculos y el perfume de su suavizante de ropa, hacía que perdiera el sentido.

Finalmente, mi llanto comenzó a calmarse mientras me sostenía más cerca, con las piernas cruzadas en mi piso. —¿Por qué no me pusiste música esta semana? —sollocé.

—Mi reproductor se rompió. Tengo que enviarlo a reparar. 

—Oh, pensé que quizás… Bueno, sólo lo extrañé —dije tímidamente.

Alisó mi pelo hacia atrás y puso su mano bajo mi barbilla, forzándome levantar la mirada. 

—Yo te extrañé a ti —sonrió suavemente.

—Yo también —suspiré, y sus zafiros empezaron a brillar. Oh, no. No su vudú—. ¿Cómo se encuentra Purina? ¿Bien? Apuesto que también te extrañó —susurré y vi su expresión cambiar.

—¿Por qué sigues mencionando a Nadia? 

—Te escuché al teléfono con ella más temprano. Sonaba como que ustedes dos hacían planes. 

—Sí, nos encontramos por unos tragos.

—Por favor. ¿Esperas que me crea que no vino aquí? —pregunté, notando que seguía en su regazo.

—Pregúntale a tu gato. ¿Se puso como loco esta noche? —Jonghtun apuntó a Clive, quien había vuelto y ahora nos observaba desde detrás del sofá.

—No, en realidad no lo hizo.

—Eso es porque ella no vino aquí. Nos encontramos por unos tragos para despedirnos. —Jonghyun me miró con cautela.

Mi corazón comenzó a latir tan fuerte que no había manera que él no pudiera oírlo. ¿Por qué tenía Corazón que estar tan metido en esto? —¿Despedirse?

—Sip, va a regresar a Moscú para terminar su carrera allí. 

Corazón desaceleró un poco.

—Oh, entonces se despidieron porque se iba, no por alguna otra razón. Tonto de mí. —Me levanté de su regazo pero el me sujetó mas cerca. Luché.

—Se está yendo, sí, pero eso no es porque nos dijimos adiós. Yo…

Continué retorciéndome.

 —Guau, ¡sólo queda Risitas! Y entonces sólo hay una. Supongo que técnicamente una no hace un harén, ¿así que asumirá toda la carga por las demás o necesitarás entrevistar algunas otras mujeres? ¿Cómo funciona eso exactamente? —espeté.

—En realidad, voy a tener una conversación con Lizzie pronto también. Creo que vamos a ser sólo amigos de ahora en adelante —dijo, mirándome de cerca—. Lo que solía funcionar para mí ya no funciona.

Todo se detuvo. ¿Qué?

 —¿Ya no funciona para ti? —suspiré, no atreviéndome a creerlo.

—Aja —respondió, su nariz enterrándose en mi piel justo debajo de mi oreja y respirando profundo.

¿Se dará cuenta si lamo su hombro? ¿Sólo una pequeña probadita? 

—¿Kibum?

—¿Sí, Jonghyun?

—Lo siento por no haber puesto música para ti esta semana. Siento que yo… bueno, sólo digamos que lo siento por muchas cosas.

—Bien —suspiré.

—¿Puedo preguntarte algo?

—No, no tengo ningún pan de calabacín —susurré, y su risa hizo eco en la habitación. Me reí con él, a expensas de mí mismo. Había echado de menos reírme con Jonghyun. 

—Ven a España conmigo —susurró.

—Espera, ¿qué? —pregunté de nuevo, mi voz temblorosa. ¿Qué, qué, qué?—. ¿Hablas en serio?

—Hablo muy en serio.

Tuve que recordarme que tenía que respirar. Ya embriagado por el vudú y el suavizante de ropa, sacudí mi cabeza para despejarme. ¿Quería ir a España conmigo?

Agradecía que pareciera enfocado en el espacio detrás de mi oreja, porque dudaba que siguiera interesado si viera como mis ojos se habían cruzado ahora. 

Necesitaba un momento. Me alejé, finalmente parándome.

—Voy a lavar mi cara. No vayas a ningún lado —instruí.

—Kibum, no voy a irme a ninguna parte —dijo, con su sonrisa sexy de regreso.

Me obligué a alejarme. Cada paso que daba, cada golpe de mis talones en la madera era como un canto en mi cabeza: España. España. España. Una vez en el baño, me tiré un poco de agua en la cara, la mayoría entrando en mi boca porque no podía parar de sonreír. Nuevo conteo del harén: dos menos, ¿falta una? Había tiempos para ser cauteloso, y había tiempos cuando tenías que tener coraje y tomar riesgos. Necesitaba algo de agallas. Pensé en lo que Heechul me dijo hoy temprano, y fui con mi impulso. Me armé de valor, tomé mis bolas, y salí de nuevo.

—Bueno, es tarde, Jonghyun. Hora de que te vayas. —Lo tomé de la mano, lo arrastré, y lo guié hacia la puerta.

—Um, ¿de verdad? ¿Quieres que me vaya? ¿No quieres que, no sé…hablemos un poco mas? —preguntó—. Quería decirte como…

Continué jalándolo. 

—Nop. No más charla por hoy. Estoy cansado. —Abrí la puerta y lo conduje al rellano. Empezó a decir algo más, y levanté dos dedos—. Necesito decir dos cosas, ¿está bien? Dos cosas.

Asintió con la cabeza.

—Primero, heriste mis sentimientos en Tahoe —empecé, y trató de interrumpirme—. Cállate, Jonghyun. No quiero discutirlo de nuevo. Pero sólo entérate que me heriste. No lo hagas de nuevo —terminé. No pude detener mi sonrisa cuando vi su reacción.

Su mirada cayó al piso, su cuerpo entero compungido.

—Kibum, realmente lo siento por todo eso. Tienes que saber que sólo quería que…

—Disculpas aceptadas. —Sonreí de nuevo y comencé a cerrar mi puerta.

Su cabeza se levantó inmediatamente. —Espera, espera. ¿Qué era la segunda cosa? —gritó, inclinándose hacia mi puerta. Me acerqué a él, dejando mi cuerpo a centímetros del suyo. Pude sentir el calor de su piel a través del pequeño espacio entre nosotros, y cerré mis ojos para protegerme del ataque de emociones. 

Respiré profundo y abrí mis ojos para ver los sensuales zafiros que me miraban.

—Iré contigo a España —dije. Y con un guiño, cerré mi puerta en su cara de asombro.

Notas finales:

Gracias por leer! Jksjksjksjsk KIBUM DIJO QUE VA PARA ESPAÑA CON JONGHYUN!!! xD 

Pronto subo el próximo capítulo. <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).