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Azota paredes. por Shawolx3

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Mensajes entre Kibum y Jonghyun: 

K: Te entregaron un paquete. Lo recibí y está en mi casa.

J: Gracias. Lo recogeré cuando regrese. ¿Cómo estás?

K: Bien, sólo trabajando. ¿Cómo son los irlandeses?

J: Suertudos. ¿Cómo esta ese gato loco?

K: Suertudo. Lo atrapé intentando escalar las paredes.Todavía está buscando a Purina. La extraña.

J: No creo que haya un romance destinado para esos dos.

K: Probablemente no… no lo superará pronto. Podría tener que aumentar su ración de hierba gatera.

J: No lo mediques en exceso.A nadie le gusta un gatito que no puede mantener una conversación.

K: En serio, me estás asustando.

J: Jajaja. No tengas miedo. Espera hasta que te ofrezca un dulce por eso.

K: ¡Si te atrapo en una gabardina correré hacia el otro lado! ¿Cuando vienes por cierto?

J: ¿Extrañándome un poco?

K: No, quería volver a colgar algunas fotos en la pared detrás de mi cabecera, y me pregunto cuánto tiempo tengo.

J: Estaré en casa en dos semanas. Si puedes esperar tanto, te ayudaré. Es lo menos que puedo hacer.

K: Por lo menos, y te esperaré. Tú proporcionas el martillo, yo haré loscócteles.

J: Curioso sobre mí martillo, ¿cierto?

K: En este momento estoy atravesando la sala para patear tu puerta.

 

 

Mensajes entre Taemin y Kibum:

T: Chico, ¿adivina qué? La casa de los abuelos de Woohyun está disponible el mes que viene. ¡Vamos a Tahoe, nene!

K: ¡Genial! Será agradable. He estado deseando salir con mis chicos.

T: Estábamos pensando en invitar a los chicos... ¿Te parece bien?

K: Está bien. Los cuatro pasarán un buen rato.

T: Idiota, obviamente todavía estás invitado.

K: ¡Oh, grax! Me encantaría ir a un fin de semana romántico con dos parejas. ¡FANTÁSTICO!

T: No seas idiota. Vendrás. No serás una quinta rueda. ¡Va a ser tan divertido! ¿Sabías que Sunggyu toca la guitarra? ¡Va a llevarla y nosotros podemos cantar!

K: ¿Qué es esto... un campamento? ¡No grax!

 

Mensajes entre Taemin y Minho:

T: Oye, grandote, ¿qué harás a mediados del próximo mes?

M: Hola, pequeño. No hay planes todavía. ¿Qué pasa?

T: Los abuelos de Woohyun nos van a dejar la casa de Tahoe. ¿Vienes? Pregúntale a Sunggyu…

M: ¡Demonios, sí! Estoy dentro. Le preguntaré al cerebrito si va.

T: Intentaré hablar con Kibum para que venga también.

M: ¡Excelente! Cuantos más mejor. ¿Aún nos encontraremos con Woohyun y Sunggyu para unas copas esta noche?

T: Sí, nos vemos entonces.

M: Claro, niño.

 

 

Mensajes entre Jonghyun y Minho:

J: Deja de joder preguntándome por Lucky Charms.

M: ¡Ese pequeño tipo me da risa todo el tiempo! ¿Bueno, cuando vuelves a casa? Iremos a Tahoe durante un fin de semana el próximo mes.

J: Estaré en casa la próxima semana. ¿Quién va?

M: Woohyun y Taemin Sunggyu, y yo. Tal vez Kibum. Ese chico es genial.

J: Sí, él es genial cuando no es un Cortarollo.Tahoe, ¿eh?

M: Sí, los abuelos de Woohyun tienen una casa allí.

J: Bien.

 

Mensajes entre Jonghyun y Kibum:

J: ¿Vas a Tahoe?

K: ¿Cómo diablos te enteraste ya?

J: Las noticias vuelan… Minho está muy emocionado.

K: Oh, estoy seguro que lo está. Woohyun en una tina de hidromasaje, no es demasiado difícil de entender.

J: Espera, pensé que salía con Taemin.

K: Oh, lo está, pero definitivamente piensa en Woohyun en una tina de hidromasaje, confía en mí.Creo que están en un proceso de confusión.

J: ¿Qué diablos?

K: Cosas extrañas que pasan.Cada uno de ellos está saliendo con la persona equivocada.

J:¿Qué?

K: Es chocante. Taemin no puede dejar de hablar de Minho, quién generalmente está mirándolo como un cachorro triste. Pero cuando están los cuatro juntos mira mucho a Woohyun. Woohyun está tan ocupado gimiendo sobre las gigantes manos masculinas de Minho que no puede verlo clavándole la mirada justo detrás de él. Pero aún así babea por Sunggyu. Muy gracioso.

J: ¿Por qué no se intercambian? 

K: Lo dice el hombre con el harén… no siempre es tan fácil. Y además creo que solo es una confusión.

J: Espera hasta que llegue a casa, me encargaré de eso.

K: Bueno, Sr. Repáralo. ¿Antes o después de colgar mis fotos?

J: No te preocupes, Chico bóxer rosado. Tengo muchas ganas de entrar en tu dormitorio.

K: Suspiro.

J: ¿De verdad acabas de escribirme la palabra suspiro?

K:Suspiro…

J: ¿Vas a Tahoe?

K: No si puedo evitarlo. Aunque casi valdría la pena por ver el caos cuando finalmente ellos resuelvan esto.

J: En efecto.

 

Mensajes entre Kibum y Woohyun:

W: ¿Qué es eso que escuché de que no vienes a Tahoe?

K: ¡Uf! ¿Cuál es el problema?

W: Fácil, dispara. ¿Cómo arrastro tu culo hasta allá?

K: No sé por qué es esencial que los acompañe en un fin de semana romántico. Estoy perfectamente feliz de ir la próxima vez. Salir con ustedes aquí es una cosa. ¿Ir de chaperon a Tahoe? No lo creo.

W: No será así. Lo prometo.

K: Ya tengo que escuchar a Jonghyun golpeando las paredes cuando está en casa. No necesito escuchar a Sunggyu perforándote en la habitación de al lado, o que manoseen a Taemin.

W: ¿Crees que lo está manoseando?

K:¿Qué?

W: Minho. ¿Crees que lo manosea?

K:¿Él, qué?

W: Oh, sabes lo que quiero decir...

K: ¿En serio me estás preguntando si nuestro querido amigo Taemin está teniendo sexo con su nuevo novio?

W: ¡Sí! ¡Eso pregunto!

K: Sucede que no. No están manoseándose aún. Espera, ¿Por qué lo preguntas? Te has acostado con Sunggyu, ¿cierto? ¿¿Cierto??

W: Tengo que irme.

 

Mensajes entre Woohyun y Sunggyu:

W: ¿Es raro que sólo salgamos en citas dobles con Taemin y Minho?

S: ¿Qué?

W: ¿Es raro?

S: No sé. ¿Lo es?

W: Sí. Esta noche vas a venir, solo, y veremos una película.

S: Sí, señor.

W: Y por cierto, pídele a tu amigo Jonghyun que venga a Tahoe.

S: ¿Alguna razón especifica por la cual estoy haciendo esto?

W: Sí.

S: ¿Me la dirás?

W: No. Trae palomitas de maíz.

 

Mensajes entre Sunggyu y Jonghyun:

S: ¿Ya estás harto del verde?

J: Estoy listo para regresar a casa, sí. Mi vuelo sale mañana por la noche. O esta noche. Mierda, no sé.

S: Woohyun me pidió que te pregunte oficialmente si quieres venir a Tahoe. ¿Vendrás?

J: Tahoe, ¿eh?

S: Sí. Creo que va a ir Kibum.

J: Pensé que no iba.

S: ¿Has estado hablando con el Cortarollo?

J: Algo. Él es genial. La tregua parece seguir en pie.

S: Mmm. Por lo tanto, ¿Tahoe?

J: Déjame pensarlo. ¿Hacemos vela este fin de semana?

S: Sí.

 

 

Mensajes entre Jonghyun y Kibum:

J: Me invitaron a la cosa de Tahoe. ¿Irás?

K: ¿Te invitaron? Uf…

J: ¿Supongo que aún no te convence la idea?

K: No sé. Me encanta ir allí, la casa es fantástica. ¿Irás?

J: ¿Tú vas?

K: Pregunté primero.

J: ¿Y qué?

K: Niño. Sí, supongo que terminaré yendo.

J: ¡Excelente! Me encantará allí.

K: ¿Oh, ahora vas?

J: Valdría la pena. Suena divertido.

K: Umm, ya veremos. En casa mañana, ¿cierto?

J: Sí, vuelo nocturno y luego dormir por al menos un día.

K: Avísame cuando te levantes. Tengo un paquete para ti.

J: Lo haré.

K: Y estoy horneando pan de calabacín esta noche. Te guardaré un poco. Probablemente no tienes comestibles en absoluto, ¿correcto?

J: ¿Haces pan de calabacín?

K: Sí.

J: Suspiro...

 

***

Me desperté de repente y escuché música procedente de al lado. Duke Ellington. Miré el reloj. Eran más de las dos de la mañana. Clive asomó su cabeza por debajo de las sábanas y siseó.

—Oh, cállate. No seas celoso —le susurré.

Me miró fijamente, mostrándome el trasero mientras se giraba y meneaba de vuelta bajo las sábanas, la cabeza primero.

Me acurruque más, sonriendo mientras escuchaba la música.

Jonghyun se encontraba en casa.

 

A la mañana siguiente me desperté tan feliz como si fuera sábado. Estaba al día con todo: sin ropa que lavar, ni mandados que hacer. Sólo un día para disfrutar y relajarse. Fantástico.

Decidí empezar con un agradable y largo baño, y luego decidiría qué hacer con mi día. Pensaba en ir a correr al Parque Golden Gate esa tarde. El otoño en Seúl era tan hermoso cuando el tiempo era bueno. Podría tomar un libro y pasar la tarde entera allí.

Me encaminé al baño y Clive vino para hacerme compañía. Se enredó entre mis piernas mientras yo dejaba caer mi pijama al piso y maulló mientras exploraba la parte superior de la bañera. Le encantaba equilibrarse en el borde mientras me daba un baño. Nunca se había caído dentro, aunque a veces se mojaba la cola. Gato tonto —uno de estos días se iba a mojar más que la cola.

Probé el agua. Comenzaba a ir hacia el borde de la bañera gigante cuando decidí que necesitaba un poco de café antes de meterme en ella. Fui a la cocina —desnudo como el día que nací— para hacerme una taza. Bostecé mientras medí los granos para el molinillo.

Lancé unas cucharadas en el filtro y fui a buscar agua. Tan pronto como abrí el grifo, el chirrido comenzó.

Primero oí a Clive maullar como nunca antes. Luego escuché salpicaduras. 

Empecé a sonreír, pensando que finalmente se había caído dentro, cuando el agua del fregadero se disparó directamente a mi cara.

Parpadeé rápidamente, confundido hasta que me di cuenta de que el agua salía de la parte superior de la llave, rociando toda la cocina.

—¡Mierda! —grité, tratando de cerrarla. No hubo suerte.

Corrí al baño, todavía maldiciendo y encontré a Clive escondido detrás del inodoro, empapado y el grifo de la bañera rociando violentamente todo el baño.

—¿Qué dem…? —chillé, tratando de cerrar el agua otra vez. Entonces comencé a entrar en pánico. Era como si todo el apartamento hubiera enloquecido al mismo momento. Había agua salpicando por todas partes, y Clive seguía maullando a todo pulmón.

Yo me encontraba desnudo, mojado y volviéndome loco.

¡Putamadrecabrónmierdademoniosmaldición! —grité y agarré una toalla. 

Intenté pensar, traté de calmarme. Debía haber una válvula de cierre en algún lugar. Rediseño baños, por el amor de Dios. ¡Piensa, Kibum!

En ese momento escuché el golpeteo viniendo de algún otro lugar delapartamento. Por supuesto que primero pensé que era la habitación, naturalmente. 

Pero no, era la puerta de entrada.

Envolviéndome la toalla alrededor y todavía maldiciendo lo suficiente como para hacer sonrojar a un marinero, pisoteé por el suelo, afortunadamente no me resbalé en el agua acumulada y con enojo abrí la puerta.

Por supuesto, era Jonghyun.

—¿Estás condenadamente loco? ¿Qué son todos esos gritos? 

Prácticamente no noté los calzoncillos tipo boxeador de tela escocesa, el cabello de recién levantado o sus abdominales. Prácticamente.

El modo supervivencia alejó eso, y lo agarré por el codo, mientras se frotaba los ojos y lo arrastré por la fuerza hacia dentro del apartamento. —¿Dónde diablos está la llave del agua en estos apartamentos? —grité.

Miró el caos a su alrededor: agua saliendo de la cocina, agua en el piso del baño y yo en mi toalla del Campamento Snoopy, que fue la primera que agarré.

Incluso en una crisis, Jonghyun se tomó 2.5 segundos para mirar mi casi desnudo cuerpo. Bueno, yo podría haber tomado 3.2 para mirar el suyo.

Entonces ambos entramos en acción. Corrió hacia el baño como un hombre en una misión, y pude oírlo golpeando. Clive siseó y salió corriendo, directamente a la cocina. Al darse cuenta de que estaba igual de húmedo allí, saltó a través del cuarto en una acrobacia y aterrizó en lo alto de la nevera. Comencé a correr al baño para ayudar y choqué con Jonghyun mientras él corría a la cocina. Sin inmutarse, se deslizó y abrió las puertas bajo el fregadero. Comenzó a lanzar mis productos de limpieza por todo el piso, y supuse que intentaba llegar a la válvula de cierre. 

Intenté no darme cuenta de la forma en la que la parte posterior de sus calzoncillos se aferraba a su trasero. Lo intenté tanto. Ahora se encontraba cubierto de agua también, y en ese momento sus pies se resbalaron, haciendo que se estrellase contra el suelo.

—Ay —dijo desde debajo del fregadero, con las piernas extendidas por todo el húmedo piso de mi cocina. Luego se dio la vuelta. Se encontraba completamente húmedo y un poco glorioso.

—Ven aquí y ayúdame. No puedo lograr cerrarlo —Pidió sobre el ruido del agua salpicando y el gato maullando.

Recordando que sólo vestía una toalla, cautelosamente me arrodillé a su lado y traté de evitar mirar su cuerpo, su húmedo, largo y delgado cuerpo, que se encontraba peligrosamente cerca del mío. Otro inesperado chorro de agua al azar directamente en mi globo ocular fue suficiente para sacarme de mi estupor y renovar mi atención.

—¿Qué quieres que haga? —le grité.

—¿Tienes una llave inglesa?

—¡Sí!

—¿Puedes ir a buscarla?

—¡Seguro!

—¿Por qué estás gritando?

—¡No sé! —Me senté allí, tratando de ver debajo del fregadero.

—¡Bueno, ve por ella, por el amor de Dios!

—¡Cierto, cierto! —grité y corrí al armario del pasillo.

Cuando volví, me resbalé un poco en la baldosa húmeda y me deslicé hasta su lado.

—¡Aquí! —grité y metí la llave debajo del fregadero.

Lo miré trabajar, con su cara oculta. Sus brazos se tensaron, y vi lo fuerte que realmente era. Observé con asombro como su estómago se endureció y revelaba un pequeño paquete de seis. Ups, creo que de ocho. Y luego la V apareció. 

Hola, V…

Gruñó y gimió mientras apretaba la válvula, todo su cuerpo atrapado en la lucha. Miré como batallaba contra la válvula y finalmente triunfaba. También mantenía una estrecha vigilancia sobre los calzoncillos de tela escocesa, que cuando se mojaron, se aferraron a él como una segunda piel. Piel que se encontraba húmeda, probablemente caliente, y…

—¡Lo logré!

—¡Viva! —Aplaudí cuando el agua finalmente se detuvo. Él dejó escapar un último gemido, que sonó extrañamente familiar y relajado. Vi como salía de debajo del fregadero.

Se acostó a mí lado en el suelo, empapado y en calzoncillos.

Me senté junto a él, empapado y en una toalla.

Clive se sentó en la parte superior del refrigerador, empapado y enojado.

Clive continuó gritando/maullando y nosotros seguimos mirándonos fijamente el uno al otro, respirando con dificultad, Jonghyun a causa de su batalla y yo… debido a su batalla. Clive finalmente saltó de la nevera al mostrador y patinó en el charco. Golpeó mi radio, que rebotó y cayó al suelo. La voz alta de Marvin Gaye se derramó en la húmeda cocina mientras que Clive se sacudió y corrió a la sala de estar.

—Let's get it on... (Vamos a hacerlo)—Marvin cantaba como si lo dijera en serio, Jonghyun y yo nos miramos el uno al otro, nuestras caras teñidas de rojo carmesí.

—¿Estás bromeando? —dije. 

—¿Esto es real? —dijo, y empezamos a reír, del caos, del ridículo, de la completa locura de lo que acababa de pasar y el hecho de que nos encontramos ahora yaciendo semidesnudos en mi cocina, cubiertos de agua, escuchando una canción que nos animaba a, de hecho, "hacerlo" y riéndonos como locos.

Finalmente me incorporé, limpiando las lágrimas de mis ojos. Se sentó junto a mí todavía sosteniendo su estómago. 

—Esto es como un mal episodio de Tres Son Multitud. —Se rió entre dientes.

—En serio. Espero que alguien llamara al Sr. Furley. —Reí, ajustando mi toalla.

—¿Vamos a limpiar esto? —preguntó, poniéndose de pie.

Me di cuenta de que sus calzoncillos y cualquier cosa que pudieran contener, ahora se encontraban al nivel de mis ojos. Cálmate, Kibum.

—Sí, supongo que deberíamos. —Me reí otra vez cuando me tendió la mano para ayudar a levantarme. No podía conseguir ninguna tracción, así que me aferré a sus manos, mis pies resbalándose en el piso.

—Esto no va a funcionar —murmuró y me cargó. Me llevó a la sala y me bajó—. Cuidado. Snoopy se está cayendo un poco —señaló, gesticulando a la parte que cubría a mi pene.

—Te encantaría eso, ¿no es cierto? —le dije, apretándola con más fuerza.

—Voy a cambiarme, y te traeré algunas toallas secas. Intenta mantenerte alejado de los problemas. —Guiñó un ojo y regresó a su casa. Me reí otra vez y fui a la habitación donde Clive era ahora sólo un bulto bajo las sábanas.

Me miré en el espejo de la cómoda mientras sacaba algo que ponerme. 

Estaba positivamente radiante. Mmm. Debió haber sido toda el agua fría.

 

***

Una hora después las cosas se encontraban de vuelta bajo control. Secamos el agua, alertamos a las personas de abajo en caso de que hubiera una filtración, y llamamos al hombre de mantenimiento. 

Empezamos a ir hacia la puerta principal, secando hasta el último poquito de agua con las toallas que Jonghyun generosamente había prestado.

—¡Qué desastre! —me quejé, levantándome del piso y hundiéndome en el sofá.

 

—Pudo haber sido peor. Pudiste haber tenido que lidiar con esto después de sólo tres horas de sueño, y siendo despertado por algun vecino gritando a todo pulmón —dijo él, viniendo a sentarse en el brazo del sofá.

Levanté una ceja y se retractó.

—Está bien, mal ejemplo, ya que el escenario es algo con lo que estas familiarizado. ¿Qué vas a hacer ahora?

—No sé. Tengo que quedarme aquí y esperar al hombre para arreglar este desastre. Mientras tanto, estoy sin agua, lo cual significa no café, no ducha, no nada. Apesta —murmuré, cruzando los brazos sobre mi pecho.

—Bueno, supongo que estaré al otro lado del pasillo, tomando café y pensando en mi ducha, si necesitas algo —dijo, acercándose a la puerta.

—Idiota, definitivamente me harás café.

—¿Me ocuparás la ducha también?

—Tú no estarás allí conmigo, lo sabes.

—Supongo que puedes tomar una de todos modos. Vamos pequeñoCortarollo —resopló, levantándome del sofá y guiándome al otro lado del pasillo. 

Clive me lanzó un último grito enojado desde la habitación, y lo callé

—Ups, espera. Déjame tomar el desayuno. —Agarré un paquete envuelto en papel de aluminio de la mesa.

—¿Qué es eso? —preguntó.

—Tu pan de calabacín.

Juro que mordió su labio inferior casi lastimándose. Realmente debe gustarle el pan de calabacín.

 

***

Treinta minutos después, me encontraba sentado en la mesa de cocina de Jonghyun, con las piernas dobladas debajo de mí, bebiendo café de una cafetera francesa y secando mi cabello con una toalla. Él parecía realmente relajado y feliz, había devorado la hogaza entera de pan de calabacín. Apenas tomé media rebanada antes de que lo alejará de mí, el pedazo entero desapareciendo en su boca.

Se apartó de la mesa y gimió, palmeando su barriga llena.

—¿Quieres otra hogaza? Horneé bastante, pequeño cerdito. —Arrugué mi nariz hacia él.

—Tomaré cualquier cosa que quieras darme, Chico bóxer rosado. No tienes idea de cuánto amo el pan hecho en casa. Nadie ha hecho algo como esto para mí en años. —Guiñó un ojo y dejó escapar un pequeño eructo.

—Eso sí que es sexy. —Fruncí el ceño y llevé mi taza de café a la sala, echando un vistazo hacia el pasillo para ver si el hombre de mantenimiento no había aparecido todavía. 

Jonghyun me siguió y se sentó en su gran y cómodo sofá. Vagué alrededor, observando todas sus fotos. Tenía una serie en blanco y negro en una pared, varias impresiones de la misma mujer en una playa. Manos, pies, vientre, hombros, espalda, piernas, pies, y finalmente una sólo de su cara. Era preciosa. 

—Esta es hermosa. ¿Una de tu harén? —pregunté, mirándolo de vuelta.

Suspiró y pasó una mano por su cabello. 

—No todas las mujeres han hecho un viaje a mi cama, sabes. 

—Lo siento. Estoy bromeando. ¿Dónde tomaste estas? —pregunté, sentándome a su lado.

—En una playa en Bora Bora. Trabajaba en una serie de fotografías de viajes, las más hermosas playas del Pacifico Sur, muy al estilo retro. Ella se hallaba en la playa un día, una chica local, y la luz era perfecta, así que le pregunté si podía tomarle algunas fotos. Salieron estupendas. 

—Es preciosa —dije, bebiendo mi café.

—Sí —concordó con una dulce sonrisa.

Bebimos en silencio, estando bien con la tranquilidad. 

—Entonces ¿qué habías planeado hacer hoy? —preguntó.

—¿Te refieres antes de que mis tuberías se rebelaran? 

—Sí, antes del ataque —Sonrió por encima del borde de su taza, sus ojos caramelos brillando.

—No tenía mucho planeado, en realidad, y eso es algo bueno. Iba a ir a correr, tal vez sentarme afuera y leer esta tarde. —Suspiré, sintiéndome cálido, confortable y cómodo—. ¿Qué hay de ti? 

—Planeaba dormir el día entero antes de enfrentar una montaña de ropa sucia.

—Puedes ir a dormir, lo sabes. Puedo esperar en mi propio apartamento. —

Empecé a levantarme. Pobre hombre, había llegado tarde, y yo le impedía dormir.

Pero me negó con la mano y señaló el sofá. 

—Sin embargo, tengo experiencia en esto. Si duermo estaré perdido con el horario toda la semana. 

Necesito volver a la hora tan pronto como me sea posible, así que probablemente fue algo bueno que tus tuberías atacaran.

—Umm, supongo. Entonces, ¿cómo estuvo Irlanda? ¿Buenos tiempos? —pregunté, recostándome.

—Siempre tengo un buen tiempo cuando viajo.

—Dios, es un trabajo increíble. Me encantaría viajar así, viviendo con una maleta, viendo el mundo, asombroso… —Me interrumpí, mirando de nuevo todas las fotos. Noté un estante delgado en la pared del fondo con pequeñas botellas en él—. ¿Qué es eso? —pregunté, dirigiéndome por curiosidad al pequeño estante. 

Cada una de ellas contenía lo que parecía ser arena. Algunas eran blancas, otras grises, otras de color rosa, y una era casi completamente negra. Cada una tenía una etiqueta. Mientras miraba lo sentí, más que verlo, moverse detrás de mí. Su aliento era cálido en mi oreja.

—Cada vez que visito una playa nueva, traigo de vuelta un poco de arena, como un recordatorio de donde estuve, en algún momento —respondió, con voz grave y melancólica.

Miré más de cerca las botellas y me maravillé por los nombres que vi: Isla Harbour–Bahamas, Estrecho del Príncipe Guillermo–Alaska, Punaluu–Hawái, Vik–Islandia, Sanur–Fiyi, Patura–Turquía, Galicia–España.

—¿Y has estado en todos estos lugares?

—Ajá.

—¿Y por qué traer de vuelta arena? ¿Por qué no postales, o mejor aún, las fotos que tomas? ¿No es suficiente recuerdo? —Me giré para mirarlo.

—Tomo fotos porque me encanta, y sucede que es mi trabajo. ¿Pero esto? Esto es tangible, es táctil, es real. Pedo sentir esto, esta es arena en la que realmente estuve parado, de cada continente del planeta. Me lleva de nuevo allí, al instante —dijo, sus ojos volviéndose soñadores.

De cualquier otro hombre, en cualquier otro lugar, habría sido pura cursilería. ¿Pero de Jonghyun? El hombre tenía que ser profundo. Maldición.

Mis dedos siguieron pasando sobre todas las botellas, casi más de las que podía contar. Las puntas de mis dedos se demoraron en las de España, y él lo notó.

—España, ¿eh? —preguntó. 

Me volteé para mirarlo. 

—Sí, España. Siempre he querido ir. Algún día lo haré —suspiré y caminé de vuelta al sofá.

—¿Viajas mucho? —preguntó, hundiéndose a mi lado de nuevo.

—Intento ir a algún lugar cada año, no tan elegante como tú, o tan frecuente, pero trato de viajar a algún lugar cada año.

—¿Tú y los chicos? —Sonrió.

—A veces, pero los últimos años he disfrutado viajando solo. Hay algo bueno en ser capaz de establecer tu propio ritmo, ir a donde quieras, y no tener que correr cada vez que quieras salir a cenar, ¿sabes?

—Lo entiendo. Sólo estoy sorprendido —dijo, frunciendo el ceño ligeramente.

—¿Sorprendido de que quiera viajar solo? ¿Estás bromeado? ¡Es lo mejor! —exclamé.

—Demonios, no obtendrás ningún alegato de mí. Sólo estoy sorprendido. A la mayoría de las personas no les gusta viajar solas, demasiado abrumador, muy intimidante. Y creen que se van a sentir solas. 

—¿Alguna vez te sientes solo? —pregunté.

—Te lo dije, nunca me siento solo —dijo, sacudiendo su cabeza. 

—Sí, sí, lo sé, Jonghyun dice, pero debo decir que lo encuentro un poco difícil de creer. —Me retorcí un mechón de mi cabello casi seco en el dedo.

—¿Tú te sientes solo? —preguntó.

—¿Cuando estoy viajando? No, soy excelente compañía —respondí inmediatamente.

—Odio admitirlo, pero estoy de acuerdo con eso —dijo él, alzando su taza en mi dirección.

Sonreí y me sonrojé ligeramente, odiándome mientras lo hice.

—Guau, ¿nos estamos convirtiendo en amigos? —pregunté.

—Umm, amigos… —Pareció pensarlo detenidamente, examinándome a mí y a mi actual estado de sonrojo—. Sí, creo que lo somos.

—Interesante. De Cortarollo a amigo. No está mal. —Me reí y choqué su taza con la mía.

—Oh, está por verse si se te levanta tu estatus de Cortarollo —dijo él. 

—Bueno, solo avísame antes de que Azotada venga la próxima vez, ¿de acuerdo, amigo? —Me reí ante su expresión confundida. 

—¿Azotada?

—Ah, sí, bueno, tú la conoces como Katie. —Me reí.

Finalmente tuvo la decencia de sonrojarse y sonreír tímidamente. —Bien, sucede que la Srta. Katie ya no forma parte de a lo que tan amablemente te refieres como mi harén. 

—¡Oh, no! ¡Me agradaba! ¿La azotaste muy duro? —Me burlé de nuevo, mi risa empezando a salirse de control.

Pasó sus manos por su cabello, frenéticamente.

—Tengo que decirte, que esta es, francamente, la conversación más extraña que jamás he tenido con alguien. 

—Lo dudo, pero en serio, ¿a dónde fue Katie?

Sonrió en silencio.

—Conoció a alguien más y parece realmente feliz. Así que terminamos nuestra relación física, por supuesto, pero todavía es una buena amiga.

—Bien, eso es bueno. —Asentí y estuve en silencio por un momento—. ¿Cómo funciona eso en realidad? 

—¿Cómo funciona?

—Bueno, tienes que admitir, tus relaciones son poco convencionales en el mejor de los casos. ¿Cómo lo haces? ¿Mantener a todos felices? —Lo pinché.

Se echó a reír. 

—En serio, no me estás preguntando cómo satisfago a estas mujeres, ¿verdad? —Sonrió.

—Diablos, no. ¡He escuchado cómo lo haces! No parece haber ninguna duda al respecto. Quiero decir, ¿cómo es que nadie resulta herido? 

Pensó por un momento. 

—Supongo que porque fuimos honestos al empezar esto. No es como si alguien se dispusiera a crear este pequeño mundo, solo sucede. Katie y yo siempre nos habíamos llevado bien, en especial de esa forma, así que solo caímos en esa relación. 

—Me gusta Azotada, quiero decir, Katie. ¿Así que ella fue la primera? ¿En el harén?

—Suficiente con el harén, lo haces sonar tan sórdido. Katie y yo fuimos juntos a la Universidad, intentamos salir de verdad, no funcionó, sin embargo ella es genial, ñlññles… espera, ¿estás seguro de que quieres escuchar todo esto?

—Oh, soy todo oídos. He estado esperando pelar esta cebolla desde la primera vez que tumbaste esa fotografía de mi pared y me marcaste la cabeza. —Sonreí, recostándome en el mueble y doblando mis rodillas debajo de mí.

—¿Tumbé una foto de tu pared? —preguntó, luciendo divertido y orgulloso al mismo tiempo. Qué tipo.

—Concéntrate, Jonghyun. Dame la información confidencial de tus damas de compañía. Y no escatimes en detalles, esta mierda es mejor que HBO. 

Se rió y puso su cara de narrador.

—Bien, de acuerdo, supongo que empezó con Katie. No funcionamos como pareja, pero cuando nos encontramos luego de la universidad hace unos años, el café se convirtió en almuerzo, el almuerzo en tragos, y los tragos se convirtieron en… bueno, cama. Ninguno de los dos salía con alguien, así que empezamos a vernos cada vez que se encontraba en la ciudad. Ella es genial. Es solo que… no sé cómo explicarlo. Es… suave.

—¿Suave?

—Sí, es toda redondeada en los bordes, cálida y dulce. Es solo… suave. Es la mejor. 

—¿Y Purina?

—Nadia. Su nombre es Nadia.

—Tengo un gato que dice lo contrario. 

—A Nadia, la conocí en Praga. Hacía una sesión de invierno. Nunca suelo hacer fotografía de moda, pero me pidieron hacer una sesión para Vogue, muy artística, muy conceptual. Ella tenía una casa en las afuera de la ciudad. Pasamos un fin de semana juntos y desnudos, y cuando se mudó a los Estados Unidos me buscó. Está haciendo su maestría en relaciones internacionales. Es loco para mí que a los veinticinco años esté al final de su carrera, en modelaje. Así que está trabajando duro para hacer algo más. Es muy inteligente. Ha viajado por el mundo entero, ¡y habla cinco idiomas! Fue a La Sorbona. ¿Sabías eso? 

—¿Cómo iba saberlo?

—Es fácil hacer juicios precipitados sin conocer a alguien, ¿cierto? —preguntó, mirándome. 

—Touché —asentí, golpeándolo con mi pie para que siguiera.

—Y luego Lizzie. Oh, cielos, ¡esa mujer es una locura! La conocí en Londres, totalmente borracha en un pub. Se acercó a mí, me agarró del cuello, me dio un beso estúpido, y me arrastró a su casa con ella. Esa chica sabe exactamente lo que quiere y no tiene miedo de pedirlo. 

Recordé algunos de sus momentos más ruidosos en gran detalle. Realmente era bastante específica con lo que quería, siempre y cuando pudieras superar las risas.

—Es representante, abogada y uno de sus principales clientes vive aquí en Seúl. Su negocio está establecido en Londres, pero cuando ambos estamos en la misma ciudad, nos aseguramos de vernos. Y eso es todo. Es todo lo que ha escrito. 

—¿Eso es todo? Tres mujeres, y eso es todo. ¿Cómo no se ponen celosas? ¿Cómo están todas de acuerdo con esto? ¿No quieres más? ¿Ellas no quieren más?

—Por ahora, no. Cada quien obtiene exactamente lo que quiere, así que todo está bien. Y sí, todas saben acerca de cada una, y ya que nadie está enamorado, nadie tiene expectativas reales más allá de amistad, con los mejores beneficios posibles. Quiero decir, no me malinterpretes, adoro a cada una de ellas, y las quiero a su manera. Soy un tipo con suerte. Estas mujeres son asombrosas. Pero estoy muy ocupado para salir con alguien de verdad, y la mayoría de las mujeres no quieren aguantar a un novio que está al otro lado del globo con más frecuencia que en casa. 

—Sí, pero no todas las mujeres quieren lo mismo. No todas quieren la cerca.

—Cada mujer con la que he salido dice que no, pero luego sí lo hace. Y eso está bien, lo entiendo, pero con mi horario siendo tan alocado, se volvió muy difícil involucrarme con alguien que necesita que sea algo que no soy. 

—¿Entonces nunca has estado enamorado?

—Yo no he dicho eso, ¿cierto?

—¿Entonces has estado en una relación antes, con una sola mujer?

—Por supuesto, pero como he dicho, una vez mi vida se convirtió en lo que es hoy, el constante viajar, es difícil permanecer enamorada de este tipo de hombre. Por lo menos eso es lo que mi ex me dijo cuándo empezó a salir con algún contador. Ya sabes, viste un traje, lleva un maletín, está en casa cada noche a las seis, es lo que las mujeres parecen querer. —Suspiró, bajando su café y relajándose más en el sofá. Sus palabras decían que estaba bien con todo esto, pero la mirada melancólica en su rostro decía lo contrario. 

—No es lo que todas las mujeres quieren —contrarresté.

—Corrección, es lo que todas las mujeres con quienes he salido quieren. Por lo menos hasta ahora. Es por eso que lo que tengo funciona muy bien para mí. ¿Estas mujeres con las que paso mi tiempo cuando estoy en casa? Son increíbles. Ellas son felices, yo soy feliz… ¿Por qué mecer el bote?

—Bueno, ya vas por dos ahora, y creo que te sentirías diferente si la mujer correcta apareciera. La mujer correcta para ti no querría que cambiaras nada acerca de tu vida. No mecería tu bote, saltaría dentro y lo navegaría contigo. 

—Eres un romántico, ¿no es así? —Se inclinó, golpeando mi hombro.

—Soy un romántico práctico. En realidad puedo ver algo atractivo en tener a un chico que viaje mucho, porque, ¿francamente? Me gusta mi espacio. Además ocupo toda la cama, así que es difícil para mí dormir con alguien. —Sacudí mi cabeza tristemente, recordando lo rápido que solía patear a mis hombres de una noche a la acera. Parte de mi pasado no era tan diferente al de Jonghyun. Sólo que él tenía sus aventuras sexuales atadas en un paquete mucho más ordenado. 

—Un romántico práctico. Interesante. ¿Y qué hay de ti? ¿Saliendo con alguien? —preguntó.

—No, y estoy bien con eso. 

—¿En serio?

—¿Es tan difícil creer que un chico sexy y caliente con una gran carrera no necesita a un hombre para ser feliz?

—En primer lugar, felicitaciones por llamarte sexy y caliente, porque esverdad. Es bueno ver a alguien hacerse un halago a sí mismo en vez de pescar uno. Y en segundo, no estoy hablando de casarse, estoy hablando de citas. Ya sabes, ¿pasar el rato? ¿Casualmente? 

—¿Me estas preguntando si me estoy follando a alguien en este momento? —le solté y escupió su café.

—Definitivamente la conversación más extraña que he tenido con alguien —murmuró.

—Alguien sexy y caliente —le recordé.

—Eso es malditamente cierto. Entonces, ¿qué hay de ti? ¿Alguna vez has estado enamorado? 

—Esto se siente como una mini serie de la ABC, con el café y la charla de amor —le dije. Podría estarlo evadiendo. 

—Vamos, celebremos este momento de nuestras vidas. —Resopló, haciendo un gesto con su taza de café. 

—¿Alguna vez he estado enamorado? Sí. Sí, lo he estado. 

—¿Y?

—Y nada. No terminó en una forma muy buena, pero ¿qué final alguna vez es bueno? Él cambió, yo cambié, así que me salí. Eso es todo.

—Te saliste, como... 

—Nada dramático. Simplemente él no era quién pensé que iba a ser —expliqué, bajando mi café y jugando con mi cabello. 

—Entonces, ¿qué pasó?

—Oh, ya sabes cómo va. Estábamos juntos cuando yo era estudiante de último año en la universidad, y él terminaba la escuela de Leyes. Todo empezó de maravilla, y luego no lo fue, así que lo dejé. Aunque me enseñó a escalar, así que estoy agradecido por ello. 

—Un abogado, ¿eh?

—Sí, y quería una pareja digna de un abogado. Debí notarlo cuando se refirió a mis planes de futuro profesional como "pequeños negocios decorativos". 

Realmente sólo quería alguien que luciera bien y recogiera sus camisas de la tintorería a tiempo. No era para mí.

—No te conozco muy bien todavía, pero no puedo verte en algún lugar de los suburbios. 

—Uf, yo tampoco. No hay nada malo con los suburbios, solamente no son para mí. 

—No te puedes mudar a los suburbios. ¿Quién hornearía para mí?

—Pfft, sólo quieres verme en mi delantal. 

—No tienes idea —dijo, guiñando un ojo. 

—Es difícil conseguir todo lo que necesitas en una sola persona. ¿Sabes lo que quiero decir? Espera, por supuesto que sí. ¿En que pensaba? —Me reí, haciéndole un gesto. 

 

Ambos saltamos ante los golpes en mi puerta al otro lado del pasillo. El hombre de mantenimiento finalmente había llegado.

 

—Gracias por el café, la ducha y el rescate de las tuberías —le dije, estirándome mientras caminaba hacia la puerta. Asentí con la cabeza al chico en el pasillo y levanté un dedo para dejarle saber que ya estaría allí. 

—No hay problema. No era la mejor manera de despertar, pero supongo que me lo merecía. 

—Así es. Pero gracias de todos modos. 

—De nada, y gracias por el pan. Estaba estupendo. Y si otro pan hace su camino hasta acá, estaría bien. 

—Veré qué puedo hacer. Y oye, ¿dónde está mi suéter? 

—¿Sabes lo caros que son?

—Pffft, ¡quiero mi suéter! —grité, dándole una palmada en su pecho.

—Bueno, sucede que, sí te traje algo, una especie de regalo de gracias-por-patear-mi-puerta. 

—Lo sabía. Puedes pasar a dejarlo más tarde. —Caminé a través del pasillo para dejar entrar al tipo. Lo dirigí hacia la cocina y me volví hacia Jonghyun—. Amigos, ¿eh?

—Eso parece. 

—Puedo vivir con eso. —Sonreí y cerré la puerta. 

Mientras el hombre de mantenimiento fue a arreglar el problema me pasé a mi habitación para ver a Clive. Justo cuando entré, mi teléfono sonó. ¿Un mensaje de Jonghyun ya? Sonreí y me dejé caer en la cama, apretando a un todavía asustado gatito a mi lado. Él comenzó a ronronear instantáneamente.

J: "Nunca respondiste mi pregunta…"

Sentí mi piel calentarse cuando me di cuenta de a qué se refería. De repente me sentía cálido y con un poco de cosquilleo, como cuando tu pie se duerme, pero por todos lados. Y de una buena manera. Demonios, enviaba buenos mensajes.

 

Yo: "¿Sobre si me estoy follando a alguien?" 

J: "Jesús, eres un grosero. Pero sí, los amigos pueden preguntar eso, ¿cierto?"

Yo: "Sí, pueden."

J: "¿Entonces?"

Yo: "Eres un dolor en el culo. Lo sabes, ¿cierto?"

J: "Dime. No te pongas tímido conmigo ahora."

Yo: "Sucede que no. No lo estoy."

Escuché un golpe seco viniendo desde la puerta de al lado, y luego un ligero pero constante golpeteo en la pared. 

Yo: "¿Qué carajo estás haciendo? ¿Es esa tu cabeza?"

 

J: "Me estas matando, Chico bóxer rosado." 

 

Tan pronto como terminé de leer, los golpes se reanudaron. Me reí en voz alta mientras él golpeaba su cabeza contra la pared. Coloqué mi mano sobre la pared, por encima de mi cama, donde los golpes se concentraban y reí de nuevo. 

Que mañana tan extraña…

 

Notas finales:

Si encuentran un error..como siempre disculpenme :(

Gracias por leer <3


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