Baekhyun disfrutaba de jugar a la pelota, pasear por el parque, jugar en casa con su hermana, comer y beber las delicias que preparaba su madre y por supuesto, leer todos los fines de semana el periódico junto a su padre.
Baekhyun era un simple chico de 5 años, que disfrutaba de la inocencia, de los juegos y de la carencia de responsabilidades.
Hasta que su padre fue transferido a Seúl, o como le llamaba Baekhyun “La gran ciudad”. Dónde el chico de 5 años que solía ser, se vio perdido entre el dolor del rechazo, las calles sobrepobladas, la bocinas de los autos, las interminables noches sin dormir, la nueva escuela… la vida real.
Baekhyun confiaba en que sus padres tomaron la mejor decisión y aunque separarse de sus amigos le provocó una profunda pena y la adaptación a la nueva ciudad le estaba costando mas de lo que esperaba, nada se comparaba al sufrimiento de ser rechazado por su primer amor.
“No le deseo a nadie lo que estoy sintiendo” Sollozó cubriendo su rostro, avergonzado de llorar frente a la mujer que le dio la vida.
“¿Qué sientes, amor?” Su madre le acarició el cabello preocupada por su hijo menor. ¿Qué podría ser tan horrible para un chico de 6 años recién cumplidos?
“Como cada fibra muscular se rompe lentamente…” Su madre lo apresó entre sus brazos rogándole que dejara de llorar. “Me han roto el corazón”.
Baekhyun olvidó gran parte de lo vivido ese día y su familia decidió nunca más volver a tocar el tema. Aunque lamentablemente no pudo deshacerse de los recuerdos realmente importantes… La mirada despectiva y asqueada de Park Chanyeol, su compañero de pupitre, al enterarse de que gustaba de él.
Baekhyun aprendió a superar la situación con el paso de los años, pero nunca dejó de ser llamado ‘Marica’ por los pasillos de la escuela.
A los 12 años, Baekhyun volvió a cuestionarse si le gustaban los chicos. La psicóloga de la escuela le explicó que probablemente lo ocurrido en el pasado, sólo fue una manera de llenar el vacío que se había arraigado en su pecho al dejar su antigua ciudad y sus antiguos amigos. “No hay de qué preocuparse, cuando entres a la adolescencia las hormonas te harán saber que lo que realmente quieres, son curvas y unas buenas tetas.”
Y a los 14 descubrió que quizás la psicóloga tenía razón, porque se había enamorado perdidamente de ésta chica a la que siempre notó pero nunca le prestó real atención.
Kim Taeyeon.
La chica popular.
“¿Podemos volver a nuestra antigua ciudad?”
“¿Puedo transferirme de escuela?”
Los padres de Baekhyun nunca estuvieron ajenos al sufrimiento de su hijo y lo intentaron, realmente lo intentaron, pero volver a esa ciudad sería renunciar a muchos beneficios, que necesitaban para poder vivir y entregarles un buen hogar y educación a sus hijos.
Ellos no regresaron.
Y Baekhyun sufrió su segunda desilusión amorosa.
Además de Kim Taeyeon, Baekhyun nunca se volvió a fijar en otra chica, comprobando a los 15 años, que sus compañeros de escuela tenían razón. Era un Marica.
Aturdido y asustado se reunió con su familia, dispuesto a tocar el tema que tanto le dolía y todos habían preferido ignorar. Volver a los 5 años no fue fácil para él y mucho menos darles a entender con palabras torpes como se sentía realmente.
Soyou, su hermana mayor, fue la que terminó el dialogo por él, entregándole esa mirada protectora y cariñosa que Baekhyun nunca pudo dejar de agradecer.
“No hay de qué preocuparse” susurró ella abrazándolo fuertemente, esperando la misma reacción de sus padres, la cual no tardó en llegar.
Aunque ambos progenitores no espetaron ni una sola palabra, en el fondo siempre lo supieron.
A los 17 años, Los sentimientos de Baekhyun volvieron a posarse en la persona equivocada.
Kim Jongin, el mejor amigo de Park Chanyeol.
Él sabía que aunque lo intentara sería imposible, debido a que era amigo de Chanyeol y sí… ese tema aún le seguía afectando.
El recuerdo de esa mirada, la humillación pública y la marginación en la que sería su escuela hasta su último año… Park Chanyeol había provocado todo eso, y ahora él, como el chico baboso que era, se encontraba siguiendo a escondidas a Kim Jongin, a pesar de que Park estaba junto a su mejor amigo la mayoría del tiempo.
Baekhyun tenia mas que claro la imposibilidad de que algo llegara a ocurrir entre Jongin y él, pero aún así lo intentó, recibiendo unas semanas después un mensaje en su casillero, en el cual se leía con una hermosa y redonda letra, un recado que iba únicamente para él:
“Nos vemos en el patio de atrás a las 14:00.
Kim Jongin”
El corazón de Baekhyun saltó de manera descontrolada al ver allí, parado frente a él, al chico que llevaba siguiendo casi un mes.
Pero todo era demasiado hermoso para ser real.
Kim Jongin era abiertamente homosexual y nadie nunca le dijo ‘Marica’, no vivió toda su vida escolar bajo las burlas de todos los chicos, no solía ser rechazado cada vez que se confesaba, porque generalmente solía ser al revés.
La vida a veces era muy injusta.
“Me siento halagado, pero no puedo corresponderte”
Fueron las palabras que lo llevaron directamente de vuelta a los 5 años.
“Eres un chico lindo y agradable, pero ya sabes… Chanyeol, mi mejor amigo…”
Desde lo más profundo de su interior, Baekhyun tomó el aire necesario y dejó salir palabras que ni siquiera alcanzó a pensar.
“¿Qué tiene que ver Park en esto?”
Jongin bajó la cabeza y luego negó susurrando un leve ‘lo siento’ antes de desaparecer por los arbustos.
Baekhyun no quería odiar a Park Chanyeol, él realmente no quería hacerlo, pero en su interior cualquier tipo de cariño que alguna vez le tuvo se transformó en rabia y maldad pura.
Planeó las peores venganzas que se le podrían haber ocurrido en su pequeña cabeza, estaba completamente preparado para poner en marcha su mayor creación.
“Park Chanyeol, te hundirás”
Pero el día en que llevaría a cabo su malévolo plan, recibió una visita inesperada.
Park Chanyeol se encontraba allí en la puerta de su casa, mordiéndose las uñas, casi pareciendo nervioso. Baekhyun inventó en su cabeza un sin fin de razones que podrían posiblemente explicar el por qué de la presencia de Park en su casa, las que prefirió ignorar al bajar las escaleras para enfrentarse cara a cara con el chico que le arruinó la vida.
Baekhyun decidió ese mismo día deshechar todos los planes de hundir a Chanyeol, mientras asentía con la cabeza aceptando las repentinas disculpas provenientes del contrario y rechazando con un tono calmado los “sentimientos” que el más alto aseguraba tener hacia él.
Después de aquel día, Baekhyun siguió siendo llamado ‘Marica’ durante su último año escolar, pero ya no existía odio, rabia ni algún otro sentimiento desagradable asociado a esa palabra.
Y Chanyeol... con 17 años, vivió su primera desilusión amorosa.
Comprendiendo finalmente todo el daño que le provocó a Baekhyun.
Todo el daño que le había provocado a la única persona que había amado desde la primera vez que se cruzó frente a sus ojos.