Eran cerca de las 9 pm en el departamento de Killer, en el se encontraban Kid, el pequeño Sanji, y el, los tres se encontraban en la cocina de una forma no muy normal. El pelirrojo reía mientras tomaba vídeo con su móvil, el rubio mayor sufría de hemorragia nasal, no por un mal golpe, sino por ver al pequeño ojiazul en aquel traje, mientras que Sanji solo lo observaba confundido.
-Kid-nii ¿que le pasa a Killer-nii?- preguntaba el pequeño ojiazul aun confundido.
-el esta bien, no te preocupes pulga- mencionaba el pelirrojo intentando calmar su risa.
El pequeño ojiazul solo asintió con la cabeza un tanto preocupado por el mayor, Killer siempre era el mas calmado de los mayores pero esta vez su actitud era rara, era lo que pensaba el pequeño rubio.
-Killer-nii- el pequeño ojiazul comenzó a darle pequeños jaloncitos a la ropa del mayor.
Después de unos minutos con los insistentes jaloncitos del pequeño ojiazul el mayor reaccionó y miró al menor que para su sorpresa o tal vez mala suerte, este se encontraba mirándolo preocupado con aquellos ojitos adorables al borde del llanto.
Killer casi se desmaya al ver aquella escena, a pesar que el pequeño se veía triste aún así se seguía viendo tierno y adorable ante los ojos del rubio mayor. Después de salir de sus pensamientos volvió a la realidad para limpiarse la sangre que salia de su nariz.
-n-no llores Sanji- mencionaba el mayor ahora preocupado por el menor, no quería verlo llorar por su culpa.
Sanji se talló los ojitos evitando llorar al ver que su preciado onii-chan había vuelto a la normalidad, claro si a eso se le puede llamar normalidad.
-aunque Kid-nii dijo que estabas bien, aun así me preocupé- hablaba el pequeño ojiazul hipando un poco debido que por mas que lo intento evitar aun así comenzó a llorar.
-pero estoy bien Sanji, lo ves?- se señalaba el mayor dándole a entender que ya no sangraba.
El menor intentaba calmarse pero las pequeñas lágrimas salían sin parar recorriendo sus ahora sonrosadas mejillas hasta desaparecer en el cuello del traje que llevaba puesto.
-hiciste llorar a la pulga, ahora debes calmarlo- hablaba el pelirrojo con una sonrisa burlona mientras guardaba su móvil.
-pero!- ni siquiera logró reprocharle el rubio mayor debido que el pelirrojo salió de la cocina volviendo a la sala.
-K-killer... nii- el pequeño ojiazul lo miraba desde abajo con los brazitos extendidos hacia el.
-¿eh?- el mayor al principió no comprendió la acción del menor pero después de unos cuantos segundos comprendió lo que este le pedía, sin pensarlo dos veces el mayor cargo al menor a lo que este se abrazo a el.
Killer lo abrazó de igual forma comenzando acariciar su espalda para calmarlo a lo que el menor hizo después de unos minutos, el rubio mayor sonrió al sentir el cuerpo relajado del menor. Después de que el pequeño ojiazul se calmara, Killer se dió cuenta que tenía al menor entre sus brazos con aquél traje.
Pasó saliva al notar la cercanía, no quería parecer un pervertido pero la tentación le ganó. Miró a ambos lados verificando que el pelirrojo no estuviese cerca, luego de comprobar que estaba solo en la cocina con el menor, paso de acariciar la espalda del menor a bajar un poco mas, el pequeño ojiazul estaba tan tranquilo que quedó dormido abrazado al mayor que ni siquiera sabía lo que pasaba.
Killer aprovechando esto, metió lentamente una de sus manos dentro de la parte superior del traje sintiendo aquella piel pálida tan suave que podría jurar que su mano cobró vida propia comenzando a acariciarlo mas, acto seguido de este tomó asiento para acomodar al menor en su regazo "soy un pervertido pero el es demasiado lindo" pensaba el mayor mientras pasaba de su espalda al abdomen del pequeño ojiazul, acariciaba sus costados y a lo largo de su espalda terminando de nuevo en su abdomen pero mientras acariciaba el cuerpo del menor en un mal movimiento rozó una de las tetillas de Sanji. El mayor se detuvo esperando con un leve sonrojo a que el menor no despertara, al notar que este seguía durmiendo no pudo evitar fijar su vista en aquellos pequeños botones rosados que poseía el ojiazul.
-que lindos...- murmuraba para si mismo mientras se mordía el labio inferior, era tan tentador ver al pequeño rubio tan indefenso entre sus brazos que su auto control comenzaba a desaparecer.
Subió las manos lentamente por el cuerpo del menor hasta aquellos botoncitos rosados, primero acarició alrededor de ellos, aquella zona de su piel era aun mas suave sin dudarlo dos veces comenzó a acariciar la punta de los pezones del pequeño con la yema de sus dedos a lo que este se removió un poco haciendo que Killer se detuviera por unos segundos. Al notar que el menor seguía dormido volvió a acariciar sus pezones.
-mnh...- Sanji soltó un dulce y suave jadeo aun dormido, esto provoco que Killer tragara duro.
Escuchar aquel jadeo por parte del pequeño ojiazul provocó que el poco auto control de Killer se terminara. Acomodó al menor en una mejor posición para un fácil acceso a su cuerpo, el rubio mayor comenzó a besar el cuello del contrario haciendo que este soltara suaves suspiros aun dormido, los besos fueron bajando del cuello hasta aquellos botoncitos rosados, paseó su lengua por la piel ajena saboreando y sintiendo la suavidad de estos. El menor solo soltaba dulces jadeos suaves, sus mejillas comenzaban a tornarse rojas por la reacción de su pequeño cuerpo. El mayor comenzó a juguetear con su lengua provocando que los jadeos del menor se multiplicaran.
El rubio mayor comenzaba a excitarse por el menor, podía sentir como su pantalón junto a su ropa interior comenzaban a apretar en aquella zona íntima, estaba tan concentrado en los jadeos del menor que no se percató de la llegada de otro individuo a su departamento.
-Killer!.
El tono de voz de aquel grito se escuchaba molesto, Killer se sobresaltó acomodando rápidamente la ropa del menor, para después girar lentamente su mirada hacia la puerta con nerviosismo.
-mierda...