El pequeño ojiazul miraba la cocina con atención, le encantaba cocinar y el que la cocina estuviese en un buen estado incluso pareciera nueva, le agradaba aun mas.
-Killer-nii, vas a cocinar?- el pequeño le miró desde el otro extremo de la cocina.
-claro, por que la pregunta Sanji?.
-quiero ayudarte, puedo?- el ojiazul se acerco al mayor.- di que si!- el menor puso una mirada tierna y suplicante.
El mayor no pudo negarse ante aquella petición, para Killer le resultaba demasiado difícil negarle algo al pequeño, a lo que su amigo Kid le regañaba diciendo que si seguía así podría malcriar al niño y que cuando llegue a la pubertad sería un pequeño rebelde.
La pubertad, Killer pensó en como sería aquél pequeño al crecer, sería un chico guapo y delgado, con aquella piel blanca y delicada, pero lo que mas se preguntaba ante aquello de la pubertad era ¿aún estaremos juntos?, ¿me recordará?, ¿me verá mas que un hermano mayor?, ese tipo de preguntas rondaban en su cabeza cuando pensaba en el crecimiento del pequeño niño.
-Killer-nii?- el pequeño ojiazul lo miró curioso debido que Killer se había perdido en sus pensamientos.
-umh?- el mayor seguía perdido en sus pensamientos.
-moo- Sanji hizo puchero al notar que el mayor aún no le hacía caso, optando por ir a la sala con Kid.
-que pasa pulga?- el pelirrojo estaba en el sofá cambiando de canal.
-Killer-nii no me hace caso.
-Killer?.
El ojiazul asintió, para el pelirrojo le resultó extraño que su amigo no le hiciera caso al pequeño, su amigo siempre estaba al pendiente del niño, tanto en el taller como cuando iba a la escuela, parecía una madre primeriza pensando en su hijo, pero no solo eso, sino que también solía comportarse sobre protector con el ojiazul, si algún extraño se le acercaba al pequeño mientras jugaba, Killer no dudaba en ir hacía Sanji y vigilar que el individuo se alejase de el, y como de costumbre con la simple mirada que el mayor les dedicaba a quienes se acercasen era suficiente para salir de ahí, Killer suele ser calmado y amigable, pero cuando se trata del pequeño Sanji, la actitud del mayor es diferente.
-lo llamo pero no me hace caso- mencionó el ojiazul haciendo puchero.
-tal vez este perdido en su mundo como de costumbre- susurro el pelirrojo.
-eh?.
-nada, vallamos a ver que le pasa- Kid cargo al pequeño rubio y lo llevo de vuelta a la cocina donde se encontraba su amigo, y como se lo imaginó, ahí estaba su amigo sentado perdido en sus pensamientos.
-lo ves?, ni siquiera se dio cuenta que entramos- habló el pequeño mientras se subía a los hombros del pelirrojo.
-oye pulga que crees que haces?- mencionó Kid mientras evitaba que el pequeño cayera.
-Kid-nii es alto- terminó de acomodarse en los hombros del mayor mientras lo miraba sonriendo desde arriba.
-si como digas- el mayor suspiró, no le quedo de otra que dejar que el pequeños se quedase sobre sus hombros por un rato, debía admitir que ese pequeño podría conseguir lo que quisiera con su encanto, además de la apariencia inocente y adorable.
Kid miró a su amigo por unos segundos, y como este no se percató ni siquiera de la presencia de ellos, decidió hacer una pequeña travesura a su amigo, eso le enseñaría a no andar por las nubes y dejarlo solo con el pequeño.
-ven pulga, tengo una idea- una sonrisa maliciosa se trazaba en los labios del pelirrojo.
-a donde vamos Kid-nii?- lo miró curioso mientras se dejaba llevar por el mayor.
-una sorpresa para Killer.
-genial!- sonrió animado sobre los hombros del mayor.
El pelirrojo llevo al pequeño a su cuarto y lo sentó en la cama, camino hacia el ropero buscando una prenda, vestiría al pequeño de una forma "diferente" solo para jugarle una broma a su amigo, aunque también para darle una lección de no quedarse en las nubes como idiota mientras cuida de un niño.
-ven aquí pulga, te pondrás esto- le mostró un traje de conejito de su tamaño, con conjunto de cola esponjosa y orejas largas.
El pequeño se bajo de la cama y camino hacia el pelirrojo, miro la prenda un poco confundido, nunca había usado ese tipo de ropa, pero bueno siempre hay una primera vez para todo, lastima que la inocencia de Sanji combinada con el traje no serían buena combinación para Killer.
-por que?.
-es la sorpresa para Killer, o acaso no quieres darle una sorpresa?.
-si quiero!- el ojiazul hacia puchero mientras veía al mayor.
-en ese caso ve a cambiarte- le entregó el traje al pequeño y lo guió al baño.
Sanji entro al baño comenzando a desvestirse para ponerse el traje, mientras el mayor se dejo caer en la cama esperando a que el menor saliera, minutos después salio el ojiazul, pero no exactamente con el traje puesto, tenia puesta la parte de arriba pero de la cintura para abajo solo tenía puesto su pequeña ropa interior.
-Kid-nii- el pequeño le miraba con la parte baja del traje en sus manos dejando a la vista su ropa interior.
-umh?- el pelirrojo miro al pequeño causando que un hilito de sangre brotara de su nariz, ese niño era provocativo por naturaleza.
-se me cae el short del traje- se lo entrego al mayor -me ayudas?.
El mayor quedo idiotizado por unos segundos observando las delgadas y blancas piernas del menor junto a sus caderas pequeñas, ¿sería delito tomarle foto así? pensó Kid, sucedió la cabeza para quitarse ese pensamiento, no era el momento de fantasíar, tenía que vestir al niño y llevárselo a su amigo, tomo la parte baja del traje y se lo coloco al pequeño.
-listo mmm solo un toque mas- le coloco las orejas de conejo acomodándolas bien -ahora si.
-ah?- el pequeño ojiazul se miró al espejo, se dió una vuelta y dejó escapar una risita, era la primera vez que se vestía de esa forma.
-ahora vamos a darle la sorpresa a Killer- el mayor cargo al pequeño y lo llevo de vuelta a la cocina.
El rubio mayor aún estaba perdido en sus pensamientos, no se había percatado siquiera de la ausencia del menor, mientras tanto el pelirrojo llego y bajo al menor.
-bien pulga, ahora ve, para te frente de Killer y llama lo.
-esta bien- el menor camino y se coloco frente al rubio mayor, mirándolo con una dulce sonrisa -Killer-nii!
-eh!?- el mayor se sobresalto por el grito -por que gritas san...- Killer observó al menor en aquel traje.
Se veía adorable en el, tan lindo y tierno, pero sobre todo tan indefenso, su mente se inundo de imágenes morbosas del pequeño, imágenes demasiadas pervertidas del como podría tener al pequeño en su cama sonrojado y jadeante con aquél traje sucio, lleno de su semilla en el, no pudo evitar sangrar por la nariz al pensar eso, mientras tanto el pelirrojo solo grababa el momento conteniendo la carcajadas al ver así a su amigo.