Cinco de la mañana, aún no sale el sol, todavía está oscuro y la luna se puede seguir visualizando. Eh salido de mi casa, igual que hace tres meses, sin ánimos de nada, quisiera estar en mi cama, todo el día, tarde y noche, siempre en mi cama, cubriéndome el cuerpo con las sabanas blancas y dejarme llevar por mis imaginaciones o mis pensamientos.
Cierro la puerta de la entrada con llave, suspiro y doy la vuelta, para encontrarme de nuevo con las mismas calles que ahora desearía no ver ni pisar. Me coloco los audífonos y pongo la música a reproducir, mientras camino meto mis manos en los bolsillos de mi chaqueta, hace frio, el viento sopla demasiado fuerte. Me dirijo a la parada del autobús, como todos los días espero diez minutos a que aparezca.
Estoy sentado en la parte trasera del autobús, ya se encuentra lleno este, no me interesan las personas que están de pie ni alado mío. Miro por la ventana, nada interesante, recuesto mi cabeza contra esta y dejo que mis ojos se sierren.
No puedo hacer más, mis pensamientos siempre recuerdan a esa persona que por un tiempo me hiso feliz. ¿Por que no puedo dejar de pensar en él? ¿Por qué siempre vienen a mi mente esos recuerdos tan hermosos? Y ¿Por que cuando sonrió al recordarlos… Vienen a mi mente momentos tristes?
La imagen de un chico joven, alto, con ojos hermosos color cafés, y unas orejas un tanto grandes, recuerdo muy bien lo hermoso que es.
- Hace frio, ten
- Gracias – Recibí la lata de café que me regalo, sonreí. Es increíble la forma tan idiota en la que caí. Muchos detalles hermosos me obsequiaba él, pero de lo que me enamore fue de su sonrisa, y algunas veces esa seriedad que se gastaba, ¡Uff! Se veía tan hermoso, tonto quedaba al verle.
- Baekhyun, quiero ser quien ocupe tu dulce corazón
-Te amo, mi hermoso Baek
-Amo tu sonrisa ¿Sabias?
-Quiero amarte para toda la vida…. ¿Tú me amarías para toda la vida?
Palabras y oraciones que me hicieron perder. ¿Por qué cuando uno se enamora pierde?
Amor, esa palabra lo era todo para mí.
-Mi Baek… quiero que seamos uno solo… Lo deseo… Hagamos el amor
Esas palabras, mas besos tiernos y apasionados, caricias por todo el cuerpo, dejando que Chanyeol tocara cada parte de mi, deje que me quitara la ropa, besara y lamiera mi cuerpo. No puedo mentir, me fascinaba, amaba que me tocara con intensidad, que me hiciera suyo las veces que quisiera con tal fuerza que a veces me reventaba por dentro. Algunas veces era una bestia, mi bestia.
Con cada caricia y besos sentía que me amaba, con cada mirada dulce y traviesa, me derretía por él. Creía en el amor, vivía en un mundo en donde el dolor no existía. Incluso si peleábamos hacia lo posible para contentarnos, y cuando él se enojaba por cualquier cosa, yo estaba allí para él. Era raro, en esos momentos de rabia solo le calmaba hacer el amor, pero para él era solo sexo.
Entonces ¿Cuándo hacíamos el amor? Después de poco tiempo de haber estado con él, comencé a descubrí sus genios, no todo el tiempo estaba de buen genio, algo sucedía en el, pero no lo sabía, no sabía que sucedía con él, aun así lo amaba, amaba que me gritara y así se desahogaba, cuando algo no iba bien. Pero fue pasando muy seguido.
Aún así nunca me importo.
¿Cuántas veces hicimos el amor? Para mí, muchas veces, para Chan… Tal vez para él solo era sexo, según lo que me hiso entender solo fue eso sexo.
-Baek, precioso, El amor solo se hace una vez, la primera vez que estas con tu pareja… Después es solo sexo y ya
-Pero Chan… Yo pensé que…
-Pensaste mal, cariño… ahora ven – Me deje tomar de nuevo entre sus brazos, para dejar luego que me hiciera el amor, para él… Sexo.
¿Cuánto tiempo paso? Seis meses, lo recuerdo bien. Seis meses juntos, el era un poco diferente, pero aún así lo amaba… Que podía hacer si el amor es ciego.
En su vida, en todo el tiempo que duramos juntos, nunca me había golpeado, pero esa vez… Cuando llego a mi apartamento…
-Chan estas muy tomado ¿Que sucedió?
-Nada Baek, Solo quiero estar con tigo… ¿Puedo? - Se me acercó, un tanto brusco me besó los labios y luego me mordió, no es como si hubiera sido la primera vez. Posó una de sus manos en mi cintura, mientras con la otra mano desabotonaba la camisa que llevaba puesta. Dejo de besarme, sonrió de lado y luego habló un poco fuerte. “Pueden pasar” Lo escuché.
- ¿A quién le dices eso? – Pregunte todo ingenuo, luego, luego vi a muchas personas entrar a mi apartamento, gritando cosas que en verdad no entendía, con bebidas en la mano y otras personas entraban casi estrellándose con los muebles que habían, pues estaban más pendientes de cada uno mientras se comían las lenguas, literal. - ¿Quiénes son estas personas Chan? ¿Sabes que no me gusta que gente extraña venga a mi apartamento y menos en esas condiciones? – La mayoría ya estaban prendidos a causa del alcohol.
- No me digas viejo, ese es tu mocito ¿verdad? - Se acerco un chico un como de la misma edad de Chanyeol o un poco más, unos 28 años diría yo. Lo miré raro ¿Mozo yo?
-Soy su novio, no mozo - Respondí algo enojado
- Valla! Pero si es igual a como lo describes, si que tienes buen gustos
-Tú también, amigo mío – Vi como miraba a aquella mujer que bailaba a unos centímetros de nosotros, con una minifalda blanca y un escote bastante llamativo de color negro, el cabello de aquella mujer le daba hasta los hombros. Si la mujer era bonita ¿pero por que la miraba? Me preguntaba aquel entonces.
-Hermosa ¿no es así?
- Si - ¿Por qué rayos no le quitaba los ojos a esa mujer? Ya me estaba poniendo celoso, la verdad
- Hagamos una cosa… - Ese tipo me alejo un poco de Chan, no me agradó para nada, comenzaron a secretearse y Chan, el sonreía animado.
Un rato después, le había comentado que estaba enojado por haber traído a gente que ni conozco, sin mi permiso, el desastre que estaban haciendo en mi ahora desordenado apartamento, el piso manchado de cerveza que alguien dejo caer y que no se molesto en limpiar, ni siquiera se habían quitado los zapatos, como niños pequeños saltaban en los sofás… valla que me estaba enojando y Chanyeol no le decía nada a sus “amigos”. Aún yo enojado repitiéndole las mismas cosas a Chan, el no me prestaba atención. Enojado me dirigí a mi habitación, era preferible, jamás me había enojado tanto, cerré la puerta tan fuerte que al parecer Chan lo escuchó. Lo digo porque al momentico él entro a la habitación.
Moviendo sus caderas un tanto seductor y con una botella en la mano se me acercaba, yo tenía los brazos cruzados y el seño fruncido, pero sus movimientos me hicieron reír, era tan lindo. Dio un sorbo del contenido de aquella botella, agarró mi quijada e hiso que lo mirara a la cara, unos segundos y ya me estaba besando. No me resistí, correspondí el beso y luego me separé un poco, le quite aquel objeto de las manos y un pico le di antes de alejarme de él, para dejar esto en el escritorio. Al momentico sentí sus manos rodear mi cintura, me giré, puse mis manos en sus mejillas dulcemente, estaba tontamente enamorado de ese hombre alto y de hermosos ojos cafés.
Nuestros cuerpos lo pedían, yo lo quería, olvidé todo, el ruido que provenía en la sala de estar, la cantidad de gente que había en mi apartamento, la chica que Chan miraba momentos atrás, todo, lo había olvidado. Ahora estaba concentrado en su cuerpo desnudo encima mío, llenándome de placer. Agradecía la música a todo volumen y al quien lo había puesto, o si no mis gemidos se escucharían, sería demasiado bochornoso.
Un par de embestidas más y los dos llegamos al clímax, uno de los mejores orgasmos que jamás pude haber tenido, pero ¿Cuál era el peor orgasmo? Que yo recuerde, nunca hubo un momento malo.
Estaba un poco exhausto, Chan esperó a que su respiración se normalizara, se levanto de la cama se puso su pantalón me beso la frente y un “Ya regreso” salió de sus labios para luego dejarme solo en aquella cama. Me acomodé boca abajo y metí mis manos bajo la almohada y mis ojos comenzaron a serrarse.
Sentí su cuerpo sobre el mío, lo sentí un poco más pesado, se acercó a mi nuca y escuche el sonido que provocó al inhalar, al parecer olía bien, a pesar de estar sudado, sentí su aliento en mi nuca y un tierno beso deposito en el, sus manos acariciaban la parte baja de mi espalda, sonreí, luego él suspiró, pude aspirar su aliento, olía a cigarro, Chan no fumaba, o al menos no que yo supiera, abrí mis ojos y trate de removerme, pero su cuerpo encima mío hiso presión y no me dejo – No te muevas lindura – Habló aquel extraño.
Si él no era Chanyeol.