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Sólo en sus Ojos por Ariadna HoshiSora

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Notas del fanfic:

Realmente no hay nada en concreto que decir... sólo disfruten esta historia, es original, totalmente de mi creación, los personajes, ambiente, etc. me pertenecen.

 

Pueden ver en mi página de Facebook (Ariadna HoshiSora) más información sobre esta historia y sus personajes.

Notas del capitulo:

¡Aquí estamos con el capítulo 0!

Es simplemente la introducción, el capítulo 1 será publicado en menos de una semana, espero ver sus reacciones sobre este comienzo, no olviden dejar review -es mi comida favorita(?)- y eso, bueno, que espero que les guste xD

 Capítulo 0. El momento en que pasó a ser invisible

 

Fuwa Yoshiro era un chico normal. Iba a la escuela, tenía algunos amigos, buena relación con sus padres y sus notas eran normales. Todo completamente normal... o eso creía.

 

-Shiro, llegarás tarde, te dejé el desayuno sobre la mesa... -lo avisó su madre, como de costumbre, mientras él salía de su habitación. Yoshiro tenía el cabello castaño claro y los ojos turquesa, era bastante pálido y de complexión débil, pero aún así eso no interfería con su vida diaria. Le dio un beso en la mejilla a su mamá y salió corriendo con la tostada en la boca mientras guardaba el almuerzo en su bolsa. En efecto, estaba acostumbrado a hacer eso: cada día salía muy justo porque le gustaba correr hasta al estación, sentir la aceleración de pensar que iba a llegar tarde, era una tontería, pero a la vez le hacía sentirse “vivo”.

 

Media hora después, llegaba a clase, tarde, y entró haciéndole una sonrisa de disculpa al profesor. Éste lo regañó bastante y siguió explicando tras soltar quejas sobre irresponsabilidades. Mientras, los amigos de Yoshiro le susurraban sobre que el profesor estaba así porque otro chico acababa de llegar tarde también. El castaño miró con curiosidad a la persona de la que hablaban. Era un chico que no hablaba casi nunca, cabello negro, altura media. Ni siquiera se había llegado a fijar en él, y apenas recordaba su nombre... ¿Cuál era...?

 

-Fuwa, baja de las nubes, ¡Te toca hacer el siguiente ejercicio!

 

Yoshiro se sobresaltó y comenzó a prestar atención a clase, dejando de pensar en el chico callado.

 

 

“Mi nombre es Sunakawa Kurosu...” pensó el chico silencioso, mientras soltaba un suspiro. Por alguna razón, desde principio de curso, siempre había podido oír la “voz” de ese chico llamado Fuwa Yoshiro. Aún así, Yoshiro no podía oír la suya, y eso lo entristecía. Sólo quería un amigo.

 

 

El resto del día fue totalmente normal. Yoshiro volvió a casa, cenó, se fue a dormir, y al día siguiente corrió a la escuela como siempre, esta vez sin hablar con su madre ya que la casa estaba vacía, ese día ella trabajaba desde temprano. Al llegar a la escuela, entró al aula, tarde como el día anterior, y se preparó para recibir el super regaño del profesor.

 

-Perdón el retraso... -dijo, pero el profesor lo ignoró. Suspiró pensando que tal vez ahora se había cansado de él y que directamente le iba a bajar nota, por lo que Shiro se sentó en su pupitre y se mantuvo en silencio, mirando a los demás compañeros. El día anterior, hablaban entre susurros, pero hoy estaban muy callados. Se fijó en que una de las chicas, concretamente una que se le había declarado hacía unos meses y que, por supuesto, Shiro rechazó, tenía los ojos llorosos. Después comenzó a mirar a los demás, preguntándose si no se habían dado cuenta de eso. Entonces, mientras iba pasando mesa tras mesa con la mirada, se dio cuenta de que el chico silencioso no había venido a clase. ¿Tal vez se había enfermado? Se encogió de hombros y siguió mirando a sus compañeros, viendo que realmente estaban raros. ¿Tal vez había pasado algo antes de que llegara? ¿El profesor les había dado uno de sus discursos? Cuando intentó hablar con su compañero más cercano, este no pareció oírle ya que justo le tocaba salir a la pizarra a hacer el ejercicio. Yoshiro soltó un suspiro y esperó hasta que terminara la clase para levantarse e ir a hablar con ellos.

 

-¿Lo habéis oído? El accidente.

-Sí, sí, oí que muchos hablaron de eso antes de clase, un camión se pasó el semáforo, ¿verdad?

-He oído que atropelló a alguien, ha sido bastante cerca de aquí...

 

En ese momento la compañera que antes tenía los ojos llorosos se puso a llorar. Las chicas la rodearon y miraron mal a los chicos.

 

-¡Esque no tenéis delicadeza! ¡Mimi lo vio todo!

 

Así que por eso era. Su compañera había visto el accidente y por eso estaba afectada, realmente ver como atropellan a alguien no es algo que se olvide fácilmente. Yoshiro salió de la clase hacia el patio mientras los demás seguían hablando sobre el accidente. De alguna manera, le habían ahorrado el hacer preguntas.

 

Cada vez que intentó hablar con algún compañero, otro le interrumpía, por lo que Shiro sólo suspiraba, se encogía de hombros y pensaba que estaba bien, ya habría otra ocasión. Finalmente terminaron las clases y llegó la hora de volver a casa.

 

-¡Volví! -dijo Yoshiro, como de costumbre, al abrir y cerrar la puerta de su casa. No obtuvo respuesta, lo encontró raro porque a esa hora estaban siempre los dos, su madre y su padre. Al pasar hacia la cocina, vio que ahí estaba su comida, ya preparada, por lo que simplemente comió y puso los platos para lavar. Tras eso, se fue a su habitación. Llegó la noche y sus padres aún no volvían. Algo preocupado, intentó llamarles por teléfono, pero ninguno respondía.

 

Era sólo el principio del infierno.

 

Comenzó a darse cuenta de que pasaba algo raro cuando al día siguiente, en la escuela, pasó lo mismo. Nadie le hablaba, nadie le miraba, nadie le prestaba atención. No era muy popular, pero al menos a veces le hablaban. ¿Se habrían enfadado con él por alguna razón? Luego, sus padres seguían sin aparecer. Al volver a casa tampoco estaban... se encerró en su habitación repasando lo hecho en la escuela hasta que oyó por fin la puerta de la entrada. Pudo oír las voces de sus padres, por lo que salió a saludarles.

 

-Papá, mamá, ¿dónde estábais hasta ahora? ¡Es muy tarde! Podríais haber llamado o dejado una nota... -se quejó, haciendo un pequeño puchero, mientras se cruzaba de brazos. En sus dieciséis años, ellos nunca habían hecho algo así. Y ahora iban a hacer otra cosa que Shiro nunca creyó que pasaría.

 

Ambos pasaron a su lado, ni siquiera lo miraron, su madre lloraba por alguna razón y su padre se aguantaba las lágrimas.

 

-¿¡Eh!? ¿¡Qué ocurrió!? -preguntó Yoshiro, alterado, pero ellos no parecían oírle.

 

De repente, Shiro se dio cuenta. No lo estaban ignorando. No podían verle.

 

 

CONTINUARÁ

Notas finales:

Y así llegamos al final de este capítulo 0. ¿Qué les pareció? Si alguien piensa que debería hacerlo más angustioso que me lo diga, aún estoy a tiempo de cambiar los siguientes capítulos xD

 

Espero sus reviews :3

 

¡Hasta pronto!


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