Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Otra vez en este mundo por misaki801

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes pertencen al manga/anime Shingeki no kyogin, son propiedad del autor de la obra.

-“Tal vez es como mamá dice, las hormonas son una cosa terrible”- Es lo que pensaba el único hijo de la familia Jeager mientras caminaba tranquilamente después de las clases, llevaba una semana que había ingresado a su nueva escuela. Sólo tres años más y tendría que decidir en cual carrera debía entrar para ganarse la vida. Sabía que su padre no lo aprobaría del todo pero él no veía la fotografía solo como un mero pasatiempo. Suspiró. Como fuera, tenía tres años para probarle y probarse a si mismo que esa era su pasión.

-Es un bonito día – Pensó en voz alta, Eren Jeager. Eren tenía quince años y tan solo  tres viviendo es Berlín, hace tres años su padre que era un buen médico había recibido una oferta de trabajo en una universidad Berlinense por lo que  toda la familia tuvo que venir a vivir a la capital Alemana. El chico no odiaba ni  tenia resentimientos por su padre por haber tomado aquella decisión sin pedir siquiera su opinión, no ahora. En su momento había hecho un terrible berrinche ya que no podría ver de nuevo a sus amigos Mikasa y Armin  pero ahora se encontraba resignado a ello. Realmente no tuvo que dejar de verlos, les veía en vacaciones y a veces ellos lo visitaban.

Tres años  más y los tres entrarían a la universidad en la misma ciudad y estarían juntos de nuevo. Tal vez el vacío que sentía se debiera a ello… tal vez se engañaba, ese vacío siempre había estado allí desde que recordaba, no importaba los días felices con su familia y amigos  sabía que algo le faltaba, algo, siempre algo, algo… alguien, siempre alguien. Pero ¿Qué? -  ¿Quién? - Eren no lo sabía.

Normalmente tomaba el transporte y si se levantaba temprano iba en bicicleta, al menos se podía permitir ello, el instituto se encontraba a 10 minutos en transporte público (tal vez menos en auto) y a un buen ritmo 25 minutos en bicicleta pero hoy por alguna razón que no podía explicar su pies le pedían caminar. Un bonito día, quizá esa era la razón sin más.

Ya que había decido caminar, decidió tomar una ruta diferente y explorar nuevas calles de la cuidad. Nunca se conoce un sitio del todo, era algo que su padre le había enseñado. Así que tan solo siguió sus pies un paso después del otro. Paro algunas veces para tomar algunas fotografías, por suerte había salido de la casa con su cámara.

 -“Bien hecho” - Sonrió y se felicitó a si mismo mentalmente. Tomó una escena donde dos ancianos iban tomados de la mano mientras pasaban por una panadería. Un amor para toda la vida tal vez o se habían encontrado no hace mucho, nunca es tarde para encontrar a tu pareja. Se detuvo más adelante cuando llego a un parque y tomo un fotografía de una araña de colores verde-grisáceo, no podría adivinar el color a ciencia cierta pero trato de tomar una buena toma mientras el arácnido atrapaba a una mosca – “pobre, pero así es la vida”.

Hacía calor así que dejo su mochila en una banca del pequeño parque y se quitó el saco negro quedando solo con su chaleco gris sobre la camisa impolutamente blanca, también se sacó la corbata y desabrocho el primer botón de la camisa, sabía que su madre odiaba que se remangara la camisa pero realmente tenia calor, ya la plancharía él mismo antes de que se diera cuenta.

-Mira, ese chico se ve más guapo ahora ¿verdad? – unas chicas que se encontraban cerca se habían fijado en él mientras realizaba todas las acciones anteriores, como no notarlo para su edad tenía una buena altura, un poco más del metro setenta, era delgado pero no en exceso tenía una buena complexión física ya que aunque no practicaba un deporte en el instituto salía a correr con su padre todos los fines de semana e iba a un gimnasio cerca de su casa, el ejercicio eliminaba el estrés según tenía entendido y para él funcionaba. Su piel estaba ligeramente bronceada por las recientes vacaciones en verano donde habían salido todos los días con Mikasa y Armin en pleno sol. Lo más atractivo de Eren eran sus ojos que para él siempre habían sido verdes sin más pero para los demás dependía del ángulo en que la luz les tocara, ellos cambiaban a tonos más azules cuando la luz era poca o incluso se hacían más cálidos casi dorados cuando la iluminación abundaba.

El cuchicheo de las jóvenes que discutían ahora por el color de los ojos del chico que tenía tan cerca llamo la atención de otra persona. Sentado bajo la sombra de un gran árbol estaba un hombre joven, un poco bajito y de un peinado peculiar pero que lucía muy bien en su negra cabellera, tenía complexión delgada incluso frágil, vestía de negro a pesar del cálido día y su cara no era apreciable por unas gafas de sol enormes que le cubrían la mitad del rostro, tan solo se dibujaba una porción de una delicada nariz y unos finos labios.

El pelinegro se levantó de golpe y camino directo donde las chicas no paraban de hablar sin llegar a una conclusión del chico de los ojos cambiantes – ¡te digo que son dorados!

-Oigan ustedes, son muy ruidosas – les dijo de la nada el pequeño hombre – Díganme de quien hablan, ya les diré yo de que maldito color tiene los ojos.

Debieron pensar que era una broma pero ese chico no parecía estar bromeando así que una de ellas le señaló la dirección de la persona de la que hablaban.

Los ojos de Levi se abrieron como nunca antes, dio gracias a todas las deidades de tener puesto esos grandes anteojos sino ellas podrían haber visto su exagerada reacción, exagerada para ellas por lo menos.

El pequeño pelinegro, se acercó a Eren. En su mente él lo vería y como era su caso sabría de inmediato quien era y lo demás sería fácil. Su mente lo engañaba.

-¡Oi, mocoso! – le hablo como siempre lo había hecho a pesar de no haber usado esa expresión en tantos años, demasiados si lo pensaba a fondo. Espero a que un confundido Eren volteara a verlo.

-¿Disculpe? – El menor esperaba que no le hablara a él o esa persona se hubiese confundido pero no parecía ser el caso – “¿Me llamo mocoso?... mocoso“

La desilusión de Levi no pudo ser transmitida en sus pequeños ojos aunque esta vez los lentes no tenían nada que ver con ello, Levi no eran de los que expresaban sus sentimientos, su cara no reaccionaba siempre de acuerdo a sus pensamientos.

-Si te hablo a ti, ves a otro mocoso cerca – Eren se levantó y se dio cuenta que a pesar de la autoridad reflejada en aquella grave voz el hombre era más bajo que él.

-¿Supongo que soy el único? –  Era obvio que el chico no tenía idea de quien era a quien tenía delante, eso molesto a Levi y sobretodo lo hirió aunque esto último no lo aceptaría.

-Claro que lo eres, maldición Eren allí hay unas niñas tontas que discuten por el color de tus ojos ve y diles de que carajo color son.

-Verdes – respondió de inmediato, era la respuesta que siempre daba, Levi se quitó los lentes y le miro con una ceja alzada como si no creyera tal estúpida respuesta.

- ¿eh? – no podría creer que dijera tal tontería como iban a ser solo verdes, Eren realmente no recordaba nada, cuando estaba a punto de patearlo, el menor empezó a hablar.

-Tres colores, azul por las mañanas cuando el sol aun no entra por la ventana, verdes en el desayuno porque la cocina tiene una cantidad de luz limitada y dorados a luz del medio día porque es el color cuando veo a… - Como era que sabía todo eso, de donde había venido esa extraña respuesta.

-No está mal – el pelinegro sonrió por un momento, un breve momento y una disimulada sonrisa, Eren había visto eso antes ¿Dónde?

-Espera ¿Cómo sabes mi nombre? – Cayó en cuenta de pronto de ese detalle - ¿Quién eres?

-Ve más televisión, idiota. – ¿Qué significaba esa respuesta? Demasiado vaga – Ocho de la noche canal 104.

Fue lo último que escuchó ante de que esa persona se fuera sin que pudiera hacer nada para detenerlo – “no te vayas” – fue lo último que pensó Eren antes de ir a casa el también.

Era verdad que no veía mucha televisión aunque tenía una en su recamara. Prefería estar en su portátil platicando con Armin o Mikasa de cualquier nimiedad. Pero hoy no toco su tarea, por suerte no era ninguna para mañana,  se limitó a sentarse a esperar a que el reloj diera las ocho. Prendió el televisor y puso el canal.

Ya se estaba cansado de ver ese programa de entrevistas, conocía a algunos de los entrevistados pero no a todos y ya llevaba media hora viéndolo. Tal vez había entendido mal la hora, era obvio que ese programa había iniciado hace más de una hora – “Demonios, seguro que se burlaba de mi” – aun así no apago ni cambio de canal del televisor, era un orden suya después de todo – Una orden, ¿Eh?

-Bueno damas y caballeros seguro que lo conocen y si han vivido en una cueva los últimos seis meses se los presentare, él chico se volvió famoso a los 15 años al participar en una película independiente francesa, después de trabajar en Estados Unidos en una popular serie por alguna razón rechazo la oportunidad de hacer una película en Los Ángeles y prefirió estar aquí en una producción en Berlín – El presentador todo carisma se puso de pie para darle la bienvenida al último invitado al cual le reservaban el final del programa – Aquí está Levi Rivaille, el prodigio francés.

Se escucharon los aplausos y entro aquel hombre que había visto hace apenas unos horas en un traje tres piezas azul marino. Realmente le quedaba. Eren se quedó muy callado prestando atención a cada palabra a partir de la entrada del pelinegro.

-Buenas noches Tom – saludó  fría pero educadamente un delgado y guapo francés, estoico.

-Tal vez sea demasiado decir esto pero eres más pequeño de lo que parece pantalla – comento jovialmente el rubio presentador.

-No es atrevido si no lo es decir que luces más gordo de lo parece en pantalla – risas por parte del auditorio, el entrevistador rio también aunque Eren no sabría decir si era una risa forzada.

La entrevista siguió, hablando de los trabajos anteriores de Levi y sus perspectivas a futuro. Solo dos preguntas tuvieron un gran peso para el menor que veía la entrevista atentamente.

-Normalmente tu rostro es bastante inexpresivo aun así te hemos visto actuar en películas donde transmites todo lo que quieres de manera fácil ¿Cómo lo haces?

-Es más fácil cuando el director te dice que cara poner, creo – el público parecía amar esa manera de ser de Levi, tan opuesta en la pantalla.

-Dinos Rivaille, ¿Por qué escogiste Berlín en lugar de los Estados Unidos? – De pronto todos parecía más callado, no solo porque las personas del show realmente querían saber la respuesta en la mente de Eren solo podía escuchar la voz que le llegaba a través de ondas desde el estudio donde estaba Levi hasta su casa, aun así sentía que el pelinegro estaba frente suyo contestando a esa pregunta.

-Porque el proyecto me pareció bueno y también para encontrarme con una persona que no veía en mucho tiempo – dejo de respirar por unos segundos, podría ser que se refiriera a él – “No, es imposible”.

-Hanji Zoe, participaron juntos en una película juntos ¿Cierto? – el entrevistador se acercó, en un tono intimo le pregunto a Levi - ¿Amor, tal vez?

-¿Quién saldría con esa cuatro ojos? ¡Tch!

Eren suspiro aliviado al saber que la actriz no salía con Levi – “A mí que me importa eso, de todos modos”.

Al terminar el programa Eren se fue a dormir estaba muy cansado aunque no tenía idea del porqué.

 

 

Esa misma noche Eren tuvo un extraño sueño. En él estaba el lindo pelinegro que conoció ese mismo día frente a una mesa, desayunaban mientras usaban unos extraños arneses sobre la ropa de estilo militar.

Salieron del comedor, terminando en un gran patio donde otros chicos vestidos del mismo modo entrenaban. Estaban hablando de trivialidades cuando el capitán, en el sueño él era su capitán, le preguntaba algo fuera de conversación.

-Eren de que maldito color tienes los ojos.

-Verdes, eso creo Capitán Levi – le hablaba con mucho respeto a pesar que el otro no hacía lo mismo hacia él.

-No digas tonterías mocoso, en la mañana eran azules cuando no les daba el sol justo cuando he ido a despertarte, hace momento eran verdes con la iluminación limitada del comedor y ahora a la luz del medio día… son dorados.

-Está bien capital entonces son tres colores ¿Cierto? Azul por las mañanas cuando el sol aun no entra por la ventana, verdes en el desayuno porque la cocina tiene una cantidad de luz limitada y dorados a luz del medio día porque es el color cuando veo al Capitán Levi – Eren le sonrió al capitán porque amaba que este le notara.

-Idiota, ¡Tch! – un ligero sonrojo cruzo la cara del hombre más fuerte del mundo – “Era tan lindo”

 

 

Eren despertó con lágrimas en los ojos sin saber la razón de ellas, no podía quitarse  la sensación de que tenía que ver con el sueño de recién pero no podía recordar  que había soñado.

Como todos los días desayuno con sus padres y se dirigió a la escuela. Apenas y pudo concentrarse en las clases incluso había olvidado su cámara. Solo podía pensar en Levi y el sueño que no podía recordar.

Llego a casa cansado sabiendo de ante mano que no había nadie a esa hora pero lo que le sorprendió fue ver un paquete frente a su puerta sin remitente, era muy raro todo solo había un nombre escrito con una bonita letra Eren.

Tomo el paquete y lo abrió en su habitación, eran un par de botas que le llegaban a las rodillas y una corta chaqueta café que le cubría por debajo de las costillas. Eran de él por alguna razón lo sabía pero que se suponía debía hacer con eso.

El encontrar cosas al llegar del instituto se estaba convirtiendo en una costumbre. Después de las botas y la chaqueta, siguieron productos de limpieza, una bufanda blanca, una fotográfica de Hanji Zoe con la letra de Levi con la leyenda “cuatro ojos” y otra letra que no conocía pero pensaba era de la propia Hanji “Enano”. Lo último que encontró fue un ramo de flores con una tarjeta “Para mi mocoso”. Eren no sabía cómo interpretar esos inusuales regalos pero los guardaba con mucho cariño, no solo porque una personas famosa se los mandara sino porque era Levi.

Paso una semana y no encontró más regalos, eso lo deprimió más de lo que él mismo esperaba – “Tal vez solo era un juego, se cansó de mi” – se sentía dolido solo porque alguien que no conocía le dejo de mandar obsequios – Patético.

Una vez más sus pies le obligaron a salir a caminar, no pensaba caminar mucho era tarde para aventurarse caminando muy lejos de casa. Aviso a sus padres que saldría a ver a un amigo y si se le hacía tarde pasaría en su casa la noche. ¿Por qué mintió? No lo sabía, lo más probable es que regresara a los diez minutos pero su boca no le pregunto a su cerebro que tenía que decir tan solo hablo.

Llego al parque de la vez anterior, volvió a tomar algunas fotografías pero todas le parecían estúpidas y sin vida. Era una tarde fría, el clima de pronto había cambiado y el día había estado inclemente y frio. Eren llevaba una bufanda y una chaqueta como única protección, tendría que volver a casa pronto si no quería pescar un resfriado.

Tan solo intentaría unas tomas más, con la mira de la cámara observo el parque y se quedó estático de pronto al notar un figura debajo de un árbol, abrigado hasta las orejas pero aun así su silueta era muy atractiva. Tomo una fotografía y su corazón dio un vuelco en su pecho, tenía que acercarse aún más y así lo hizo.

-Mocoso de mierda, hasta que te dignas a aparecer – Era él, de verdad era él.

-Levi… - Eren no lo podía creer.

-¿A quién más esperabas? Es verdad a nadie – Su voz era dolida, podía ver perfectamente a través de sus emociones – Maldito Bastardo, si no me quieres recordar puede irte a la mierda.

Las palabas del pequeño capitán – “¿Capitán?” – le partían el corazón, no podía permitir que sufriera y menos por su causa, no otra vez.

-Lo siento, Levi – Le dolía la cabeza y de pronto el mundo se fundió en tonos de grises y luego todo era negro solo podía escuchar un voz que le llamaba a lo lejos.

-No, Eren – una voz desesperada que había escuchado en tantos tonos diferentes que para los demás parecían el mismo – No, no despierta Amor, Eren, bastardo, mocoso, mi mocoso.

 

 

Eren despertó aturdido sin saber dónde estaba, nunca había estado en este lugar se levantó de inmediato pero un dolor repentino en la cabeza lo hizo acostar de nuevo.

-Levi… - Era verdad lo último que recordaba era estar en el parque con él.

-¡Tch! Aquí estoy bastardo, desmayarte en el parque tuve que llamar a un taxi y llevarte como un borracho a mi departamento, apúrate y sal de aquí – Estaba el capitán enojado o triste, un poco de ambas creía el castaño.

-Por favor, capitán como puede lanzar a un enfermo cuando hace un frio que podría matar hasta a un titán. Sí que no cambia.

Los ojos de Levi se abrieron como platos y sin poder evitarlo saladas lagrimas salieron de sus ojos, rápidamente trato de secarlas con la manga de su camisa, era algo muy sucio pero su pañuelo no lo tenía consigo estaba en la frente de cierto mocoso mojado con un poco de agua.

-Sí que te tomaste tu tiempo en recordar, bastardo – con la voz un poco lagrimal Levi se acercó  y se sentó en orilla de su cama.

-Lo sé, en verdad lo siento Capitán Levi –  Eren sonrió mientras se incorporaba de la cama, esta vez lentamente, y se sentaba dejando caer el pañuelo que estuviera en su frente. Abrazo al pelinegro y lo acostó a su lado – Así que tienes 18 años, cada vez la diferencia en nuestra edad disminuye, ¿cierto?

-Humm tienes razón – la voz del pelinegro era más relajada, estar en sus brazos otra vez podía ablandar y casi sanar del todo su dolor anterior.

-Me alegro, cada vez tienes que esperar menos por mí. Siempre te estoy dando problemas Capitán – besó dulcemente el pálido cuello del mayor e imprimió más fuerza a sus brazos estrechando de esta forma el abrazo que los mantenía unidos, sintiendo la calidez del cuerpo de Levi a través de la ropa.

-Al menos ahora eres consiente por todo lo que me haces pasar maldito bastardo – Levi se giró para quedar frente a frente del chico por el que había estado esperando toda su vida, no sólo esta vida – Los vas a decir o no, mocoso.

Eren sonrió, allí estaba él su pequeño Capitán dándole ordenes como siempre – Levi te amo, ¿Serías mío… un vez más?

-Ya era hora, idiota – Levi acercó sus finos labios a los del menor, Eren abrió tiernamente la boca de Levi e introdujo su lengua a esa nueva y a la vez conocida experiencia. Sus lenguas se reconocieron de inmediato mientras se tocaban una y otra vez, su saliva se combinaba como lo había hecho ya tantas veces antes en otros tiempos. El castaño mordía la lengua del pelinegro pero este de inmediato la retiraba huyendo de los dientes del más joven para regresar de nuevo seduciendo al menor.

Levi se separó del beso para respirar, sus mejillas tenían un leve tono carmín a pesar de ser tan pálido todas las expresiones en él eran tan sutiles, una de las cosas que Eren amaba de su antiguo Capitán.

-Eren – Dijo su nombre con la voz ligeramente ronca con aquellos labios hinchados por el beso anterior, sólo eso basto para que la entrepierna del castaño reaccionará,  sin perder tiempo  Eren se acercó a Levi de tal manera que su evidente erección tocara el abdomen del pelinegro – Vaya que estas necesitado, mocoso – Levi sonrió complacido.

-Siempre estoy necesitado de ti – le contestó lanzándole una mirada  llena de deseo al pelinegro, con sus hermoso ojos ahora azules por la pobre iluminación de la habitación, Levi hundió la cara en el hombro del menor - ¿Levi?

El pelinegro mordió la morena piel sobre la clavícula de su amante, no lo hizo con la menor delicadeza ahora que no debía temer a la transformación del menor quería que sus dientes quedaran marcados en esa piel que tardaría en sanar, esta vez lo marcaria y no se borraría como la primera vez. Eren aguanto el dolor, solo gimió al sentir la mano de Levi tocar su erecto miembro sobre el pantalón a pesar de todo Levi no intentaba ser sádico con él, solo reclamaba lo suyo.

En cuanto sintió el sabor metálico de la sangre de Eren el pelinegro se separó para después dar pequeños besos y lamer delicadamente la piel que sangraba a su vez que seguía su tarea más abajo.

-Le Levi ahora te sientes vampiro – Eren se mordió el labio inferior para evitar gritar al sentir colarse la mano de Levi a sus pantalones. No había notado cuando este le había desabrochado, solo sintió como sus delgados  y blancos dedos jugaban con la punta del glande.

-Cómo si no te gustara eso, mocoso – susurró a su oído para después morder el lóbulo de la oreja  izquierda del más joven, recalcando lo dicho. A Eren le gustaba todo lo que le hiciera el pequeño Levi.

En un brusco movimiento, el pelinegro se levantó y se colocó encima del castaño. Levanto sus delicados brazos para sacarse la camisa de un movimiento y lanzarla al piso de su habitación. Eren se quedó embelesado viendo tal escena, no conocía cuerpo más erótico que el que tenía enfrente suyo, un poco diferente de la primera vez que lo vio pero aun si tan hermoso, su piel de alguna manera parecía más suave y aunque consideraba que tenía menos músculos que antes era evidente que el pelinegro seguía teniendo una excelente físico.

-¡Oi, Eren! Despierta, quítate la maldito ropa, o es que tengo que hacer yo todo el trabajo  – Eren rio quedamente y se sacó la playera de manera más torpe pero al final logro quitarla, antes de continuar desvistiéndose el mismo paso sus manos por el pantalón de Levi y los desabrocho con manos aun inseguras, lo bajó lo más que pudo sintiendo claramente que no era el único excitado en la habitación.

-Vamos déjalo Eren ya lo hago yo – El menor quitó lo que quedaba de su ropa lo más rápido que pudo, Levi no lo ayudaba ya que no se separó de encima suyo en ningún momento. Aunque era un posición incómoda para desnudarse al pelinegro no pareció costarle lo más mínimo.

Ahora se tocaban piel con  piel, Eren estaba en su límite podía sentir el trasero del mayor oprimirse sobre su erección y cuando este se agachaba a besarlo el pene del pelinegro rosaba su estómago una y otra vez. Con toda su fuerza de voluntad, de la que quedaba poca, trataba de reprimirse ya que sabía que el mayor quería tener el completo control la situación, era algo tan típico de él, no le molestaba pero era un hombre también y quería abrazar a Levi a su manera, también – “esta noche puedes hacer lo que quieras capitán, soy completamente tuyo”.

Levi se colocó una vez más encima del menor, llevó su mano  en dirección a su propia boca para lamer sus largos y finos dedos lentamente disfrutando al provocar una serie de cambios en las  expresiones del menor. Verle hacer todo aquello para prepararse para  recibirlo a él, lo estaba matando. Mientras tardaba lo suyo humedeciendo sus dedos la otra mano masturbaba su miembro moviendo sus caderas sobremanera para que sus glúteos subieran y bajaran, rozando una y otra vez la erección del castaño Deleitándose de los intentos del menor por contener los roncos gemidos que amenazaban con salir con cada caricia, Eren mordía sus labios para no gemir más de lo que ya lo hacía y apretaba sus puños en las sabanas conteniéndose para no saltar sobre el pelinegro.

El mayor se inclinó colocando su cabeza en el pecho del castaño alzando sus glúteos y apoyando sus rodillas en la cama, sus mojados dedos se introdujeron en su siempre caliente interior, moviéndose a los lados para después formar pequeños círculos. Cuando tres dedos estuvieron dentro suyo soltó un grave gemido para luego morder el cuello del menor.

Eren no iba a soportar mas sin poder hacer nada, llevo su mano al rígido pene del pelinegro humedeciendo sus dedos del pre-semen que salía con cada caricia que le proporcionaba.  Se moría de ganas por  lamer ese apetitoso pedazo de carne, ya tendría una oportunidad para hacerlo en otra ocasión. Levi gemía entrecortadamente en el cuello del castaño. El menor llevo su mano y quito la del mayor de su acalorada cavidad para el mismo estimular al pelinegro, el contacto ajeno hizo que Levi arqueara la espalda en un brusco movimiento – Mierda, Eren… allí.

Eren siguió golpeando esa zona mientras que su entrepierna le apremiaba por entrar dentro su pequeño Capitán – Levi… vamos… déjame entrar.

El menor saco sus morenos dedos de las ardientes entrañas, por su parte Levi se incorporó tomando el miembro de Eren y conduciéndolo lentamente hasta situarlo en la entrada de su dilatado ano. Planeaba entrar lenta, muy lentamente para que desquiciar a Eren, con lo que no contaba era con que el menor ya está por demás delirante de placer.

Las manos del castaño se colaron a las caderas de Levi bajándolas en  un rápido movimiento con los que su pene entro de lleno al interior del pelinegro – Maldito aaagggh bastardo aaaaaagh podrías  haber esperado…. Mocoso.

La verdad era que Eren no hubiera podido esperar más, lo necesitaba, lo necesitaba más de lo que había necesitado a nadie antes. Levi a pesar de sus criticas movía las caderas acompasándose a los movimientos del menor gimiendo descaradamente antes cada embestida – mierda, más duro Eren… allí, no pares o te mato.

-Levi, te amo – Era lo único que podía decir el castaño, sabiendo lo que provocaba en su pequeño amante repito estas palabras ante cada embestida – Te amo… te amo… te amo…

-¡Ca… ca… cállate bastardo! – Levi estaba a punto de terminar, Eren lo penetro con más fuerza hasta que sintió el caliente y blanco semen tocar su abdomen, el interior del mayor se contrajo oprimiendo el pene del castaño provocando que este se corriera dentro.

Se mantuvieron unos minutos así, unidos, sintiendo en calor del cuerpo del otro. Se separaron para que Levi tomara una ducha, Eren sabía lo que odiaba estar sucio por lo agradecía siempre que este dejaba que él lo ensuciara. Mientras que el mayor estaba ocupado Eren aprovecho para cambiar las sabanas como ahora recordaba tenía que hacerlo si quería dormir en esa cama. 

-Eren anda y toma un maldito baño– Levi salió ya con la pijama puesta, le lanzo un toalla porque aunque nunca lo admitiera ver a Eren desnudo le provocaba ensuciarse una vez más. Algo imperdonable – Y cúbrete maldito depravado.

Levi saco una maleta donde tenía ropa que era obviamente demasiado grande para él. Había preparado aquello para él idiota bastardo para cuando se dignara a aparecer.

Entro en el baño y dejo un pijama azul sobre un pequeño estante – ponte eso, mañana te prestare más ropa y  mandare la que trajiste a lavar.

-¡Gracias amor mío¡ – le grito Eren en la ducha.

-¡Que te den, bastardo!

-¡Prefiero darte yo a ti!– Levi sonrió  al salir del cuarto de baño, seguía siendo su lindo mocoso. Solamente suyo.

Cuando el castaño entro en la habitación Levi ya estaba en la cama, Eren se acostó a su lado y se abrazó a la espalda del azabache respirando lentamente  en aroma de su cabello.

-Levi ten una bonita noche, te amo, gracias por existir – Besó la negra cabellera que tenía delante y cerró los ojos dispuesto a dormir.

-También te amo, no me hagas esperar tanto la próxima vez, mocoso – Levi le soltó todo aquello tan quedo pensado en que el otro no lo oyera aunque como el silencio reinaba era obvio que el menor lo escucho ya que lo abrazo con más fuerza.

Durmieron juntos una vez más, no la última pero si la primera de esta vida.

 

 

 

 

Era un hospital en un pequeño pueblo Alemán, una mujer se encontraba descansado en un cuarto privado en el área de maternidad. Parecía dormir plácidamente mientras un hombre, su esposo, caminaba de un lado al otro de la habitación.

Una enfermera entro al cuarto llevando consigo un cunero de un considerable tamaño, se escuchó el llanto de un pequeño recién nacido invadir las cuatro paredes de la habitación. La mujer, la madre, despertó sonriendo al escuchar la voz de su amado hijo.

-Señora Ackerman que bueno que despierta, mire a quien le traigo – La enfermera tomo en brazos a un niño de cabello castaño que lloraba y se lo coloco a la madre, se giró a ver al padre y le sonrió – ¿Señor usted quiere cargar al otro?

El hombre se acercó y tomo al niño de cabello negro que la enfermera le entregaba. A pesar de haber nacido unos minutos antes era un poco más pequeño que el otro bebe, el padre primerizo lo tomo como sumo cuidado y lo meció entre sus brazos – Es hermoso.

La amable enfermera se enterneció al ver esa escena – Bueno señores ¿cuáles serán los nombres de estos niños tan lindos? – pregunto jovialmente la joven enfermera.

-Eren – respondió la madre sonriendo de oreja a oreja.

-Levi – dijo a su vez el padre.

 

 

 

Notas finales:

De pronto surgio en mi la loca necesidad de escribir esto, espero que alguien lo disfrute.

Si les gusto de verdad me encantaria leer sus comentarios y si no te gusto sientete libre de comentar siempre que este en los limites del respeto.

Muchas gracias al tomarse el tiempo de leer esto.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).