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El masajista [KaiSoo - JongIn x KyungSoo] por Gigi12

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Notas del capitulo:

Este es uno de los regalos que le estoy haciendo a mis queridas lectoras que me agregaron a Kakao, las chicas que me han agregado a Kakao les estoy regalando un One shot, este es para Kamii<3.

—No sé cómo me deje convencer por ti...esto es una mala idea, mejor me voy a mi casa…—El pelinegro que estaba a punto de dar media vuelta, fue sujetado por su mejor amigo, BaekHyun.

—KyungSoo, esto te hará bien, te veo demasiado estresado en la oficina, andas gruñón todo el día, me regañas todo el día, regañas a ChanYeol todo el día, regañas al portero de tu edificio, regañas a tu jefe Kris, regañas…

—¡Ya entendí! —Le interrumpió el pelinegro con un tic nervioso en su ojo derecho, aunque era cierto, regañaba a medio mundo sólo porque ellos si tenían una linda vida, al lado de una linda pareja, tenían una linda casa…y KyungSoo, bueno, KyungSoo tenía buena salud. — ¡Achú! —Bueno, casi. —Mejor me voy a casa, creo que agarraré un resfriado y…

—¡Do satán KyungSoo, vas a entrar ahí y vas a ocupar la jodida tarjeta que con mucho esfuerzo conseguí para ti! —Gritó finalmente el chico de ojos delineados ya harto de la situación, finalmente empujó a KyungSoo al enorme edificio y se quedó en la puerta, esperando que KyungSoo mostrase la famosa “jodida tarjeta”.

—D-disculpe…vengo por una cita programada…—Dijo KyungSoo todo tímido sólo porque sentía la asesina mirada de su amigo a sus espaldas, carajo, BaekHyun era un ángel, pero cuando se enojaba…era peor que KyungSoo.

—Por supuesto. —La chica con el gafete que decía “Bang MinAh – Recepcionista” comenzó a buscar el nombre de KyungSoo en su base de datos. — Necesito que me dé la tarjeta que se le entregó el día de la reservación, por favor.

—Aquí tiene. —Cuando KyungSoo entregó la tarjeta, se giró para ver a su amigo pero este ya no estaba. Perfectamente se podía ir, pero seguramente sería asesinado luego. Mejor se quedaba.

—Oh vaya, es difícil conseguir esta tarjeta, es un chico suertudo…por favor, siga a nuestro guía y él le llevará con su masajista, que disfrute la sesión en “Exotic Masagges”. —Dijo alegremente la chica mientras se despedía con la mano.

—Mi nombre es Xiao LuHan, le llevaré primero a los vestidores para que se quite la ropa y se ponga una de nuestras cómodas batas. No tiene por qué preocuparse por sus pertenencias, tenemos un alto nivel de seguridad. Se le pide, por favor, que apague cualquier aparato electrónico para que no cause distorsión en la relajación de los otros clientes, gracias. —El chico de nombre LuHan tenía una hermosa sonrisa, KyungSoo ni siquiera pudo negarle a ninguna de sus peticiones debido a que la hermosura del chico dejó embobado al pelinegro. — Y por último necesito saber de qué color es su tarjeta de acceso.

—D-dorada…—Murmuró KyungSoo y LuHan mostró una expresión de sorpresa, que cambió en cuestión de segundos. — ¿Se la debo entregar? —El chico asintió y KyungSoo le tendió la tarjeta. Los ojos del guía nuevamente mostraron sorpresa y le devolvió la tarjeta a KyungSoo como si le quemara.

—L-le llevaré con Kai de inmediato, señor. —Murmuró LuHan mientras dejaba a KyungSoo solo en un vestidor individual donde fácilmente podían caber ocho o diez personas.

KyungSoo guió su vista hacia la tan extraña tarjeta, ya dos personas se habían sorprendido por el hecho de que él la tuviese, para él era una tarjeta más. “Kai”, leyó en ella. ¿Kai? ¿Qué es Kai? ¿Es un nombre? Pues vaya nombrecito.

KyungSoo suspiró y se comenzó a desvestir lentamente, dejando toda su ropa ordenada en el locker que había en el vestidor, le puso una clave simple para que no se le olvidara y finalmente se puso la sedosa bata que estaba perfectamente doblada sobre un mueble.

Al salir, descubrió a LuHan hablando con otro chico de manera exaltada.

MinSeok, te lo juro…este cliente tiene la tarjeta de Kai, ni siquiera yo, que trabajo aquí, la he podido conseguir.

Me pregunto cómo la habrá conseguido…de seguro es millonario o tiene sus buenos contactos. —Ok, ahora si tenía mucha curiosidad por ese tal “Kai”.

Aclaró su voz y LuHan de inmediato se le acercó con su perfecta sonrisa, el otro chico había salido corriendo cuando notó su presencia.

El lugar era elegante en el frotis, pero en la parte trasera era rústico, precioso…familiar, cálido. De sólo mirar el lugar, KyungSoo ya se sentía relajado.

BaekHyun llevaba meses hablándole de “Exotic Masagge”, de hecho, su novio ChanYeol trabajaba en este lugar y renunció cuando le pidió a Baek ser su novio, de pronto sintió pánico. ¿Qué clase de lugar era este?

—En esta habitación se encuentra Kai, es nuestro mejor masajista, esperamos disfrute su estadía. —LuHan hizo una perfecta reverencia de 90 grados y se dio media vuelta para irse por el largo pasillo.

El pelinegro tragó duro y abrió la puerta. Quedó extrañado cuando no vio a nadie en la habitación. Entró con algo de timidez y se quedó embobado con la hermosa decoración del lugar.

Estaba la típica camilla de masajes en medio, aunque era más ancha “De seguro para sus clientes más gordos”, pensó KyungSoo, había un enorme ventanal que daba a un jardín lleno de plantas y árboles, había un espejo que era del porte de la pared, había una mesa llena de aceites para masajes y de sólo imaginar que le darían un masaje para aliviar el estrés acumulado por años, se sintió inmensamente feliz.

Con una enorme sonrisa en el rostro, se sentó en la camilla, que extrañamente era baja, podía sentarse fácilmente sin la necesidad de un banco, cosa que por su altura siempre era necesario.

De pronto la puerta se abrió y dejó ver a un chico con los cabellos de color rosado oscuro pero qué en contraste con su morena piel le quedaba de maravilla, tenía unos ojos cafés preciosos y brillantes, unos labios gruesos y sensuales…ese hombre era realmente hermoso.

—Así que…era verdad que alguien consiguió mi tarjeta…—Murmuró el chico recién llegado con una clara expresión de sorpresa, pero luego sonrió animadamente. — Yo soy Kai y estarás bajo mis manos este día.

“Estarás bajo mis manos…estarás bajo mis manos…estarás bajo mis manos…”

—¿Ah? —Los pervertidos pensamientos de KyungSoo fueron interrumpidos con el sonido de las botellas de los aceites siendo movidos por el masajista recién llegado. — M-mi nombre es KyungSoo…

—De acuerdo, KyungSoo, necesito que te recuestes boca abajo en la camilla y te acomodes lo mejor que puedas. —Con un sonrojo en las mejillas, el más bajo se recostó boca abajo y miró extrañado al masajista cuando este se rió. — Sin la bata.

—Oh…—¿Acaso ahora sólo sabía esos monosílabos? Con las mejillas aún más rojas, se despojó de la bata, quedando completamente desnudo a la vista del más alto. Se acomodó tal como estaba, es decir, boca abajo y puso sus brazos a los lados.

—Perfecto…primero sentirás el gel frío, pero luego se sentirá muy bien…—La profunda voz del chico, lejos de relajarle, estaba haciendo que cierta parte en su zona sur hormiguera.

Cuando el gel hizo contacto con la piel de su espalda, se quejó bajito pero luego las tibias manos del masajista comenzaron a esparcir el producto y luego, KyungSoo vio estrellas, unicornios, la galaxia entera cuando las habilidosas manos de Kai presionaron ciertas partes de su espalda.

De pronto, KyungSoo gimió, sí, gimió debido a que las expertas manos de Kai comenzaron a pasarse descaradamente por las redondas nalgas del pelinegro. KyungSoo quería reclamar pero se sentía tan bien, que simplemente dejó que las tibias manos de Kai hicieran lo que quisieran con él.

—Kai…—Volvió a gemir KyungSoo, olvidándose hasta de sentir vergüenza, cuando aquellas tibias manos se deslizaron hasta sus muslos. Una pasaba por la parte interior del muslo, peligrosamente cerca de los testículos del más bajo y la se encargaba de acariciar su cadera.

—Shh, tranquilo…—Susurró con voz ronca el chico de tez oscura mientras echaba más gel, esta vez directamente en la línea que separa ambas nalgas, haciendo que KyungSoo se estremeciera por lo frío que sintió el líquido aquel.

De pronto, Kai separó las nalgas de KyungSoo y este se sobresaltó, ¿Qué le iba a hacer ese masajista?

—¡Hey! E-espera, ¿Qué crees que haces? —Preguntó KyungSoo presa del pánico, aunque jamás admitiría que las maravillosas manos de Kai le habían causado un enorme problema en su entrepierna.

—Eso no lo hago nunca con mis clientes, que por cierto, tú eres el primero en todos los años que llevo trabajando aquí…—Murmuró el masajista a milímetros del rostro de KyungSoo, quien se perdió en los chocolatosos ojos de Kai. — ¿Quieres saber por qué nadie, nunca, ha sido mi cliente, KyungSoo? —El nombrado asintió, totalmente embobado. — Porque tengo increíbles habilidades con mis manos, además, yo elijo a mis clientes…tú eres el amigo de un tal Byun, ¿No es así? —KyungSoo volvió a asentir, esta vez extrañado. — Pues…te elegí porque me gustaste desde el momento que vi tus fotografías. Ahora que sé tu nombre y tengo tu bellísimo cuerpo bajo mis manos, no pienso dejarte libre…

—Oh, mierd…—Los carnosos labios de Kai cubrieron la barbaridad que estaba a punto de decir y la mente de KyungSoo colapsó totalmente, el chico besaba demasiado bien, apenas podía seguirle el ritmo de aquel necesitado beso.

—Vuelve a recostarte…—Susurró Kai mientras sacaba de debajo de la camilla un par de grilletes esponjados y los colocaba, uno en cada muñeca de KyungSoo. — Esto es en caso de que quieras huir…

Sin esfuerzo alguno, Kai elevó el trasero de KyungSoo, dejándole de rodillas y con los brazos estirados hacia adelante. El pelinegro se sintió totalmente expuesto, pero el hecho de tener a tremendo bombón afrodisiaco volviendo a masajear sus glúteos, hizo que se calmara y se dejara llevar por las sensaciones de su cuerpo.

—K-Kai…nhg…—KyungSoo inconscientemente movió sus caderas hacia atrás para volver a sentir las fabulosas manos de Kai sobre su trasero.

—Cambiaré de aceite, tranquilo…—Sonrió el masajista, sacando un aceite rosado de su enorme colección que por alguna razón, no tenía etiqueta como los otros.

Kai fue vertiendo el aceite desde el los glúteos de KyungSoo y la gravedad hizo el resto, el líquido rosado se fue deslizando hasta sus hombros y algunas gotas traviesas, se deslizaban hasta el pene totalmente erguido de KyungSoo.

Nuevamente Kai comenzó a masajearle, pero ahora la sensación era distinta, era calurosa, demasiado para su gusto. De pronto, Kai dejó de tocarle y el calor se expandió por todo su cuerpo y comenzó a gemir sin siquiera ser tocado.

—¿Q-qué es…? Ahh…nhg…ahg…—Medio preguntó KyungSoo, moviéndose todo lo que los grilletes le permitían.

—Un afrodisiaco creado por mí. Por cierto, cuando gimas…di mi nombre real, es JongIn. —KyungSoo volvió a gemir de sólo escuchar el nombre de su sexy masajista. ¿Por qué sexy? Pues, porque JongIn se había quitado la playera que tenía el logo de su trabajo y ahora mismo se estaba desabrochando sus ajustados pantalones.

Holy shit.

 El pene de JongIn estaba igual de erguido que el suyo y cuando el masajista se despojó del bóxer, su pene se vio aún más grande. A KyungSoo se le hizo agua la boca, quería probarlo, deseaba probarlo ahora.

—JongIn…—Murmuró KyungSoo con los ojos dilatados, observando fijamente al masajista, que untó dos de sus dedos en aquel aceite y los guió hasta los acorazonados labios de KyungSoo, acariciando estos, pero KyungSoo tenía la mente tan nublada que sin darse cuenta, había abierto su boca, dejándole el paso libre a esos dos dígitos para que profanaran su boca. — Mhg…

—Mantén la boca abierta, KyungSoo. —El nombrado asintió y cuando los dígitos abandonaron su boca, JongIn se posicionó frente al rostro de KyungSoo, no había que ser un genio para lo que venía después. Primero fue el hinchado glande lo que el pelinegro chupó, pero su boca también ardía y estaba salivando mucho. Con un gemido más, se acercó aún más al pene de Kai y lo comenzó a succionar como si su vida dependiera de ello. — Oh, joder, si…

Con la ayuda de JongIn, KyungSoo se pudo sostener en sus codos para poder mamarle bien el pene al masajista. De pronto, Kai volvió a mojar dos de sus dedos en el aceite rosado y los guió hasta la palpitante entrada de su cliente, introduciendo uno sin previo aviso y el gemido que soltó KyungSoo, hizo su hombría temblar por completo.

JongIn comenzó a penetrar la boca de KyungSoo con su miembro y la entrada de este con sus dedos, al mismo tiempo. El pequeño ya estaba en su límite y bastó que uno de los dedos de Kai tocara su próstata para que se corriera con fuerza en la camilla, ahogando su grito de placer en el miembro de Kai.

—Muy bien, precioso…ahora viene lo mejor. —KyungSoo le miró con los ojos llorosos por el reciente orgasmo, ¡Y vaya qué orgasmo! Pero su cuerpo aún seguía caliente, demasiado para su gusto.

—Ahhh, JongIn…—El pelinegro gimió incluso cuando Kai le separó las nalgas, estando ahora arrodillado detrás de su cuerpo, de pronto soltó un grito de sorpresa cuando la ardiente lengua de JongIn se introdujo en su cuerpo sin ninguna complicación. — ¡Ahh! ¡No…eso noahhh!

Fue entonces cuando KyungSoo recordó el enorme espejo en la pared del fondo. ¡Carajo! Podía ver claramente cómo JongIn hundía su rostro entre sus nalgas y cómo su cuerpo estaba totalmente sometido, en cuatro. Oh no, estaba a punto de correrse por segunda vez.

JongIn se irguió y sin siquiera titubear, penetró con fuerza la entrada de KyungSoo, sacándoles gemidos a ambos, a KyungSoo por la sorpresa y el ligero dolor que sintió, y a JongIn porque, bueno…era su primera vez, aunque eso, KyungSoo no debía saberlo.

De pronto, sus ojos se encontraron a través del espejo y ambos volvieron a soltar gemidos cuando JongIn comenzó el vaivén, pero no fue para nada lento, no, fue inmediatamente descontrolado, desquiciado, incluso se podía oír el golpe de los testículos del pelirrosa contra las firmes nalgas de KyungSoo.

—¡JongIn, joder, quiero más! —Gritaba KyungSoo y sus deseos fueron cumplidos cuando, de nuevo, las habilidosas manos de JongIn se pasearon por su cuerpo, pero esta vez dedicado al cien por ciento a sus pezones, mandándole fuertes descargas a su miembro, que nuevamente estaba goteando. — ¡Tócame más!

Ni tonto, ni perezoso, JongIn, sin disminuir el ritmo de las salvajes embestidas contra KyungSoo, bajó su diestra hasta envolver el olvidado miembro de KyungSoo y masturbarle rápidamente ya que su final estaba cerca.

—Oh, KyungSoo…joder…—Jadeó JongIn cuando el anillo de músculos de KyungSoo se contrajo fuertemente, apretando su miembro al mismo tiempo.

—¡JongIn~! —Gritó KyungSoo cuando se corrió en la mano de Kai y el masajista liberó su semen en la apretada entrada de su cliente.

JongIn abrazó la pequeña cintura de su cliente mientras trataba de rellenar sus pulmones con aire, lo mismo pasaba con el más bajo. Había sido alucinante, excitante, perfecto. Se le olvidó hasta su propio nombre.

—Re-renunciaré mañana mismo…—Dijo el masajista aún con la voz agitada, pero esta vez con una sonrisa en el rostro.

—¿Por-por qué? —¿Acaso había hecho algo tan mal como para que el chico quisiera renunciar? —Tenía la esperanza de volver…

—No necesitas volver a este lugar nunca más. —Sentenció el pelirrosa mientras se retiraba gentilmente de la entrada de KyungSoo. — Porque me iré contigo y seremos una feliz pareja.

—¿Eh?

—Eso, y desde ahora, yo seré tu único masajista, KyungSoo.

—¡¿Eh?! 


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