Era sábado al mediodía en la ciudad de Konoha. Y se veía a un par de amigos entrenando en un bosque aledaño a la ciudad.
- Vamos dobe, debes mejorar tu resistencia para la competencia –decía Uchiha Sasuke, un varón azabache de piel blanca, ojos obscuros, alto y con un cuerpo bien tonificado.
- Ya lo se teme-dattebayo –respondió a su amigo Uzumaki Naruto, un doncel de larga cabellera rubia (la cual tenía atada en una coleta), ojos azules como dos zafiros, piel bronceada con tres marquitas como de zorrito en cada mejilla y un cuerpo muy bien formado.
Ellos estaban entrenando para el festival deportivo en el que participarían representando a su escuela, pues ambos eran los mejores deportistas de su preparatoria y deseaban ganar con todas sus fuerzas. Pues para ellos su orgullo estaba en juego.
Por ello entrenaban duramente, como en ese momento.
Ambos estaban centrados en el entrenamiento de karate. Ninguno deseaba perder, por lo cual se esforzaban de sobremanera, esquivaban, bloqueaban y atacaban al otro.
Pero sin querer Naruto se tropezó y antes de caer quiso sujetarse de algo para evitar la caída, más en cambio se llevó consigo a Sasuke, al cual había sujetado de la camisa, de modo que el cayo en sima de Naru.
Como era un día muy caluroso y debido al entrenamiento, Naru había decidido ponerse solo en short muy corto y pegado junto a una camiseta muy fina. Y debido a todo lo que habían hecho causo que sudaran mucho, las prendas se habían pegado aún más a su cuerpo, entallándolo mucho y sin dejar casi nada a la imaginación.
Sasuke iba a levantarse hasta que abrió los ojos (los cuales había cerrado al caer) y se dio cuenta que su mano estaba sobre el pecho del pequeño y la rodilla rozaba intimidad del doncel. Y sumándole la apariencia tan excitante que este tenía con los ojos cerrados y las mejillas sonrojadas por el entrenamiento, el chico termino reaccionando como cualquier adolescente normal…
Comenzó a acariciar uno de los pequeños botones del menor y froto con fuerza la rodilla, era algo muy placentero de hacer y hubiera seguido, pero…
- Ah…Sasu…ke – al oír los gemidos del doncel el otro tomo conciencia de lo que hacía y se levantó rápidamente con un pequeño sonrojo en las mejillas.
- ¿Estás bien? –le pregunto ayudándolo a ponerse de pie, mientras trataba de ignorar lo que había ocurrido.
- S-si –contesto el pequeño, quien estaba totalmente sonrojado- c-creo que ya fue suficiente entrenamiento-ttebayo, me voy, adiós teme –y salió corriendo sin darle al otro tiempo de hablar.
- Soy un idiota –dijo Sasuke cuando perdió de vista a Naru y luego vio que bajo la sombra de un árbol estaba la mochila que Naru había llevado.- Creo que tendré que llevársela y esta vez sí hablare con él y le diré lo que siento –y se encamino a su casa para ducharse y luego llevarle sus cosas al rubio.
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Naru llego corriendo a su departamento y se metió inmediatamente a ducharse, pues luego de lo ocurrido con Sasuke su cuerpo estaba excitado. Debía tomar una ducha pero ya.
Encendió la regadera y se metió bajo el chorro de agua rápidamente. Comenzó a lavarse el cuerpo cuidadosamente, se pasaba la esponja por todo el cuerpo, pero cuando llego a su intimidad se detuvo más de lo debido acariciándose a sí mismo, mientras recordaba la sensación de la rodilla de Sasuke frotándose contra su pene.
Al darse cuenta de sus acciones y pensamientos se sonrojo muchísimo avergonzada y se enjuago rápidamente.
Cuando busco su ropa en el baño se dio cuenta que por las prisas no había metido nada, así que solo se anudo una toalla en la cintura, tomo otra para secarse el cabello y salió en dirección a su cuarto.
Al llegar allí, en lugar de buscar la ropa en el armario se dirigió a la cama. Pues sintió la necesidad de acabar lo que había comenzado en el baño, y se quitó la toalla que llevaba en la cintura.
Recostándose en la cama procedió a dirigir su temblorosa mano hacia su pene (era la primera vez que se masturbaría) al llegar esta a su destino comenzó a acariciarse lentamente mientras su otra mano acariciaba uno de sus pezones.
Apenas había pasado un pequeño lapso de tiempo y la puerta de su habitación se abrió dando paso a un serio azabache, quien al ver lo que el rubio hacia se quedó de piedra y muy sonrojado, soltando la mochila que llevaba en sus manos.
Esto era porque el chico había ido a dejar la mochila y había tocado a la puerta, pero como nadie le había contestado supuso que Naru no se encontraba, por lo cual tomo una llave que el otro siempre dejaba debajo de una maceta y abrió dirigiéndose al cuarto del pequeño a dejar la mochila…claro que lo encontró con “las manos en la masa”.
- Dobe... –susurro, pero fue escuchado por Naru, quien no se había percatado antes de su presencia ya que tenía los ojos cerrados. Claro que el pequeño estaba avergonzadísimo.
- Teme…y-yo…–quiso encontrar una excusa, pero no se le ocurría nada.
El azabache despertó por fin de su estado de estupefacción y se acercó decidido a la cama, su expresión no se dejaba ver pues tenía su cabello tapándole gran parte de su rostro.
Al llegar al pequeño, quien todavía no reaccionaba, lo tomo en brazos al estilo princesa. Naru se aferró a los hombros del azabache, pues no deseaba que este viera su expresión y su rostro sonrojado.
Sasuke se sentó en la cama y acomodo a Naru de modo que este quedara sentado entre sus piernas y dándole la espalda.
Bajo su mano hacia la erección del doncel y comenzó a acariciarla.
Naru se debatía entre detenerlo o no. Pero rápidamente dejo de pensar en eso. Disfrutaba mucho de lo que el otro hacía, además de que lo amaba con locura y esta podría ser su única oportunidad de estar así con él, por ello se entregó al placer que le provocaba Sasuke.
Fue volteado de modo que podía ver la seriedad en el rostro del contrario, aunque también había otra cosa que no podía descifrar.
No pudo seguir cuestionándose que era eso, pues sintió que la otra mano de Sasuke se dirigía a su entrada, palpándola y colando un dedo en su interior, lo cual le causó cierta molestia, la cual fue ignorada cuando volvió a acariciar su erección y con su boca atendía uno de sus pezones. Todo esto junto hacía que gimiera sin control, sentía demasiado placer.
Cuando sintió otro dedo colándose en su interior y estos se empezaron a mover en forma de tijera empezó a mover sus caderas inconscientemente mientras gemía sonoramente.
Sasuke dejo de atender sus botones para besarlo ardientemente, en una batalla de lenguas y saliva, era una competencia por ver quien ganaba.
Cuando se quedaron sin aire se separaron momentáneamente, observándose.
De repente Sasuke lo tiro sobre la cama. Él ya no aguantaba más, deseaba estar en su interior en ese mismo momento.
Naruto estaba demasiado aturdido y apenas noto el momento en que Sasuke se separó de él para desvestirse. Cuando se vino a dar cuanta Sasuke estaba de nuevo sobre él mientras rozaba su miembro con su entrada, como si le estuviese pidiendo permiso.
Naru alzo la mirada para encontrarse con los oscuros orbes de Sasuke, quien le miraba suplicante. No tuvo ni que pensarlo dos veces, asintió con la cabeza y de inmediato y cuidadosamente Sasuke empezó a entrar en él.
Al principio se adentró con delicadeza, pero al final su mente se desconectó de su cuerpo y término de entrar de una sola estocada, causando un leve dolor en el rubio, pues al haber sido preparado antes había ayudado a ensanchar su entrada y hacer que la penetración fuese más fácil.
Pero Sasuke no le dio tiempo de pensar en el dolor y quejarse e inicio un salvaje vaivén. Masturbaba su miembro y acariciaba sus pezones mientras le besaba.
Entraba y salía, rápido y duro sin darle descanso al rubio que sentía estaba en el cielo por tanto placer.
Naru sintió que el orgasmo llegaba rápida e inevitablemente. Grito y se vino en la mano de quien era en ese momento su amante, manchando sus vientres con su semilla al tiempo que apretaba su interior. Sasuke al sentir como apretaba su miembro se vino con un ronco gemido dentro de la cálida entrada del pequeño.
Sasuke salió del interior del pequeño y se quitó de encima suyo dejándose caer en la cama al tiempo que lo atraía hacia sí, abrazándole.
- Do…be –llamo Sasuke a Naru cuando calmo su respiración un poco- con esto que acabamos de hacer eres mío, ¿de acuerdo? –dijo con voz autoritaria, haciendo que el pequeño rubio se enfadara.
- ¿Quién te crees que eres para darme órdenes teme-ttebayo? –le reclamo con voz furiosa y un puchero.
- Me creo tu novio usuratonkachi –le dijo con una sonrisa de lado y voz soberbia.
- ¿Quién rayos te dijo que era tu novio bastardo-dattebayo? –le cuestiono indignado.
- Tú, en el momento en que me dejaste hacerte mío dobe –le contesto y el otro se sonrojo y no le quedo más que callarse, pues lo que dio era muy cierto ¿Por qué sino le había dejado tomar su virginidad? No era tan cínico como para no aceptar que estaba enamorado de ese bastardo idiota “pero es mi bastado idiota” pensó mientras sonreía feliz. Intento moverse para verlo a la cara, pero lo asalto un horrible dolor en las caderas y la espalda baja.
- Desgraciado ¿no podías ser más delicado? Ahora por tu culpa no podré caminar bien-dattebayo –se quejaba infantilmente.
- Hump, despreocúpate usuratonkachi, te cuidare hasta que puedas caminar con normalidad –le dijo- pero cuando puedas andar bien le dejare en claro a todos esos idiotas que andan tras de ti que ya tienes dueño –termino y es que el pequeño era bastante popular.
- Silencio teme, eso tendría que decirlo yo en cuanto pueda pararme iré y le dejare en claro a todas las arpías e imbéciles de tu estúpido club de fans que eres mío y no se te deban acercar-ttebayo –claro que Sasuke no era el único que podía ser celoso.
- ¿estás celoso dobe? –le pregunto burlonamente a lo cual el pequeño volteo su rostro indignado- no te preocupes usuratonkachi, eres el único al que he amado siempre –le aclaro y el rubio lo miro sorprendido- es por eso que nunca he tenido pareja.
- Yo también te he amado solo a ti Sasuke-ttebayo –le aclaro con una radiante sonrisa- y más te vale que nunca me seas infiel o matare a esa persona que ose tocarte y te la cortare para que aprendas a no engañarme-dattebayo –lo dijo de forma tan aterradora que Sasuke debía admitir que le dio un poquito de miedo.
- Lo mismo va para ti dobe –le contesto.
Después de esa pequeña plática ambos se durmieron, pues habían gastado muchas energías con el reciente ejercicio.
Ya cuando despertaran se asegurarían de aclararle a todos que ambos tenían dueño y no era recomendable que quisieran meterse en su relación, a menos claro que quisieran tener fracturas, contusiones, traumas o desaparecer misteriosamente.
Pues ambos eran sumamente celosos y cuidarían lo que es suyo con uñas y dientes.
Y pensar que todo esto pasó por un entrenamiento un caluroso día de verano.
Fin