Por Hyuk
Al parecer había hecho bien mi primer trabajo, ya que Donghae no había parado de gemir en todo el rato, esos gemidos eran tan jodidamente hermosos, o al menos para mí. Pero aquella vista era la mejor, el culo de Donghae frente a mí, no pude resistirme y le propine una fuerte nalgada, él por el impacto salto dejándome escuchar otro gemido hermoso, se volvió hacia mí y devoro mis labios, valla que había tomado confianza demasiado rápido, ya me tenía debajo de él besándome, chupando mis labios, succionándolos y mordiéndolos exquisitamente, y fue como solo eso me basto para volver a ponerme duro y es que nunca me podría saciar de él.
Por Donghae
Sus labios me encantaban, eran tan dulces, tan carnosos, me encantaba el tono rojo que tomaban después de besarnos por tanto tiempo. No paso mucho tiempo desde que lo tenía abajo y ya podía sentir su dura erección creciendo, la mía aún estaba algo dormida, pero a este paso no tardaría en despertar de nuevo. Seguimos besándonos por otro rato, hasta que nuestras erecciones estuvieran muy duras y rogando atención, nos separamos del beso y Hyuk me volteo quedando ahora yo debajo de él, me beso los labios muy dulcemente y fue bajando por mi cuello dejando regados más besos, siguió bajando hasta dar con mis duros pezones y mientras lamia con intensidad uno, su mano se dedicaba al otro pezón, lo mordía muy suavemente, lo lamia y parecía saborear, no dio atención con su boca a mi otro pezón y fue bajando por el centro de mi cuerpo, lamia y mordía a su paso, dejaba regados besos por dondequiera, sus manos subían y bajaban por mis costados y yo volviéndome loco por sus caricias, llego a mi ombligo y metió su lengua, dejo un pequeño mordisco y fue bajando más y más.
Por Hyuk
Cada vez que bajaba con mis labios Donghae se retorcía más debajo de mí, me dejaba oír sus hermosos gemidos, algunos agudos y otros roncos. Estaba a unos cuantos centímetros de su miembro y él ya se me restregaba si darse cuenta, pero esto no sería tan fácil, me posicione entre sus dos piernas y las levante levemente, tome dos dedos míos y se los metí en la boca, enseguida él entendió y empezó a lamerlos de sobremanera, me miraba fijamente, con un brillo de perversión en sus ojos pero su rostro era el de un niño, saque mis dedos con su saliva resbalando en ellos y…, -hazlo con cuidado por favor, es mi primera vez- sus palabras me sacaron de todos mis pensamientos y yo que había creído que el ya no era virgen, que tal vez, antes de mi hubieron unos cuantos más pero lo volví a mirar, la imagen era tan erótica, parecía un jodido ángel a punto de entregarme algún tesoro sagrado, parecía tan indefenso e inocente que me las ganas de robarle su maldita inocencia de una vez, sin más y sin dejar de verlo en ningún momento le metí los dedos de un jalón, se removió por la intromisión y su cara demostraba sufrimiento, pero no tanto como para sacar mis dedos de su parte trasera, empecé a moverlos y hacer tijeras con ellos y metí un tercer dedo, yo miraba cada gesto de Donghae, cada hermoso movimiento que su cara hacía por la intromisión de mis dedos en su entrada, -Aaaaaaa- dio un gran gemido ronco y fue cuando me di cuenta que había dado en el punto exacto, en el punto que lo llevaría al placer, seguí dilatando unos minutos más su entrada y decidí que ya era la hora, lo había soñado tantas veces en esta posición, tantas veces que tenía sueños húmedos por soñar con él de esta forma, pero ahora era realidad, por fin tenía como quería a mi hermoso Hae.
Por Donghae
Me miraba fijamente, yo me sentía demasiado caliente y sudado, y él seguía penetrándome con sus tres y largos dedos, -Todo estará bien-, los saco y subió un poco más mis piernas, agacho su cabeza hasta mi entrada y como pudo empozo a ensalivarme, volvió a su posición inicial, recargaba su peso en mis dos piernas tomándolas fuertemente con sus fuertes manos, no me quitaba la mirada de encima, no paraba de mirarme fijamente, sus ojos eran muy hermosos con un tono casi negro en ellos pero con un destello de luz en su mirada, se acercó para volver a besarme, se separó, comenzó a meter su gran miembro, era un dolor horrible, sentía una gran invasión dentro de mí, comí mi trasero escocia por dentro, dolía y ardía mucho, me aferre a la sabanas para soportar de alguna manera el dolor, dolor que por un razón no sabía porque debía de soportar, pero el chico que se encontraba dentro de mí me había dicho que todo estaría bien y yo le creía.
Por Hyuk
Me quede dentro de él un buen rato, hasta que se acostumbrara a mí, cuando sus caderas se empezaron a mover muy levemente, salí y volví a entrar duro, muy duro y al parecer había tocado el punto indicado, justo a la próstata, dios hubiera pagado lo que fuera por ver de nuevo esa cara llena de placer y dolor en su rostro, en verdad, lo que fuera, empecé un suave vaivén, pero al parecer Donghae ya estaba ansioso y desesperado, tanto que alzando sus caderas empezó a marcar el ritmo, verlo de esa manera me volvió loco, era mejor de lo que nunca imagine, paré el movimiento lanzándome a sus labios, después de un corto pero apasionado beso me separe de él y salí, lo acomode en cuatro y lo volví a penetrar –Mmmm- gimió Donghae de puro placer, seguí con estocadas más fuertes, todo en su cuarto eran gemidos y el sonido de nuestros cuerpos al chocar de un forma morbosa, seguimos así un buen rato más, solo disfrutando del momento, lo volví a recostar en la cama sin sepáranos, el aferrándose fuertemente a las sabanas de su muy desordenada cama y yo aferrándome a su cuerpo en un tipo de abrazo, ya no era necesario que le levantara la piernas. No resistiría mucho tiempo más y sabía que él tampoco podría, -Hyuk, Hyuk, yo voy a… Mmm- seguí chocando nuestros cuerpos mucho más rápido y más profundo, ya podía sentir variad de arañazos en mi espalda, pero no me importaba al contrario me excitaba mucho más, lo seguí penetrando hasta escuchar aquel sonido victorioso, si, Donghae había soltado un hermoso gemido, con su frente sudando, su garganta un poco ronca y su espalda arqueada se corrió entre nuestros abdómenes, y bueno a mí solo me basto un par d segundos para acompañarlo viniéndome en su dulce y apretado interior con una gran y ronco gemido.
Por Donghae
Dios que placer daba este hombre, yo me vine en nuestros abdómenes y él había soltado un excitante gemido al venirse segundos después dentro de mí, al instante se dejó caer sobre mi robando mi aire que al poco tiempo lo había recuperado, nos quedamos reposando en esa posición cerca de media hora relajándonos, primero a que el espasmo del orgasmo se fuera y luego recuperábamos poco a poco las fuerzas que el magnífico orgasmo exigió, con nuestros cuerpos húmedos por el semen y el sudor, simplemente escuchando nuestras respiraciones.
Me intente levantar pero con él encima no podía moverme, con muchas fuerzas logre rodarlo hacia el otro lado de la cama pero al mirar su cara me di cuenta de que ya estaba dormido, y no quise nada más en ese momento, solo tome las sabanas y nos cubrí a ambos con ellas, me acerque a el abrazándolo y pegando mi mejilla a su pecho, solo quería dormir a su lado.