*Cap. anterior* Me intente levantar pero con él encima no podía moverme, con muchas fuerzas logre rodarlo hacia el otro lado de la cama pero al mirar su rostro me di cuenta de que ya estaba dormido, y no quise nada más en ese momento, solo tome las sabanas y nos cubrí a ambos con ellas, me acerque a el abrazándolo y pegando mi mejilla a su pecho, solo quería dormir a su lado.
La mañana llego, seguía en la misma posición de anoche, seguía en los brazos de Hyuk, me gire y tome mi celular, cheque la hora y ya no faltaba mucho para ir a la escuela, teníamos que alistarnos rápido o llegaríamos un poco tarde. Fue cuando se despertó y me miro a los ojos, me dedico una sonrisa resplandeciente y se montó sobre mí, -¿Puedo pedirte un tipo de favor?-, un poco desubicado solo pude asentir torpemente con la cabeza, se recostó sobre mí y se acercó a mi oído, -¿Puedo vivir contigo?-,termino de decir y se apoyó sobre sus dos manos para no aplastarme pero acaso había escuchado bien, él quería vivir conmigo?, que viviéramos bajo el mismo techo? Sentí mi rostro arder lentamente y lo mire a los ojos, no me esperaba esta pregunta, no sabía una respuesta en este momento.
Hyuk –No me responderás?- ladee un poco la cabeza, no sabía que responderle así que gire mi cabeza hacia un lado, evitando así el contacto con sus ojos, sus penetrante ojos.
Hyuk –Con que esa tenemos he, bueno tendrá que ser de la forma difícil-, se sentó en mi regazo y con una sola mano llevo las dos manos mías hacia arriba de mi cabeza dejándome prácticamente inmóvil, sabía que lo que vendría en ese momento no iba a ser nada bueno, me intente zafar de su agarre pero el en verdad era fuerte, a pesar de no ser bastante delgado y con pocos músculos podía tenerme a su disposición, lo volví a mirar, sus ojos habían cambiado, bueno no cambiado solo que ahora se alojaba en ellos un destello, un brillo de lujuria, -Lo preguntare una vez más Donghae, ¿puedo vivir contigo?- mi pecho subía y bajaba rápidamente lo seguía mirando directo a los ojos pero no podía pronunciar ninguna palabra, Hyuk ladeo su cabeza en señal de negación, de un lado a otro unas cuantas veces paro y me volvió a mirar, -te lo advertí pececillo- como una fiera hambrienta comenzó a devorar mis labios, los besaba, los mordía y los chupaba, yo intentaba zafarme de sus besos pero no podía, estaba siendo muy brusco conmigo y eso no me gustaba, cerré los ojos fuertemente y el paro, -me dejaras vivir en tu casa Lee Donghae?- lo mire con furia y moví la cabeza negando, él suspiro y volvió a tomar mis labios de esa manera pero al poco rato paro me comenzó a besar como anoche, dulcemente, apasionadamente, me deje llevar y por accidente solté un leve gemido ahogado en su boca, Hyuk dejo de besarme y comenzó a chupetear mi cuello mientras que se frotaba contra mí ya creciente erección pero volvió a parar repentinamente, -espera un segundo-, Hyuk salto de la cama y fue corriendo a mi armario, empezó a revolotear todo hasta que, -Yeah, por fin encontré una-, con una mano atrás se acercó rápidamente a mí, -Donghae, boca abajo rápido-, no sé ni porque chingado le hizo caso a ese tonto, pero como me pidió me puse boca abajo enseguida, mi cabeza estaba del lado en el que lo podía ver acercándose a mí, con pasos felinos se montó en mi trasero, tomo mis dos manos y las llevo hacia mi espalda, esperen, no, oh no, el maldito me estaba atando las manos con algo que de seguro debería ser una de mis muy escasas corbatas, pero lo que más me replico y me confunde, es porque soy tan débil, porque demonios no pongo tanta resistencia, porque, si en verdad me disgustara tanto esto podría gritar y alguien fácilmente podría venir en mi auxilio, pero no heme aquí enfurecido porque me aten las manos pero al fin y al cabo sin replicar.
Hyuk -Pero mira que delicioso pececillo me voy a comer- Hyuk se incoó de una manera en que cada una de sus piernas se encontraba a mi lado, solo escuche el fuerte sonido de su mano pegar en mi trasero y el ardor que ahora se alojaba en el lugar en cuestión, Dios, sentía como a mi cuerpo lo recorría un exquisito calor hasta llegar a mis mejillas y tornarlas de un tono carmesí, maldito, como puede decir y hacer eso, es tan, tan, jodidamente excitante para mí.
Mi voz en esos momentos era nula en la habitación, dios, en mi habitación, pero dentro de mi mente estaba gritando como un loco, sentí unas manos sobre mi cuerpo, me tomaron fuerte y me voltearon boca arriba, ahora podía verlo a la cara y en ella estaba dibujada una sonrisa demasiado maliciosa, que demonios me va a hacer esta chico pervertido.
De nuevo se montó sobre mí y con las manos agarradas a la sabana comenzó a moverse, a frotarse contra mí y yo no pude resistir demasiado, era muy sexy verlo así, se sentía muy excitante estar de esta forma, mi erección alcanzo su máximo crecimiento en pocos minutos y ya para que hablo de la de Hyuk, era tan grande y con ese color claro como su piel nívea, pero tan dura y venosa, ya Hae, deja de pensar así que te podrías correr incluso solo viéndolo, subió su rostro con una sexy gota escurriendo de su frente que cayó en mi abdomen, es se acercó a este y lamio la gota de sudor y siguió subiendo, escalando con dulces besos que te dejan en la espera de más, fue cuando llego a mis pezones lo lameteó y con mucho cuidado fue mordiendo poco a poco hasta que de mi garganta saliere un gemido fuerte y ronco de puro dolor y placer, repitió lo mismo con el otro y siguió su camino, pero ya no eran dulces besos, dejo chupetones por todo mi cuerpo señalando en camino que siguió para subir, lo podía ver tomándose el tiempo para que cada uno de ellos quedara perfecto, que no fuera tan evidentemente la marca, solo lo suficientemente roja para decir de alguna manera que él estuvo en esos lugares, que él me marco como suyo, esa parte de las chicas nunca me gusto, yo me pertenecía a mí mismo ellas no tenían que dejar marcas en mi piel, esa era una regla que debían acatar, pero este chico viene a poner todo de cabeza, porque mierda me están gustando estas marcas, me hacen sentir bien, querido, deseado –Mmmm H-hyuk, para, para por favor- el seguía haciendo pequeñas marcas levemente rojas, estaba ya en mi cuello, pero sin darme cuenta una mano se había colado y estaba masturbando a mi duro pene , era delicioso y de nuevo paro, -ponte en cuatro amor- sentí un revoltijo en mi abdomen, no me esperaba la palabra “amor” en un simple sexo duro, pero no le di más vueltas al asunto y me acomode en cuatro, bueno en dos, ya que tenía mis manos amarradas sobre la espalda, con mi cara en la almohada y mis caderas lo más arriba y cómodo posible me expuse ante él, de nuevo solo escuche el sonido y el ardor en mi trasero, pero esta vez duro más, dio una en el glúteo derecho y beso el izquierdo, luego uno en el izquierdo y una mordida en el derecho, encima de mí y fingiendo embestirme se acercó a mi oído, -Ese culo que te cargas me está volviendo loco Donghae-, sentía un revoltijo en mi vientre, y demasiado calor, -Hyuk, solo métemela ya, por favor-, Siguió embistiendo unas cuantas veces más y se levantó, pero no creía que seguiría mis palabras al pie de la letra, -Lo siento Hae pero tus deseos son ordenes-, y sin más, ni prepararme me metió todo su gran miembro de una sola estocada lo cual hizo que pegara un grito como vil puta, se quedó dentro de mí un rato y para que el dolor pasara más rápido comenzó a masturbarme con esas manos hermosas que se carga y sus dedos largos y delgados que acariciaban y apretaban mi miembro de una forma deliciosa, pronto el dolor de mi ano ya no estaba y él lo entendió al yo empezar a mover mi caderas, -Haaaaaaaaa, Mmmm- llene mis pulmones de aire y deje soltar un gran suspiro, era la segunda estocada y ya había dado en mi punto exacto. Este hombre era todo un dios.