Donghae entro a la habitación en donde hoy dormiría, o eso era lo que él pensaba.
Por Donghae
Hae -Vaya, esta habitación era muy obscura, pero la has sabido arreglar- dije diciendo completamente la verdad, Hyuk le había dado un toque alegre a la habitación.
Hyuk –Que vamos a comer? Pececillo?- , ¿Qué? acaso lo decía en un tipo de doble sentido, con un mensaje oculto quizá?, mis mejillas se tornaron de un torno carmesí y desvié mi mirada hacia un lado, -Lo siento no he preparado nada, pero hay algunas...- , no me dejo terminar y salió del cuarto hablándome mientras bajaba las escaleras, -No te preocupes, ahora mismo hago algo delicioso-, no baje, solo me quede escuchando todo el ruido que provenía de la cocina, pero deje que hiciera lo que quisiera, me adentre dentro del cuarto ahora habitado sin cerrar la puerta y me dispuse a mirar un poco, abrí su closet y no había tanta ropa, unos cuantos pantalones y camisas, el uniforme del colegio y una pijama, cerré y me dirigí al nochero, abrí el pequeño cajón y había un libro, una pequeña caja y demás cosas que les reste importancia, pero el libro parecía hecho a mano, como un diario quizá, me senté en la cama observando el pequeño cajón abierto, mis ojos puestos sobre aquel libro, tal vez si le echara una pequeña ojeada podría saber ese empeño por mí, por vivir conmigo, por estar conmigo.
Hyuk -Hae ya baja- dijo gritando desde abajo, tal vez había tardado demasiado tiempo decidiendo si leer o no el libro misterioso, algo nervioso cerré el cajón y salí del cuarto, baje las escaleras, entre en la cocina y me senté en la mesa, mire a Hyuk y este enseguida comenzó a poner platos sobre el comedor, lo único que pude pronunciar fue, -Wow- , Hyuk había preparado 4 platillos diferentes con lo poco que había en el refrigerador y la verdad se veía muy apetitoso, puso los 4 platillos frente de mí y se sentó a mi lado, posiciono un plato vacío en mi lugar y comenzó a servir los platillos en mi plato, -vamos come Hae, no le he agregado nada extraño a la comida, o acaso no tienes hambre?, -Que?, no, si tengo hambre, solo que estoy sorprendido por tanto que has hecho en tan poco tiempo-, o acaso será que tarde demasiado pensando si leer aquel libro, bueno, lo que fuera, esta comida se ve deliciosa y si no empiezo a comer se enfriara.
Hae –Bueno vamos a comer- le dedique a Hyuk una sincera sonrisa que me devolvió mostrándome todas sus encías, puso un plato enfrente de él y se sirvió de todos los platos.
Los dos comimos delicioso, y esa es la verdad, Hyuk cocina delicioso.
Hyuk –Entonces cuanto piensas cobrarme por vivir contigo?- pregunto mientras estábamos en el sillón viendo la T.V, volteando a verme y por reflejo volteando yo a verlo también, lo mire un par de segundos y me gire hacia la T.V pero sin verla, simplemente pensando, pero diablos no había pensado en eso, mi plan era que el no viviría conmigo pero recordando lo de la semana de prueba respondí al instante.
Hae –Solo haz lo que te diga- le respondí volviéndolo a ver y de nuevo gire mi mirada hacia la T.V.
Pasaron varios minutos viendo la T.V, bueno o al menos eso hacia yo porque podía sentir perfectamente la penetrante mirada de Hyuk sobre mí, no me percate del momento en que mi piel se empezó a calentar y como ese calor daba un color rojizo a mis mejillas, hice como si no me daba cuenta de que el me miraba, yo veía la el programa de televisión y me reía de lo que pasaba en este pero Hyuk comenzó a acercarse a mí, hasta que podía sentir su respiración en mi cuello erizándome la piel, -Que quieres que haga ahora, Donghae- pronuncio mi nombre de una manera demasiado erótica que provoco corrientes de excitación hacia mi miembro. Actuando de sobremanera, me levante rápidamente y apague la T.V, estando a solas en la sala con él y con las luces apagadas le dije que fueranos a dormir, para que mañana no se nos hiciera tarde para ir al colegio, subí las escaleras corriendo, dejándolo sentado en el sillón y en shock por mi rápida escapada, bueno que se creía este tipo entrando en mi vida de esa manera tan abrupta, logrando intervenir en mi propio espacio privado.
Por Hyuk
Permanecí un buen rato frente a la T.V, en la obscuridad en que Donghae me había dejado, solo pensando y pensando, él no era la persona más dulce, no era como en mis sueños, pero, qué tal que él nunca había soñado conmigo antes, que tal que en verdad lo ve como es, un chico que apenas conoce que se ha metido a la fuerza en su vida, nooo, negué inmediatamente con la cabeza, había hecho el amor con él, aunque tal vez lo vea como un simple polvo, aun así, él no se ha alejado. –Diablos- pronuncio quedamente que apenas yo puedo escuchar mi propia voz, debía de dejar de pensar tanto y si Donghae no había soñado conmigo aun, pronto lo haría, de eso estaba seguro.
Me levante del sillón y fui a la cocina por un poco de leche caliente, posteriormente apague las luces de la casa y subí las escaleras, entre a mi cuarto y tome la única pijama que tenía, ya que las demás cosas que tenía las había dejado con mis padres, me cambie y salí silenciosamente del cuarto para adentrarme al cuarto donde Donghae dormía, abrí muy muy despacio la puerta y pareció no haber respuesta de la parte de adentro del cuarto, lo más seguro era que Hae ya se hubiese dormido, cerré la puerta detrás de mí y camine lentamente hacia su cama, observe a Donghae dormir, era lo más hermoso que había visto jamás, eso sí se parecía demasiado a mis sueños. Donghae dormía de lado, con una mano bajo la almohada y la otra reposando sobre su cuerpo, sus piernas un tanto separadas entre sí y con la sabana cubriendo la mitad de su cuerpo, me concentre en su rostro, los labios muy levemente separados, solté una pequeña risa al ver su ceño fruncido, me dirigí a el otro extremo de la cama y me deslice lentamente sobre esta hasta que todo mi cuerpo estuviera dentro, obviamente cuidando de no despertar al dormilón de alado; Una vez dentro, tome la sabana y me cubrí a la par, solo la mitad del cuerpo, me acomode en la misma posición que él, pudiendo ver su espalda, su suave cabello castaño que no resistí en tocarlo, una, dos, tres veces, hasta que Hae se removió sobre su lugar y yo por inercia me quede inmóvil, pero este se giró y quedamos los dos a centímetros, abrió sus ojos levemente y los volvió a cerrar, levanto su mano y me abrazo con esta, se acomodó mejor entre mis brazos y yo sin saber qué hacía y solo por dejarme llevar por el momento también lo abrace, y así nos quedamos en posiciones cómodas para los dos, sintiendo el calor del otro, sin necesitar más que una simple sabana, ya que nuestro calor era perfecto para mantenernos calientes y caímos en un sueño profundo, donde la realidad parecían sueños.