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El vídeo de la discordia por Kaoru Himura

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Tras salir de su aturdimiento, Sasuke se levantó con rapidez de encima de Naruto para rescatar su teléfono del fondo de la fuente. Estiró su brazo lo máximo que pudo para alcanzarlo, lo rozó con sus dedos empujándolo poco a poco hacia él hasta que pudo cogerlo con su mano.

 

Lo sacó del agua y comprobó si funcionaba. Por desgracia, la pantalla no se encendía por lo que supuso que el aparato se había estropeado al haber entrado agua en su interior. Intentó hacerlo funcionar desesperado pero parecía que no tenía remedio.

 

Lentamente, fue girándose hacia Naruto de forma tétrica provocando escalofríos en el otro. A cada paso que Sasuke daba acercándose a Naruto, éste daba otro alejándose del moreno. Al rubio no le gustaba para nada la mirada asesina que estaba recibiendo por parte de Sasuke.

 

 - ¿Qué pasa, Uzumaki? ¿Me tienes miedo? - le preguntó con una sonrisa macabra.

 - Para nada – le contestó tras tragar saliva y armarse de valor para no tartamudear.

 - Entonces, ¿por qué huyes de mí? - le cuestionó aún con esa inquietante sonrisa.

 

Naruto se quedó quieto en cuanto escuchó esas palabras, eliminando todo rastro de miedo en su interior para dedicarle una mirada de determinación al moreno.

 

 - No estoy huyendo de ti – le afirmó con seguridad.

 - Pues no es lo que parecía hace tan sólo unos segundos – le dijo llegando hasta él – Me debes un teléfono nuevo, por lo que ya puedes empezar a prostituirte para comprarme uno, pobretón.

 - De eso nada, ha sido tu culpa que se haya caído al agua. Si no me hubieses atacado como un bestia, no habría salido volando hasta aterrizar en la fuente – le acusó – además para ti no es un problema comprarte otro, niño rico.

 

Sasuke había llegado a su límite, agarró del cuello a Naruto y lo empujó hasta chocar contra una columna, dejándolo momentáneamente sin aire. El moreno aprovechó este momento para apretar más el cuello del otro asfixiándolo. Naruto llevó sus manos hacia el brazo de Sasuke para intentar apartarlo pero no podía, tenía demasiada fuerza.

 

Ino, que se había acercado buscando a Naruto, vio lo que pasaba y corrió hacia ellos para detener a Sasuke.

 

 - ¡Suéltale! ¡Vas a matarle! - gritó asustada.

 

Cuando llegó hasta ellos, intentó apartar al moreno de Naruto pero Sasuke la empujó fuertemente tirándola al suelo. Naruto había empezado a ver borroso debido a la falta de oxígeno pero al darse cuenta de cómo Ino caía al suelo, sacó fuerzas de donde pudo y le pegó un fuerte rodillazo en la entrepierna a Sasuke. Éste soltó de forma inmediata al rubio inclinándose hacia delante mientras se llevaba sus manos a la parte golpeada. Naruto aprovechó para darle un fuerte puñetazo en la cara tumbando al moreno antes de caer de rodillas.

 

El rubio apoyó sus brazos en el suelo mientras tosía intentando volver a respirar. Ino se acercó de forma veloz en cuanto se recuperó del empujón mientras que Sasuke estaba tirado en el suelo con cara de tremendo sufrimiento y con las manos entre las piernas intentando mitigar el dolor que sentía.

 

 - ¿Estás... bien? - le preguntó Naruto a Ino respirando con dificultad.

 - Idiota, debería ser yo la que te preguntase eso – le contestó preocupada.

 

Ino le ayudó a incorporarse despacio pasando el brazo de Naruto sobre sus hombros y el suyo tras la espalda del rubio para sujetarle por debajo de las axilas hasta su pecho y levantarle. Tras varios minutos, Naruto consiguió respirar con normalidad y se aproximó hasta Sasuke, que seguía retorciéndose en el suelo, para pegarle una patada en el estómago.

 

 - ¡Para, Naruto! - le gritó la rubia tirando de él hacia atrás para alejarlo de Sasuke.

 - ¡¿Se puede saber qué está ocurriendo aquí?! - se oyó una voz grave que retumbó por todo el patio.

 

La voz pertenecía a un hombre de unos treinta y cinco años, con pelo canoso en punta inclinado hacia un lado, ojos negros con una cicatriz vertical cruzando su ojo izquierdo y el resto de la cara tapada por una bufanda. Se trataba del director del instituto, Kakashi Hatake.

 

 - ¡Este imbécil ha intentado estrangularme y ha herido a Ino! - gritó alterado Naruto.

 - ¿Y por eso le estás rematando cuando no se puede defender? - le acusó alzando la voz.

 - Señor director, es cierto, cuando he llegado Sasuke estaba asfixiando a Naruto agarrándole del cuello y, al intentar apartarle, me ha empujado fuertemente – intervino Ino defendiendo al rubio.

 - ¿Y cree que eso justifica la actitud del señor Uzumaki, golpeando a su compañero que está tirado en el suelo sin poder defenderse, señorita Yamanaka? - cuestionó Kakashi.

 - No, pero... - balbuceaba sin mirar a los ojos al director.

 - ¡Se lo merece! ¡Casi me mata! - la interrumpió Naruto cabreado.

 

Sasuke había logrado incorporarse mientras los otros tres discutían sin que se diesen cuenta de ello. Alzó su puño para estrellarlo contra la cara del rubio pero fue detenido por una mano antes de que llegase a su destino.

 

 - Señor Uchiha, no debería atacar a su compañero por la espalda cuando precisamente le estoy recriminando por atacarle cuando estaba indefenso – le reprochó.

 

Ino tenía las manos tapando su boca abierta por la sorpresa y Naruto se había quedado paralizado con los ojos abiertos de la impresión tanto por la cercanía del puño de Sasuke en su cara como por la repentina aparición de Kakashi a su espalda deteniendo el golpe.

 

 - Señorita Yamanaka, las clases están a punto de reanudarse así que será mejor que vuelva a su aula. Informe a su profesor que Uchiha y Uzumaki llegarán más tarde porque están en mi despacho – le dijo el director.

 

La rubia asintió con lentitud todavía impresionada por lo ocurrido y se fue de allí dejando a los tres solos.

 

 - Vosotros dos, seguidme – les ordenó dejando de lado toda formalidad.

 

Kakashi comenzó a caminar seguido por los dos chicos, aunque Sasuke se agachó primero para recoger su teléfono del suelo, el cual se le había escapado cuando Naruto le dio la patada. Ambos sabían que esta vez les iba a caer una buena reprimenda, incluso podrían expulsarles por una temporada.

 

 - ¿A dónde vamos? - preguntó Naruto cuando se dio cuenta de que no se dirigían al despacho del director.

 - Antes de decidir qué hacer con vosotros, deben revisaros esas heridas – le aclaró Kakashi.

 

Pronto llegaron a la enfermería, Kakashi abrió la puerta e indicó a los adolescentes con la mano que entrasen. Ambos obedecieron chocando en la puerta al intentar pasar al mismo tiempo. Se miraban con enfado mientras se empujaban mutuamente para apartar al otro y entrar primero, siendo observados por el director que, harto de esos dos, empujó a Naruto a la vez que tiraba a Sasuke hacia atrás.

 

Naruto se tropezó al no esperarse ese empujón pero en el último segundo logró mantener el equilibrio evitando estampar su cara contra el suelo. El rubio se giró cabreado hacia el mayor dispuesto a insultarle cuando una voz femenina habló primero.

 

 - ¿Se puede saber qué forma es ésa de entrar en la enfermería? - dijo molesta una mujer rubia de ojos marrones y grandes pechos – Aquí se necesita tranquilidad para no importunar el reposo de los enfermos.

 - Lo siento, Tsunade, es culpa mía – se disculpó Kakashi asomando su cabeza por la puerta – como verás, estos dos necesitan que los revises – le dijo mientras arrastraba a Sasuke al interior.

 

La mujer miró mejor a ambos chicos para observar las heridas que tenían en sus rostros, aunque pudo percatarse de que algunas eran más recientes que otras. La mejilla enrojecida del moreno y las marcas que empezaban a formarse alrededor del cuello del rubio le indicaban que acababan de pelearse.

 

 - Sentaos – les señaló las camas que habían en la habitación.

 

Naruto se sentó en la más cercana mientras que Sasuke se sentó dos camas más alejadas a la del rubio. Tsunade se había colocado unos guantes de látex y había cogido los materiales necesarios para curarles mientras Kakashi se había sentado en una silla vigilando que esos dos no volviesen a liarla.

 

La rubia observó el cuello de Naruto, palpando por si notaba algo extraño en él.

 

 - ¿Te duele? - preguntó.

 - Un poco – contestó el joven de ojos azules.

 - Y, ¿al tragar también te duele? - le cuestionó.

 - No mucho – le respondió.

 - Bien, no parece grave. No tienes problemas para tragar ni la voz ronca. En principio, todo parece normal. Ahora veamos ese labio.

 

Tsunade cogió un poco de algodón con alcohol y lo pasó por el corte haciendo que Naruto diese un respingo por el escozor. Debido a la reciente pelea, se le había reabierto la herida y sangraba un poco. Cuando terminó, la rubia se acercó hasta un armario para sacar una caja con pastillas, cogió una con un vaso de agua y se los entregó a Naruto.

 

 - Tómatela, es un antiinflamatorio, te ayudará a bajar ese labio hinchado – le informó.

 

Naruto se tragó la pastilla mientras la rubia se acercaba a Sasuke para repetir el proceso con las heridas de su cara.

 

 - Revísale también el abdomen, ha recibido un golpe en esa parte – le comentó Kakashi.

 - Está bien. Desabróchate la camisa – le ordenó.

 

Sasuke puso mala cara, no quería enseñar su cuerpo delante del estúpido de Naruto y así se lo hizo saber a la mujer.

 

 - No pienso hacerlo si ese imbécil está mirando – dijo serio señalando al rubio.

 - Oh, por dios – se quejó el rubio – eres un maldito crío. ¿Crees que yo quiero verte sin ropa? Ni en tus más profundos sueños, Uchiha – le replicó fulminándolo con la mirada.

 - Ya está bien – intervino Kakashi antes de que la discusión fuese a más – Sasuke, quítate la camisa y tú, Naruto – siguió sin darle tiempo a protestar – date la vuelta – le ordenó.

 - ¡Oh, venga ya! - se quejó – Debes estar bromeando.

 - Uzumaki, ¿me ves cara de estar bromeando? - le preguntó completamente serio.

 

Naruto gruñó en señal de protesta al mismo tiempo que se giraba para darle la espalda a Sasuke y se cruzaba de brazos enfadado. Sasuke le miró fijamente con los ojos entrecerrados.

 

 - ¿Podemos seguir? - preguntó la mujer.

 - No, no me fío, seguro que se dará la vuelta en cuanto me desabroche la camisa.

 - ¿En serio? - dijo molesto el rubio – ¿Es que acaso eres una chica y no quieres que te vea las tetas? - preguntó con la intención de girar la cabeza pero la mano de Kakashi se lo impidió - ¡Joder! ¡Eso ha dolido! - se quejó.

 - Uchiha, obedece – le advirtió el director – Uzumaki no mirará.

 

Sasuke acabó accediendo a regañadientes y terminó por quitarse la parte superior de su uniforme. Tsunade examinó el abdomen del moreno, palpando por diferentes lugares y haciendo un poco de presión.

 

 - ¿Te duele aquí? - preguntó Tsunade.

 - No – respondió Sasuke.

 - Y, ¿aquí? - cuestionó de nuevo.

 - Tampoco -contestó.

 - Bien, no parece que haya ninguna costilla rota ni tienes el abdomen rígido, por lo que no creo que tengas ningún sangrado interno. Todo parece normal, pero aún así, si notas algo extraño no dudes en ir al hospital – le informó la doctora – Toma.

 

La rubia le entregó el mismo tipo de pastilla que a Naruto junto con un vaso de agua. Sasuke se la tomó y volvió a ponerse la ropa. En cuanto terminó, Kakashi liberó la cabeza de Naruto y éste soltó un leve quejido acariciando la parte donde segundos antes había estado la mano del director.

 

 - Ahora que ya sé que vuestras heridas no son graves, vamos a decidir vuestro castigo – comentó serio – Seguidme hasta mi despacho.

 

Ambos adolescentes se levantaron con cara de fastidio para seguir a su director marchándose de la enfermería no sin antes despedirse de la rubia doctora. Anduvieron unos minutos hasta llegar a una puerta con el letrero de dirección a un lado de la pared. Kakashi abrió la puerta con su llave y le indicó a Sasuke que pasase primero y después a Naruto para que no volviese a repetirse lo de la enfermería.

 

Una vez dentro, Kakashi les pidió que tomaran asiento y ambos obedecieron. Hubo un momento de silencio, en el que el director les observaba muy serio desde su sillón mientras que Naruto se hallaba reclinado en su silla con los brazos cruzados y cara de enfado mirando hacia la puerta. Sasuke, por su parte, tenía sus codos apoyados en su piernas con las manos cubriéndola la boca mirando hacia la ventana.

 

 - No es la primera vez que discutís ni llegáis a las manos, ya os han regañado y castigado vuestros profesores, me han hecho llegar sus quejas sobre vuestro comportamiento – decía muy serio – Debería llamar a vuestros padres para decirles que estáis expulsados...

 

Esas palabras llamaron la atención de los dos jóvenes que le miraron con cara de preocupación.

 

 - No, no puede hacer eso – dijo Naruto nervioso.

 - No puede llamar a mi padre – dijo asustado Sasuke - ¿Por qué me tienen que expulsar a mí si todo es culpa de este idiota? -se quejó intentando disimular su miedo.

 - El único idiota aquí eres tú, gilipollas – le insultó el rubio.

 - Suficiente – alzó la voz el adulto – como decía antes de que me interrumpieseis, es lo que debería hacer pero no creo que sirva de mucho. Por lo que tengo otra solución.

 

Los chicos le miraron expectantes y nerviosos por lo que Kakashi tuviese que decir. Éste, abrió un cajón de su escritorio sacando algo de su interior para terminar cerrándolo.

 

 - A partir de mañana, haréis todo juntos – les informó mientras les enseñaba unas esposas.

 

 


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