CAPÍTULO PRIMERO
3: 00 a. m.
KyungSoo leyó una vez que a las tres de la mañana, es o muy tarde o muy temprano para hacer alguna cosa. Él cree que eso es cierto, y desde entonces no le ha dado más vueltas al asunto. Pero, con el tiempo, aprenderá que eso es falso. De hecho, es a las tres de la mañana cuando una parte de su vida termina y una nueva comienza.
Es a las tres de la mañana cuando KyungSoo recibe una llamada de JongIn, y sólo contesta porque aún estaba despierto, meditando los pequeños detalles del primer borrador para la tesis de su Maestría. Son las tres de la mañana del sábado que se entera que JongIn está en la Sala de Emergencias, junto con otros dos amigos —quiénes están ebrios y heridos —.
KyungSoo pone los ojos en blanco porque sabe lo que JongIn le está pidiendo cuando éste simplemente le está poniendo al tanto de los hechos, quiere que vaya a recogerlos, porque a) no hay autobuses a esta hora de la noche, y b) pagar un taxi es demasiado costoso para el dinero que les queda en los bolsillos.
KyungSoo podría haberse negado, pero no lo hace. Así que resopla y coge las llaves de su auto, dirigiéndose al hospital como el buen amigo que siempre es.
No lo es.
…….
No puede recordar la última vez que estuvo aquí pero los detalles generales siguen siendo los mismos, con algunas variaciones. El olor a orina y alcohol mezclado con el olor a medicina y detergente, y para ser las tres de la mañana la Sala de Emergencias está llena. Doctores y enfermeras en bata corriendo alrededor mientras los pacientes yacen sin poder hacer nada en las camillas sin cubículos, esperando a ser transferidos a sus respectivas áreas.
KyungSoo pregunta por ellos y sólo cinco minutos después encuentra a JongIn en una esquina, que parece desaliñado pero, como era de esperar, es el más presentable de los tres chicos que están enfrente de KyungSoo. La verdadera víctima es un hombre, que él jamás había visto, recostado en la camilla mientras que BaekHyun esta apoyado contra la barandilla. El extraño tiene un vendaje sobre su frente, en la base del cráneo y a un lado del cuello. Hay un par de cortes y moretones en su cara y nudillos. Su ojo izquierdo esta morado y está seguro que eso no va a lucir bien mañana.
—Se metieron en una pelea—dice KyungSoo. Nada impresionado.
—Estábamos tratando de defender el honor de una mujer—explica BaekHyun— y luego las cosas se pusieron feas.
—Ahórrame los detalles—menciona KyungSoo, y les indica con un movimiento de cabeza que deberían irse. — ¿Al menos puede caminar?—pregunta, mirando al alto, flaco y maltratado extraño. — ¿Quién es él, por cierto?
—KyungSoo, él es ChanYeol. ChanYeol, él es KyungSoo— dice JongIn enseguida. —Es un amigo de BaekHyun.
ChanYeol hace una mueca e intenta abrir su ojo bueno, pero todo lo que logra es un patético guiño. Levanta el brazo en un intento de saludar a KyungSoo antes de intentar sentarse derecho sobre la camilla. Cuelga los pies fuera de ella en un intento de pararse pero está claro que sus pies aún están temblando.
— ¿Estás seguro que está bien que lo hayan dado de alta?—pregunta KyungSoo, pellizcándose el puente de la nariz. Los tres tienen un olor fuerte a alcohol, pero más ChanYeol por sus movimientos.
—Órdenes del doctor—contesta BaekHyun, sosteniendo un papel que al parecer es donde indican que esta dado de alta y una bolsa de medicamentos. —Estuvimos sentados aquí llamando a todos los que conocemos para que nos recogieran, gracias a dios tú viniste.
KyungSoo entrecierra los ojos. —Me deben una. Tienen suerte que aún estaba despierto— amenaza. Solo hay silencio mientras salen de los austeros y brillantes alrededores del hospital, hacia el frío aire nocturno de Octubre. ChanYeol cojea apoyándose en BaekHyun.
—Recuérdenme cobrarles también el costo del estacionamiento—agrega KyungSoo. — ¿Tienen alguna idea de cuán costoso es los fines de semana?
…….
El olor a alcohol invade el interior del auto de KyungSoo, y éste arruga la nariz. Es todo lo que puede hacer como esfuerzo para no sentir nauseas.
— ¿Los dejó en tu casa BaekHyun?—pregunta, y BaekHyun apenas asiente.
Hubiera sido un corto y dulce viaje dada la falta de tráfico pero se convertiría en uno de los peores viajes en la vida de KyungSoo. A cinco metros antes de un giro a la derecha hacia la calle de BaekHyun, alguien vomita en la parte trasera de su auto.
ChanYeol.
—Eww, ¡vomitaste en mis zapatos!—chilla como un maníaco BaekHyun.
Los zapatos de BaekHyun son una cosa. Éste es mi maldito auto, piensa KyungSoo.
Nunca había frenado tan fuerte en su vida, está seguro de que las llantas dejaron marcas en la calle. El penetrante olor a vómito ahora sobrepasa el hedor a alcohol y KyungSoo aprieta el volante firmemente hasta que los nudillos se le ponen blancos.
—Fuera, todos ustedes—dice con una voz profunda. Calmado. Sin ni siquiera elevar su tono. —Ahora.
—Pero…— intenta rogar BaekHyun antes de que KyungSoo le detenga.
—No, conocen el camino a casa desde aquí, ¿no es así? así que salgan. Ahora.
—Vamos KyungSoo— razona JongIn del lado de BaekHyun. —Al menos conduce hasta la casa de BaekHyun para que podamos ayudarte a limpiar el auto, no quieres que este olor se impregne en el hasta que llegues a casa, al menos déjanos ayudarte a limpiarlo un poco, por favor—suplica el moreno.
Para un hombre borracho que arrastra las palabras al hablar, JongIn tiene un punto, así que KyungSoo suspira y decide conducir hasta alcanzar su destino.
…….
Por alguna razón termina durmiendo en casa de BaekHyun, por que no se ha dado cuenta que tan cansado estaba hasta que su cabeza toca la almohada. Es como si hubiera asistido a una típica pijamada de chicos borrachos, a pesar de la cantidad de trabajo que tiene que hacer en casa. Estaba demasiado molesto y cansado para conducir a casa y colapsa en el sofá de la sala de BaekHyun.
Se levanta a la mañana siguiente solo para descubrir a ChanYeol durmiendo profundamente en el sofá opuesto mientras que BaekHyun y JongIn roncan suavemente en el piso.
Lo primero que KyungSoo hace es salir en puntillas y examinar su auto. A pesar de la "cuidadosa" limpieza que los chicos hicieron la noche anterior con agua del grifo y detergente, el olor aún persiste. Siente ganas de golpear a alguien, preferiblemente a ChanYeol en su ojo bueno, pero termina cerrando los puños y apretando los dientes para no gritar y despertar al vecindario entero en una callada mañana de sábado. A la luz del día, KyungSoo puede ver una húmeda y obscura mancha donde el vómito de ChanYeol se ha filtrado a través del asiento.
Esto es lo que me gano por ayudar, piensa, y conduce lejos furiosamente sin despertar al resto. Tiene que bajar todas las ventanillas durante el viaje para prevenir ser sofocado por el horrible olor hasta que, eventualmente, encuentra un carwash.
Se recuerda a sí mismo que ChanYeol —o cualquiera que sea su nombre— tendrá que pagar por el costo del lavado.
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KyungSoo se da por desaparecido una semana después del incidente, ignorando los mensajes de BaekHyun y JongIn. Tiene mejores cosas de las que preocuparse como su investigación, por ejemplo.
El domingo recibe tres llamadas de un número desconocido, las cuales ignora inteligente y hábilmente.
Un minuto después de eso, recibe un mensaje de BaekHyun diciendo que le ha dado su número a ChanYeol, no toma mucho para que todo tenga sentido ahora. Otra llamada que, asume, es de ChanYeol, más un mensaje de texto del mismo número diciendo ‘‘¡Hola KyungSoo! Soy ChanYeol. Siento tanto haber vomitado en tu auto, ¿qué puedo hacer para disculparme?” y una pequeña parte de KyungSoo aún contempla la idea de responder o no cuando escucha sonar el timbre de la puerta.
KyungSoo está atónito de ver a un ChanYeol limpio y sobrio en la pantalla, parado frente a su portón, con un estuche de guitarra colgándole del hombro.
— ¿Qué quieres?—pregunta KyungSoo a través del intercomunicador.
—Vine a decir lo siento—responde ChanYeol. Su voz suena clara, sin que arrastre las palabras, no como ayer lo hacía.
— ¿Cómo sabes dónde vivo? —gruñe KyungSoo.
—BaekHyun me lo ha dicho.
Maldición, BaekHyun.
ChanYeol hace un puchero, — ¿Es un mal momento?— pregunta.
—En realidad, sí lo es.
—Sólo quiero compensarte. Déjame compensarte. Déjame lavar tu auto.
—Ya lavé mi auto.
—Entonces, déjame lavar tu auto…de nuevo— ruega ChanYeol. —Déjame lavar tu auto a mano—se corrige. —Por una semana, o el tiempo que te tome perdonarme.
Algo descabellado, pero la oferta suena interesante.
—También déjame comprarte café o té, o el desayuno, por favor. Por los daños—agrega ChanYeol.
KyungSoo entrecierra los ojos antes de suavizar su postura. —También tienes que pagar una tercera parte de los gastos del estacionamiento en el hospital y la factura completa del carwash.
—Eso también—asiente alegremente ChanYeol. Como si realmente quisiera hacerlo.
—Y promete que no vas a vomitar en mi auto de nuevo—dice KyungSoo severamente.
—Lo juro.
KyungSoo suspira.
Usualmente no es benevolente con los extraños. De hecho, KyungSoo intenta evitarlos a menos que sea absolutamente necesario, como en el trabajo, por ejemplo. Pero es difícil ahuyentar a éste extraño en particular, no cuando está haciendo pucheros y ojos de cachorro. “¿Quién piensa que soy?” KyungSoo piensa. “¿Su novia?”.
Y luego, recibe otro mensaje de BaekHyun “¿Ya está ahí? Te mande a ChanYeol, no dejaba de molestar pidiéndome tu dirección. Insiste en disculparse en persona”.
Demasiado tarde BaekHyun.
KyungSoo ignora el mensaje y deja entrar a ChanYeol, y es sólo cuando ChanYeol aparece en su puerta que KyungSoo se da cuenta de lo alto que es. La última vez que lo vio, el chico había estado encorvándose, caminando con pasos cuidadosos para evitar caerse. Ahora, se eleva sobre KyungSoo bajo el marco de la puerta, pero no de una manera intimidante. Los moretones de su cara se han curado pero aún lleva el vendaje en un lado de su cuello.
—Me sacarán los puntos en una semana—dice cuando nota los ojos de KyungSoo observando su cuello. —Déjame presentarme apropiadamente—extiende su mano. —Mi nombre es Park ChanYeol.
KyungSoo observa la mano de ChanYeol con cautela. —Do KyungSoo— dice finalmente, cuando parece que ChanYeol no va a retirar su mano.
—Entonces. ¿Dónde empezamos? —sonríe ChanYeol.
Los ruidos del estómago de KyungSoo le responden.
Maldito estómago.
ChanYeol mira a KyungSoo. —Te llevare a desayunar— dice.
…….
Durante el desayuno, en un tranquila cafetería justo enfrente del edificio donde KyungSoo vive, se sienta frente a ChanYeol quien es constantemente sonriente y al parecer un hombre encantador (KyungSoo lo sabe ahora, ya que lo vio en uno de sus peores momentos). KyungSoo se pregunta qué clase de pecado habrá cometido en su vida pasada para merecer esto, él es la última persona que aceptaría desayunos tardíos y espontáneos, menos con una persona que apenas conoce.
Por el bien de la conversación, le pregunta a ChanYeol cómo conoció a BaekHyun y este le dice que siempre han sido amigos desde la infancia pero perdieron contacto hace un tiempo, explica, ya que sus padres se mudaban seguido alrededor del país y sólo hasta ahora regresaron a Seúl. Tal vez, entonces, fue mejor que BaekHyun jamás le haya presentado a ChanYeol, porque dios sabe que sobrevivir solamente a BaekHyun ya es un triunfo.
Pero, ¿BaekHyun y ChanYeol? Es algo completamente distinto, con su evidente y obstinada exuberancia. Un completo contraste comparado a la vida simple de KyungSoo.
—Son perfectos el uno para el otro—le dice a ChanYeol, tratando de que sonará de la mejor manera posible. Incluso si alguien podría encontrar el comentario lleno de sarcasmo.
El sarcasmo, parece, le pasa justo por encima de la cabeza a ChanYeol. Dada su fachada de mal chico, con los moretones, vendajes y cortes en su cara, no parece haber crecido más allá de los cinco años, juzgando por su evidente inocencia y su asombro por el mundo. ChanYeol empieza a hablar sobre el pleito en el club, sobre cómo un grupo de sujetos habían tratado de abusar de una chica y BaekHyun había sido el que sugirió (verbalmente) intervenir. ChanYeol, siendo el que estaba más ebrio e ingenuo, término siendo el primero en dar el primer golpe.
—Creo que BaekHyun consiguió el número de la chica después de lo que pasó. Te aseguro que coquetear con ella no era su principal intención pero creo que ya empezaron a enviarse mensajes.
—Hmm. Que caballeroso, —KyungSoo levanta una ceja mientras toma un sorbo de su chai latte. — ¿y tú qué ganaste con eso?
—Yo solo ayudaba a un amigo. BaekHyun haría lo mismo por mí.
Leal, pensó KyungSoo. Leal pero algo idiota.
Luego, KyungSoo se entera que ChanYeol trabaja como mesero en el restaurante de su madre pero sueña con hacerse famoso como un rapero de estilo libre. Nombra algunas de sus inspiraciones, de las cuales KyungSoo jamás había escuchado antes y ChanYeol no está sorprendido. —Son bastante conocidos en los bajos círculos — explica con entusiasmo.
KyungSoo escucha las historias de ChanYeol como en un trance. Ni siquiera se da cuenta que ya han pasado una hora en la cafetería compartiendo frases, más que nada KyungSoo escuchando a ChanYeol hacer recuentos de su experiencia a lo que el chico llama “rapero con mucho esfuerzo”. Una parte de KyungSoo puede imaginarse a ChanYeol, con su voz profunda, su ingenio, y su apariencia extrovertida, con sus gorras y camisas con mensajes. Sí, encaja con lo que uno imagina que es un típico rapero.
Pero el resto de él, su torpeza, su ingenuidad, —KyungSoo no puede entender a ChanYeol en absoluto.
Luego, comete el error de inadvertidamente decir que le gustaría ver a ChanYeol en el escenario alguna vez.
Un error bastante grande porque KyungSoo no lo dice en serio.
El brillo en los ojos de ChanYeol sugiere que esta 120% de acuerdo con esa idea, y entusiastamente le pide a KyungSoo venir al Epsilon —un club cerca de Gangnam en donde ChanYeol usualmente participa en batallas de rap los viernes por la noche.
KyungSoo tiene que formar una sonrisa falsa y decirle a ChanYeol que va a pensárselo. Su mirada pasea alrededor de la cafetería buscando un nuevo tema de conversación cuando ve la guitarra de ChanYeol apoyándose contra su silla.
— ¿Entonces eres un músico multi-talentoso? ¿También tocas la guitarra?
—Y la batería y el piano— dice ChanYeol, —Pero no soy muy bueno en ello.
— ¿Por qué cargas la guitarra entonces? —, ¿Estas tratando de presumir o algo? Piensa KyungSoo, pero no lo dice en voz alta.
— ¡Oh! Trabajo medio tiempo como animador para fiestas infantiles. Pero solo los fines de semana. Tengo un evento hoy a las tres de la tarde, a solo unas calles de aquí.
Claro.
—Pero esto no significa que mi carrera como rapero esté acabada— sonríe cuando nota la incredulidad en la cara de KyungSoo.
—No, — agrega KyungSoo nervioso, —Solo tengo problemas visualizándote —no, olvídalo.
La risa de ChanYeol resuena a través de la casi vacía cafetería y es tan molestamente contagiosa que KyungSoo empieza a reír también.
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Los desayunos gratis los viernes por la mañana son ahora una costumbre.
ChanYeol se presenta en la casa de KyungSoo el domingo siguiente, cargando una bolsa fresca de croissants y dos tazas de latte hirviendo, con su confiable guitarra en su espalda.
—De acuerdo jefe, Park ChanYeol reportándose al deber— saluda cuando KyungSoo abre la puerta aún con los ojos rojos por haberse quedado hasta tarde en la noche escribiendo el siguiente capítulo de su tesis.
—Siento que no hayas podido venir el viernes a Epsilon— le dice ChanYeol cuando entra al piso. —Estuvo fantástico—agrega. KyungSoo había, convenientemente, enviado un mensaje a ChanYeol diciéndole que tenía “algo que hacer” la noche del viernes —lo que en realidad significaba que estaría descansando en el sofá con su manta de lana, mirando películas francesas subtituladas en blanco y negro en la TV.
ChanYeol no lleva ni diez minutos en su sesión de lavar el auto cuando le empieza a preguntar a KyungSoo cuestiones al azar como—
— ¿Por qué siempre vistes ropa negra?, no es que me esté quejando, es solo una observación.
—Porque, — KyungSoo pone los ojos en blanco y suspira, —Reciclo mi ropa y tomo cualquier cosa que este en mi clóset— Quiere decirle a ChanYeol que más bien es una medida de precaución en caso de que el clima sea agradable y todo el mundo esté contento pero que en ese día él se encuentre de mal humor —así que estará vistiendo de negro para celebrar esa ocasión. Y por otro lado, si el clima apesta y todos lucen tristes y lamentables, él ya estará vistiendo de negro para saltar al vagón del “humor miserable”. Sea cual sea, es una situación de ganar-ganar. —También, soy una, auto-proclamada, alma triste y miserable que potencialmente adora a Satanás— dice, agregando un poco de humor negro.
ChanYeol lo mira como si quisiera decir algo pero es lo suficientemente listo como para no hacerlo. A cambio, solo le ofrece a KyungSoo una sonrisa que el menor no puede descifrar en realidad.
Termina concentrándose completamente en sus tareas y KyungSoo disfruta del silencio mientras se sienta a monitorear el progreso de ChanYeol. Disfruta el sabor a mantequilla tibia del croissant derritiéndose en su boca y la dulzura picante del chai latte contra su lengua, con el sonido ocasional del agua golpeando el auto junto con los chasquidos de la esponja contra el parabrisas.
Mientras espera que el auto se seque, ChanYeol empieza a tocar algunas canciones al azar con su guitarra —una de la cuales KyungSoo reconoce, la cual es “Billionaire” de Bruno Mars.
Ni siquiera se da cuenta que lo hace, pero ChanYeol —el siempre tan observador, vista de halcón ChanYeol, lo nota.
— ¡El gran, oscuro Do KyungSoo está tarareando!— exclama emocionado. — ¡Y mueve su pie al ritmo de mi música! ¡Estas son nuevas noticias!
KyungSoo se congela en su silla instantáneamente. —Cállate.
— ¡Esto es genial! —ChanYeol corre a él con una enorme sonrisa en su rostro, llevando consigo la guitarra.
— ¡Calla…te!
—Vamos KyungSoo. Te escuché—dice ChanYeol. —Te escuché cantar. Vamos. Canta algo más.
— ¡No!
—I wanna be a billionaire, so freaking bad, —comienza ChanYeol mientras toca las cuerdas, con los ojos muy abiertos, esperando a que KyungSoo le siga. —No estoy molestándote porque cantas fuera de tono. Te estoy pidiendo sinceramente que cantes porque creo que tu voz es encantadora.
KyungSoo puede sentir las puntas de sus orejas enrojecerse. Las mejillas ardiendo.
Esto es malo.
—Buy all of the things I’ve never haaaad, —agrega ChanYeol monótonamente mientras se acerca a KyungSoo y comienza a repetir el acorde del siguiente verso, persistiendo hasta que KyungSoo gruñe y decide cantar también solo para detener el incesante canto de ChanYeol.
—I wanna be the cover of Forbes magazine, smiling next to Oprah and the Queen, —canta KyungSoo y la cara de ChanYeol se ilumina orgullosamente como en un trance, hechizado.
—And everytime I close my eyes, — KyungSoo continua, y es ahí cuando ChanYeol decide armonizar y KyungSoo sonríe también, inadvertidamente. De hecho podría disfrutar esto.
Esto, lo que sea que sea.
—I see my name in shining light, o-o-oh, a different city every night oh I swear – the world better prepare, for when I’m a billionaire—canta.
—O-oh-oo-oh, —agrega ChanYeol con su voz profunda, a lo cual KyungSoo responde con un — “When I’m a billionaire,” — y repiten esta línea muchas veces hasta que ChanYeol termina la canción con un pequeño riff acústico.
Y luego, silencio absoluto.
—Do KyungSoo—dice ChanYeol unos cuantos segundos después cuando al fin lo ha comprendido. — ¿Por qué?
— ¿Por qué, qué?
— ¿Por qué no me dijiste que puedes cantar?
— ¿Tenía que?
ChanYeol se cruza de brazos. — ¿Lo sabe alguien?
—¿Por qué tendrían que saberlo?
KyungSoo está a la defensiva pero eso no detiene a ChanYeol de tomar gentilmente de sus manos. Los ojos de éste se abren en shock. — ¿Qué diablos estás haciendo?
—Do KyungSoo, — dice ChanYeol con la sonrisa más brillante, — ¿Me harías el honor de acompañarme en el escenario donde canto rap el próximo viernes por la noche?