Ya el sol comenzaba a ponerse y pintaba de un color rojizo el cielo, un viento frio comenzaba a soplar con algo de fuerza, en la casa de seya había un ambiente algo diferente, yuzu, ya sin camisa y con sus pantalones abiertos, sentía como todo su cuerpo se calentaba cada segundo más, esto se debía gracias a que seya estaba bastante juguetón con los pezones de su uke, los lamia, los chupaba y mordía ligeramente para no lastimarle, mientras con su mano rodeaba y apretaba con mucho cuidado el otro. No estuvo mucho tiempo así, solo un par de minutos y paso a lamer el pezón que le apretaba, haciéndole lo mismo en este otro, mientras bajaba su mano, pasando las puntas de sus dedos por el cuerpo en el recorrido, causando un cosquilleo en yuzu el cual sentía en la espalda, como si de un escalofrió se tratase, aunque por alguna razón le gustaba sentirse así, el destino de la mano de seya era el miembro de yuzu, coloco su mano por sobre su ropa íntima y comenzó a acariciarle, claro que cada vez se ponía más erecto, y gracias a esto comenzaba a gemir un poco más fuerte y su sonrojo aumentaba aún más, mientras seguía acariciando aquella sensible parte del uke, seya comenzó a bajar su boca, lamiendo el cuerpo del menor mientras lo hacía, y repartiendo pequeños besos a la vez, hasta que llego a aquel límite de ropa que debía sacar para continuar, seya se levantó y puso su poca visión en la cara de yuzu, podía escuchar como intentaba callar sus gemidos.
-yuzu, déjame escucharte -
pidió seya con una voz bastante calmada, yuzu mantenía sus ojos cerrados, a pesar de saber que seya no podía diferenciarle le avergonzaba demasiado, el tan solo pensar hacerlo con la persona que más amas te causa muchos cambios de actitud y al ser el tímido en el amor lo convierte en esto. Yuzu dejo de callar sus gemidos, le causaba la mayor vergüenza del mundo pero, si era seya quien lo pedía, se lo daría, solo quería ver a su amo feliz y claro está que era yuzu quien quería pasar el resto de su vida al lado de seya, no aceptaría que cualquier chica se quedara con él, de hecho sería mejor que ninguna chica se le acercara.
-i…chi….sama, te…te amo -
susurro entre gemidos el pequeño uke, sus gemidos se debían a las caricias de su seme en esa zona sensible, y tan solo era por sobre la ropa íntima, yuzu sentía como su miembro se calentaba cada segundo más. Seya tocaba esa parte con la punta de sus dedos recorriendo de un lado al otro lentamente y lo apretaba suavemente, deseando sacar más gemidos de su uke, hasta escuchar esas palabras de parte de yuzu, sonrió y se acercó a yuzu para luego darle un tierno beso en los labios.
-yo también te amo, yuzu -
al decir esta frase volvió a besarle, esta vez fue un poco más apasionado el beso, seya introdujo su lengua en la boca de su uke y fue explorando cada rincón, yuzu intentaba seguirle el ritmo pero se confundía debido a lo nervioso que se encontraba y cada vez se ponía más caliente, luego de unos segundos seya dejo de acariciar esa parte de yuzu pero no rompió el beso. Metió su mano bajo la ropa íntima de yuzu y tomo su miembro masajeándolo un poco, esto le saco un gemido algo fuerte al uke causando que rompiera ese beso tan apasionado, al ver que ya no besaba a su uke comenzó a mover su mano de arriba abajo lentamente mientras le apretaba un poco, pero no llegaba a lastimarle, esto sacaba esos gemidos bastante altos, mientras sus mejillas comenzaban a arderle bastante y seguía calentándose cada segundo más, pero más en esa parte. Al escuchar estos gemidos, seya le termino de sacar toda la ropa a yuzu, claro sin detener aquella mano que le estimulaba, al terminar de sacarle la ropa, comenzó a aumentar la velocidad de su mano, apretándole también un poco más, provocando que los gemidos aumentaran.
-i-ichi…sama -
esta frase fue repetida varias veces en tan pocos minutos, los gemidos a veces la interrumpían pero seya solo movía su mano más rápido. Seya se le acerco a yuzu y volvió a besarle sin detener su mano en ningún momento. Seya con su lengua rodeaba la de su uke, la chupaba y seguía rodeándola, yuzu intentaba hacer lo mismo pero se le dificultaba, incluso respirar se le dificultaba, pero debía aceptarlo, él también quería llegar hasta el final, aunque tenía un poco de miedo, quería hacerlo. Seguía en ese juego con las lenguas, solo una cosa los detuvo.
-ichi…sama…me…me… -
antes de poder terminar esta frase, yuzu termino en la mano de seya, la cual claramente quedo llena de ese líquido espeso, mientras yuzu se aferraba a seya mientras intentaba recuperar el aliento, mientras seya cerraba un poco su mano, jugando con aquel líquido, luego de unos segundos en eso, seya acerco su mano y lamio su palma probando lo que tenía allí, dejando a yuzu impresionado y bastante apenado.
-dulce…claro, porque proviene de ti, yuzu -
al decir esto volvió a besar a yuzu, el menor correspondía torpemente mientras colocaba sus manos en los hombros de seya, mientras este le rodeaba con sus brazos por la cintura, apegándole completamente a él, yuzu comenzó a quitarle la ropa dejándole el torso descubierto, cuando termino a hacer esto sintió un ligero escalofrió, seya estaba acariciando la entrada de yuzu, cuando sintió bien los dedos de su seme en ese sitio rompió el beso y le miro algo asustado.
-tranquilo, solo relájate, mi pequeño -
le susurro y entro con su dedo índice mojado en aquel liquido espeso, en aquella pequeña entrada, yuzu se aferró fuertemente a seya mientras dejaba salir todos sus gemidos sin poder callarlos, seya sentía como aquel lugar tan caliente comenzaba a apretarle su dedo. Yuzu coloco sus manos en los hombros de seya para luego recostar su cabeza en el pecho de su amado seme, mientras comenzaba a relajarse un poco y su respiración comenzaba a calmarse, esto le indico a seya que ya se estaba acostumbrando, al verle así movió un poco su dedo abriéndole un poco más para luego introducir el segundo dedo, sacándole más gemidos a yuzu.
-i-ichi-sama…e-esta doli…doliendo -
susurro yuzu sin moverse de la posición en la que estaba, seya comenzaba a mover sus dedos como tijeras claro que eso era para que no le doliera tanto cuando entrara en él, los gemidos de yuzu solo excitaban más a seya.
-yuzu, voy a entrar, debes relajarte -
le susurro en el oído mientras terminaba de sacarse la ropa, yuzu se ponía aún más nervioso, pero quería hacerlo, amaba demasiado a seya. Seya se acomodó y con su miembro rozaba la entrada de yuzu.
-ichi-sama…
susurro bastante bajo que ni fue audible para seya, al decir esto seya entro en yuzu, primero un poco lento pero luego termino de entrar de una estocada, sabiendo que si iba lento le dolería aún más, yuzu dejo salir un gemido bastante alto de dolor mezclado con un ligero toque de placer, el interior de yuzu apretaba bastante el miembro de seya, debido a que el plan de relajarse no le funcionaba.
-yu-yuzu, debes…debes relajarte -
-ichi…sama…due-duele -
yuzu tenía unas pequeñas lágrimas en sus ojos, mientras intentaba relajarse, dejaba salir unos pequeños sollozos los cuales seya escucho, un poco preocupado limpio las pequeñas lágrimas de los ojos de yuzu y le beso en la frente.
-lo siento, mi pequeño…será mejor que lo dejemos así –
Le dijo mientras le acariciaba un poco el cabello a su tierno uke, pero yuzu cuando escucho esto se aferró a seya para que no saliera de él.
-no quiero…lleguemos hasta el final….por favor -
le pidió yuzu mientras temblaba ligeramente, pero aquel dolor iba desapareciendo poco a poco, ya no le dolía tanto. Seya le tomo del mentón y le dio un dulce beso en los labios para luego sonreírle tiernamente.
-ichi-sama…ya….puedes moverte
Al escuchar esto seya se sorprendió un poco pero dio un ligero movimiento y una embestida sacando un gemido de parte de yuzu, le dolía un poco pero iba desapareciendo ese dolor. Seya siguió con sus embestidas, primero eran lentas y cuidadosas pero pasados unos segundos fueron con más intensidad, yuzu gemía algo fuerte pero ya no le dolía, en cambio sentía un inmenso placer, el pequeño uke movía sus caderas inconscientemente. Pasados unos minutos de este intenso juego de placer, seya, sin detenerse, acostó a yuzu delicadamente en el piso, para luego seguir embistiéndole. Al estar en esta nueva posición, yuzu coloco su mano izquierda sobre sus ojos los cuales tenía cerrados, sentía una vergüenza inmensa ante esa situación, pero sin poder detener sus gemidos y suspiros, mientras mantenía su mano derecha cerrada y en su pecho. Yuzu entre gemidos pronunciaba el nombre de su amado con una voz llena de placer, mientras las embestidas de seya se hacían más fuertes cada vez más.
-ichi…sama…me….me siento…raro, no-no puedo -
al decirlo dejo salir un fuerte gemido y arqueo su espalda, terminando en los estómagos de ambos mientras que seya al sentir como yuzu apretaba su miembro se corrió también pero dentro de este. La respiración de ambos estaba agitada pero más la de yuzu, seya salió del interior de yuzu y todo su liquido comenzó a salir también, seya se sentó un poco agotado y fijo su poca visión en su uke, es horrible no poderle ver en ese instante, pero podía imaginárselo por los ruidos que hacía, eso le hizo poner una sonrisa.
-ichi-sama porque sonríe? -
pregunto yuzu mientras se sentaba pero al hacerlo dejo salir un pequeño grito de dolor, llamando la atención de seya.
-yuzu estas bien?
Pregunto seya bastante preocupado por aquel grito que había dado su amado uke
-es solo que me duelen un poco las caderas -
respondió yuzu y al escuchar esto seya comenzó a reírse, haciendo que yuzu se molestara un poco, en ese momento alguien toco la puerta, dejando bastante nerviosos a ambos.
-ichi-sama, yuzu-sama se encuentran bien? Escuche un grito -
dijo una de las maids, yuzu comenzó a vestirse rápidamente a la vez seya hacia lo mismo claro que bastante rápido, lo más que podían.
-amo, entrare estoy bastante preocupada -
dijo y cuando iba a abrir la puerta seya abrió primero un poco, tenía su yukata puesta ya pero todo su pecho estaba visible a su maid la cual se sonrojo ante tal cosa
-yuki-chan estamos bien, no tienes que preocuparte -
Explico seya sin abrir la puerta completamente solo se veía el, debido a que yuzu aun terminaba de vestirse, pero ya estaba por terminar, claro que esa visión era bastante seductiva y la maid desvió la mirada.
-l-lo lamento ichi-sama….disculpe mi atrevimiento, pero se ve muy sexy -
dijo la chica y yuzu termino de enojarse abriendo la puerta por completo de una buena vez, pero ya estaba vestido
-yuki estamos bien, ya lo sabes, así que ve a hacer tus labores -
dijo yuzu bastante celoso mientras miraba a la maid fríamente, la chica solo hizo una reverencia y se fue. Seya al ver esto volvió a reír y alboroto el cabello de su uke, el cual desvió su mirada sonrojado.
-tranquilo yuzu, yo solo seré tuyo, no debes preocuparte -
le dijo y lo abrazo mientras seguía acariciando su cabello, el sonrojo de yuzu aumentaba en esa situación pero no se movía de su sitio.
-me iré a dar una ducha -
susurro yuzu y seya sonrió tiernamente pero no le soltó
-estarás bien o necesitas que te lleve cargado? -
al decirlo yuzu termino de sonrojarse por completo, claro que al sentir tanta vergüenza se alejó de seya.
-puedo llegar yo solo, gracias -
respondió algo molesto ante el ofrecimiento, pensaba que seya le desafiaba pero ya no le dolía, yuzu dio un pequeño paso pero se detuvo, no se movió, seya quedo inmóvil escuchando todo para saber que ocurría.
-d….duele!! -
dijo yuzu en voz alta y se agacho en el piso mientras seya comenzaba a reír por esa linda actitud en su uke y este le miraba bastante enojado sin percatarse de que ya había anochecido por completo.