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El lobo y el leñador por Eliann

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Parte 2

A la mañana siguiente cuando ambos se despertaron comenzaron su mañana normal a excepción de algo cuando estaban desayunando tocaron a la puerta, lo cual molesto al leñador no quería que tan temprano en la mañana lo anduvieran sacando de quicio. Pero así fue allí estaban sus dos hermanas, el lobo tomo nuevamente su forma animal, mirando a aquellas dos jóvenes.

 

-No, no, no y es mis respuesta definitiva –Iba a cerrarle la puerta en la cara, pero la de verdes cabellos lo detuvo –

 

-Espera un momento Gakupo, escúchame a mí primero –Le dijo el mayor solo bufo mirándole –lo que tú no quieres es casarte con Rin ¿verdad? Bueno, no tendrás que casarte con ella… aunque eso nos pone en problemas, no te verás en la necesidad de estar casado con ella, además, podrán permitir al lobo en la casa –Miro hacia Kaito para suspirar –

 

-Y no me molestaran más –Profirió –

 

-No, no te molestaremos más –Contestó las de violetas cabellos –

 

-Y si aún no estoy de acuerdo en ir –Respondió –

 

-Pues entonces, el pueblo se enterara de que andas protegiendo a un hombre lobo, a pesar de que esos nos causaría un riesgos a nosotras estamos dispuestas a correrlo, después de todos, tendrás los mismo lujos de antes y si tan perdidamente estás enamorado de ese lobo, pues podrán vivir en la casa con tranquilidad sin que nada ni nadie le moleste –Chantajeo Gakuko, las mejillas de Gakupo solo obtuvieron un ligero rubor al verse descubierto –

 

-Está bien… solo... por el bien de Kaito –Contestó, Kaito quien había estado escuchando todo, pensó que ya no era necesaria tener esa forma con ellas y opto por tomar su forma semi-humana –

 

-Gakupo –Profirió el contrarió solo le sonrió –

 

-Mejor ve preparando tus cosas para irnos Gakupo, porque… están por tomar la casa –Dijo Gumi, la alternativa que habían tomado era demasiado apresurada realmente no sabían si ese lobo se podía transformar o no… pero al parecer cayeron en lo correcto –

 

-No, yo llamare a los sirvientes para que recojan las cosas… ustedes váyanse… no quiero que Gumiya tome lo que nos pertenece por derecho –Contestó Gakuko –

 

Y simplemente se marcharon Kaito había vuelto a tomar su forma de lobo, aunque le costó mucho subirse en el carruaje porque no le gustaba en lo más mínimo esas cosas. Todo el tiempo miraba por la ventana era la primera vez que veía el pueblo, a pesar de que estaba repleto de los seres que le desagradaban, al llegar al destino, unas grandes puertas se abrieron con el emblema de una katana atravesando un corazón. Aquel lugar parecía un enorme palacio era más grande que la cabaña, tenía hasta su propio bosque, y diferentes flores de exquisitos aromas… simplemente era glorioso aquel lugar.

 

Al entrar en aquella casa observo a un hombre de cabellos grises y ojos robos vistiendo un atuendo formal, al parecer las chicas tenían preparado todo para la llegada de su hermano, pues hasta los papeles estaban listo, cuando llego dicho hombre de nombre Gumiya solo pudo molestarse, pues quería tomar aquella casa pero no pudo pues ya había sido reclamada por Gakupo, quien era el heredero legítimo de esta.

 

Ahora tenía que estar nuevamente en aquel lugar, que le traía tantos recuerdos de soledad y templanza, soltó un suspiro de caminar nuevamente por aquellos pasillos siendo seguido por el lobo a su lado. . . llego hasta su habitación para que Kaito tomara su forma semi-humana.

 

-¿te encuentras bien? –Pregunto –

 

-. . . hace tanto que no estoy aquí –Contestó con melancolía en su voz –

 

-Ahora yo estoy a tu lado no te sentirás más solo –Profirió el lobo sentándose a su lado y acostándose quedando su cabeza en el regazo de este –

 

-¿no extrañas tu libertad? –Le pregunto –

 

-No.  .  . No la extraño –Musitó con los ojos cerrados –pensé… que si… que lo haría pero… desde que estoy contigo he pensado en ello y me he dado dé cuenta de que no necesito ya de tal cosa… que estoy satisfecho estando a tu lado

 

-¿qué significa eso exactamente? –Comentó acariciando aquella azulina cabellera del lobo –

 

-Que te amo –Expresó sin chistar siquiera, eran palabras realmente sinceras las que habían salido de sus labios –Te amo y no ansió dicha libertad, porque eso significa que me iré de tu lado y no te volveré a ver… si es así entonces no valdría la pena tan ansiaba palabra seca

 

-Kaito –Susurro completamente sorprendido para sonreír –Yo también te amo –Sonrió feliz mirando aquellos ojos azules mar –

 

-Entonces todo estará bien, ya deja esa expresión de desbordante melancolía, yo no me iré me quedaré contigo para siempre… los lobos somos leales a nuestra palabra debes de creerme –Habló levantándose quedando ambos mirándose a los ojos –

 

-Te creo –Musitó para que sus labios fueran sellados con los del lobo, un beso casto y lleno de amor, hasta tener que separarse por la falta de aire, pero eso no impidió la necesidad de otro ansiado beso, lo iban a volver a hacer pero se vieron interrumpidos por una sirvienta, las mejillas de ambos jóvenes se encontraban completamente rojas y cada quien miraba a un lado remoto de la habitación mientras las cosas del más alto eran llevadas a la habitación y colocadas en orden –

 

-Tengo… que… tomar mi forma de lobo ¿cada vez que salga de la habitación? –Pregunto –

 

-No, si eso sale de boca de alguien, les irá mal –Contestó ahora el ex leñador –

 

Y eso había pasado el lobo se paseaba con tranquilidad por la casa y por el jardín, sin necesidad de tener su forma animal, aunque algunos sirvientes le tenían miedo otros ya se habían acostumbrado a su presencia tanto que se había hecho amigos de algunos allí.  Cuando su pareja tenía que marcharse por viajes de negocios no le quedaba de otra más que quedarse, aunque muy poco trataba con las hermanas de su pareja. . . y en realidad le incomodaban ambas jóvenes prefería pasear por el jardín o estar acostado entre los rosales absorbiendo las dulces fragancias.

 

Se daba la gran vida, no tenía responsabilidades ni cosas que hacer… pero eso también le aburría tanto que a veces se ponía a ayudar a los demás trabajadores de la mansión. . . más a los que había tomado como sus amigos. Claro que no faltaron los prejuicios y quienes hablaran. Pero eso no le importo en lo más mínimo.

 

Los años iban pasando en aquel lugar, la pareja vivía tranquila y era feliz estando junta… las hermanas pronto terminaron marchándose al conseguir a sus esposos pero no era que faltaban pues a veces la tenía allí por varios días.

Pero siendo un hombre lobo él vivía más tiempo que su pareja, para lo que le pareció demasiado pronto tuvo que despedirse de él. . .

 

-Gakupo –Susurro el nombre de su acompañante quien con una mano temblorosa tomo la suya –

 

-Gracias… por… haberme acompañado todos estos años. . . y nunca haberme dejado solo… perdóname… por ser yo quien deba hacerlo –Musitó con tristeza en su voz –

 

-No digas esas cosas. . . sabes que no es tú culpa –Contestó, intentado que sus ojos no se volvieran acuosos pero lo estaban haciendo y el nudo en su garganta que se sentía agrietada no se iba –. . . ese… es el ciclo de la vida

 

-Aun así perdón –Susurro –Te amo –Aquellos zafiros le miraban con amor y tristeza al mismo tiempo por dejar solo a su pareja –

 

-Yo también te amo. ..  Te amo mucho… mucho Gakupo –No pudo contener más las lágrimas y se echó a llorar –te amo demasiado… has llenado mi corazón día a día con tu amor… y sé que no será borrado con facilidad.

 

-Perdón –Volvió a decir dejando un beso en aquella jovial mano distinta a la suya, y beso aquellos labios carmines pertenecientes a su pareja, cerró los ojos con una sonrisa en sus labios –

 

-¿Gakupo? –Musitó, coloco su cabeza en el pecho del contrarió sin escuchar latido alguno, comenzó a sollozar más y más en aquel cuerpo que una vez fue tan cálido y ahora desprendía frío –

 

Entre varios sirvientes tuvieron que separarle del cuerpo de su pareja no se quería despegar de él… pero aun así lo obligaron quería quedar con ese cuerpo frío y morir a su lado… pero no podía… después de aquel funeral la casa, se quedó con los hijos de las hermanas de su pareja… y sus nietos… por unos años se quedó en aquel lugar en aquella habitación reviviendo noche tras noches, las caricias y los besos. . . los abrazos y los susurros de te amo. Hasta que no lo pudo soportar más y solo se fue de allí.

 

Al parecer su destino. . . no era estar acompañado era estar solo. . . por algunos años se dedicó a buscar a sus familiares a su manada… pero aunque viajara por distintos lugares del mundo… no los consiguió. . . Entre la primavera, el verano, otoño e invierno… que le parecían ya estaciones vacías… entre la época de las implacables lluvias… que se compadecían de aquella solitaria alma viviendo de recuerdos. Se quedaba no más que con un alma rota… tras una despedida agonizante…

 

Viajando por uno de los frondosos boscajes se encontró con un joven lobo… había caído en una de las tantas trampas de los humanos y estaba completamente herido. Intentaba salir de aquella trampa pero mientras más lo intentaba más reabría aquellas heridas… hasta que aquel lobo se volvió un hombre lobo, intentado escapar de allí. . . sus ojos se abrieron como platos al reconocer aquella larga melena violeta. Estaba en un hoyo atrapado, con un alambre de púas que terminaba de herirlo. Se acercó al borde del hoyo para abrirlo y tratar de sacarlo.

 

-Toma mi mano –Profirió extendiéndosela, por un momento aquel lobo dudo para tomarla y poder salir de aquella trampa –

 

-Gracias –Contestó al haber salido, a pesar de que en esos momentos su vista se estaba tornando borrosa –

 

-No hay de qué –Respondió –Déjame ayudarte con tus heridas –pero el contrario no pudo ni protestar cuando había caído inconsciente por su ardua lucha de salir de esa trampa –

 

A pesar de que aquel lobo pesaba, lo termino llevando a una cueva que estaba solitaria recogió algunas hiervas del bosque que le ayudarían a sanar sus heridas además de que estas no se infectaran y con eso cubrió el cuerpo del herido… esperando a que despertara.

 

-Ah –Soltó al estar consciente y que su cuerpo le trajera todo el dolor –NGG –Se quejó, observando que estaba en una cueva y sentía aquel olor del lobo que le había ayudado –

 

-Es bueno que despiertes –Se auscultó, al incorporarse un poco observo aquel cerdo que estaba cocinado en la fogata el lobo –

 

-¿por qué? ¿Por qué me ayudaste? Si ni de tu manada soy –Profirió confundido –

 

-… te veías indefenso… débil… al borde de la muerte, simplemente no podía dejarte de esa manera… no me daría calma mi conciencia si te abandonara de semejante forma –Comentó aquellas palabras que le había dicho quien amaba cuando se conocieron –

 

-oh –Musitó –

 

-Anda ven a comer –Expresó con calma –necesitas reponerte

 

Se levantó con lentitud y quedo sentado al lado de la fogata. . . observando que el cerdo había sido sazonado con especias.

 

-¿Cómo te llamas? –Le pregunto mientras le extendía un pedazo de cerdo –

 

-Gakupo…Kamui –Respondió mientras tomaba el cerdo y comenzaba a comerlo simplemente era delicioso – ¿y usted?

 

-Kaito Shion –Contestó, observo nuevamente a aquel joven lobo para sonreír –“si te han puesto nuevamente en mi camino, pero esta vez para que estemos juntos por siempre… no he de desperdiciar esta oportunidad que me fue dada nuevamente”

 

Aquella historia que se repetía ahora de manera distinta… pero sabía que siempre estaría… con quien su corazón amaría y esta vez solo, jamás lo dejaría.

 

Fin…

Notas finales:

Como siempre espero les haya gustado y por favor comenten

si le gusto, si no le gusto, ¿que les parecio? me retiro

sayonara 


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