Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No fue mi culpa por Liyis

[Reviews - 144]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mazapanes!!

Vengo con actualizacion y ya subi la linea del tiempo donde vienen los capitulos en el orden :P lo pueden ver en nuestra pag en face, el link esta en el resumen o en nuestra cuenta aqui.

Ya no les quito el tiempo.

Disfruten

Me duele todo mi cuerpo, me siento muy mal, siento tanto dolor, me gustaría dejar de existir, dejar de sufrir pero no puedo dejarlo porque no lo merezco.

 

Su mañana no había empezado nada bien, estaba en el piso de su recamara con grandes raspones que se había hecho en sus antebrazos, como cuando te caes de una bicicleta o patineta sin protecciones y te estampas contra el pavimento. Solo que él no estaba en ninguna bicicleta. Eliot lo había hecho caerse en la entrada y termino raspando sus brazos.

Estaba sentado en el piso con un trapo húmedo limpiando sus heridas. Tenía que ir a la escuela. No quería ir realmente pero después de lo que le hiso Eliot no quería estar en la misma casa que él.

Se metió a la ducha y dejo que el agua mojara su cuerpo mientras se abrazaba a sí mismo, tiritando y tratando de conservar el calor. Sanando y relajando cada herida. No es fácil. Nunca es fácil.

Se recargo en el azulejo observando el vapor que cubría todo. Esa punzada en su corazón. El realmente quiere a su hermano ya sabía que era más que simple relación fraternal. Entonces ¿qué fue lo que hiso para que su hermano lo odiara así? ¡Oh! si, ya lo recordaba, haber matado a tus padres no es algo fácil de perdonar ni tampoco de olvidar. Pero el enserio lo quiere, enserio lo necesita.

Salió de la regadera y se puso una pomada de más en sus heridas. Ya que se había vestido y arreglado (o al menos haber ocultado bien sus heridas), tomo su mochila y salió de la casa. Se puso sus auriculares a máximo volumen y se puso la capucha. Camino con la mente perdida sintiendo el dolor aun en sus brazos y piernas a cada paso.

 

 

Al entrar a la escuela todos lo miraron. Si quien no miraba al más idiota de la escuela, alguien que no puede resolver una simple ecuación de matemáticas y que los maestros desearían tener a un alumno menos escandaloso.

El solo los ignoro no quería pensar en ellos. Siempre fue más bajo que los demás, no era muy inteligente, así que lo molestaban un poco por eso. Pero podía pasar desapercibido en grandes cantidades de gente y los momentos en los que tocan la campana es suficiente para que todos corrieran sin prestarle atención.

Entro a su salón, todos estaban ya adentro y las miradas se encontraron con la suya,  se sentía como un bicho raro en observación, ¿dónde se sentaría? Solo había un lugar al frente y él tenía la costumbre de estar atrás. Adelante los profesores lo verían como presa fácil para representar su idiotez y eso lo molestaba.

Termino sentándose ahí. No quiso cambiar con nadie aparte parecía que nadie le cambiaría el lugar. Si ellos estaban enterados de la temprana muerte de los padres de uno de sus compañeros pero unos lo tomaban sin importancia y los “amigos” que se supone que tenía dejaron de hablarle.

 

 

El transcurso del día fue muy pesado. A la primera hora tuvo química. No sabía cómo balancear compuestos y tenía que resolverlos enfrente del salón. A la segunda fue español, ¿para qué hablar sobre cómo hacer que cosa al escribir? Y ¿porque tratar de saber cuáles son las enseñanzas de un libro que el apenas entendió? No importaba nunca sabría si eran verdad a menos que el autor del libro le dijera en persona que ese era su motivo.

A la tercera fue historia. Su peor materia con trabajos en equipos, la costumbre de esa profesora. A veces pensaba que ella era la que más lo odiaba, siempre dejaba que hicieran equipos entre amigos y sabía que él no tenía amigos.

La cuarta hora fue de matemáticas. Sentía que moría solo. Frustrándose tratando de entender y resolver un problema que por más que intentaba no lograba verle un sentido y nadie lo ayudaba.

La quinta y sexta hora, no tuvo clases. Así que estuvo sin hablar con nadie solo pensando en su hermano. ¿Qué hacía? ¿Prendía el móvil o no? Lo había apagado al entrar y lo más seguro era que su hermano haya llegado a casa ya. Tenía miedo de ver esas llamadas perdidas y menajes no leídos de su hermano amenazándolo con matarlo como venganza por cualquier motivo, desde ese día, siempre buscaba una excusa para herirlo.

¿Cómo podía sufrir tanto un chico de 15 años? Y el regalo de cumpleaños de la única persona que le podía dar algo fue la paliza de su vida.

Llego la última hora. No se sentía seguro. Esas dudas, quería irse pero también quería quedarse, no había un lugar donde se sintiera seguro.

-Adrián- habla el profesor interrumpiendo sus pensamientos.

-¿eh?- todos empezaron a reír, se había perdido no sabía que había pasado ni cuando había llegado el profesor.

-Ya que pareces muy atento a la clase, pasa al frente y explica el programa de televisión sobre la gobernadora que les deje ver anoche- se quedó estático, no quería pasar al frente -¿qué esperas? O ¿necesitas ayuda?- tal vez un poco no le haría daño.

Se puso de pie disimulando un poco el dolor, lo único bueno es que no lo había golpeado en la cara, pero no había visto el programa estaba demasiado ocupado aguantando el dolor de los golpes de su hermano. Aunque aun así no la hubiera hecho.  Se paró enfrente de todos, sus miradas, ¿porque de repente le ponían atención?

-Comienza a explicar-

-Bueno.... Yo- sintió que sus mejillas se sonrojaban por la pena, estaba nervioso -Yo... Yo no lo vi- 

-Quédate de pie- el solo asintió bajando la mirada -¿Quién si vio el programa?- una chica al fondo levanto la mano y el profesor le dio la palabra. Empezó a explicarlo pero él seguía en otro mundo. Termino de pie toda la clase. No lo dejo sentarse porque cada que le preguntaban algo lo respondía mal.

Se lo esperaba, había profesores más crueles que te dejaban de pie toda la hora si no te levantabas en cuanto ellos pasaran al salón. Como si les tuvieses que rendir tributo.

 

Su camino a casa fue lento. Solo observaba lo que sea de la ciudad. Solo respiraba. Tratando de recordar... Recordar a sus padres, recordar a su familia, recordar cuando él y su hermano jugaban de niños, tener un hermano que es mayor que tú por 7 años no es muy divertido para unas personas, pero el tiempo en el que estuvo con él fueron momentos sumamente felices.

Al tener problemas de déficit de atención e hiperactividad nunca tuvo una relación fácil en la escuela, se podría decir que a veces le asustaba ir, desde pequeño, pero tenía a su familia, si no tenía una buena relación en la escuela la tenía en su hogar, pero ahora ese hogar estaba quebrado.

 

Entro a casa. Estaba vacía, su hermano aún no estaba. Eso lo alivio un poco pues estuvo al pendiente de eso todo el tiempo. Camino hacia la nevera y saco algo de leche, se sirvió un vaso y la bebió sin mucha prisa. Solo faltaba ser fuerte para no soltar a llorar en ese momento.

 

Eliot estaba en el trabajo, en una oficina grande, enredado en papeles y frustrado. Seguía concentrado en la montaña de documentos alado suyo cuando tocaron a su puerta.

-Saludos nuevo presidente de manufacturas Miller- un hombre de su misma edad entro a la oficina, cantoneando y con una sonrisa. Tenía un cabello rubio corto y despeinado que lo hacía verse guapo y confiable.

-¿Qué quieres Héctor?- pregunto con fastidio.

-Vamos ¿estás de amargado? Solo vengo a saludarte y a hablar un poco, ¿cómo está Adri?-

-No te interesa- la simple mención de su hermano le molesto.

-Oye ¿espera que sucede? ¿Te peleaste con él? No te preocupes son cosas de hermanos ya sabes cómo se comporta Rebeca con migo- Eliot se puso de pie y comenzó a caminar por la oficina –De acuerdo… se nota que no quieres hablar-

-No, no quiero-

-Bueno, vengo a avisarte, estaré fuera de la ciudad con mis padres y Rebeca durante un tiempo. Será un año aproximadamente, mamá solo quería que supieras que si necesitabas algo o Adri también podían llamarle, yo regresare en 9 meses.

-¿Por qué se van?- pregunto curioso.

-Problemas con la empresa en inversiones extranjeras. Oye ¿dónde has estado? Este tema es serio, deberías saberlo, te avisaba para que supieras que te ayudaría-

-Lo siento… solo lárgate y despídeme de tus padres-

-De acuerdo- dijo el güero mientras se dirigía a la puerta -nos vemos Eliot y… ser un poco comprensivo con Adri, debe estar pasándola mal- claro que la pasaba mal de eso se estaba encargando el mayor y no estaba decidido en dejarlo. Héctor salió de la oficina despidiéndose con un movimiento de manos.

Eliot volvió a sentarse en la silla de su escritorio para seguir recogiendo papeles, tomo unos sobres de archivos para meterlos en un cajón, cuando abrió este encontró una libreta pequeña. Dejo los papeles en el cajón y saco la libreta, probablemente era de su padre. No le quiso abrirla por el dolor que le hacía recordarlo y solo la guardo en su portafolio.

Se recostó en escritorio y miro la foto de su familia, una fotografía que había sido tomada días antes del accidente. La tomo y la metió dentro de otro cajón, quería ocultarla y olvidarse de cualquier problema.

Pasando unas horas tomo sus cosas y salió de la oficina. Había dejado la mitad del trabajo pero ya estaba cansado, eran como las 5 de la tarde y tenía hambre, sabía que no había nada de comer en la casa, así que paso a un restaurante.

 

Después de comer se dirigió a su hogar, si se le podía llamar de esa manera. Estaciono el auto y entro a la casa quitándose el saco el cual lo dejo en el sillón, cuando noto un pequeño bulto en él.

Era Adri, no tenía que comer en el día así que se quedó esperando que Eliot llegara para poder comer algo y se quedó dormido, quería preguntarle pero le daba miedo saber la respuesta del mayor o que lo dejara sin comer.

Eliot solo miro al niño mientras dormía. Le molestaba su presencia, le molestaba todo lo que hacía, ye tenía suficiente estrés en el trabajo.

-Eliot…- era la voz de Adri, había despertado el cachorro y ahora lo llamaba por comida -Eliot… tengo hambre- El mayor lo miro ligeramente, con el odio en la mirada que el más bajo pudo notar.

Adri ya no quiso preguntar más, eso había sido suficiente, esa mirada había sido suficiente para que se callara y se mantuviera quieto solo esperando.

Ya sabía lo que significaba “no hay comida para ti tendrás que aguantarte”. –De acuerdo- dijo en un susurro. El silencio en la sala se mantuvo, cuando se escuchó una musiquita peculiar a gran volumen que asusto al menor y enojo al mayor.

Adri reconocía ese tomo, era la alarma de su celular. Le dio una sonrisa nerviosa al su hermano que lo miraba con frialdad y se levantó a buscar su celular.

-¿Quién te llama?- pregunto Eliot molesto.

-Na- nadie- empezó a buscar entre los sillones con rapidez y nerviosismo pero no lo encontraba –Esto…- dijo hasta que encontró el cable de sus audífonos, pero estaban desconectados.

A Eliot le desesperaba que Adrián no pudiera encontrar el maldito aparato y contesta a quien sea que le llamaba ¿Quién le llamaba? Ese niño no tenía amigos él lo sabía, uno de los grandes problemas con él, ¿¿Quién podía llamarle entonces?? Encontró el celular en la mesita alado del sillón y lo tomo, Adri seguía buscando ahora revisando su mochila.

Eliot apago la alarma, solo era eso. Aprovecho la distracción y reviso las llamadas que antes había recibido, tenía dos llamadas perdidas de Rebecca, que Adrián siguiera comunicándose le molestaba. Guardo el celular en la bolsa de su pantalón y se dio la vuelta.

-No lo encuentro…- Adri estaba preocupado. –Eliot- dirigió su mirada a su hermano pero ya no estaba en la sala.

No encontraba su celular, se lo había regalado sus padres, había perdido tres antes y sus padres decidieron comprarle ese como última oportunidad, quería demostrarles que lo cuidaría, que podía mantener algo y no echarlo a perder a la primera, ya llevaba 5 meses con ese teléfono, la prueba eran 6 y así podría demostrar que podía cuidar sus cosas.

Se sentó en el sillón un momento. Ya no quería buscarlo, aunque estuviera todavía en la casa, no tenía caso.

Cansado de esperar también se fue  a su habitación. Se ocultó debajo de las cobijas tratando de dormir pero no podía hacerlo. Sentía que algo se le olvidaba. Se puso de pie y volvió a bajar a la sala, reviso la hora, 8pm.

Era muy temprano para dormir todavía. Se dio un golpe mental y tomo su mochila, aun recordaba la tarea y esta vez si la haría bien.

Notas finales:

Ojala les haya gustado

Pues muy pronto voy a entrar de nuevo a la escuela, lo se han sido las vacaciones mas cortas, asi que tal vez me tarde un poco mas en actualizar porque estare en turno vespertino (por mi mala suerte) pero no se preocupen, no abandonare esto para nada.

Solo les doy este aviso.

Besos y abrazos digitales.

(Cualquier cosa que tenga que ver la vida de Adri en la escuela con mi realidad es pura coincidencia) XP


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).