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No fue mi culpa por Liyis

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Notas del capitulo:

Hola mazapanes!!

Aqui traigo un nuevo capitulo, este y talvez los proximos dos seran continuos, espero que no se aburran porque siento que se desesperan... bueno da igual

Disfrutenlo

Todo lo que hago cada vez se vuelve más estúpido. Siento un dolor punzante en mi cabeza, que me lastima. Comienzo a actuar por impulsos. Sé que lo que hago me llevara a sufrir más de lo que ya lo hago, pero ya no sé cómo pesar para poder hacer mejor las cosas.

 

Eran las 6 de la mañana, el sol que salía por la ventana hiso que se despertara, poniéndose de pie, sacando las cobijas. Bajo lentamente las escaleras aun con la piyama puesta y camino a la cocina, el candado seguía puesto. Lo jalo en vano, no conseguiría nada.

Escucho el sonido del agua correr. Eliot debería estar bañándose. Corrió hasta la sala y comenzó a recoger los cojines del piso que había dejado tirados. Sacudió los sillones, quito la basura de la mesa, barrio un poco el piso y tiro las flores secas que habían decorado el lugar unos momentos, sus manos mostraban vendajes que estaban algo sucios. En cuanto termino de ordenar la sala Eliot había bajado las escaleras.

Miro a Adri que lo observaba de manera, podría decirse, suplicante. Camino por la sala y entro a la cocina, seguido del menor. Llevaba consigo unas llaves con las que abrió el candado del refrigerador. Adri se sentó en la mesa con la mirada baja y sin hablar.

Eliot saco de la nevera todo lo necesario para cocinar y así comenzó a hacerse un desayuno normal. Adri esperaba paciente pero podía notar como lo que se cocía en la sartén no iba a ser suficiente para dos y el mayor ya le había dado una mordida a la manzana que había sacado. Solo quedaba una naranja

El mayo se sirvió unos huevos revueltos en un plato el cual dejo de lado del sartén en la barra y tomo la naranja, se acercó a Adri, podía notar como el menor no apartaba la vista del plato. Con una sonrisa ladina puso la naranja en la mesa donde estaba sentado el menor.

-Tu comida de hoy- Adri fijo su vista a la naranja que tenía enfrente y la tomo de manera temblorosa. –No te quiero ver aquí lárgate-

-…Eliot- dijo el menor, intentaba hablar con su hermano, trataba de convivir con él.

-Te dije que te fueras- le dijo acercándose más, Adri no se movió del lugar y levanto la mirada. Su cabello llegaba a cubrir ligeramente sus ojos. Pero podía notar el color verde que se asomaba.

-E-Eliot…- su voz se cortaba y hablaba apenas en un pequeño susurro. Elio se molestó y lo tomo del brazo haciendo que se le callera la naranja al menor y lo levanto bruscamente. Lo fue empujando hasta la salida pero el menor se zafo de su agarre y regreso al  mismo lugar. Eliot no lo dejo correr mucho, logro alcanzarlo y lo sujeto con fuerza del cabello, llevando su rostro para atrás.

Adri cerró sus ojos y le dio un golpe al mayor en el estómago con su codo. Eliot lo soltó con el imprevisto. Adri volvió a correr con miedo y se tropezó, trato de sostenerse y accidentalmente toco el sartén con su mano, llevándose un dolor punzante al quemarse y por reflejo al separar su mano tiro al piso el plato con la comida de Eliot.

El mayor irradiaba furia. Una de las tantas idioteces que cometía el más bajo, el cual ahora estaba en el piso sosteniendo su mano y con los ojos cerrados. Eliot fue hasta él, pero de nuevo el más bajo se alejó, se metió debajo de la mesa y tomo del piso la naranja que se le había caído. Mientras sus lágrimas empezaban a salir.

Su venda estaba quemada pero lo protegió ligeramente por lo que estaba agradecido. Trato de abrazarse pero el mayor alcanzo a sacarlo de la mesa y le tiro un golpe en su ojo derecho. Lo que seguía era que se pusiera morado.

Adri ya no se movió, sujetaba con fuerza la naranja y trataba de aguantar el dolor de su mano y su ojo. El mayor hiso que se pusiera de pie y lo llevo a rastras hasta el cuarto del menor, abrió la puerta y lo aventó cerrando la puerta una vez que lo vio caer en la cama.

Ese niño comenzaba a pasarse de la raya. Todavía recordaba el pequeño suceso de la semana antepasada con el tipo del parque. Se recargo en la puerta y pudo escuchar el sollozo que provenía del otro lado del muro. Un sollozo que trataba de ser ocultado. Para que nadie más lo escuchara.

Un poco más calmado bajo las escaleras y miro la cocina, ahora era un desastre y Adrián se encargaría de limpiarlo. Miro la sartén recordando la quemadura que se había llevado el menor. Pero no le importaba, se lo tenía merecido.

Ya no tenía ganas de comer nada. Tomo sus cosas y salió para el trabajo. Estaban a punto de ser las 8 de la mañana.

 

 

Adri seguía en su cuarto sentado en el piso recargado en su cama respirando con agitación. La aceleración de su respiración y el tiritar de su cuerpo lo delataban. Esperaba más golpes. Pesaba que lo golpearía como otras veces pero solo fue su ojo. Se sintió aliviado.

Trato de ponerse de pie pero su mano le dolía mucho. No sabía qué hacer con las quemaduras. Camino hasta su baño y desenvolvió su mano de la venda, unto pasta de dientes en la marca roja que había quedado en esta, fue en la parte de arriba, sin llegar a su palma y no lo vio tan grave.

Estuvo en su cuarto una hora más. Solo por precaución aunque hace mucho que había escuchado el sonido del auto irse. Salió de su cuarto con cuidado, cuando noto que no había nadie, bajo las escaleras hasta la cocina y comenzó a limpiar todo el desorden. Ya que estaba ahí, aprovecho para comer su naranja.

Lo más seguro es que era lo único que tendría de comer.

Cuando termino se seguí sintiendo insatisfecho, aún tenía hambre, giro su cabeza hacia el refrigerador y vio que no tenía candado, una sonrisa inconsciente apareció en sus labios, ni siquiera lo noto.

Camino al refrigerador y lo abrió. Realmente no había mucho, pero para él era el paraíso, empezó a sacar fruta, jamón y salchichas, tomo queso y algo de guisado del día anterior y comenzó a comer todo lo que pudo con desesperación.

Así estuvo un rato hasta que se llenó. Aunque empezó a sentir que ya no le daba tanta hambre como antes. ¿Se había acostumbrado? Era lo más probable. Guardo lo que quedaba de nuevo en la nevera. No había sido mucho, pero sentía miedo de lo que Eliot le haría al enterarse. Pero ya no aguantaba el hambre.

 

Salió de la cocina, de nuevo estaba solo. Así que empezó a hacer lo que todos los días.

Entrar a la biblioteca y tomar un libro, el que sea, al menos para tratar de distraerse se había vuelto una rutina. Cuando sabia cual elegir, entraba al cuarto de sus padres y empezaba a leerlo. Siempre tratando de no quedarse dormido, tenía que dejar el libro en su lugar y acomodar cualquier cosa fuera de lugar en la habitación, para que Eliot no se diera cuenta. Tenía varios días haciendo lo mismo y en las tarde ver televisión en el cuarto del mayor, llego a convertirse en su día a día.

 

Eliot estaba en su oficina solo faltaban un par de horas para que acabara el trabajo, ese no era un día tan agotador, ni lleno de trabajo como los demás estaba tranquilo, pero todavía recordaba la mañana tan mala que había pasado.

Termino de revisar unos cuanto informes cuando reviso la fecha, estaban a mediados de Noviembre, sentía que algo importante pasaba en esas fechas pero no lo recordaba bien, el hecho de que algo se le olvidaba apoderaba a su mente cuando el teléfono de su oficina comenzó a sonar y rápidamente contesto.

-¿Qué sucede Yadira?- le pregunto a su secretaria que tenía una voz algo nerviosa.

-Se-señor es su primo…-

En ese momento las puertas de su oficina se abrieron dejando ver a un joven de cabellos rubios, el cual había entrado a esta como si fuera la suya –¡¡H0la!!- saludo muy animado.

-¿Qué carajo…? Héctor ¿Qué haces aquí?- pregunto colgando el teléfono y levantándose de su asiento.

-Oye deberías recibirme con más encanto- dijo indignado.

-¿Cuándo llegaste?-

-Apenas hace dos días, te estuve llamando por teléfono a tu casa pero me dijo que estaba desconectado-

-Y ¿porque no marcaste a mi celular?- Eliot había desconectado el teléfono para que Adri no hablara con nadie en la casa.

-¡Te marque! Pero no me contestabas- saco su celular mostrando todas las llamadas que había realizado -También le marque a Adri pero el numero estaba fuera de servicio-

-Como sea- dijo tratado de evadir el tema- ¿Resolviste el problema de inversiones extranjeras?-

-Ya esta hecho- tomo asiento con una sonrisa de oreja a oreja - pero mi padre se quedara haya unos meses para dejar en claro la situación, te envié el reporte por correo, todo se resolverá al cien por ciento en cuanto se termine el ciclo, que será el próximo año, pero por ahora no nos molestaran.

-Perfecto- dijo con una sonrisa ladina, sentándose también.

-Y cuéntame ¿qué han hecho ustedes estos días? Ya casi no me cuantas nada-

-No tengo porque hacerlo y si no te has dado cuenta hay cosas más importantes que hacer-

-No me digas... Pero puedes tomarte un descanso placentero por una hora en lo que me cuentas lo que ha pasado-

-No-

-De acuerdo entonces yo hablare, Rebeca cumplió los 15 hace unos meses pero mamá  quiere festejar su cumpleaños cuando regresen, ya será en grande, y quiere que Adri la acompañe-

-No creo que pueda- hablo fingiendo no prestarle mucha atención, cuando en realidad lo escuchaba atentamente.

-Obtendrás un berrinche- dijo el rubio lanzando una sonrisa al final -Y mamá quiere que pasemos la navidad juntos- Eliot no contesto. –Ella no va a venir, espera que viajen haya, es un lugar cálido, no como aquí, los inviernos son fríos.-

-Tampoco creo que podamos viajar-

-¿Estás loco? ¡A Adrián le encantara la idea! le diré.- estaba decidido, lo decía con entusiasmo y cada que hablaba así era porque lo haría. Eso lo sabía Eliot y solo lo miro con una mueca en el rostro y un suspiro. Héctor dejo de festejar y miro a su compañero de juegos de la infancia con más seriedad  -Oye… Esta por pasar un año, tiene que superarlo, los dos. Y que mejor ayuda que unas vacaciones-

-Sigue hablando.- le contesto mientras volvía a sus papeles. Héctor, se quedó quieto unos minutos y luego empezó a jugar con un pájaro bebedor que tenía Eliot en el escritorio. Evitando que tomara el agua, o moviéndolo de un lado a otro.

Si había algo que molestaba a Eliot era que las personas no pudieran mantenerse quietas por un solo momento.

Era igual que Adri, pudo recordar a su hermano, un día que su madre los llevo a visitar a su padre a su oficina y el niño no dejaba de jugar con el mismo pájaro, porque no tenía nada más que hacer. Era prácticamente herencia. Su madre tampoco se podía mantener quieta al igual que su hermano o Héctor, lo más probable es que Rebeca y su tía sean iguales.

Movió el pájaro alejándolo del rubio mientras este solo lo miraba molesto.

-No tienes un motivo en la vida ¿verdad?- le dijo sonriente.

-Cierra la boca- le contesto el rubio –Sabes eres aburrido ¿A qué hora sales de trabajar hoy?-

-A las 8 ¿Por qué?- una sonrisa apareció en el rostro del rubio.

-Pues, no los he visto en varios  meses y quiero convivir con mi familia, vamos a cenar esta tarde-

-No-

-¿Mañana?-

-No-

-Pero…-

-Dije que no-

-… ¡Vamos no seas amargado! De acuerdo, hay que ir mañana, no trabajas ¿verdad?- se puso de pie –Sera perfecto, quiero saludar a Adri-

-¿Qué parte de…?-

-¡Oye! Iremos mañana y si no vas al restaurante que te diga mañana iré a buscarlos y cenaremos pizza ahí- esta vez sonaba más molesto. Eliot sabía que cuando Héctor quería algo de sus caprichos lo iba a molestar hasta que lo cumpliera.

-Mierda…- suspiro cansado –Sera el restaurante que yo diga-

-Me parece perfecto- dijo con una sonrisa ladina y feliz por su triunfo. –Bueno, solo vine a eso, se hace tarde y tengo que ver que chiquita me puedo tirar esta noche-

-¿Disfrutas que tu madre no esté aquí?- le pregunto con una sonrisa.

-¡Claro!- camino hacia la puerta y salió, cantando una canción despidiéndose de manera coqueta de la secretaria.

Las preocupaciones de Eliot regresaron a su mente, como haría que el mocoso fuera con ellos. Bueno no sería tan difícil, solo tenía que cubrir algunas marcas que tenía el menor de viejos golpes, una orden y Adri la cumpliría, Héctor no podía enterarse de nada.

Saco otro suspiro y regreso a sus papeles. 

Notas finales:

Quiero agradecer a todos los que han dejado comentarios, me animan, ojala les haya gustado.

Ultimamente (no se porque) se me ha hecho algo pesado escribir, bueno no pesado, si no que... no tengo ideas y aveces no me dejan satisfecha los capitulos, creo que es debido al ingreso a clases y tal vez tarde mas en el siguiente capitulo :`(

Siento que los desespero.

Bueno espero que sigan leyendo, les mando besos y abrazos.

Los quiero.


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