Ambos adultos se encontraban en la sala de espera de la dirección de la escuela y junto a ellos estaba Adri, sentado aunque algo inquieto y con una marca en su mejilla, cargando su mochila. Sus padres lo miraban con algo de enfado en la mirada, aunque era normal la reacción ya que no era la primera vez que pasaba.
Pasados unos minutos el profesor salió de una oficina y mando a llamar a ambos padres los cuales entraron dejando a Adri con la sala.
Oliver entro a la oficina del profesor, trataría de arreglar el problema lo mas rápido posible ya que tenía una junta en las próximas horas -Escuche profesor, no tengo idea de lo que hiso Adri pero le aseguro que no volverá a ocurrir-
-Me dijo lo mismo las últimas tres veces señor Miller-
-Amor, deja que el profesor hable- se metió Kira en la conversación -¿Qué es lo que paso esta vez?-
-Tomen asiento por favor- los tres tomaron asiento y el profesor Harold de Cívica comenzó a explicar la situación -Miren, los problemas con Adri han ido empeorando, esta vez realizamos un examen de evaluación del 40% de la calificación y su hijo... Hizo trampa en el examen-
-¿Qué?...- pregunto la rubia preocupada, sin creerse lo que acababa de escuchar, pero fue interrumpida por su marido.
-Vamos profesor, sabe cómo son todos los niños, por hacer trampa en un examen no pasara nada-
-Claro que sucederán cosas y no es lo primero que hace ¿recuerda? Los accidentes con el pegamento, la leche derramada, el cambio de turno, la firma falsa de boletas todo eso cuenta. Y no fue solo el haber hecho trampa en el examen, culpo a dos de sus compañeros de ello y aparte tuvo una pelea hoy en la clase que es la situación por lo que les llame-
-¡¿Se peleó?!- volvió a preguntar la rubia.
-¿No lo notaron? el joven tiene el uniforme rasgado y un golpe en la mejilla derecha- ambos padres quedaron sin palabra, no se habían detenido siquiera a observar con detenimiento al niño –Escuchen, Adrián se ha vuelto un problema, es impuntual, irresponsable, irrespetuoso, nada le interesa y ahora es hasta agresivo-
-Haremos todo lo posible para corregirlo-
-Esto no se trata de un simple castigo señor Miller- la voz de aquel señor se escuchaba dura y autoritaria -¿Saben si Adrián padece de alguna enfermedad mental? Como TDH, Déficit de Atención cosas como esas-
-Si- contesto la madre, aunque ambos se veían sin saber muy bien sobre el tema –Cuando salió de la primaria le diagnosticaron, eso que usted dijo-
-Era de esperarse ¿Recibe algún tratamiento o medicación?-
-No- continuo su marido –No teníamos planeado drogar a nuestro hijo. Todo iba bien, estaba mejorando, no entiendo que sucedió-
-Escuchen, para estos casos, el niño requiere de visitas continuas a un especialista o algún psicólogo y recibir clases de manera especial-
-¿De qué habla?- pregunto la mujer con duda.
-Conocemos un lugar aquí en la escuela, para niños como su hijo- dijo el profesor abriendo uno de sus cajones.
Adri continuaba en la sala de espera. Su pequeño plan para resolver el tema del examen no había salido como esperaba, era definitivo que reprobaría.
Marcus y Javier lo convencieron de que robaran las respuestas del examen, por lo que utilizaron a Adri por se ágil y rápido para que sacara las respuestas de la oficina del profesor y las fotografiara para luego pasarlas.
Responderían con otros argumentos la misma idea de la respuesta. Pero antes de que contestaran el examen el profesor había recibido un video anónimo donde sacaban el como Adri había robado la hoja del examen.
Lo culparon solo a él, lo cual lo molesto bastante, se había dado cuenta de la trampa que le pusieron los dos padre imbéciles y durante el receso les dio una paliza, aunque como era de esperarse el mismo profesor de Civismo rondaba por la zona y debido a que lo odiaba se lo llevo solo a él, y ahí estaba ahora, jugaba con su móvil distrayéndose para quitar la ansiedad que sentía.
Ese tema no le importaba demasiado ahora, no había estado concentrado lo que iniciaba del día. Esa mañana había entrado al cuarto de Eliot por los libros del mayor sobre las materias pasadas y mientras buscaba los papeles… se encontró con una revista reciente y la sección de periódicos de casas y departamentos que vendían por la zona.
No, eso no, ya tenía suficiente. No quería que Eliot se fuera, le había prometido que todo seguiría siendo normal. Se supone que solo era una fase y todo seguiría normal. Pero le había mentido.
Apago el celular, sin notar la sorprendente puntuación máxima que había recibido en un juego de destreza de dificultad. Levanto sus piernas y se abrazó a sí mismo en el asiento.
Unos minutos después sus padres salieron de la oficina del profesor. El padre de Adri se veía bastante enfadado, no se molestó en regañarlo, salió del lugar con el ceño fruncido y se fue al trabajo. Ya llegaba tarde a su junta.
La madre de Adri mantuvo la vista en el menor pero ninguno dijo nada, se fueron también del lugar en otro auto que portaban hasta su hogar. Adri, al entrar a casa, subió las escaleras y se encerró en su habitación, azotando la puerta con ello. Grito dentro de su cuarto y se aventó a las cobijas, no tenía ganas de nada.
Oliver estaba saliendo del directivo después de esa larga junta y entro a su oficina. Se desato la corbata y se sentó en el pequeño sofá que decoraba la oficina. Se mantuvo descansando en el sofá con la situación de esa mañana en la mente ¿Sería lo mejor tomar esa decisión? Tal vez por el bien de su hijo, si, ya lo tenía decidido.
Eliot entro a la oficina con una carpeta y unos cuantos papeles.
-¿Padre? ¿Qué sucede?, Héctor me comento que llegaste tarde a la junta de las dos-
-Larga historia- Eliot se sentó en el sofá contrario.
-Tienes que firmar papeles- le extendió el folder que fue tomado por el mayor y comenzó a rayarlos.
-Adri… volvió a meterse en problemas en la escuela-
-¿De nuevo?- pregunto Eliot sorprendido.
-Sí, hiso trampa en un examen y tuvo una pelea con dos compañeros el mismo día-
-¿Que le hicieron esos dos?- pregunto un poco enfadado.
-Eso no importa Eliot, lo que importa es que Adri tiene problemas y necesita ayuda- contesto su padre regresándole el folder a Elote –Tengo que resolver esto-
-Papá, no creo que sea buena idea que Adri siga en las tardes solo- comento preocupado.
-¿Qué quieres que haga? No tenemos tiempo para más cosas-
-El… me dijo que se sentía solo…-
-Eliot escucha- lo interrumpió -Adri tiene problemas de comportamiento y lo sabes, no te preocupes yo y tu madre ya pensamos en lo necesario para ayudarlo-
-De acuerdo…- dijo al aire, para luego ponerse de pie con el folder.
-Oye Eliot, ¿el encargado de la empresa compartida ya se comunicó con Tigo?- pregunto su padre con duda.
-Mmm, no, Yadira me dijo que llamo ayer pero no supe que debía hablar con él, dijo que el próximo mes regresara de su viaje, lo veremos en el centro comercial el lunes 8 a las 4- contesto sin preocupación pero noto el rostro de inconformidad en su padre.
-Escucha cuando se trata de este tipo de temas serios tienes que recibir tú mismo la llamada ¿entiendes?- le reprocho el adulto, a lo cual Eliot le contesto con un gesto –Por cierto Eliot ¿Cómo van tus planes de mudanza?-
-Ya estoy buscado un departamento-
-¿No prefieres una casa en alguna residencia? Sabes que en lo económico no tienes problemas-
-Quiero empezar de cero, aparte Héctor dice que tengo que salir con más chicas, talvez no estaría mal conseguir alguna pareja-
-No, no estaría mal, pero que tu búsqueda no intervenga en el trabajo, hay muchas jóvenes que trabajan aquí, como la presidenta del directivo por ejemplo- le menciono con una sonrisa pícara hacia su hijo.
-Ja, lo pensare, las salidas a fiestas nunca faltan- Eliot salió de la oficina y camino hacia la suya, pero se detuvo para entregarle a su secretaria los papeles. Cuando se dio la vuelta choco accidentalmente con un chico rubio que caminaba detrás de él.
-¡Perdóname!- reacciono al darse cuenta de que le había derramado el café encima.
-¡Mierda! ¡¡Quema!! ¡¡Quema!! ¡¡Quema!!- empezó a repetir el chico mientras se quitaba el saco.
-¿Qué pasa?- pregunto Héctor al notar la situación.
-¡Este imbécil me tiro el café encima! Maldito- reclamo el rubio.
-Tranquilo, si no soportas el café no lo tomes, no es para tanto- se defendió el castaño.
-Adén cálmate, con una mancha de café no pasara nada- le reclamo otro chico que pasaba de más detrás de ellos, un joven alto de ojos cafés y pelo negro.
-¡¿Qué no es para tanto?!-
-Oye, tus eres Eliot Miller ¿no?- pregunto el mismo joven.
-Si- el castaño cambio su rostro a una sonrisa superior, ser hijo del presidente de la empresa tenía privilegios.
-Parece que los Miller comenzaran a llegar a este lugar, primero Héctor y ahora tu ¿Cuánto llevas aquí? Nunca te había visto. Creo que tú y yo seremos los siguientes que se van Edward- dijo el rubio dejando de lado lo mojadas de sus ropas.
-Ya voy para el año aquí- contesto.
Los cuatro comenzaron una charla en el pasillo y poco después se volvieron amigos. Lo que decían de los hombres era cierto. Se podía crear un problema entre hombres, se peleaban un momento y la hora ya estaban tomando juntos como si fueran amigos de toda la vida.
La noche al fin había llegado, Adri estaba recostado entre las cobijas que cubrían su cuerpo. No podía dormir, su mente estaba metida en el tema de la revista que se había encontrado anoche. Se sentó en la cama y recostó su espalda contra la pared abrazando sus rodillas pero sin ocultar su rostro. Entre la oscuridad procuraba escuchar un solo sonido.
El ruido de la puerta de garaje rechinar había sido suficiente, se mantuvo de esa manera unos minutos hasta que escucho los pasos por las escalera, sus pies descalzos tocaron el frio piso y salió de su habitación encontrándose con la oscuridad, camino por el lugar hasta el otro lado del pasillo y entro en la cálida habitación de Eliot.
Noto que su hermano se encontraba ya acostado en la cama a pesar de seguir con el traje puesto, Adri se acercó a él y le quito la corbata y los zapatos, Eliot estaba dormitando, así que al darse cuenta de la presencia del menor dejo que hiciera lo que quiera y se logró sacar el saco igual.
Cuando termino Adri se recostó en las cobijas junto a su hermano y abrazados se quedaron dormidos.
El siguiente día había llegado, esa mañana Eliot no trabajaba o eso era lo que esperaba el menor que acababa de abrir los ojos notando la claridad con la que ahora se veía la habitación. Se quedó en la misma posición disfrutando del calor que le brindaba el cuerpo a lado de él, el cual unos minutos después también se movió.
Eliot despertó de su sueño y se acomodó para mantener a Adri con él.
-Buenos días- le dijo el mayor bostezando.
Adri evito contestar, su rostro mostraba duda ya que juntaba sus cejas en una mueca triste.
-¿Estas bien?- volvió a preguntar.
-Si- contesto esta vez.
-Adri…- cambio el tema a un tono de voz más serio -porque te peleaste en la escuela-
-¿Ya lo sabes?- pregunto con inocencia.
-¿Crees que no?- no le respondió –Escucha, tienes que resolver eso, no puede hacer trampa en un examen y pelear con nadie ¿Si?-
-Eres un idiota, no importa si trato de entender cualquier tema nunca salen bien-
-Eso es mentira, tonto, eres muy inteligente ¿de acuerdo? Escucha, yo te ayudare, te prometo que te ayudare a que apruebes todas tus materias, si tú… me prometes que dejaras de pelear-
-…Lo prometo- contesto después de unos segundos.
Se mantuvieron mirándose a los ojos unos minutos, perdiéndose en el verde de ambos, hasta que alguien toco la puerta del otro lado y poco después entro su madre, observando a ambos hijos recostados en la cama.
-¿Mamá?- pregunto Eliot el notar que esta no se movía.
-Perdón… ¿ustedes durmieron aquí?-
-Si- contesto Adri sin problema.
-De acuerdo, perdón, ammm Bajen a desayunar ambos, Adri tenemos que hablar sobre el problema de ayer-
-Te juro que me arrepiento de lo que hice- contesto haciendo un puchero triste.
-Lo veremos luego niño- contesto la mujer mientras se daba la vuelta y salía de la habitación.
El día fue tranquilo, sin trabajo ni tareas, sin visitas al hospital, ni visitas a otros lugares. Todos en casa y tranquilos, aunque Adri disfrutaba bastante de esa situación.
Los días continuaron y un mes paso desde ese accidente en la escuela, Adri había comenzado a comportarse después de la charla con su hermano, el momento que uso de su tiempo que no pudo usar su padre para hablar con él y también el tiempo que tomaba Eliot para ayudar a Adri con cualquier cosa.
El único problema era que, al parecer, sus padres no notaban ese cambio en el comportamiento de su hijo menor, por lo que seguían convencidos de que era un problema.
Estaban trabajando en la empresa como todos los días, Eliot ya había pasado por su resaca el trabajo ya se lo estaba llevando menos pesado a como había sucedido unos días. Entro a la oficina de su padre con una sonrisa en el rostro.
-¿Qué sucede Eliot?- pregunto su padre con curiosidad.
-Nada importante- realmente no pasaba nada, pero él estaba feliz.
-¿Qué paso con el encargado de la empresa?- pregunto su padre contagiándose un poco de la alegría.
-Acaba de llamar, quiere acabar con todo esto lo más pronto posible y quiere que sea la junta mañana en el centro comercial-
-Mañana es sábado, que cambios. Creo que no está mal-
-Lo sabía, así que le pedí a Yadira que confirmara-
-Muy bien- contesto a su hijo. –Eliot, creo que has ido progresando bastante en el tiempo que llevas trabajando aquí, me enorgulleces hijo. Cuando yo partiera, me haría tranquilo sabiendo que tu quedaras a cargo de todo esto- comento con una sonrisa.
-Todavía no estoy seguro de que yo pueda con todo esto y padre no digas esas cosas, todavía seguirás unos años-
-Niño, sabes que yo seré inmortal- ambos echaron a reír y continuaron su día en juegos y trabajo.
Cuando el día laboral termino regresaron a su hogar algo cansados. Había llegado curiosamente temprano por lo que al entrar encontraron a Kira y Adri sentados en el sofá viendo una novela de las que la mujer solía gozar y el menor las observaba por no tener otra cosa que hacer.
-Ustedes sí que se divierten- comento Eliot revolviéndole el cabello a su hermano.
-¡¡Eliot mira!!- Adri se puso de pie y empezó a jalar a su hermano del brazo para que lo siguiera hasta su habitación.
Kira y Oliver se quedaron en la sala observando el programa de televisión, la mujer comenzó a soltar unas cuantas lágrimas a la mitad de la novela, tan emotiva como siempre. Pero no parecía llorar por ello.
-… ¿Crees que sea necesario?- dijo cortándose un poco la garganta.
-Lo siento querida- su marido se sentó alado de ella para abrazarla –Mañana le decimos, Eliot no sabe nada-
-Bueno…- dijo como último.
-¡¡Esto es perfecto!!- dijo Eliot emocionado mientras sostenía una hoja de papel en las manos.
-¡¡Lo sé!! Me esperaba algo más bajo- comento el menor con orgullo.
-Te dije que eras inteligente- la hoja que llevaba en las manos era un examen de historia que había realizado ese día, había sábado la calificación más alta del salón y eso había sorprendido a muchos –Ya le comentaste a mis padres-
-No…- su rostro cambio a uno más apagado.
-¿¿No se los dijiste??- pregunto sorprendido.
-No creo que importe por ahora… se… se los diré mañana- la sonrisa de siempre apareció y eso fue suficiente para convencer al mayor de todo.
El siguiente día fue bastante nuevo. Su padre y su hermano no habían ido a trabajar y el no sabía porque realmente. Su madre tampoco había planeado salir, como lo hacía los sábados. Ese día fue peculiarmente nuevo, porque saldrían al centro comercial los cuatro.