Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No fue mi culpa por Liyis

[Reviews - 144]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mazapanes!!

Aquí esta actualización, perdón por no haber actualizado, siento que tarde mucho, pero me quede sin inspiración, de hecho hoy no iba a poner nada tampoco pero de repente las ideas vinieron a mi mente. 

Me esforcé, así que disfrútenlo.

No fui capaz de quejarme, no fui capaz de negarme, no pude demostrar lo que siento, no creí que fuera necesario pero ahora ya no puedo hacer nada, ahora me quitaron mis momentos para expresarme con los demás y ya nunca diré nada.

 

Era una tarde algo concurrida, era sábado y se notaba la gente que salía de sus casas para ir a pasear o pasar un momento a gusto con amigos.

Y eso sucedía en la casa del castaño, Eliot estaba con sus amigos los que normalmente llevaba a casa cada fin de semana, Edward y Adén, estaban viendo los partidos y relajándose después de toda la semana que habían pasado repleta de trabajo.

Adri estaba encerrado en su habitación y de ahí no tenía planeado salir. No después de lo que le hicieron los amigos de Eliot, desde el día en que lo tocaron habían buscado la manera de volver a hacerlo las demás veces que iban a casa y el solo se encerraba en su cuarto o buscaba protección de su hermano, protección que sabía perfectamente que no la tendría, peor aún así se arriesgaba.

Su puerta estaba cerrada con seguro, estaba recostado en su cama jugando con un cubo de rubic, solo para pasar el rato porque no sabía muy bien como resolverlo y nervioso, temiendo que su hermano llegara a su cuarto para sacarlo a comprar algo. En esos momentos quedaba más vulnerable.

Eliot seguía con sus amigos, mirando la televisión y platicando de algunos temas

-¿Entonces Héctor llegara en dos semanas?- pregunto Edward un joven de ojos miel.

-Eso fue lo que me dijo- contesto Eliot.

-Bueno al menos así será un poco más divertido y más fáciles los problemas de la empresa- dijo Adén, un joven de pelo rubio (el mismo que había tocado a Adri la primera vez que lo había visto)  mientras se ponía de pie y caminaba a la cocina. Se acercó al refrigerador pero se dio cuenta de que estaba sellado, no se podía abrir -… ¿qué mierda?- pregunto en un murmullo -¡Eliot!-

-¿Qué?- pregunto el mayor molesto.

-No puedo abrir la nevera y quiero una cerveza-

-No hay cervezas Adén-

-Amigo tienes un candado en el refrigerador ¡¿Por qué rayos esta así?!- le pregunto Adén, demostrándole lo raro que era hacer eso.

-¿Porque tienes un candado en la nevera Eliot?- repitió la pregunta Edward.

-Es para que Adrián no toque la comida- contesto de lo más normal, sin siquiera darse cuenta del daño que hacía.

-¿Así que matas de hambre a tu dulce hermanito?- volvió a preguntar Adén con una sonría mientras se dirigía de nuevo a la sala.

-Él se tiene que ganar la comida- contesto con molestia.

-A ¿sí? Y ¿Qué es lo que hace para ganarse la comida?- pregunto Adén con sarcasmo.

-No es nada de lo que tú crees, hacer las cosas que tú haces con tus hermanos es enfermizo- se puso de pie molesto.

-Tranquilo, ni siquiera tengo hermanos, pero debes admitir que el tuyo es muy lindo-

-Deje que lo tocaras la primera vez solo para asustarlo, pero no quiero que te le acerques de nuevo- dijo mientras subía las escaleras.

-Que sobreprotector…- volvió a decir con su sonrisa burlona. Edward solo observaba la conversación sin opinar nada.

 

Eliot camino por el pasillo hasta el cuarto de Adri, estaba molesto por las palabras que había dicho Adén, trato de abrir pero se dio cuenta de que tenía seguro así que comenzó a tocar la puerta de manera molesta.

-¡¡Abre la maldita puerta!!- grito, logro escuchar un gemido de susto del otro lado de la puerta y  un golpe, entonces se abrió la puerta. Eliot tomo a Adri de la camiseta y lo saco de su cuarto.

El menor se había quedado dormido en su cama, hasta que escucho los golpes el grito de su hermano que lo despertaron y término cayendo de la cama,  estaba despeinado y su ropa estaba desacomodada.

-¿Q-que pasa?- pregunto el menor asustado por la intromisión insistente del mayor y también por algo de miedo de tener que bajar a la sala.

-Necesito que compres unas cosas- dijo disimulando su enojo y lo raro que se sentía por la palabras de Adén, tomo al menor de la muñeca y bajaron las escaleras.

Llegaron a la sala y lo soltó, Adri solo bajo la mirada tratando de ignorar a los amigos de Adri, el tipo de cabello rubio le daba especial miedo, no sabía sus nombres y nunca los había visto antes, las demás visitas nunca trato de averiguarlos.

-¿Cómo estas niño?- pregunto el rubio asustándolo.

-Déjalo en paz Adén- dijo Edward

-Aquí tienes – Eliot llego con una lista y el dinero para que saliera a comprar, Adri tomo el dinero y la lista y Eliot pudo notar el ligero temblor en sus manos –Debido a que la tienda la esquina está cerrada tendrás que ir a la avenida pero no quiero que te tardes, ya sabes lo que pasara si te tardas más de lo debido-

-Si- dijo Adrián y salió prácticamente corriendo de la casa notando la mirada lujuriosa del rubio al mirarlo. Una vez que los tres se quedaron solos empezó un silencio que resulto algo incómodo para Edward.

-De acuerdo- dijo Adén –Bueno fue divertido estar con tigo Eliot pero nos tenemos que ir, ¿verdad Ed?-

-Pues…se acabó lo divertido aquí- dijo este poniéndose de pie del sillón.  -Nos vemos Eliot- dijo saliendo de la casa.

-¡Oh!...- el rubio se detuvo  -y Eliot, ten cuidado con tu hermanito, pueden robártelo-

-¡Lárgate!- le grito mientras este se iba, sacando un suspiro del de ojos miel.

Una vez que se fueron Eliot comenzó caminar por toda la casa, pensando en todos los problemas hasta que se calmó y ya más tranquilo se sentó a esperar al menor.

 

 

Iba caminando por las calles, disfrutando del momento de libertad que tenía.

A veces se preguntaba ¿Para qué era útil? ¿Solo le servía a Eliot para limpiar la casa y comprar cosas? ¿O también contaba servir como saco de golpes? Le dolía ver lo poco que a su hermano le servía saber su existencia, y también le dolía darse cuenta que nadie más lo necesitaba.

Caminaba por el parque para poder llegar la tienda de la avenida, una que conocía un poco lejana, mientras más lejos estuviera, más fácil sería estar en paz para él.

En el parque veía a la gente caminar y a los niños jugar, veía como todos estaban felices. Como extrañaba esa felicidad y tranquilidad, él había estado en ese parque en su cumpleaños con su familia y era el mismo parque donde él y su hermano jugaban de niños.

Unas burbujas llamaron su atención, unas niñas estaban soplando burbujas y a lo lejos un chico azabache las vendía.  Adri se detuvo observando los demás juguetes que este mismo daba, llamando la atención la atención del azabache, era un joven de unos 17 años, de unos ojos azules que brillaba mucho con el sol.

Este al ver la mirada fija del menor le mando una dulce sonrisa, Adri desvió la mirada rápidamente y siguió su camino, se le habían quitado las ganas de poder convivir con alguien, nunca tuvo talento para eso, siempre lo echaba a perder o terminaban ignorándolo después de un tiempo.

Llego a la tienda y le dio al encargado la lista de todo lo que le había pedido. El hombre los acepto y empezó a cumplir con las lista, Adri empezó a observaba las cosas de la tienda, ya se empezaban a vender productos para Navidad y Año Nuevo pues  esas fechas se estaban acercando, no había  pensado en eso ¿Cómo pasaría la navidad con su hermano? Talvez ni siquiera la pasaría con él.

El hombre lo llamo y le dio la bolsa con las cosas, las tomo y pago con el dinero. Salió de la tienda y regreso. Como era difícil avanzar, prácticamente caminaba a su propia prisión.

Siguió caminado hasta que llego a de nuevo a ese lindo parque. Mantuvo su camino, esta vez ignorando a los demás. Un balón de futbol termino golpeándolo en la cabeza y cayó al piso sobándose la cabeza, eso enserio había dolido. Unos niños llegaron corriendo hasta él y tomaron el balón para luego irse e ignorarlo ¿valía tan poco que ni siquiera lo notaban? Era lo más probable.

Una mano se extendió a él ayudándole a levantarse. Adri observo con curiosidad al propietario de esa mano. Era el mismo chico azabache de las burbujas.

-¿Necesitas ayuda?- pregunto con una sonrisa. Adri lo observo sorprendido ¿Por qué ofrecerle ayuda? ¿Qué tenía de importante como para que lo ayudaran?

-Y-yo- desvió la mirada del azabache –No necesito ayuda- respondió. Claro que la necesitaba, pero no sabía cómo pedirla o como aceptarla. Tomo la bolsa donde venían las cosas y se puso de pie, dejando al mayor un poco sorprendido.

-¿Te duele el golpe?- le pregunto, tratando de no acabar la conversación con el menor. Pues de algún modo, le había parecido alguien lindo –Lamento eso, los niños aquí pueden ser bastante… irrespetuosos-

-No hay problemas- contesto Adri con la mirada baja, tratando de acabar rápido la conversación para poder irse, ya se había tardado más de lo usual y rezaba porque su hermano no saliera a buscarlo.

Se dio la vuelta dispuesto a irse pero el de ojos azules lo detuvo.

-Alto espera un momento ¿Por qué no vienes a jugar con nosotros un rato?-

-¿Cómo?- pregunto confundido –No… no puedo ir, lo siento-

-Vamos será divertido, aunque jugar contra niños llega a ser difícil, en especial si son cinco contra uno- seguía hablando con una sonrisa y se sobaba la nuca, Adri solo se quedó escuchándolo, y con su mirada de preocupación esperando a que el mayor se aburriera de estar con él y se valla, pero de algún modo no se apartaba.

-Suena bien, pero yo… tengo otras cosas que hacer, lo siento-

-Oye espera, por favor, al menos dime tu nombre y podemos ser amigos ¿Vienes seguido por este parque? No te había visto por aquí-

-Hace meses que no venía- dijo con mirada baja.

El chico solo lo miro algo decepcionado –Okey… bueno en ese caso puedes decirme tu nombre-

-¿Mi nombre?- pregunto tímidamente.

-Si-

-Pues… es…-

-¡¡Adrián!!- ese grito de lejos lo asusto bastante, ya sabía quién era y empezó a temblar.

Eliot ya había esperado suficiente tiempo al menor por lo que decidió salir a buscar, iba caminando por el parque cuando lo vio, estaba hablando con otro chico, un chico que miraba de manera muy sonriente al menor.

Perdió la razón que tenía y dejo que sus celos y las palabras de Adén lo invadieran.

-¿Quién es el?- pregunto con duda el chico de mirada azul, noto el temblor en el menor, eso no era nada normal, por lo que pensó lo peor.

Eliot llego hasta Adri, que estaba quieto y sin moverse.

-Creí que te había mandado por algo ¿no?- dijo tratando de contener su enojo debido a que estaban en un lugar público. Adri lo miro ligeramente.

-L-lo si-siento, yo…aquí está todo-

-¡Vámonos!- Eliot se dio la vuelta cuando el chico azabache lo detuvo.

-Perdona mi intromisión, pero ¿puedo saber quién eres?- pregunto de nuevo con una sonrisa, igual disimulando la curiosidad y la preocupación que tenía por el menor.

-No es algo que te interese-

-No son formas de gritarle a un niño-

-Soy su tutor, así que cierra la boca- ambos se miraron con furia mientras Adri solo quería acabar con todo y salir de ahí, no debió quedarse a hablar con ese chico ahora tendrá problemas.

Eliot tomo a Adri de la muñeca y lo jalo para que regresaran, pero el otro chico lo sujeto de la chamarra que llevaba la menor puesta.

-No tienes que ir con el- le dijo mientras Eliot lo observaba con verdadero enojo.

-Su-suéltame-

-Es enserio-

-Por favor- suplico el más bajo –no quiero problemas… por favor- los ojos verdes que se ponían cristalinos hiso que el azabache lo soltara.

Adrián se dio la vuelta y se zafo también del agarre de Eliot empezando a caminar hacia la casa. Eliot solo le lanzo otra mirada amenazadora al chico de ojos azules que lo miraban de la misma forma y también se alejó.

 

 

Caminaron en silencio hasta que llegaron a su hogar, al entrar Adri comenzó a correr hasta su habitación y Eliot enfadado lo siguió. Afortunadamente Adri llego a su cuarto cerrando con seguro, sus lágrimas comenzaron a caer y se recargo en la puerta, escucho a su hermano que empezó a tocar con fuerza y tratando de forzar la puerta pero no lo lograba.

-¡Adrián! ¡¡Escúchame con atención idiota desde ahora tienes prohibido salir!! ¡¡Y la próxima vez que te vea hablando con alguna persona te romperé la cara hasta que ya no puedas ni murmurar!! ¡Entendiste!-

Adri no dijo nada, se recargo por la puerta hasta que se sentó en el piso, llorando y abrazando sus rodillas. Todavía escuchaba la respiración de su hermano del otro lado de la puerta y sentía como poco a poco esta se iba calmando. 

Notas finales:

Bueno eso es todo

Esperamos comentarios

Besos y abrazos digitales 

Liby y Yayis 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).