Mi respiración está muy agitada... Mi cuerpo me arde. No me puedo mover. Solo lo escucho, lo escucho hablando, lo escucho llamándome y no puedo ir con él.
-¡Yo no le hice nada el empezó!-
-¡¡Cierra la boca!!- justo en ese momento había una discusión dentro de la dirección de la escuela -entendiste...- hablo Eliot con una voz autoritario que dejo al menor callado -Señora directora, le prometo que esto no volverá a pasar, lamento mucho lo que sucedió, pagaremos los gastos médicos del muchacho-
-No se preocupe y muchas gracias, realmente no entiendo como paso-
-Yo si entiendo, ese mocoso lastimo a mi hijo, ¡pudo haberlo matado! ¡¿Se da cuenta de la gravedad del asunto?! Esto no es algo que se pueda arreglar solo con dinero señor Miller-
-Señorita Alistar, Marcus salió de la enfermería y no le sucedió nada grave, en cuanto a Adrián, le pondremos una suspensión de una semana-
-¡¿Qué?!- se metió el menor -... Pero... No-
-Adrián cierra la boca y sal de la habitación- el de ojos verdes trataba de contener las lágrimas, estaba más que enojado, pero su hermano le daba miedo incluso en la escuela, así que salió de la habitación dejando a los tres adultos solos.
Se sentía fatal, era un chico problema, todos se lo habían dicho, siempre se metía en problemas en la escuela cuando tenía 8 o 9 años, después empezó a comportarse un poco mejor, no a tal grado de aplicarse, solo evitaba pelear con más gente. Pero esa mañana lo sacaron de su mundo y eso no le gusto.
La puerta de la dirección se abrió dejando salir a Eliot, con una mirada de verdadero enfado hacia Adri, el menor solo bajo la mirada, enserio se sentía intimidado. La señora Alistar salió detrás de él, esa mujer con cara de pocos amigo, que se cree la divina necesidad de todo el mundo, enserio la odiaba.
-Adrián- hablo su hermano -Iras a la enfermería y te disculparas con ese chico-
-Pero...-
-No rezongues- le menor ya no dijo nada, solo camino a la enfermería junto con los dos adultos atrás de él, al entrar, vio a Marcus, uno de sus compañeros de clases, con una venda en la cabeza y la nariz amoratada. Era verdad, Adri había golpeado a ese chico.
Estaban en clases, esa mañana cuando llegaron a molestarlo como normalmente lo hacen, él ya estaba acostumbrado a las burlas de la mayoría del salón, pero esta vez mencionaron cosas que lo hicieron enojar mucho.
-Adri… la marica del salón más odiada- se empezó a reír Marcus, Adri estaba en su lugar tratando de resolver unas ecuaciones de matemáticas que había dejado la maestra y alado de él estaban todos lo que acostumbran molestarlo.
-Oye niño... Estas seguro de que eres de este año, porque tu cerebro parece retrasado por 5 años- Dijo un joven azabache enfrente suyo.
-Lárguense- no estaba de humor, en especial por la paliza que le había dado su hermano antes de entrar a la escuela.
-Por dios Adri mira, tienes mal la mitad de los resultados- el menor observo sus apuntes, era verdad, estaban mal, cerro su cuaderno con algo de vergüenza.
Los otros se empezaron a reír -…Y entonces, dime como te ha ido con tu hermano, vivir con tu hermano mayor que flojera- dijo Marcus, que estaba sentado alado de él.
-Seguramente hacen incesto ya que eres tan puta que lo harías con cualquiera verdad...- un golpe callo a Javier al terminar de decir ese comentario, Adri ya se había hartado, así que lo golpeo al escucharlo. Todos en el salón se quedaron callados al ver a Javier en el piso.
-Cierra la maldita boca- Adri se puso de pie y la bola de amigos de Marcus se le quedo viendo.
-Maldito- dijo Javier mientras se tocaba el golpe en su mejilla, que ahora estaba roja y pronto se inflamaría.
-Con eso solo compruebas lo dicho Adri- dijo Marcus parándose enfrente de el -Valla parece que tienes agallas- empezó a reír -Ya no terminaste de contarme- decía en burla -¿Y cómo están tus padres?- esa fue la gota que derribó el vaso.
Adri se abalanzo contra Marcus y lo empezó a golpear en el piso, se armó una pelea, todos empezaron a rodearlos con emoción, el castaño comenzó dándole golpes en el rostro, haciendo que empezara a sangrar.
Marcus se zafo del agarre de Adri, separándose, ambos se pusieron de pie mientras se veían fijamente, leyendo los movimientos de ambos. Marcus avanzo primero y le regreso el golpe a Adri en su mejilla haciendo que callera de sentón pero aprovecho el momento y soltó una patada en la pierna de Marcus haciendo que este se tambaleara, trato mantener el equilibrio pero en su descuido, Adri ya se había levantado y le dio una patada en el estómago a Marcus, que lo empujo hasta que se golpeó la cabeza con el librero de atrás y se desmayó.
Todos empezaron a gritar y tratar de levantarlo, un prefecto escucho los gritos y entro al salón.
-Yo...- decir ese tipo de cosas lo molestaba y lo hacía sentir débil -Yo... Lo... Lo siento-
-Lo único bueno es que nadie te vera por una semana- dijo Marcus enojado.
-Imbécil- susurro Adri. Adri era bajo, media 1.65, estaba entre los más bajos de la escuela en chicos. No era muy fuerte, y no era el elegido en la clase de Educación Física, pero era ágil y muy rápido, tenía habilidad con eso, aunque tampoco era de los que buscaban problemas.
Con esto último salió de la enfermería, dejando a su hermano hablar con la Señora Alistar. Se quedó ahí solo pensando, estaba muy enojado y se sentía impotente, podía ver por la ventana de la enfermería a su hermano y la mujer hablar. Entonces se asustó, todo ese enojo fue remplazado por miedo y un notable temblor.
Cuando su hermano saliera de la enfermería, se lo llevaría y lo castigaría en casa, eso era lo que más le asustaba, tendría 7 largos días para lastimarlo y el castigo empeoraría si la maldita de la Señorita Alistar seguía molestando a su hermano con lo que sea que estuviera hablando, lo veía en su mirada se volvió un hombre sin paciencia solo se quedó ahí esperando.
Su hermano salió de la enfermería y se encontró con su mirada, Adri estaba recargado en la pared y su hermano del otro lado, Eliot podía notar esa mirada, esa pequeña mirada de miedo.
Fue hacia él y lo empujo con fuerza para que se moviera, caminaron hasta la salida de la escuela, Adri no se movía, no decía nada solo seguía a su hermano. Sabía lo que le esperaba.
Eliot lo lanzo al auto y cerró la puerta de un azotó, el menor solo se acurruco en su asiento. Su hermano entro en el piloto y arranco, empezó a conducir hasta su casa. Su respiración estaba agitada, no quería sufrir, no quería que lo lastimaran.
-¡¿Cómo se te ocurre armar una pelea en clase?!- el menor dio un brinco al escucharlo.
-¡No fue mi intención!- dijo rápidamente, como si hubiera perdido el miedo.
-¡¿Y cuáles eran tus intenciones?!- Adri no dijo nada, no sabía que decir. –¡Responde!-
-Es que… ellos…- Eliot aparco el auto, Adri no se había dado cuanta de cuando llegaron e inmediatamente comenzó a temblar. El mayor salió del auto dio la vuelta abrió fuertemente la puerta del copiloto y saco a Adri a jalones, no había nadie por las calles así que no le importo ser brusco con él. Entraron a la casa y lo aventó al piso que provoco un gritito de miedo por parte del menor. –Lo siento…- dijo en cuanto se reincorporo.
-¡Dijiste que te portarías bien!-
-¡Lo intento!, enserio-
-¿Crees que te creeré?... siempre dices algo o prometes algo, pero nunca lo cumples ¿Cómo quieres que alguien te crea?-
-Y-yo- el menor comenzó a retroceder, se tropezó y cayó al piso otra vez, viendo desde a bajo la figura enojada de su hermano. Este se agacho un poco y lo tomo del rostro.
-Lárgate a tu habitación, te quedaras ahí todo el día sin comer- Adri se puso de pie lentamente.
-Pero…- su voz fue callada por un golpe en su mejilla. Un golpe doloroso que lo más probable le dejara marca. Solo se quedó en silencio, con la mirada baja. Su hermano lo seguía viendo con indiferencia. El menor se dio la vuelta y subió las escaleras a su habitación.
Su mejilla ardía y estaba roja. Se estaba observando en el espejo. Miraba su rostro que ya antes había recibido golpes. Tratando de contener sus lágrimas de llorar.
Al siguiente día Adri estaba limpiando la casa. Lo hacia lo mejor posible, no quería que su hermano llegara y se enfadara con él. Cuando acabo empezó a hacer la tarea en la sala de la casa, cualquier cosa para distraerse.
Pasaron las horas y se preguntaba porque Eliot tardaría tanto, se supone que había ido al trabajo. Era sábado a principios de Junio, así que esos días no trabajaba hasta más de las 2 y estaban a punto de ser las 7 de la tarde.
Adri comenzó a jugar con un videojuego portátil que tenía mientras esperaba a su hermano. Después de unas dos horas Eliot llego. Al entrar a la casa su aspecto era horrible, Adri se puso de pie del sillón donde se encontraba sentado jugando cuando lo vio llegar.
-¿Donde... Dónde estabas?- pregunto tímidamente.
Eliot lo observo fijamente y dio una sonrisa burlona. Llevaba con sigo un sobre y se lo extendió a Adri.
-Es un regalo- dijo con burla. Adri noto el olor a alcohol venir de su aliento y su ropa. Eso lo asusto. Dudosamente tomo el sobre, y lo abrió con miedo de saber que era. Saco la hoja que venía adentro y la leyó, esa hoja tenía el escudo de su escuela.
-¿Q-que es es-esto?- pregunto mirando a Eliot con duda, al terminar de leer esa hoja se sorprendió mucho, sus hijos se llenaron de lágrimas y su cuerpo comenzó a temblar
-Ya te lo dije es un regalo... A partir de hoy ya no podrás volver a la escuela, te saque del colegio y no pienses que te inscribiré a otra-
-¡¿Qué?! ¡¿Porque?! ¡¡Y-yo... No puedes hacerlo!!
-¡¿Quien dijo que no podía?!-
-¡Estas ebrio!- grito el menor con lágrimas en sus ojos -... ¡No es justo! Yo quería seguir estudiando-
-¡Pues tendrás que guardarte tus ganas!- Eliot se acercó a Adri y lo acorralo en la pared -¡¿Quién te crees que eres?! No tienes derecho a hacer nada ¿escuchas?-
-P-pero....- sus lágrimas cristalinas bajaron por sus mejillas hasta el piso. Solo se puso a llorar, Adri quería seguir con sus estudios. Era la única manera que encontraba para poder olvidar todo lo que tenía. Nunca fue un buen estudiante y podría decirse que las personas creían que él era un idiota, nunca fue bueno para la escuela, pero aun así, el quería seguir. Por sus padres.
-P-por favor- dijo con voz temblorosa mirando a su hermano a los ojos -d-déjame es-estudiar, te... te lo ruego, p-por favor, Eliot-
-No te mereces ese privilegio...- le respondió mientras veía las lágrimas de Adri caer y llegar a sus labios, esos lindos labios rosas que en ese momento no podía evitar observar. La borrachera que se había tomado con sus amigos lo había dejado fuera de sentido común, así que de manera brusca tomo el rostro de Adri y pego sus labios con los del menor, explorando con su lengua la pequeña cavidad, este en el pequeño susto, lo empujo con todas sus fuerza separándolos.
Adri estaba más que sorprendido y asustado ¿Qué había sido eso? Eliot estaba inefable, ¿Por qué había hecho eso? ¿Qué era lo que intentaba? Se puso de pie fingiendo que nada había pasado.
-No te quiero ver, así que desaparécete- se dio la vuelta y camino por la sala.
Adri hiso caso a lo que su hermano le ordeno. Subió a su habitación y cerro con seguro. Se sentía muy mal, estaba confundido por ese beso que le había dado Eliot y por lo de la escuela creía que ya no tenía sentido que el siguiera con vida.