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Los Arcanos por ninnae

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Notas del capitulo:

Saint Seiya ni sus personajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada.

Hola, decidí escribir nuevas historias, más que nada para variar un poco la cantidad de parejas.

Será más que nada una colección de viñetas, basadas en los 22 arcanos mayores de las cartas de tarot, cada viñeta tendrán historias diferentes.

Espero les guste, y si tieneN una sugerencia de pareja me gustaria escucharlas. Saludos!

Los Arcanos

 

Capítulo 1: El loco (Pareja Kardia y Degel)

 

Definición de la carta: El loco es aventurero, nos llama a romper los esquemas y abrir nuestras fronteras. Las reglas y los dogmas no van con el loco, quien ha nacido para romper las reglas.

 

El loco no tiene miedo, no se lamenta por lo que pudo haber hecho o sido, construye su futuro en base al presente. La vida es demasiado preciosa como para desperdiciarla en extensos planes.

 

El loco es desafiante y explorador, más puede llegar a salirse de control si no es bien dirigido. El loco aprende de sus errores, ese es su mayor secreto.

 

~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~

 

—Deja de quejarte, si no querías venir, no debiste seguirme.

 

—No puedo dejarte solo un instante porque te meterías en algún problema.

 

Kardia bufó. —Mejor guarda silencio.

 

Degel arqueó una ceja, pero continuo su camino junto al griego, se lo había encontrado en una de las explanadas del Santuario mientras se escabullía a pasos cautelosos, era obvio que se estaba escapando nuevamente de sus labores. Decidió seguirlo y entre una corta discusión con Kardia término acompañándolo para evitar cualquier caos que el escorpión pudiese causar. Aunque debía admitir que muchas veces anhelaba la presencia de Kardia, a pesar de que esta pudiese volverse fastidiosa de vez en cuando. Sin saber cómo, aprendió a quererlo como algo más que un amigo, aunque esto no es algo que diría en voz alta, su raciocinio le decía que lo mejor era mantener la boca cerrada.

 

Al menos por ahora soportaría su compañía, su presencia lo tranquilizaría y lo haría sentar cabeza en el presente, dejando de lado la tristeza que lo atañía.

 

Llevaban un rato caminando, Degel todavía no había podido deducir hacia donde se encaminaban; como uno de sus eternos males, la curiosidad término ganándole y le hizo cuestionar nuevamente al escorpión.

 

—Kardia, ¿Hacia dónde me estás llevando?

 

—Degel… —Kardia suspiró—, si no quieres venir, no es necesario que me sigas.

 

—Puedes llegar a ser muy grosero —Degel se quejó secamente.

 

—Y tu un aburrido fastidioso.

 

Degel cerró los ojos y se detuvo unos momentos. Nuevamente esos apelativos despectivos. ¿Es que Kardia nunca lo trataría con el respeto que se merecía? ¿Nunca podría hablarle y verlo como algo más?

 

Kardia se percató de la detención de Degel y desvió su mirada hacia atrás. Sorprendido vio como Degel tenía la cabeza agachada con los ojos escondidos bajo el flequillo.

 

—¿Degel? —Kardia llamó con la duda plasmada en su voz, al no obtener respuesta se acercó con pasos silencios—. ¿Qué pasa? —volvió a cuestionar.

 

Degel no quería levantar la mirada, ¡Diablos!, odiaba cuando sus emociones se desbordaban, primero la maldita carta informándole de la muerte de Serafina por una enfermedad y ahora…, nunca podía mantener un momento de paz con el escorpión.

 

—Nada —dijo lo más glacial que su voz se lo permitió, aunque para Kardia no pasó desapercibido un temblor en sus palabras.

 

Kardia se llevó una mano a su cabello donde lo revolvió con consternación, de un tiempo a esta parte a su parecer Degel había estado más susceptible, tanto que se ofendía con mayor facilidad cuando arremetía contra él.

 

—Lo siento… —casi en un murmullo Kardia se disculpó, el escorpión no era de las personas que dejaba ver sus debilidades con facilidad, pero con Degel ese esquema jamás había funcionado, él conocía todo de él y había estado cuando más lo había necesitado, en especial aquellas veces en las que estuvo en el umbral de la muerte.

 

Degel estaba sorprendió, tanto que en un movimiento inconsciente levantó su mirada amatista para fijarla en dos ojos azules que desviaban su vista hacia el camino de tierra de más adelante.

 

—Kardia tu…

 

—No volveré a repetirlo —contestó Kardia en un intento de agresividad que hubiera funcionado mejor si no hubiera estado tan ruborizado.

 

Degel sonrió tenuemente ante la acción. Kardia realmente podía estar loco y desquiciado, pero en el fondo seguía teniendo un gran corazón que sabía reconocer sus errores y aprender de ellos.

 

—Gracias Kardia.

 

—Ashh —Kardia chistó, pero finalmente portó una sonrisa, pasar tiempo con Degel no era tan malo, al final del día a su lado siempre era capaz de vivir nuevas experiencias y aunque no le gustará del todo siempre aprendía algo nuevo.

 

Degel y Kardia emprendieron nuevamente el caminar. Degel decidió dejarse sorprender por Kardia, aunque sea solo por esa vez se dejaría llevar sin hacer mayor cuestionamiento.

 

Cuando volvieron a detenerse vieron frente a ellos una nueva feria que se había instalado a las afueras del pueblo.

 

Degel parpadeó, habían llegado a un lugar nada usual.

 

—¿Y esto?

 

Kardia rodó los ojos. Degel siempre sería el Degel.

 

—Solo quería escapar del tedio del Santuario, y la feria proporciona buena diversión y comida.

 

—Bueno supongo que es una buena opción —Degel meditativo vio el lugar para luego sonreír—. ¿Y qué esperamos?

 

Esta vez le tocó el turno a Kardia de sorprenderse.

 

—¿Desde cuándo apoyas mis ideas?

 

—De vez en cuando es bueno salirse de los esquemas, escorpión desquiciado.

 

Kardia terminó solo por largarse a reír, quizás esa escapada del Santuario saldría mejor de lo que habría previsto, y bien valdría el castigo que después tendría que soportar. Mucho más si a su lado tenía a Degel de manera despreocupado y con una sonrisa de diversión.

 

~FIN~


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