Capítulo 4: La emperatriz
(Pareja Shion y Dohko)
Definición de la carta: Es la síntesis y la armonía, el espíritu, la mente y la emotividad. Representa tanto la sensualidad como la afectividad y la dulzura. En una relación se define como una llena de equilibrio y amor, con sentimientos verdaderos y generosos al interior de la pareja.
En el aspecto negativo la emperatriz puede representar la vanidad, presunción, discusión en todos los planos e incluso inducir a una infidelidad cuando la frivolidad y el desequilibrio están presente (Definición carta volteada).
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Shion sabía que estaba actuando infantilmente, pero no podía evitarlo, el amor que sentía por Dohko es más grande que su sentido común; el verlo tan cercano al gemelo con su mano sobre su hombro lo hizo estallar de ira, y es que siendo el patriarca debía mantener cierta compostura, pero todo se iba por el caño cuando se trataba del chino, no por nada había esperado más de dos siglos para estar con él, no permitiría que otra persona quisiera quitárselo, mucho menos ese problemático geminiano manipulador de dioses. Seguramente la escena en el coliseo sería recordada por mucho tiempo.
—¡Dohko! —el grito retumbo por todo el área de la arena y las gradas colindantes, los aprendices, santos de bronce y plata y uno que otro dorado que estaban pululando por ahí levantaron la cabeza ante el estruendoso sonido. El caballero de libra reconoció de inmediato la voz y el tono de esta, nada bueno se presagiaba cuando Shion estaba enojado. Kanon también levantó la vista y con una ceja arqueada veía al Patriarca que se acercaba con paso fúrico hacia ellos.
—Shion... —comenzó Dohko cuando el lemuriano estuvo cerca, pero fue callado por otro grito.
—¿¡Qué demonios estaba haciendo Dohko!?
El libriano quedó extrañado por la frase, repasó en su mente la escena que tuvo con Kanon, lo único que habían estado haciendo era hablar amenamente de uno que otro tema fútil, donde el geminiano le hubo sacado algunas risas con su sentido del humor tan sarcástico, finalmente había terminado por posar su mano en su hombro…No creía que Shion se hubiese colocado colérico solo por esa simple acción, sería ridículo.
—Solo hablaba con Kanon —decidió contestar con la mayor naturalidad posible, sin inquirir mucho más acerca del tema.
—¡Eso no fue lo que vieron mis ojos!
Kanon rodó los ojos ante la escena, era obvio que el ariano estaba celoso de la cercanía que ambos tenían, pero no se iba a dejar intimidar, se había hecho buen amigo de Dohko y no tenía intención de alejarse.
—Shion cálmate, no armes una escena en medio del coliseo —intentó calmar Dohko.
—Será mejor que escuche a Dohko Patriarca, recuerde que debe mantener la compostura —pronunció Kanon con un deje burlesco que solo hizo enfadar más al lemuriano.
—¡Tu cállate y no te metas!,¡Dohko es mío! —antes de que el chino pudiese pronunciar palabra fue teletransportado por Shion. Todo el coliseo quedó en silencio ante la abrupta desaparición de los más antiguos guerreros. Kanon finalmente se movió de su lugar para luego encogerse de hombros, realmente había sido una escena muy insólita.
—¿Cuánto tiempo me vas a tener aquí Shion? —Dohko miraba a su pareja con cansancio luego de haber sido llevado a la fuerza.
—No me provoques Dohko —Shion bufó mientras veía de mala manera al chino.
—¿Qué demonios te sucede? —Shion calló, no quiso seguir exponiéndose, bastante tenía con su propia molestia—. Shion…
—¿Qué hacías con Kanon?
El chino suspiró. —Ya te lo dije, solo estábamos hablando.
—No lo creo.
—Eres un carnero testarudo.
—Solo protejo lo mío.
Dohko no sabía si molestarse o enternecerse, siempre se sentía alagado cuando Shion lo celaba, pero siempre detesto los extremos.
—No pasó nada, sabes que solo te amo a ti.
Shion desvió la mirada, siempre se sonrojaba cuando Dohko le decía que lo amaba, había pasado un tiempo desde que ambos se declarasen, pero aún sentía la calidez en su corazón cada vez que el chino pronunciaba esas palabras.
—Solo estaba celoso —admitió finalmente de mala gana el patriarca.
Dohko sonrió, Shion era muy orgulloso y siempre le costaba admitir lo que siente.
—Lo sé, pero tienes que intentar controlarte —el chino se acercó a Shion y rozó sus labios.
El lemuriano ante el contacto sonrió y antes de que el de cabellos castaños se alejase lo atrajo hacia sí y lo besó profundamente. Lo que más amaba del chino era el dulce sabor de sus cálidos y suaves labios, además de la esencia que destilaba cada parte de su piel, podía perderse por horas en la exploración de su ser. Amaba el afecto y la dulzura que ambos mantenían, su relación era producto de años de ilusiones y anhelos, su conexión era mucho más fuerte de lo que los demás imaginaban, quizás por eso Shion sentía tanto miedo de alejarse de quien amaba.
—No te dejaré escapar jamás —admitió Shion con la voz alterada por la cercanía con Dohko.
—Jamás te lo pediría —Dohko volvió a besar al lemuriano, esa escena de celos si bien les había traído una pequeña discusión, la reconciliación estando juntos sería mucho más deliciosa.
~FIN~