El primer paso.
-Gracias por la comida. –dije después de la comida, estaba realmente delicioso, pero ah Yamamoto actuaba tan normal que me pregunté si de verdad él no siente nada por mí y solo lo hizo para matar el tiempo y no estudiar… carajo, en verdad no se me da eso de ser el chico tímido, pero no quiero acelerar las cosas. No sé qué hacer. Me siento horrible, yo creía estar enamorado del décimo, pero después de un tiempo me di cuenta que no era amor de ese tipo, él me acepto y cuido de mí, pero lo veo como a mi hermano mayor...y mi mejor amigo. Pero con Yamamoto es diferente, él también cuida de mí pero es un idiota. Demonios, lo odio y me odio más a mí por pensar de él en esta forma.
-Gokudera, ¿Quieres tomar un baño? -la voz de Yamamoto me saco de mis pensamientos y parecía estar tan relajado, demonios creo que soy el único que se tomó eso de hace un momento con seriedad.
-Si…
-Bien, ¿Qué tal si nos metemos juntos?
-Si… ¿Qué? De ninguna manera idiota.
-Mmhh pero quiero ver más del cuerpo de Gokudera.
-Tu, ¿desde cuando eres tan atrevido?
-¿Eh? Desde que me di cuenta de que no quería perderte.
-¿De qué hablas?
-¿No es obvio? Me gustas Gokudera y si no te molesta quiero que salgas conmigo. Además se acerca la navidad es momento de dar y recibir…
-No. –que estoy diciendo, quiero decir que si… pero yo no sé si realmente me gusta.
-Bueno, ya veremos eso.
-Jaja, no seas tan creído idiota del beisbol, solo porque eres atractivo pienses que caeré tan fácilmente. –demonios porque no solo cierro la boca.
-Bueno, bueno, dejaremos esta platica para después ahora te enseñare donde está el baño.
Caminamos un poco dentro de la casa y me dirigió hacia el baño, era realmente tranquilo, la tina, ya con el agua preparada, me dieron aún más ganas de entrar. Yamamoto me dio un cambio de ropa suyo junto con dos toallas, una grande y una pequeña, y unas botellitas de champú. Salió del baño y me dejo ahí solo. Me desnude y entre, el agua estaba realmente caliente y eso me hizo relajar mucho.
Pasaron los minutos y en lo único que podía pensar era en Yamamoto, ¿Qué sentía por él? Definitivamente era guapo, y sus manos eran increíbles, y ni qué decir de su lengua… pero él me declaro sus sentimientos y yo simplemente lo rechace, ¿él quiere una persona como yo para él? Porque simplemente no dije “tú también me gustas”. No puedo seguir reprimiendo mis sentimientos por él, yo quería que me preguntara sobre estudiar desde que dijo que tendría esos exámenes extra, pero esperé a que el diera el primer paso, incluso hoy. Él siempre da el primer paso. Quizás es una de las tantas cosas que me han llegado a gustar de él. Yamamoto, ¿Por qué quieres a un tonto como yo?... Yo… quiero convertirme en una persona adecuada para él y para eso daré el siguiente paso.
Salí de la bañera y me sequé y cambie. Entre a la sala y ahí estaba él. Apenas estaba anocheciendo, el día paso inesperadamente rápido.
-Yamamoto. Ya está libre el baño.
-Gokudera… vaya, mi ropa te queda un poco grande, te ves sexy.
Sin poder evitar ponerme rojo me acerque a él, que estaba sentado en el sillón y me coloque encima de él a ahorcajadas, lo agarré del cuello y puse mis labios en los suyos. Él respondió con avidez y enseguida el beso se puso más candente.
-Gokudera… ahh… ¿cambiaste de opinión?
-Para na- si… yo, Yamamoto, tú también me gustas… cuando sonríes haces que mi corazón lata más rápido.
-Gokudera, cuando tú sonríes mi mundo da vueltas; tu voz, tu cara, tu piel, esos ojos que tienes me hacen sentir como si el destino te hubiera traído para mí.
-Yamamoto…
Nuestros ojos que en ningún momento se voltearon empezaron a brillar como la noche estrellada que caía sobre nosotros. Ambos sonreímos para el otro y sin saberlo nuestros cuerpos se encontraban cálidamente unidos en un abrazo.
Pasamos a su habitación aun sintiéndome algo inseguro, pero sabía sin ninguna duda que podía confiar en Yamamoto, sin importar qué. También sabía que mi trasero dolería al día siguiente, porque quería sentir a Yamamoto dentro de mí y conectarnos de tal manera que siempre lo recordaríamos.
-Bien… hay que tomar asiento. -Dijo Yamamoto para romper el silencio.
-Si.
En cuanto nos sentamos pude sentir el ambiente más tenso y cargado de tensión sexual, quería que lo hiciéramos ya pero no sabía cómo se sentía él. Puso su mano sobre la mía y con la otra tomo mi cara, me dio un beso suave y tierno y en ese momento se disiparon todas mis dudas, sin importar como, lo quería en mi vida. Respondí al beso tratando de que le llegaran mis sentimientos y su mano fue bajando por mi cara hasta llegar a la camiseta que me presto, un instante después ya estaba tirada en el piso.
Su mano entonces comenzó un recorrido por mi espalda y pecho, rozando mis tetillas de vez en cuando.
-Nhh… Yamamoto…
Sus labios mientras tanto besaban mi cara y fueron bajando hasta mis tetillas, succionándolas y lamiéndolas hasta provocarme una erección, en cuanto se dio cuenta que estaba duro su lengua se deslizo a través de mi abdomen para seguir bajando y quitarme con los dientes y manos el resto de mi ropa. De pronto su lengua se encontraba en la punta de mi pene dando vueltas por todo el rededor. Después subiendo y bajando para después introducirlo en su boca, me hizo sentir tan bien, era cálida y su respiración retumbaba por todo mi cuerpo.
-Deten…te… ahh… nnhh… ya estoy… a punto… ahhh –En ningún momento se retiró y me corrí dentro de su boca. –Lo…lo siento Yamamoto…
-No te preocupes Gokudera, quería sentir más de tu sabor. –Su mirada estaba ardiendo, metió dentro de mi boca dos dedos y no dude en chuparlos y lamerlos tanto como pude. –Ya es suficiente… -Y mientras los retiraba de mi boca me preparaba mentalmente para lo que venía. Metió un dedo primero, dando vueltas alrededor de mi trasero y poco después el otro…
-Ngaahhhg…Yamamoto… ahhh duele… -Se detuvo de pronto. –No te detengas idiota…
-Gokudera… ya no puedo soportarlo –Y de pronto sentí una gran presión dentro de mí. Él ya estaba entrando.
-Aaahh, Yama-moto ahhh uhhn… -El que Yamamoto no se quitara la ropa solo hizo que me excitara aún más…
-Ya estoy dentro.
-Uf… ya lo noté tonto. –Dije con una media sonrisa y con la cara roja a más no poder.
-Jaja, eres muy lindo Gokudera. Voy a empezar a moverme.
Embestidas cada vez más duras soportaba mi trasero, se sentía tan bien que Yamamoto estuviera dentro de mí su pene era realmente grande y cálido, además con una mano seguía masturbándome, me llenaba por completo. Acerco su boca hacia la mía y nos dimos otro profundo beso mientras estaba a punto de venirme.
-Ahhh Yamamoto… ya…a punto de… ahh.
-Sí, yo también.
Mientras mi abdomen se llenaba de mi semen, el de Yamamoto entraba en todo mí ser, calentándome hasta más no poder.
Después de eso dormimos en la misma cama, Yamamoto se quitó la camisa y se acurruco junto a mí, el tener esa cercanía hacía a mi corazón querer salir y entregarse a Yamamoto.
Al día siguiente mi propio estornudo me despertó y Yamamoto seguía profundamente dormido, sin querer oí algo que salió de su boca:
-Gokudera… te amo.
-I-idiota… Yo también te amo. -probablemente no me escucho...
-Genial.
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