Milo miro fijamente a Degel, el cual le devolvió la mirada, suspiro al leer en los ojos de Milo duda y algo de desconfianza.
-Quieres contarme que paso ayer-Milo miro fijamente a Degel que lo miro con aquellos ojos de un color un tanto extraño para el aun.
-Solo me sentí mal, yo también..-Degel cubrió con su dedo índice los labios de Milo negando con la cabeza.
-No eres igual a el, tu corazón es sano de eso estoy seguro y juro que voy a averiguar que esta pasando, esta vez no le fallare-susurro mirando de nuevo rodoiro.
-Que paso conmigo cuando me encontraste, como estaba-pregunto Milo con expresión seria haciendo suspirar a Degel.
-Parecia que sufrias un ataque, tu mirada estaba perdida, tus ojos estaban abierto al máximo, jadeabas cosas sin sentido mientras apretabas con fuerza tu pecho, lo único que logre procesar era que en verdad sufrías lo mismo que Kardia, pero al tocar tu pecho me di cuenta que el calor que trasmitías no era el mismo que el de Kardia,aun asi baje la temperatura de tu cuerpo, te llamaba pero aun seguias con la mirada perdida,volviste en si susurrando papá, mientras lagrimas corrian por tus mejillas, te acune entre mis brazos y trate de trasmitirte que todo estaba bien, pero no me respondiste habías caído dormido, me levante lo mas rápido posible, aquel lugar estaba lleno de un cosmos siniestro en mis condiciones y en las tuyas no podía darme el lujo de empezar una pelea, por lo que corrí lo mas rápido que pude a aries donde el patriarca ya te esperaba junto a Camus, te apartaron de mi, Shion suspiro angustiado yo lo haría si no supiera como controlar tus ataques, pero lo tuyo no es lo mismo tu no arderas, tu corazón no ardera para dar su ultimo aliento de vida, ahora te debo preguntar-Donde estaba Camus-.
-El no es mi niñera-susurro Milo haciendo que Degel riera con ironia.
-Se lo que sientes, se lo cabezota que podemos ser los santos de acuario pero por favo, no dudes en pedir ayuda, se que tu orgullo no te deja pedirla pero piensa en que dejaras a personas tristes si te alejas, no fui a velar tu sueño por que Camus me dijo que el lo haría, creo que le agradas algo, pero mas haya de eso quiero que sepas que eres lo único que me queda y no quiero que al fin cuando tengo algo pequeño de el también se aleje, no lo soportaria-susurro Degel haciendo que Milo abriera sus ojos al máximo ante las palabras de este.
Milo miro de reojo a Degel, moría por decirle todo contarle que Kardia lo ayudaba, que lo mencionaba mucho cuando hablaban en sueños, quería decirle que Kardia estaba con ellos cuidándolos pero no podía, quizás lo tacharían de loco y no se fiaba de nadie, jamás lo hizo desde pequeño esa fue una de las lecciones que primero aprendió.
-Por que crees que no es lo mismo-pregunto Milo mirando ahora el pueblo al cual no podía ir por ordenes del patriarca-Sabes comento Milo, el patriarca me prohibió ir quisiera ir a ver como son las celebraciones ahí.
Degel rio ante el comentario, pero no dudo en expresarse de la única forma que conocía, le diría lo que saliera del fondo de su corazón.
-Es genial, la música, las personas, hay alegría en cada esquina lo puedes notar al escuchar las risas de las personas, dan la mejor cerveza, barata pero buena-comento riendo bajito, bajo la sorprendida mirada de su “hijo”.
-Nooo, tu te escapaste del santuario con mi padre Kardia-pregunto asombrado Milo, no podía creer que el recto caballero de Acuario se dejara influenciar así.
-Hasta la voluntad mas fuerte flaquea y el hielo se puede derretir si un fuego abrazador lo rodea, así era el un torbellino que me arrastraba, pero no me arrepiento de nada -respondio Degel mirando ahora su collar.
-Recuerdo ese día, a el tampoco le permitían salir, me rogo hasta ultimo momento y claro que le dije que no, pero como sabia que el era demasiado terco y obstinado lo espere fuera de las casas y ahí estaba recargado en un árbol esperando a sus otros compiches, esa noche fue las mas alocada de mi vida, el templo estaba hecho un caos por que no sabían donde estaba Athena, me escandalice al verla llegar con Manigoldo y Albafica, estaba realmente asustado y molesto, al final termine uniéndome a ellos, recuerdo sus risas, la de Albafica, el enserio estaba feliz sabia que amaba a Manigoldo y esa noche junto a Athena que al final de la ultima pieza que bailamos ella unió las manos de ambos, mientras ella le decía a albafica que todo estaría bien, aquella noche con mi razonamiento de ebrio lo comprendí ella bendecía la unión de ambos y sentí envidia, no, yo podía darme ese lujo de flaquear por sentimientos tan banales pero cuando estas atrapado es muy difícil salir-Milo bajo la mirada mirando de soslayo a acuario.
-Y vas a decirme que te dijo Shion-pregunto Degel golpeando suavemente con su brazo el de Milo que rio bajito.
-Me dijo no te moverás de aquí si Camus no va contigo olvídalo no quiero mas problemas de tu parte Milo-Degel hizo una mueca rara que Milo pudo traducir como risa. Y yo dije pero Shion ,el se giro con cara de asesino hacia donde estaba. y el volvio a respetirme que sin Camus no-Milo rodo los ojos con molestia al repetir lo que dijo el Patriarca haciendo que Degel riera.-Pero es como no ir reproche obviamente mirándolo con cara de cachorro y el me dijo-Exacto ya captaste la indirecta pues bien-dijo Milo moviendo exageradamente su mano de un lado a otro.
Degel rio ante la actuación de Milo, para luego volver a su típica expresión seria.
-Milo lo dice por lo que paso en la tarde, quiero preguntarte algo antes de decirte esto, aunque creo que las dos son preguntas descabelladas las are-Milo parpadeo confundido.
-Cuando estábamos en el prado, recuerdas que paso-Milo lo miro fijamente para luego asentir.
-Si, estabas raro y creo que por eso no quieren que estés cerca de mi -susurro mirando a lo lejos a Camus mirándolo fijamente desde su templo.
-Cuando dices extraño a que te refieres-pregunto mirando fijamente a Milo que no aparto la mirada de acuario.
-Me respondías cosas sin sentido, y me mirabas con terror como si no fuera yo, me amenazaste cuando trate de acércame a ayudarte, pensé que te había afectado la conversación que teníamos de Kardia, te pusiste mal cuando hablamos de que tuviste que dejar a Kardia, te dije que lo entendía pero empezaste a decirme cosas sin sentido como si alguien mas hablara contigo, me asuste y trate de acercarme pero me gritaste que quien era yo, te decía que era yo Milo pero no entrabas en razón, entonces llego Camus y las cosas se pusieron peor y bueno lo demas ya lo sabes-Degel suspiro ahora todo tenia sentido esa aura siniestra, esa desorientación, esas voces en su cabeza, eran ellas, las furias pero por que estaban en el templo que ganaban con atormentarlo y hacer que atacara a Milo, tenia que averiguar eso no podía romper otra promesa, no le podía fallar a Kardia no de nuevo.
“¡Juntos lo superaremos… lo protegeremos”
-Tienen razón en desconfiar de mi, no es seguro que estés a mi lado, aun no se por que te quieren hacer daño, no se si puedo confiarte a alguien mas ni yo puedo protegerte de ellas-Milo lo miro extraño, a quienes se refería?.
-Lo que paso en el prado fue obra de las furias de Hera,ella hizo un pacto con ellas es muy antiguo segun lei aun no comprendo que pudo ofrecerles ella que fuera de interes para las tres guerreras, ni tampoco se que buscan aquí o con que propósito buscan dañarte pero prometo averiguarlo no soportaría que te hicieran daño, ni que yo mismo te lo hiciera-Milo frunció el ceño conocía la historia de esas mujeres era sirvientes de Hera,ellas perseguían a los culpables de ciertos crímenes, ellas son las guerreras de la venganza sus nombres son Alecto la implacable, ella castiga los delitos morales, Megera la celosa, castiga los delitos de infidelidad y Tisifone la vengadora del asesinato, ella castiga los delitos de sangre.
-Cual es tu crimen- pregunto Milo mirando a Degel que cerro los ojos con fuerza, respiro hondo abriéndolos de nuevo.
-Alecto- respondió mirando el collar que portaba en su cuello-Ellas siempre están juntas así que no me extraña que manipulen a cualquiera de aquí todos tenemos pecados detrás de nosotros menos tu-Milo miro fijamente a su padre que le acaricio el rostro.
-Veo pureza en ti, como la de un niño pequeño-dijo tomando un mechón de cabello de Milo para acomodarlo detrás de la oreja de este.
-Hay que decirle al patriarca-Degel negó.
-Aun no, pensaran que estoy usando mis conocimientos para confundirte, estamos en épocas de paz y plantear que los sirvientes de Hera, aunque no se si sabes pero ellas tiempo atras estuvieran bajo el veredicto de la señorita Athena luego las repudio y estan ahora irrumpiendo el templo, sin pruebas causaría mas problemas, Hera jamás a dado señales de interesarse en la tierra, además de buscar venganza con las mujeres con las que se acuesta Zeus no creo que pretenda algo mas utilizandolas a ellas y sus roces con Athena jamás han pasado a mayores-dijo apartando la mano del rostro de Milo.-Dame tiempo, averiguare que esta pasando y cuando tengamos pruebas iremos con su excelencia, no te preocupes confió en tu fuerza Milo y se que eres lo suficientemente capaz de sobrellevar esto-susurro degel besando la frente de Milo que sonrio ante el voto de confianza de Degel.-Solo recuerda que no estas solo-.
-Lo se-susurro Milo apoyando su frente contra la de su padre que sonrió levemente.
-Que te parece si te llevo a una verdadera fiesta-dijo despegando su frente de la de milo para susurrarle-Vamos a Rodoiro-Milo se alejo del rostro de su padre con una gran sonrisa.
-Enserio-Degel asintió mirando de nuevo a Acuario que ahora estaba vacío. –Puedo llevar a Killian-Degel asintió con una leve sonrisa, al ver a Milo levantarse de un brinco .
-No tan rápido Milo, aun no te he dicho donde nos veremos-Milo se giro apenado hacia su padre.
-Donde nos veremos-pregunto con una gran sonrisa parecida a la de Kardia cuando estaba apenado.
-Hoy no vayas a cenar aprovecha que todos estarán cenando con su excelencia y espérame a las afueras del templo de Aries, mas adelante hay dos arboles que forman un arco, era antes la entrada para ir a los aposentos de las doncellas, tomaremos ese camino para que nadie nos vea, tengo entendido que ahora solo duermen ahí algunas personas que sirven a Athena personalmente, por que al salir estará todo vacío-Milo sonrió ante el plan.
-Es el mismo que seguiste esa vez con el-Degel asintió.
-Nunca fallo, siempre lograba escaparse con el mismo truco-Milo rio empezando a bajar las escaleras a paso lento, giro para ver a Degel que le devolvió la sonrisa se giro también con una sonrisa grande en su rostro y salió corriendo a la casa de cáncer.
-No corras puedes caerte-grito Degel al joven escorpión.
-No te preocupes-grito Milo
FB..
-Degel cuando regresemos iremos a Rodoiro, beberemos cerveza barata, bailaremos hasta acabar vomitando, y pasearemos a caballo por la playa…Pisoteando las olas.
-Esta bien y luego ¿Hacia dónde?
-Hacia las estrellas…
FFB
Degel miro hacia el firmamento ahí estaba las constelaciones de acuario y escorpio brillando con todo su esplendor.
-Hacia las estrellas Kardia-dijo sonriendo al ver una estrella fugaz pasar.
Siberia…
-Antares tienes noti..-Kalte se quedo mirando la vista que miraba su caballero en el espejo, este miraba al pueblo de Rodoiro de lejos con sus luces de colores.
-Que celebran-pregunto despegando la mirada del espejo, para mirar a su reina.
-Festival en honor a Athena-respondio acercando mas la imagen-Te interesa-pregunto viendo la sonrisa de Antares.
-El ira, lo presiento-susurro viendo la imagen.
-Que sugieras-pregunto Kalte acariciando los cabellos cortos azules.
-Furias-llamo sin mirar a sus espaldas, donde tiempo después aparecieron tres mujeres solo cubiertas con cintas rojas, las cuales cubrían sus partes intimas.
-Diganle a mi señora Hera que llego la hora de cobrarle algunos favores a Afrodita-dijo viendo a Milo salir de su templo.
-Si mi señor-dijeron al unísono para luego desaparecer.
Kalte rio ante la idea de su caballero, tenían que lograr que desconfiaran mas de Degel y este era la oportunidad de oro.
-Crees que sospechen de las furias-pregunto mirando en el espejo a Degel mirar las estrellas.
-Eso no lo dudes son estúpidas pero servibles, nuestra carta de hoy son los favores sabes que siempre las buenas intenciones de Afrodita terminando en malos términos jajajajaajaj-Antares miro fijamente a Degel aun riendo-Quiero ver tu reacción al ver que hice con tu preciado Kardia-dijo relamiéndose los labios-Aun puedo sentir su deliciosa sangre en mis labios, Kardia no falta mucho para que tu querido Degel siga tu destino.
-Entonces que arda troya mi querido Antares-dijo Kalte abrazando a su caballero que correspondió el gesto con una sonrisa.