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Snow Queen - Crystal Knight por QueenCrystal

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Notas del capitulo:

Espero les guste el capitulo no soy muy buena escribiendo pero espero mi intento sea de su agrado.

Los personajes no me pertencen son de la creacion de Masami Kurumada.

Agradezco de todo corazón a Yiskah-kun por darme animo para seguir escribiendo al igual a Kinoe que tambien le dio una oportunidad a esta historia, espero que mas personas se unan y dejen sus comentarios me anima leer que otras personas disfrutan de mi hobbie.

Sus riviews son el alimento de mi inspiracion n.n.

Algo mas en este capitulo coleque el nombre de Death Mask como el de Killian, no se convense el de angelo o valentino asi que decidi poner uno mas acertado con respecto a su nombre 

“Deseo que te pudieras quedar conmigo todo el dia me gustaría poder cambiar tu mente y hacer de la distancia nuestro hogar, daría cualquier cosa por oírte decir "Te estaré amando eternamente"

—Degel, ¿no vienes?— Shion entró en el templo de acuario que estaba casi en su totalidad congelado—. ¡Wow! Degel, ¿sabes qué? no puedes seguir así—aseguró tratando de animar a su amigo, quien sólo cerro el libro que leia con brusquedad.

—¿En qué puedo ayudarte?— preguntó levantándose de su estancia para caminar hacia una pequeña mesita en medio de los dos pequeños sofás de la sala de estar.

—Que bonito, no sabía que te iban los bonsái— comento mientras que ignoraba la fría respuesta. El acuariano sonrió tocando con cariño las pequeñas ramitas.

—Me lo dio Kardia antes de partir a Siberia, es un árbol de manzano— Shion miró al pequeño árbol con duda.

—Da mini manzanas— Degel cerró los ojos para no reír ante la ocurrencia de este.

—Sólo producirá una, eso lo hace mas especial—dijo acariciando la maceta de cerámica hecha a mano por Kardia.

—¿Iras al funeral?— Preguntó. El santo dejó de tocar el pequeño árbol, pero no alejó su mirada del mismo.

—¿Deberia?, no hay a quien llorar. Él no está ahí, sólo enterraremos más tierra sobre más tierra, no hay nada que me ancle a ese lugar— el santo de Aries suspiró ante las palabras de su compañero, sabía que tenía razón pero Athena insistía que al menos su amigo merecía una recepción.

— ¿Por qué no vas al lugar donde siempre iban?, él debe estar esperándote ahí, él seria incapaz de marcharse sin despedirse— Degel miró fijamente a Shion como si hubiera dicho por primera vez algo coherente en toda la conversación.

—Lo pensaré— sólo asintió ante la respuesta y salió enseguida, ya que si se queda más tiempo quizás se congelaría.

El acuariano sólo espero que su compañero saliera para dejar escapar gruesas lágrimas, le costaba fingir que no le importaba, ya no podía mantenerse más al margen, tener que fingir que los sentimientos de la perdida de alguien importante no le afectaban era falso.

—Sabía que te desmoronarías pronto—Degel se giró secando rápidamente las lágrimas de su rostro, para toparse con una cálida sonrisa acompañada de serena mirada de Manigoldo el compañero de parrandas de Kardia.

"Mani es mi mejor amigo eso no lo puedo negar, pero tú eres alguien mas especial"

Degel se dejó caer en el frio piso de su templo no fingiría delante del hombre que lo acababa de ver llorar frente un mini árbol de manzano.

—Lo vi plantarlo, tuvo que leer mucho para lograr que se quedara así, era gracioso ver como se esforzaba. Él odiaba leer, no había poder humano que le hiciera leer más de dos páginas, de milagro sabía hacerlo— Comentó Manigoldo ensanchando su pequeña sonrisa, mientras miraba a la nada.

—Lo sé, le gustaba que leyera para él en las noches— Respondió escondiendo su rostro entre sus piernas flexionadas.

—Sé que es tarde para decirte esto, pero no puedo guardar este secreto—comentó el santo de cáncer haciendo que Degel levantara su vista por un momento.

"Lo amo Manigoldo, me gusta mucho, pienso declararme al regresar de la misión"

—Degel, él... ¡rayos! yo no debería de decirte esto... Kardia estaba enamorado de ti, me lo dijo antes de irse contigo a Siberia, por eso siempre te regalaba muchas cosas, por eso dejó de salir conmigo para quedarse todas las noches a que leyeras poesía y más importante... me comento algo sobre un Milo,¿Qué es un Milo?—dijo sobándose los brazos por el frio.

Degel sonrió y cubrió sus rostro para que Manigoldo no viera su eterna expresión de angustia y dolor, sabia que este jamás se acercaría a él, no eran tan cercanos y él sólo dejaba que lo tocaran personas muy allegadas a él.

 

*"Dioses, si yo tuviera un corazón

Escribiría mi odio sobre el hielo y mi amor sobre la dura roca

Pintaría como si viviera de sueños como Van Gogh, pediría deseos de tinta a las estrellas como Benneti y una canción de Serrat seria nuestra eterna serenata a la sombra del manzano de las puertas del Hades.

Déjame regar con lágrimas los lirios blancos de tu alma, para sentir el dolor del lacerante sol en mis espaldas, déjame besar tus labios teñidos de un mortal blanco marfil antes de tu partir."

Kardia jugaba con una manzana mientras que Degel le leía un poema, el escorpión no era de las personas que disfrutara horas y horas de comer libros, pero por Degel simplemente se mordía la lengua y escuchaba o si no dormía.

—¿Te gustan las manzanas?— preguntó dejando de leer aquel poema.

¡Ohh sí! mucho, dicen que sirven para lo del corazón— Degel sonrió.

¡Oh! mi pequeño Milo— Kardia se levantó del regazo para mirarlo de mala manera.

—¿Quién es ese Milo?, pensé que yo sólo era tu amigo— el santo de acuario soltó una carcajada que sólo Kardia era dichoso de escuchar.

—¡JAJAJAJA! Kardia, Milo es manzana en griego— Kardia bajó su rostro apenado, por poco perdía el control frente a Degel, casi mostraba ese lado posesivo y enfermo de amor que escondía recelosamente.

Que iba a saber yo, no soy tan ilustrado como tú— Degel negó aun entre risas, no podía parar de reír.

—¿Sabes?, si fueras una chica me hubiera gustado casarme contigo y tener un hijo que se llame Milo— el acuariano paro de reír y miró fijamente a su mejor amigo, Kardia hizo lo mismo y por un momento, azul y ámbar chocaron uniéndose como una explosión de galaxia, hasta que el escorpión cerró sus ojos por el dolor que le provocó una manzana que había caído en su cabeza.

¡Carajo! ¿por qué me atacas?— gritó Kardia contra el árbol, haciendo que Degel reaccionara de su ensoñación y retomara su lectura de nuevo con una pequeña sonrisa.

—Así que nuestro hijo se llamará manzana, que original— susurró riéndose bajito ante la imagen de su amigo peleándose con el árbol de manzano.

Aquella tarde vieron el atardecer en aquella colina bajo el pequeño manzano que explotaba Kardia diariamente para satisfacer sus necesidades alimenticias. Degel recostado en el tronco mientras que Kardia descansaba su cabeza en su hombro mientras comía una manzana.

"Son innumerables las veces que he derramado mis lágrimas"

Pero más allá de ellas, estoy seguro de que volveremos a encontrarnos"*

Siglo xx

"Hasta en los recuerdos lejanos siempre hay

Susurros que no pueden ser olvidados

Incluso en un espejo que se rompió en pequeños pedazos

Se reflejan nuevos paisajes"

Always with me.

Milo mordía una gran manzana roja que había tomado del árbol de su nuevo escondite privado, se lanzó en el verde césped que rodeaba aquella colina que daba una espectacular vista al mar. Suspiró con fuerza, mañana empezaría su entrenamiento con Death Mask, ya que Camus había cambiado de compañero y ahora estaba con Saga, se sentía furioso consigo mismo por enojarse por esa tontería y más furioso porque lo cambiaran a él, no era cualquiera pelmazo si había sido cabron de niño pero era un niño, los niños son impulsivos y conflictivos bueno el mucho más, pero no se merecía que sus compañeros lo relegaran a él y a Death Mask.

—¡Hey! me gusta este lugar bicho— el rubio rodó los ojos con molestia ante la aparición de su amigo.

—¿Cómo me encontraste?— preguntó sin mirar a su amigo que tomaba asiento a su lado.

—No apagaste tu cosmos— respondió el otro son simpleza.

Milo estalló en carcajadas, mientras que Killian lo miraba como si le hubieran salido 5 cabezas.

—Lo siento, es que donde entrené siempre la señora que nos alimentaba a mi y mi maestro nos comentaba que no entendía eso de apagar el cosmos, que si eso lo cortaban si no se pagaba a tiempo como la luz y el agua ¡jajajajaja!— Death Mask empezó a hacer caras raras para luego reír a todo pulmón.

—jajajaa No entendí— dijo mientras reía escandalosamente—. Oye mejor nos calmamos o les arruinaremos el paseo romántico jajajaja al hielito— Milo dejó de reír para mirar hacia donde señalaba el cangrejo. En la playa caminaban Camus con Saga riendo.

El escorpión apretó con fuerza su puño, por alguna razón su sangre empezaba a hervir. Killian miró a Milo por un momento y luego a la pareja y soltó un gran "!Aahh¡"

—Estas celoso, porque tú estas solo y los nerdos ya se emparejaron— afirmó Death Mask mirando de nuevo a su amigo, quien ahora apretaba con fuerza su pecho.

"Cuando más cerca este tu corazón de la oscuridad más cerca estaremos"

—No puedo respirar que... que me...— intentó hablar mientras notaba que todo a su alrededor se tornaba oscuro y la voz de Killian cada vez era menos notoria.

—¡Milo! ¡Milo! ¡HEY MILO!— gritó el caballero de la cuarta casa al verlo desplomarse.

¿Acaso moriría tan joven de un infarto?, eso si que seria irónico, ¿así se sentía la muerte?, como caer al vacío.

—Milo, Milo, Milo— el mencionado se giró para encontrarse con un hombre casi idéntico a él, sólo que este tenía los cabellos azules. Observó detalladamente al hombre que quitaba la mano de su pecho y extendía algo hacia él, caminó hacia él extraño y miró la mano tendida que tenía un collar con un dije de cristal de nieve, acercó su mano a este al notar que era idéntico al que el llevaba puesto, tocó la superficie fría retrocedió como si hubiera tocado fuego con sus manos, miles de imágenes golpearon su memoria.

—Mi caballero de Cristal—alzó la mirada ante la voz femenina que lo llamaba. Una mujer de cabellos blancos, de belleza demoniaca le sonríe con malicia.

—¿Quién eres?— preguntó notando que su voz no sonaba igual que siempre, era idéntica a la de ese hombre.

—Tu diosa—aseguró señalando con su cetro el corazón del griego.

—Mi diosa es Athena— dijo levantándose, poniéndose en posición de ataque.

—Morirás entonces— Milo trato de moverse, pero sus extremidades estaba congeladas. Aun así alzó su mirada con orgullo no moriría como un cobarde.

—Congelaré tu corazón de fuego y será mío jajajajajaja— Sólo vio un resplandor salir del cetro e impactar contra su cuerpo, su sangre corría por el suelo congelado. Era demasiado doloroso.

Levantó sus ojos hacia el cielo esperando ver el cielo estrellado; pero no fue así, abrió sus ojos al máximo al no ver el cielo sino el reflejo de un hombre de cabellos azules y mirada fiera que se desangraba, mientras estiraba su mano buscando tomar algo invisible.

—¡CORRE MILO! ¡CORRE!— exclamó el hombre extendiendo sus manos hacia él, podía sentir aquel tacto frio que anunciaba la muerte. Extendió su mano hacia aquel extraño para ayudarle, pero todo fue en vano, su vista empezó a tornarse borrosa, ya no podía ver nada, todo le daba vueltas, sólo escuchaba como alguien gritaba un nombre desesperadamente.

—¡KARDIA! ¡KARDIA! ¡KARDIAAAAAAA!— aquella voz que le llamaba lo alejaba de aquel lugar frio y lo guiaba a un lugar lleno de oscuridad y silencio. Se podía sentir la soledad y desesperación a su alrededor.

Cerró sus ojos con fuerza esperando que al abrirlos pudiera ver al dueño de aquella voz que llamaba con tanta desesperación a esa persona, abrió con rapidez sus ojos observando en el cielo como las constelaciones de acuario y escorpio se unían y explotaban logrando segarlo con su luz, tapó sus ojos con sus brazos pero una voz llamándolo lo hizo mirar de nuevo a aquella luz.

—¡MILO! ¡MILO! ¡MILOOOOO!— abrió sus ojos y se vio segado de nuevo por una luz, pestañeo varias veces para al fin enfocar y ver que a su alrededor a sus compañeros que lo miraban preocupados, todos estaban ahí hasta Camus que estaba casi a su lado.

—Muchacho que susto nos diste, convulsionaste y pesábamos que no sobrevivirías. Creo que heredaste además de la armadura el defecto de Kardia.

—¿Que me pasó?— fue lo único que atino a preguntar.

—No te preocupes no volverá a suceder, Camus se encargará de eso— Milo dirigió su mirada al mencionado, quien lo observó con la expresión más fría del mundo, produciéndole dolor por una extraña razón. Había visto como miraba a Saga y no era nada parecido a la que estaba recibiendo.

"A pesar de que ahora estamos separados, nunca estamos solos estoy abrazando los vínculos a través del tiempo y el espacio . Te extraño demasiado, es tan doloroso, que mis lágrimas brotan Quiero encontrarme contigo, es tan solitario, aun puedo escuchar los latidos de mi corazón" 

Notas finales:

Gracias por leer y hasta la proxima publicación n.n 


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