— Estoy bien, estoy bien. Creo. —Murmura con disimulo. A lado del pequeño pelinegro se halla otro pequeño pero de cabello color castaño.
— Nah... No lo creo. No, no creo. ¡Estoy seguro! ... Que no hay nada bueno en ti. —Responde el castaño haciendo que el pelinegro mire a su dirección, lanzándole piedras(rocas) imaginarias a su cabeza.
— Cuando digo que estoy bien o está bien. Es porqué lo es. Ok. Deja de joder. —Sepulta a su amigo imaginariamente con tierrita, como era se suponerse ya que no había algo cerca a él como para poder hacerlo realidad, y sigue mirando al joven de piel bronceada mientras muerde el labio inferior.
— No jodo, solo digo la verdad. Además... Necesitas babero. ¿Cuando te darás cuenta que ese morenaje quiere enterrártela hasta al fondo? —El joven castaño susurró al oído del pelinegro, al cual se le subió el rojo a sus mejillas hasta las orejas.
— ¡¡Yaa!! ¿¡¡Que te pasa!!? —Oops... Alguien gritó demasiado alto, atrayendo la mirada de todos sus compañeros. Olvidense del rojo en sus mejillas ahora probablemente parecía un chupetín globo pop sabor a fresa.
— ¡Joven Do! ¡Tiene detención hoy por hacer lío en el salón! —Agh. Eso si fué fuerte, tenía que dirigirse al terminar la clase al aula con compañeros del mal vivir, bueno no tanto del mal vivir pero quería exagerar un poco.
El joven de palidez extrema estaba abochornado e incómodo, ¿Qué podría ser peor? ¿he?. Ha sido un alumno de buen comportamiento, aquello era algo tan malo. Uhm.
— Todo esto es por tu culpa Baekmaldito. —Murmuró cerca al oído de su amigo, aquello le provocó cositas, mas bien escalofríos haciendo que el pelicastaño pusiera su palma en la cara de Kyung haciendo retroceder su rostro, aplastándolo.
— No hables así en mi oído, así háblale al canelita que te come con la mirada... Aunque ahora parece que te quiere matar... ¡Hey! Mira al pobre. —El castaño terminó de hablar tomando los hombros estrechos del joven mas bajo y sacudiéndolo. El pelinegro giró su rostro con delicadeza y lamió sus labios haciéndolos brillar naturalmente.
Y pues porque este joven cree que lo que está haciendo tenga algún resultado. Bueno, en si, el de ojos grandes sabía que el chico de piel bronceada tenía una atracción hacia el y pues lo quería aprovechar. Hace dos meses que hubo un intercambio de alumnos de otro internado, y éste angelito moreno aterrizó aquí. Fué genial, todas absolutamente todas se morían por el, claro básicamente aquel joven tenía porte, su cerebro no estaba hueco, era inteligente y eso era la razón por la cual atraía mujeres e incluso hombres. Pero había algo en el, era extremadamente tímido y callado. Al parecer todos pensaron que seria el gran playboy y se acostaría con la mitad del internado al primer día pero no. No era así ya que aquel joven era puro, en el fondo. Su mente siempre se iba al extremo y era muy consiente de lo que hacía, la razón por la cual su mente pura y virgen se volvió sucia fué por aquel chico de ojos grandecitos, labios rojitos, piel blanquita y el culo bien redondito, eso. Aquel chico movió todo a su alrededor, ¿Que si había tenido novias? Pues si, tuvo una pero ni siquiera llegaron a la fase dos ya que él no se sentía listo y no sabia como tratar en ese entonces a su novia. Todo comenzó en el segundo día de clases.
#Flashback#
— Kyung Soo... Dicen que hay un nuevo alumno y esta rico. —Dijo el castaño y su sonrisa se volvía pervertida.
— ¿Es millonario? —Dice Kyung Soo, riéndose internamente. Y luego siente un golpe en su cabeza.
— Dije que está rico no que es.. aunque creo que si... —El castaño se sobaba también la cabeza pues el pelinegro respondió al instante.
— Ya Ok. Quiero verlo. Ojalá que no sea un mujeriego porque lo detestaré al instante —Respondió mirando la puerta, el profesor ingresó y atrás venia un joven.
— Ya silencio. —La clases se puso de pie y miraban atento al chico de piel bronceada, muy sexy debo de decir. Cabello negro y un cuerpo de infarto. Suspiros por aquí y por allá.
Kyung Soo cerró sus ojos y pensó. “Otro pendejo"
— Silencio dije, nuestro nuevo alumno de intercambio, preséntate muchacho. —Puso una mano en el hombro del chico, y éste se estremeció ante el toque.
— M-mi nombre es... Kim Jong In —Tartamudeó al principio pero como arte de magia todos habían ignorado eso. Y si, hablaban del salón mas burlón de todos.
— Huy... Como que le hago un oral, ahora. —Murmuró el castaño haciendo que el pelinegro se estremezca y levante su mano. Pellizcando así al otro.
— ¡Hay! Mierda, ¿ahora que hice? —Fingió un puchero mientras se sobaba el brazo.
— Cállate. Shht —Dijo Kyung y escaneaba al mas alto. Este hizo una reverencia para luego sentarse al costado de una rubia.
Vaya ni bien entra y ya quiere golear. Pendejo.
La clase comenzó y todos escribían, unas que otras hablaban del nuevo.
“La tiene grande" “Quiero que me de duro" “Si así es en el salón, imagínate en la cama" etc.
Y eso que eran los mas bajos de tono.
...
— Que te pareció el nuevo... Buenazo... Aunque es un mudo de mierda —Dijo el castaño entrando a la cafetería, un gigante con manos grandes y dedos también tomó al éste de la cintura y lo acercó para darle un beso. Húmedo por cierto.
— Ya ya párenle a la cochinada —Dijo el pelinegro suspirando cansadamente mientras se sentaba en una de las sillas junto a la mesa.
— ¿Estas celoso? Kyung deberías coger ya. Te hace falta. —Dijo el grandulón y orejón, Chanyeol.
— Cállate mierda. —Se quejó el pequeño mientras sacaba una manzana de su bolsillo. Ya la había sacado antes de su mochila, para evitar la fatiga.
— Ya Soo, Take it easy. Baby. —Habló Baek Hyun, el castaño bonito.
— Si, si... —Dijo ignorando a su alrededor.
— ¿Como es el chico nuevo? —Cuestionó Yeol y luego mordió un pedazo de su emparedado.
— Tu Baek dice que esta bue...—Éste fue callado por unas manos delicadas.
El orejón arrugó su frente. Oh si. Ha Baek le tocaba castigo y duro.
— Dije que estaba buena gente, ya sabes, buena gente. Bebé. —Guiñó un ojo para que si el otro aceptara su oración pero aquello hizo que el grande lo mirara mal.
— Hoy a las 10 te quiero en mi cuarto. —Murmuró al oído de Baek, levantándose molesto.
— Todo es tu culpa. ¡Hay! —Lloriqueó falsamente mientras recargaba su frente en la mesa.
— Pero que mas quieres, vas a tener una noche de pasión. Lo que te gusta, perra. —Calmó a Baek pero éste negó.
— Cuando se pone celoso, lo hace muy duro y mi traserito sufre Kyung, ¿te acuerdas la vez pasada que falté dos días? —Volteó su rostro mirándolo con rostro de falso sufrimiento, bien que le gustaba al salvaje.
El pelinegro asintió.
— Pues tuvimos una gran discusión y al parecer para que le quedara claro era follarme salvajemente encima de su mesa de estudio. ¡Kyung, no podía caminar! —Negó un poco y puso su mano en barbilla poniendo un rostro preocupado.
El pelinegro quizás si se estaba sintiendo mal cuando...
— Pero fué rico y me gustó, espero quedarme cuadrapléjico, la tiene grande por eso lo amo. —El de ojos grandes casi se le viene el desayuno y solo le quedó toser.
— Eres un enfermo sexual Baek Hyun. —Finalizó.