Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Donde Las Flores No Crecen por TeruNishimura

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Me demore mucho menos en escribirlo de lo que esperaba.

Y sera un capitulo demaciado espercial para los que les gusta el Aoiha.

 

La última vez que había estado ahí recordaba que el departamento de Yuu era enorme, ahora se veía mucho más grande que esa vez, los ventanales daban a una cara oscura de Tokio, con unas luces que parecían estar más vívidas cuando el manto de la noche cubría sus cabezas.

            -No seas tímido, ven, siéntate.

Se sentó en un enorme sofá de cuero negro que estaba en medio de la estancia, se miro a los pies un poco arrepentido de haber ido, pensó en Akira, debía estar desesperado buscándolo, pensó en Yuuki, lo odiaría después de esto, pensó en Ruki, en lo mucho que le dolía lo que había pasado.

            -¿Quieres comer algo?

            -No – sintió que el sofá se hundió cuando Yuu se sentó a su lado.

            -Ahora, ¿Me vas a decir que fue lo que ocurrió?

            -… Estoy viviendo con alguien… es raro, no  es mi pareja, pero si nos…

            -Te acuestas con el ¿No? – Levanto la vista y la dirigió hacia los ojos de Yuu.

            -…Si… y hoy llegue más temprano a mi hogar y… lo descubrí con otro.

            -¿Estas enamorado de él? – Kouyou nunca se había preguntado algo así, era extraño para el hablar de que sentía algo en particular por Akira, la relación que mantenía era anormal, poco convencional, casi prohibida.

            -No… creo que no.

            -Es triste saber que estar perdiendo tu tiempo con alguien que al parecer no te quiere, y tú tampoco lo quieres por lo que veo… ¿No has pensado en irte de ahí?

            -Créeme que lo intentado muchas veces… pero por una razón u otra vuelvo ahí, es como si estuviera destinado a estar con él para siempre.

            -Te creo, pero no debes pensar en eso, cuando estas con alguien no puede ser por costumbre, debe haber un lazo emocional que los mantenga unidos, si no es así no tiene ningún sentido que sigas con él.

            -Lo sé, pero para el no hay ningún lazo en especial… a veces pareciera que me quiere, pero hay otras veces en las que no me demuestra nada, y eso es muy frustrante.

            -Y con respecto a la infidelidad… ¿Cómo te sientes?

            -Como crees… siento que me vio la cara todo este tiempo.

            -¿Y qué piensas hacer ahora?

            -¿Acaso es esto una sesión con un psicólogo? – una débil sonrisa se hizo presente en los labios del menor, y también en los de Yuu

            -No, pero quiero ayudarte – no supo porque pero la distancia que tenían se redujo hasta la nada, Yuu se acerco a la boca de Shima sin pedir permiso y le beso intensamente. Por supuesto que Kouyou no se lo esperaba, pero la desolación en su alma le hizo dejarse llevar por el momento.

Los brazos del mayor le rodearon y le acercaron mucho más a su cuerpo, no supo cómo reaccionar a las caricias del otro, se mantuvo quieto solo respondiendo al beso.  Y cuando se separaron solo sintió el impulso de seguir con los besos, esta vez el menor se abalanzo a juntar sus bocas de nueva cuenta. De alguna forma el contacto íntimo con Yuu le sanaba, como si se hiciera justicia, comenzó a sentir en su interior algo que jamás había sentido.

            -Kou…  no sé si quieres continuar.

            -¿Continuar qué?

            -Vamos a mi habitación  para estar más cómodos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

            -Relájate Akira, Kouyou va a aparecer pronto… no tiene donde quedarse. – estrujó el cigarrillo consumido contra el cenicero. – solo quédate aquí y espera, el va a volver… yo tengo que irme ahora.

Ruki le beso en la frente antes de irse, Akira se mantuvo quieto, sentado en el sofá de la estancia.  Pensó en lo que había hecho,  era obvio que lo que había hecho estaba mal pero no pudo evitarlo, no tenían sexo muy seguido y eso les estaba pasando la cuenta y con Ruki siempre obtenía lo que quería, pero la parte emocional escaseaba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Era grandioso, las caricias, los besos, todo, y aunque estuviese mal a su parecer lo que hacía, después tendría tiempo de sentirse culpable, ahora tenía cerrar los ojos y dejarse llevar por todo eso.

Yuu estaba sin camisa, se había apresurado en desvestirse antes de lo esperado, Shima se mantuvo en su posición, esperando que las manos del mayor se deshicieran de su ropa.

Le beso el cuello y siguió bajando a medida que desabotonaba la camisa  escolar, y cuando la tuvo totalmente abierta se la retiro del cuerpo. Como reflejo, Kouyou se cubrió con sus brazos, no quería que viera las cicatrices que tenia a lo largo de su piel.

            -No seas tímido Kou,  muéstrate.

            -No puedo hacerlo.

            -Vamos Shima, no te pongas así, eres preciosos. – Yuu pasó su mano por la mejilla del menor de forma cariñosa, intentando convencerlo.

            -Apaga la… luz.

            -¿Qué?

            -Que apagues la luz… no quiero que me veas.

            -Esta bien, si así lo quieres, lo hare.

Apenas terminó con el pedido de Kouyou se dedico a seguir desvistiéndolo, y aunque no podía ver nada, el poder recorrer sus muslos con sus propias manos era lo más satisfactorio en la vida. Su carne era firme, tersa y tibia al tacto, con cada roce subía poco a poco su temperatura.

Ambos quedaron totalmente desnudos, frente a frente, fundiéndose ambos en caricias y besos, pero el momento más importante aun no llegaba, las caricias previas se había alargado demasiado.

Yuu estaba entre las piernas de Shima, rozaba su propia erección con la del otro mientras lamía los pezones del menor, de pronto se detuvo y puso una de las piernas de Kouyou contra el pecho de este para tener mayor acceso a su entrada. El mayor lubrico sus dedos con su propia saliva y los encamino hacia el agujero que escondía Shima entre sus nalgas.

Un primer intruso se hizo presente en su interior, al estar relajado no sintió dolor, solo una sensación extraña que era característica cuando se invadía esa zona. Los otros dos no entraron con mucho problema, sus paredes cedían y se amoldaban con facilidad, Yuu exploro la cavidad ajena en busca de su punto erógeno, y cuando lo halló, Kouyou no pudo evitas sacudirse de tanto placer que sentía, fue tanto que bastaron  unos minutos más de estimulación  para que tuviera un prematuro orgasmo.

Yuu se sorprendió con lo fácil que fue llevarlo hasta el clímax al chico, tuvo la impresión de que no tenia absolutamente nada de experiencia en el plano sexual.

Se acomodo mejor entre las piernas del menor y dirigió su miembro hacia la entrada del menor, se deslizo en su interior con sutileza, saboreando cada deliciosa sensación, por fin había obtenido lo que deseaba, poseer a Kouyou, y las expectativas que tenia de ello quedaron pequeñas a lo que sentía en ese momento, era totalmente sublime. Se amoldaba perfectamente a su talla, comenzó con el vaivén de sus caderas de forma suave mientras veía como Shima respondía a las penetraciones de forma positiva.

Siguió moviéndose en su interior, aprovechando cada segundo en el que podía decir que disfrutaba del cuerpo de un chico, sintiendo su miembro abrazado por las paredes internas del pasivo, en un momento tomo una de las piernas de este y la puso sobre  su hombro, como esperaba, Kouyou tenía una gran flexibilidad y una de las voces más excitantes que jamás había escuchado, se preocupo de escuchar aun mas esa preciosa voz y corrigió el ángulo de sus penetraciones para poder alcanzar la próstata de Shima.

El delicioso efecto producido por el desplazamiento interno de Yuu se sintió casi de inmediato, sabía que si seguía ese ritmo el mayor alcanzaría el orgasmo más temprano que tarde.

Por las reacciones de Shima, Yuu concluyó que el chico era demasiado sensible, y eso le encantaba, no quiso seguir conteniéndose y dio paso a un movimiento más frenético, más  intenso,  alcanzando una mayor profundidad. Sentía que los esfínteres de Shima le devoraban con una increíble calidez y esto le produjo una característica sensación en su entrepierna, un calor especial que se esparcía por su cuerpo. Kouyou sintió lo mismo y termino por derramarse en su propio estomago.

Se retiro del interior del chico viendo como escurría su propia semilla de entre las nalgas de este. No estaba satisfecho, quería obtener mucho mas Shima, quería tenerlo todo.  Ambas pieles estaban cubiertas de sudor, sus pechos estaban agitados por la actividad reciente.

Kouyou no se sintió culpable por acostarse con Yuu, de algún modo sentía que la balanza se equilibraba por primera vez.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El ruido de la puerta abriéndose le indico que alguien acababa de llegar,  Akira estaba desesperado, había bajado a la calle muchas veces durante la noche y buscaba a Kouyou en las  vacías calles del barrio sin ningún éxito.

Llego con la mirada triste, no le dijo nada, parecía que le hubieran hecho algo atroz, obviamente se sintió preocupado.

            -Shima ¿Dónde estabas?

            -Dormí en la casa de un amigo, no te preocupes. – fue hacia su habitación en busca de toallas secas y ropa limpia. Cuando salió de la habitación  Akira lo tomo de uno de sus brazos  en busca de una explicación. -¿Qué pasa?

            -Desapareces toda la noche y llegas como si nada hubiese pasado… tenemos un tema de que hablar.

            -Por supuesto que tenemos que hablar, de un tema que se tiñe el cabello rubio, usa uñas postizas y se aparece por acá para acostarse contigo.

            -Eso fue accidental.

            -Ah, entonces me estás diciendo de que a ambos se le cayeron los pantalones y sin darte cuenta estabas entre sus piernas. – El mayor no quiso responder, no tenia como defenderse, en esas circunstancias hubiese deseado que cayera un meteorito y extinguiera toda la raza humana, pero eso no paso ni iba a pasar.

Akira le miro directo a los ojos, pero corrió la mirada, tenía la impresión de que en cualquier momento le golpearía por ponerse así de insolente.

            -… Estas celoso Shima, no lo niegues… ambos sabemos eso. – ahora se decidió a ver al mayor a los ojos.

            -No es eso Akira… ni si quiera sé si está bien si siento celos… esto es enfermizo Aki… nuestra relación es enfermiza. – Le soltó el brazo que le tenía agarrado desde hacía unos minutos. - ¿Qué somos Akira?... ¿Qué somos?

 

Evadió la pregunta y se encerró en la habitación, quiso dormir, no lo había hecho en toda la noche, pero la idea de definir qué había entre él y Shima era difícil de decir.

“¿Qué somos Shima? Me gustaría que fuéramos todo…”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

            -Trabajar contigo no fue muy bueno señor Shiroyama… mientras tú le quitabas lo poco y nada de virginidad que le quedaba a Shima yo tenía que tolerar a mi Akira casi con una crisis de pánico… pero antes de que apareciese me divertí bastante, jamás te lo voy a negar.

            -¿Y qué propones Takanori?

            -Podríamos inventar algo… no lo sé, si pudimos hacer que se pelearan con algo tan pequeño como una infidelidad se nos puede ocurrir algo mucho mejor… no lo sé… una enfermedad grave o algo mejor…

            -¿Algo como qué?

            -Ummm… se bastante del flacucho… se que tiene una horrible relación con su madre… ahí puedo mover los hilos de mi manera para que quedemos en una posición agradable para ambos.

            -Vaya, tienes demasiados As bajo la manga.

            -Estaré un poco loco, pero no soy inoperante señor Shiroyama… Así como contacte con usted porque se andaba revolcando con mi primo menor y que tenia cierto interés en Takashima puedo saber de todo… absolutamente todo.

            -Tienes una mente más maquiavélica que yo… haz lo que sea necesario para separarlos.

            -Sin tu autorización o no lo iba a hacer de todas formas.

 

 

 

 

 

Se retiro del despacho de Yuu con el sabor de la victoria en los labios, pero esto acababa de comenzar, tenía más que claro que el banquete que se daría cuando destruyera a Kouyou iba a ser mucho más delicioso.

 

            -Vas a tener que cuidarte las espaldas y el pecho Takashima, porque no pienso ser compasivo contigo. – Las palabras propias le sonaban demasiado bellas para ser oídas por otros, por eso se las había dicho a sí mismo. Sonrió para sí mismo y siguió avanzando para concretar su plan.

Notas finales:

De algun modo es mi forma de compenzar ese par de semanas que no publique (fue de peresozo, lo admito)

y como siempre agradecer a l@s que se toman el tiempo de escribirme y dejarme sus comentarios, no saben lo maravilloso que es levantarse y ver que te han dejado comentarios asi de lindos, es encerio, se agradece bastante.

espero publicar pronto ¡tengo la cabeza llena de ideas!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).