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Donde Las Flores No Crecen por TeruNishimura

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Notas del capitulo:

docientas palabras menos, pero no importa, aqui esta

disculpen si tiene muchos errores, lo escribí medio ebrio (lo estoy ahora incluso)

que lo disfruten! (creo que no sera asi)

 

 

esta porqueria es un poco deducible pero me gusta como quedo, demaciado irregular.

 

Alguien se había interpuesto en su relación, después de todos esos años intentando construir una nueva vida maravillosa  alguien se la había arrebatado en cosa de semanas. ¿Sería prudente volver a donde había empezado? No tenía a donde más ir, se vio obligada a volver con Akira y con Shima, sabiendo que en un principio no le iban a recibir con los brazos abiertos, pero sabía cómo manipular a su hijo mayor, el no iba a poder dejar en la calle a ella misma con sus tres hijos. Kouyou tenía el corazón blando, demasiado blando.

 

 

 

Y además tenía muy buena voluntad, en cosa de minutos ya lo tenía cuidando a sus hermanos menores, mientras ella podía dedicarse a darle lástima a todos.

 

 

 

 

 

 

 

Akira pensó que las dos peores decisiones que había tomado en su vida eran haberse hecho pareja de Natsuko, y la otra fue recibirla de nuevo en SU casa.

Ella se había tomado demasiado en serio la idea de que "quería que volviesen a ser una familia". Y como siempre su comportamiento no fue nada sutil cuando quiso intentar seducirle, pero no logró mucho, sólo que le gritaran que era una zorra ofrecida y descarada.

 

 

 

 

 

Con Natsuko presente, Shima y Akira no podían hacer nada, en un par de días no fue gran problema, pero cuando esos días se acumularon y se volvieron semanas apareció el problema, y más aún, apareció un personaje casi olvidado que estaba dispuesto a arreglar el problema...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Sabía que volverías Reita... tarde o temprano aparecerías de nuevo. - volvió a sonreír, se puso el cigarrillo entre los labios y aspiró, tenía a su Adonis frente a él, tal y como lo había planeado. Ahora sólo faltaba terminar con su plan. - ¿Y Shima como está?

-Siempre me sorprendió eso de ti.

-¿Qué?

-Eres tan desvergonzado Ruki...

-¿Y tú? ¿Con qué cara me dices eso? Digamos que el único aquí presente que teniendo pareja le gusta andarse revolcando con el primero que se le ofrezca abrirse de piernas.

 

Akira se enojó, no le gustaba que le sacaran verdades y luego se las lanzaran en la cara con ímpetu, menos que lo hiciera Ruki, cualquiera menos él.

Tomó su chaqueta sin decir nada y se fue a pesar de las suplicas de Takanori.

 

 

 

Si tan solo hubiese cerrado la boca las cosas no hubiesen sido así… pero no importaba, ya tenía más trucos bajo la manga y en un parpadeo podía volver a tener a Akira bajo su poder.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kouyou estaba más que aburrido de Natsuko,  no había segundo en el día en que ella no señalara que estuviese haciendo algo mal, que lucía horrible, que hiciera algo,  que no estaba para no hacer nada en esa casa. 

La única razón por la que dejaba que se quedara era porque no quería ver a sus hermanos en un mal sitio, o peor, que Souta se quedara a cargo de ellos.

 

 

 

Natsuko le había roto la ropa que ella consideraba que no era como para un chico de su edad y se la había sustituido por ropa normal.  Le había prohibido volver a teñirse el cabello y le dijo que pronto le obligaría a ir a una peluquería a cortarse el cabello como alguien normal.

Normal…Shima  jamás había sido normal.

 

Se tenía que morder la lengua cada vez que la veía coquetearle a Akira, y era aun peor cuando ella le hacía dormir en su antigua habitación en su pequeña cama con sus dos hermanos menores mientras ella dormía con Akira… en su misma cama… juntos.

No podía hacer berrinches ni protestar ni nada cuando ella se iba a dormir con Akira, quizás que escándalo haría si se enterase que Akira y el…

Akira decía que no hacían nada, que no la tocaba aunque se le acercaba demasiado, que hasta le daba asco, pero durante las noches escuchaba cosas, cosas que le hacían crecer una sensación horrible en su pecho que no sanaba en toda la noche.

Tampoco durante el día.

Una noche escucho unos murmullos que le parecieron demasiado claros, en donde Natsuko se le ofreció descaradamente a Akira… silencio, y después un ruido incesante demasiado sospechoso… demasiado sospechoso.

¿O era todo producto de su imaginación?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esa tarde Akira llego demasiado agitado, incluso enojado, había vuelto a casa demasiado temprano, algo raro había ocurrido.

            -Akira… ¿Qué ocurre? – estaba llevando la ropa sucia en un cesto para poder lavarla mientras tenia la radio encendida escuchando una canción que ni si quiera conocía.

            -¿Estamos solos Shima? – se le acerco demasiado quedando frente a frente.

            -¿Qué? ¿Por qué preguntas?

            -Te estoy haciendo una pregunta simple, solo respóndeme.

            -Pues sí, Natsuko salió y dudo que vuelva pronto.

 

No dijo mas, solamente se inclino para alcanzar los labios de Shima que ni si quiera hizo algo por detenerlo, también lo deseaba.

Soltó el cesto de ropa sucia y no le importo nada, solo se aferro al cuerpo del mayor aumentando su contacto, y aunque una pregunta se iba formando suavemente en su mente, no quiso dejarla fluir por su boca.

Akira controlaba su cuerpo, y sin darse cuenta, ya estaban en la habitación, en donde, hasta hacia unas semanas compartían sin problema alguno.

Cayó de espaldas en la cama, con la respiración a mil y el deseo rosando las nubes.  Akira se incorporo sobre su cuerpo y siguió con los besos, pero mucho más profundos, mucho más húmedos.

            -Odio esta maldita camiseta, se te ve horrible - Tomo el borde de la enorme camiseta de Shima, y cansado de esta la partió por la mitad con sus propias manos.

Le quito los jirones de la camiseta para poder acceder totalmente a la piel de Shima.

Lo acaricio con más ansias que nunca, desesperado, tan así que ni si quiera lo disfrutaba totalmente, y en un momento determinado, súbitamente Akira se detuvo y se quedo mirando el borde inferior de la cama.

            -¿Qué ocurre Akira?

            -Esta tu gato en la cama. – se mantenía viendo al animal, apoyándose en sus manos que estaban puestas a cada lado de la cabeza de Shima.

            -¿Y? ¿Qué te preocupa?

            -Me pone nervioso tenerlo aquí.

            -¿Qué? Es una broma supongo.

            -No, para nada. - El felino se despertó, se estiro y empezó a maullar cuando vio a Shima.

Akira se puso más nervioso.

            -¿Quieres que lo saque? – le acaricio el rostro para llamar su atención.

            -Sí, llévatelo. – Shima se levanto de la cama, llamo al gato y se lo llevo de ahí, lo dejo fuera de la habitación y cerró la puerta, aun se escuchaban los maullidos del animal.

 

 

            -¿Por qué odias tanto a Nemo? – se sentó al lado de Akira y acomodo su cabeza en el hombro del mayor.

            -No lo odio, me dan asco los gatos… ¿por qué no elegiste un pájaro como mascota?

            -Porque no me gustan los pájaros Akira. – se incorporo en el regazo de Akira quedando frente a frente. – pero hay algo que me gusta mucho mas que los gatos.

 

 

Ambos cerraron los ojos antes de que sus labios se fusionaran con intensidad, las manos del mayor se deslizaron por la descubierta espalda de Shima, provocándole calosfríos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se clavo en su interior con fuerza, Kouyou grito de dolor, no había sido para nada suave, tampoco quiso detenerse para que el menor se acostumbrara a su intromisión. Se había precipitado en penetrarlo porque llevaba demasiado  tiempo esperando por volver a poseerlo.

            -No… Akira… Duele. – intento escapar del vaivén de las caderas de Akira pero no pudo, le tenía agarrado de la cintura para que no se escapara.

 

Se aferro a las sabanas intentando soportar aunque sea un poco el dolor, pero no podía, su única esperanza en ese momento era que bajara el ritmo de las embestidas y que encontrara su punto erógeno escondido en lo profundo de sus entrañas.

 

No le importo nada, ni que Shima había sangrado un poco cuando entro, tampoco que el menor no lo estaba disfrutando en lo absoluto, ni la inminente llegada de Natsuko con los niños.

 

 

Los gritos de Shima produjeron dos cosas; cuando llego Natsuko, Akira no escucho el ruido de la puerta, mientras que ella se alarmo con los ruidos que escuchaba.

 

 

 

 

 

 

 

La expresión de Natsuko era digna de retratarla y exponerla en un museo de artes, por la mente de ella pasaron millones de ideas que intentaban de explicar el por qué de la escena que estaba ante sus ojos, y sinceramente, ninguna explicaba bien eso.

 

 

Shima estaba llorando como aquella vez, pero no se veía tan mal, esta vez parecía que en cierto modo lo disfrutaba… otra vez había seducido a su hombre.

Se acerco a la cama llorando de rabia, le jalo el cabello a Shima culpándolo de todo, con los ojos envenenados en ira, Akira intento de alejar a Natsuko que parecía estar poseída por algún iracundo demonio.

            -¡Eres lo peor que me paso en la vida Shima! ¡Te odio! – seguía tirándole el cabello mientras Akira intentaba separarlos sin éxito alguno.

            -Natsuko, detente, todo esto es culpa mía déjalo en paz. – para la sorpresa de Shima, Akira era el más tranquilo en esa situación.

            -¡Primero fue Souta, ahora Akira! ¡¿Por qué quieres que yo sea infeliz, Shima?! ¡Te odio! ¡Te odio! – Natsuko seguía enceguecida por el odio.

Terminó azotando la cabeza de Shima contra el respaldo de la cama, enfurecida, Akira intentaba quitarle a Kouyou de las manos pero ella se resistía bastante bien, tenía un único objetivo, matarlo.

Los mellizos veían todo sin entender nada

Mamá estaba furiosa con su hermano mayor

¿Qué estaba haciendo con el nuevo papá?

Esta era la escena más bizarra que habrán visto en toda su vida

 

Desesperado, Akira le mando un puñetazo en la mandíbula a Natsuko para ver si esta se detenía… y lo hizo.

            -Eres un depravado Akira – comenzó a retroceder impresionada – te acuestas con tu propio hijo ¡te dejaste seducir por el! – Kouyou termino tendido en la cama totalmente inconsciente.

            -Shima no es mi hijo.

            -Pero lo criaste como si hubiese sido tuyo… que no lleve tu sangre no te hace menos padre Akira.

La culpa comenzó a roer por todos los rincones del alma de Akira, era una sensación horrible, y fue peor escuchar las palabras de Natsuko.

            -Te voy a denunciar Akira, Takashima todavía es menor de edad.

Ella se veía dispuesta a salir del departamento, así que Akira tomo lo primero que encontró en pantalones y se los puso casi como compitiendo y fue tras Natsuko que ya estaba en el pasillo principal que conectaba con los demás departamentos.

            -¡Te vas a arrepentir Akira! ¡Eres un sucio depravado! ¡Pedófilo!

 Akira intento razonar con ella, pero antes de dar un argumento válido, el tacón del pie derecho de Natsuko decidió ceder cuando pisaba el primer escalón para bajar al segundo piso, rodo por las escaleras sin control, como cuando se deja caer un barril de pie.

Akira quedo impactado, era como ver rodar a un muñeco de trapo sin control por una plataforma, sus extremidades se deformaban de forma imposible, no parecía ser el cuerpo de un ser humano.

Quedo totalmente lesionada y tendida sobre el piso del segundo piso, inconsciente… al igual que Shima sobre la cama….

Akira no pudo hacer nada, solo rogar que ella haya sobrevivido a esa mortal caída…

Notas finales:

y una vez mas. gracias a los que me envian sus comentarios y todo eso, mi trabajo es para todos ustedes y siempre espero que lo disfruten (aunque a veces no es asi).

espero seguir recibiendo sus comentarios 

os quiero a todos!


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