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Donde Las Flores No Crecen por TeruNishimura

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Notas del capitulo:

Siempre tengo presente el dicho que "el arte imita la vida", para este capitulo me basé en una historia que me conto mi mejor amigo, no es un hecho muy agradable de leer, escuchar, ver y menos ser la victima.

Contó todos los billetes... eran exactamente ocho mil yenes, los cuales les iban a servir para  poder comenzar una nueva vida en otra ciudad, lejos de todo lo que le atormentaba. Sonrió para sí mismo, volteo a ver qué era lo que hacía Ishihara, estaba en el otro extremo de la cama vistiéndose, el cabello mojado le estaba empapando el saco y parecía no importarle en lo más mínimo.

   -¿Te vas? - preguntó curioso.

   - Sí, tengo cosas que hacer hoy... - tenía más que claro lo que tenía que hacer. - Kouyou, ¿me pasas la ropa de ayer?

Le extendió la mano junto con la blusa y la falda... el menor tenía más que claro que el otro no era una persona normal o que hubiera gustos comunes y corrientes, sin embargo nunca pensó en que sería capaz de pedirle algo como vestirse de mujer, eso le daba la sospecha de que quizás le gustaba hacer otras cosas un poco más retorcidas para su gusto.

 

 

 

Iba a ir de todos modos a ver a su abuela, quería saber cómo estaba sólo por curiosidad, no tenía ni el más mínimo recuerdo en su memoria de que alguna vez haya sido buena con él, solo habían  aptitudes agresivas hacia su persona, eso y nada más.

Presionó el timbre de la entrada de la casa y esperó, sabía que un par de calles más abajo estaba la casa de la infancia de Akira, o eso le había dicho su madre hace varios años atrás, le había dicho que eran vecinos y que desde siempre se conocían.

 

 

 

 

 

 

Los ojos de su abuela estaban apagados, no tristes, pero sí furiosos, no le agradaba saber que su primer nieto estaba ahí afuera de su casa, si hubiera estado aún más enojada le hubiera cerrado la puerta en la cara.

   - ¿Qué haces tú aquí? - le preguntó con el ceño fruncido - no hay nada aquí que te interese, vete.

   - Vine a verte, quería saber cómo estabas... - se encogió de hombros, sabía que no le iba a recibir con los brazos abiertos pero tampoco creía que iba a echarle como a un perro a la calle.

   - Tu ¿venir a verme? no me hagas reír, ¿qué quieres? ¿Dinero? Porque no tengo... Lárgate. - vio que su abuela le iba a cerrar la puerta en la cara, le dijo un abrupto "espera" mientras ponía la mano en la puerta para que no la cerrara. Lo único que logró fue que le machacaran los dedos con fuerza.

Se examinó la piel dañada, había sangrado un poco...

¿Por qué le odiaba tanto su abuela? No lo entendía, no tenía la culpa de nada, él nunca pidió nacer, él jamás quiso arruinarle la vida a nadie, o eso le había dicho su abuela en algún momento, que él había nacido sólo para arruinarle la vida a todos, que si no hubiera nacido las cosas estarían mucho mejor que estaban ahora.

 

 

 

 

 

 

Metió la llave en la cerradura y la giró para poder abrir la puerta, esperaba que a esa hora de la mañana Akira estuviera en el gimnasio, pero siempre el destino podía ser mucho más creativo y esquivo hacia sus expectativas...  Akira estaba en casa y no estaba sólo...

 

 

 

 

Ambos estaban a punto de culminar en cualquier momento, apretó las caderas del chico que estaba sobre él cabalgándole y ejerció más presión en su interior, el menor echó la cabeza hacia atrás cuando le sintió tan profundo en sus esfínteres, no paraba de gemir cada vez que le tocaba su punto erógeno, no quiso bajar el volumen de sus gemidos al escuchar que alguien más había entrado a la casa. La mejor decisión de su vida fue comenzar a acostarse con hombres mucho mayores que él, los chicos de su edad eran unos completos imbéciles que se esmeraban en complacerse a ellos mismos, eran de una generación que habían crecido viendo pornografía y creyendo que solo penetrando a alguien podía tener un orgasmo de inmediato, pero no era así, todos esos chicos tenían muy poca experiencia para su gusto, por eso decidió experimentar con hombres más mayores.

Fue delicioso cuando alcanzó el orgasmo de forma tan repentina, el lapso de placer que sintió había sido mucho más largo que en otras ocasiones. Se quitó de encima de su pareja casual y cayó a su lado agotado, con la respiración agitada.

   - No follaba así desde la secundaria… - necesitaba fumar en ese mismo instante.

Akira se levantó de la cama para echar a la basura el preservativo que habían usado y se puso algo de ropa, no esperaba que Shima llegara tan temprano.

El estaba en su habitación a gatas al lado de su cama.

    -¿Qué haces Shima?

    - Busco un arete que se me calló… - evadió su mirada, no estaba buscando nada, estaba escondiendo algo… el dinero que había ganado bajo su colchón.

    - No pensé que llegarías tan temprano… a penas son las una de la tarde.

    - Tuve que venirme temprano porque la abuela me echó de la casa…- se le salieron un par de lágrimas.

    - Que gran hija de puta… bien, deja de llorar y comienza a limpiar, la casa está hecha un asco y hay mucha ropa que lavar. – se dio media vuelta para salir de la habitación.

    -¿Qué? ¿Y tú no pudiste hacerlo? – se levantó del piso para cuestionarle, y fue tras él.

Esperaba cualquier cosa de Akira, incluso esa reacción violenta, le dolió la quijada al sentir el puñetazo que le pegó repentinamente. Se acarició la zona adolorida después del golpe, no dejaba de mirarle con una expresión de miedo.

   - Shima, yo soy el único que trae dinero a la casa, tu solo eres un gasto más aquí, me parto la espalda trabajando y tu no haces nada por colaborar. Deberías callarte y ayudar con el aseo sin decir nada.

   -¿Trabajar? ¡Tu trabajo es vender cocaína en bares gay y te quejas que es agotador!

Antes de que reaccionara, el mayor le tenía agarrado el cabello y se lo  jalaba con saña mientras el otro lloraba y rogaba por un poco de misericordia.

   - Anda a hacer aseo y no me discutas más o te juro que vas a desear no haber nacido nunca…- le azotó la cabeza contra la muralla más cercana que tenía y le soltó, era de esperar que cayera al piso totalmente aturdido. ¿Desear no haber nacido nunca? Eso siempre lo había deseado.

 

Akira entró a su habitación y cerró la puerta con fuerza, estaba muy enojado con Shima. ¿En qué momento se volvió tan insolente?  Quizás el se había vuelto muy blando con Kouyou, parece que se volvía más productivo y sumiso si le golpeaba más seguido…

   -¿Qué pasó allá afuera Reita?

   -Nada.

   - Ummm… ¿tienes un cigarrillo? Muero por fumar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaba más que decidido… esa misma noche se iba a marchar de ahí, no podía soportarlo más, le trataba peor que basura. Procuro dejar la casa limpia antes de irse y así no levantar sospecha de nada, el reloj marcaba las 10:17 de la noche, iba a ir hasta un terminal de buses que quedaba cerca de su casa e iba a tomar el primer bus que partiera a cualquier ciudad, no le importaba el destino, siempre y cuando quedara lejos de todo lo que hiciera daño.

 

Guardó el dinero que le había costado tanto ganar, junto con algo de ropa y más objetos personales, en ese pequeño bolso se iba a llevar la vida, encontró por casualidad una foto en donde aparecían él, Akira y su madre, era muy antigua, era de un remoto tiempo en el cual los tres eran “felices” o así se veían en la foto.

Cerró la puerta y le puso llave antes de irse, decidido a no dar marcha atrás.

 

 

 

 

 

 

Le sorprendió escuchar la puerta cerrarse ¿Acaso Shima salió? Si era así le iba a golpear como si no hubiera un mañana.

 

 

 

 

 

Lo más probable era que Akira le estaba siguiendo, apuró el paso y cuando salió del edificio se metió en el primer callejón que vio, sabía que era peligroso entrar ahí a esa hora, podían robarle, pero era eso o que Akira le matara a golpes.

 

 

 

 

 

 

No le vio por ningún lado, salió del departamento y vio por el pasillo, nada. Algo en su cabeza le decía que tenía que ir en busca de Kouyou con un arma en las manos…

 

 

 

No distinguía mucho por donde iba, estaba muy oscuro, pero lo que venía a continuación le tomo por sorpresa, una desagradable sorpresa. El filo de un cuchillo se instalo en su cuello y una mano en su boca.

   _Shhh, calla, si coperas no te hacernos daño… - lo acorralo contra una pared – ahora pásame el bolso que tienes.

 

Intentó resistirse, no podía entregar así como así su bolso con todas sus cosas, allí estaba el maldito dinero… pero cambio de opinión cuando el cuchillo amenazo con enterrarse más en su cuello.

Ya estaba llorando cuando le paso el bolso, pensando devolverse a casa y recibir el castigo que le daría Akira por intentar escapar así.

   -Parece que tiene mucho dinero este chico – escucho otra voz, no le estaba robando un solo tipo, eran dos – Hey, vámonos antes de que alguien nos vea.

   -No, tengo otra cosa en mente con este chico – sintió que  se le retorcía el estomago de miedo puro.

Lo acorralo aun mas contra la pared, tenía la mejilla apegada al frío concreto y el cuchillo aun en su cuello, quito la mano de su boca y se dispuso a quitarle los pantalones que llevaba puesto. Se le salió un pequeño grito de miedo al saber lo que se venía para él. El criminal volvió a poner su mano en su boca.

   -Shhh, mantente calladito si no quieres que te duela de verdad, ¿ok? - Asintió y siguió sollozando.

 

 

 

 

 

 

Akira salió a la calle… miro hacia todos lados, no lo veía por ningún lado, comenzó a caminar medio desorientado  sin saber si es que podía encontrar a Kouyou o no.

 

 

 

 

 

 

 

 

El desconocido prefirió destrozar la ropa interior de Kouyou con su cuchillo, abrió lo más que pudo los muslos de Shima y se acomodo para poder penetrarle, el otro sollozaba y rogaba que no le doliese tanto.

El miembro del delincuente se abrió paso con dificultad en el interior del castaño, él solo grito por el dolor, ni si quiera había entrado por completo y ya su sangre empezaba a brotar desde sus entrañas.

Su cuerpo intentaba expulsarle de sus esfínteres, pero lo único que lograba era que el desconocido le gimiera ronco en el oído y se moviera con más fuerza en su interior.

 

 

 

 

 

 

Escuchó un ruido en un callejón cercano a donde estaba… ¿sería posible que fuese Shima que estaba en apuros?  Camino hacia allá por curiosidad…

 

 

 

 

 

Puso su brazo ejerciendo presión en su espalda para evitar que se moviera mucho, no dejaría que se escapara, mínimo tenía que culminar en su interior.

Se escucharon un par de disparos.

   -¡Mierda! ¡Hijo de puta! – Se quejo el otro delincuente - ¡Vámonos antes de que nos mate este hijo de puta!

 Ambos huyeron de ahí lo más rápido que pudieron sin volver a mirar hacia atrás.

Kouyou cayó al piso devastado, destrozado totalmente por dentro y por fuera, ahora le esperaba el castigo que Akira le iba a dar por intentar escaparse. Pero fue una total sorpresa al sentir que en vez que le golpeaba, se acercaba a su cuerpo y le abrazaba intentando consolarle, Shima solo escondió su rostro en el pecho del mayor y le empapo la camiseta con sus lágrimas.

   -Tranquilo Shima… aquí estoy yo… ya nadie te va a hacer daño – le acaricio el cabello mientras intentaba calmarlo.

   - Me robaron… todo… fue horrible – siguió llorando.

   - Kouyou, vamos a casa ¿sí? Hagamos como si esto jamás hubiera pasado.

 

Akira le acomodo la ropa y  notó como aún su sangre escurría entre sus piernas, le dio rabia y pena al mismo tiempo, le habían hecho tanto daño a Shima… lo único que deseaba era poder matar a ese par de desgraciados…

Notas finales:

Tube un poco (muchos, demasiados) problemas para escribir el capitulo y aun asi no me siento conforme con él, el 6 creo que esta un poco mejor y el 7 esta quedando perfecto... o eso creo.

necesito sus opiniones, independiente que sea buenos o malos, las criticas siempre ayudan


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